El Franquismo y la ONU: Aislamiento y Reintegración en el Contexto Internacional

Clasificación de la Resolución 39 (I) de la ONU sobre el Régimen Franquista

Se trata de un fragmento de la Resolución 39 (I) de la Asamblea General de la ONU del 12 de diciembre de 1946, en la que se caracteriza al régimen del general Franco como fascista. Es, por tanto, una fuente histórica primaria, de naturaleza expositiva, en tanto en cuanto las resoluciones de la ONU son declaraciones políticas sin carácter jurídico, ya que no impone sanciones ni ningún tipo de normas más allá de la condena política al régimen franquista, realizando solo una serie de recomendaciones. Por su contenido, es un texto político, en tanto que describe la situación política del régimen Franquista. Su autoría corresponde a la Asamblea General de las Naciones Unidas, institución creada en 1945 para garantizar la paz después de la II Guerra Mundial. Su destinatario son todos los países miembros y España.

Contexto Histórico del Aislamiento del Franquismo

El texto se enmarca en el periodo del primer franquismo en relación con las relaciones internacionales del Régimen desde el fin de la guerra, el aislamiento político del Franquismo después de la II Guerra Mundial y el fin de dicho aislamiento con la Guerra Fría a partir de 1953.

Durante los primeros años de la dictadura franquista, la política exterior está determinada por la 2ª Guerra Mundial. A los pocos meses de terminada la Guerra Civil, Alemania desencadenaba la 2ª Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939), y en junio del año siguiente Italia entraba en la guerra al lado de Alemania. Esto colocaba al gobierno en una difícil situación porque pronto empezará a sentir la presión de los dos países en busca del apoyo, una devolución de alguna manera de la ayuda prestada por Alemania e Italia a los vencedores de la Guerra Civil.

El gobierno español actuó al principio con cautela, declarándose neutral, a pesar de su cercanía a la ideología de la Alemania nazi. En 1940, y coincidiendo con las primeras victorias de Alemania, cambió su posición a la de no beligerancia, es decir, seguir sin participar, pero favorecer, con lo que se esperaba ganar compensaciones territoriales en África (España ocupó Tánger, importante enclave internacional próximo a nuestro protectorado). Esta corriente germanófila queda consagrada con la sustitución del ministro de Asuntos Exteriores, Beigbeder, por Suñer (el cuñadísimo), que preside el periodo de máxima colaboración. Incluso Franco se entrevistó en Hendaya (octubre de 1940), entrevista en la que se iban a perfilar las condiciones de la entrada de España en la guerra; pero dejó muchos cabos sueltos porque condicionaba la intervención española al cumplimiento de una serie de condiciones que eran difíciles de cumplir (Alemania debía ayudar a conseguir más territorios en Marruecos a costa de Francia, pero Hitler se negó ya que en ese momento tenía tratados con Francia). El ataque alemán a la URSS (junio de 1941) ofreció a Franco la posibilidad de mostrar su apoyo con el envío de la División Azul al tiempo que mantenía a España fuera de la guerra. En otoño, la situación militar de los alemanes comenzó a deteriorarse, tanto en Rusia como en el norte de África. A partir de ese momento, los gobiernos españoles iniciaron una nueva separación de la causa alemana; síntoma de la misma fue la sustitución de Serrano Suñer y la nueva declaración de neutralidad en octubre de 1942; así como el regreso de la División Azul. Desde este momento hasta el final de la guerra, la política exterior española, sin romper los lazos con la alemana, intentó una aproximación a los aliados que se perfilaban como claros vencedores.

La victoria de los aliados sobre Alemania, Italia y Japón desencadenó una fuerte oposición internacional contra todos los grupos y sistemas políticos que hubiesen prestado a los derrotados algún tipo de apoyo. El sistema español sufrió los embates de tal oposición. Así, en enero de 1946, los Tres Grandes, EE.UU., Francia y Gran Bretaña, en Potsdam (agosto de 1945) anunciaban su negativa a aceptar la entrada de España en la ONU. Franco decidió responder a las dificultades con un cambio de gobierno, en el que redujo la presencia de la Falange e introdujo a un católico. Además, se aprobaron leyes con la intención de presentar al régimen de Franco más abierto y buscar con ello su aceptación por los aliados. Era inútil, Franco no pudo impedir la condena y febrero de 1946, en efecto, la ONU rechaza la entrada de España al tiempo que emitía la declaración de condena que corresponde al texto que analizamos en la que condenaba al sistema político español y recomendaba a todos los países que retiraran a sus embajadores. Fue declarada país fascista y se vio sometida al aislamiento internacional, con el cierre de la frontera francesa. Sólo el Vaticano, Suiza, Portugal e Irlanda mantuvieron sus embajadores en Madrid, y el único país que ratificó un tratado comercial con España fue la Argentina de Perón, cuya ayuda fue vital en una época de grandes penurias económicas.

A partir de 1948, se experimenta un cambio en la opinión de los occidentales sobre el régimen político español como consecuencia de la Guerra Fría y la división del mundo en dos bloques, uno liderado por EE.UU. y el otro por la URSS. La situación política de los EE.UU. quedó marcada por una fuerte orientación anticomunista que le obligaba a buscar aliados seguros, entre los que se encontraba el régimen político español. En 1949, EE.UU. y sus aliados crearon la Alianza de la OTAN. España no entró a formar parte de esta alianza, pero pronto se advirtió el interés de EE.UU. por integrar a nuestro país en el sistema defensivo occidental. Los pasos que se siguieron fueron:

  • Octubre de 1950: la ONU levanta el veto contra el sistema político español.
  • Enero de 1951: EE.UU. restablece sus relaciones diplomáticas con el gobierno español. Además, ingresa en la FAO y pide su ingreso en la UNESCO.
  • 1953: se firmaron acuerdos entre EE.UU. y España por el que se cedía a los norteamericanos el derecho de instalar bases militares a cambio de ayuda militar y económica. país Rota, Morón, Torrejón de Ardoz y Zaragoza. (situación irónicamente reflejada en la película de Berlanga “Bienvenido Míster Marshall”).
  • 1955: España entra como miembro de pleno derecho en la ONU.

Ideas Principales y Secundarias de la Resolución

El texto se divide en dos ideas: por un lado, los argumentos por los que la ONU categoriza al Franquismo como un régimen fascista. Por otro, las recomendaciones que la ONU respecto a España que suponían su aislamiento en el contexto internacional ya que recomendaba la retirada de los embajadores y que pertenezca a cualquier organismo relacionado con la ONU en tanto en cuanto no exista un nuevo gobierno.

Como ideas secundarias en la declaración se insta de la celebración de elecciones libres y sin coacción para que el gobierno represente realmente a los españoles.