El Frente Popular, las Elecciones de 1936 y la Guerra Civil Española: Orígenes y Desarrollo

El Frente Popular y las Elecciones de 1936

Contexto y Formación del Frente Popular

La represión del Bienio Conservador y las políticas contrarreformistas, junto con el auge del fascismo en Europa, unieron a socialistas y comunistas en coaliciones electorales bajo el nombre de Frente Popular. Su programa se centraba en:

  • La amnistía para los encarcelados tras la Revolución de 1934.
  • La readmisión de trabajadores despedidos.
  • La vuelta a las reformas del primer bienio republicano.

Por su parte, la derecha formó el Bloque Nacional, compuesto por la CEDA, los monárquicos alfonsinos y los tradicionalistas, pero no logró cohesionarse del todo. Falange Española no se sumó a esta coalición.

Resultados Electorales y Formación del Gobierno

En las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular obtuvo un 48% de los votos, mientras que la derecha alcanzó el 46%. Azaña fue nombrado presidente de la República, y Santiago Casares Quiroga asumió la presidencia del gobierno.

El nuevo gobierno empezó a cumplir sus promesas electorales:

  • Decretó la amnistía para los 30.000 encarcelados por motivos políticos.
  • Readmitió a trabajadores despedidos.
  • Restauró el gobierno autonómico de Cataluña.
  • Avanzó en la autonomía de Galicia y el País Vasco.
  • Se reactivaron las reformas agrarias.
  • Se apartaron a algunos militares antirrepublicanos, como Franco y Mola.

Consecuencias y Radicalización

Las políticas del Frente Popular y la radicalización de las fuerzas de izquierda generaron un ambiente de movilización popular, con huelgas y ocupaciones de tierras.

La oposición de la derecha fue feroz, especialmente entre grandes propietarios, la Iglesia y sectores conservadores. La violencia política aumentó, con confrontaciones entre los militantes de Falange Española y los de izquierda.

En este clima de tensión, el 12 de julio de 1936, el teniente de la Guardia de Asalto José Castillo fue asesinado, lo que desencadenó la muerte de José Calvo Sotelo, líder de Renovación Española, al día siguiente, elevando aún más la tensión. El 17 de julio de 1936, el ejército se sublevaría en Marruecos, dando inicio a la Guerra Civil Española.

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Contexto del Estallido

En un contexto de fuerte polarización política entre izquierda y derecha en España, el asesinato del teniente José del Castillo, miembro de la Guardia de Asalto, el 12 de julio de 1936, por pistoleros de extrema derecha, y la posterior muerte del líder de Renovación Española, José Calvo Sotelo, el 13 de julio, proporcionaron el pretexto para el golpe de Estado que se llevaba preparando desde la victoria electoral del Frente Popular en febrero de ese mismo año.

El 17 de julio de 1936 comenzaron las operaciones militares en el Protectorado de Marruecos y al día siguiente en la Península. El general Sanjurjo, quien iba a liderar la sublevación, murió en un accidente de aviación el 20 de julio.

El golpe triunfó en áreas del sur (Marruecos, Canarias, Andalucía occidental) y en las zonas más agrarias del norte (Galicia, Castilla y León, Navarra), pero fracasó en las zonas urbanas e industriales donde el movimiento obrero tenía más fuerza. Este golpe de Estado fue inicialmente militar (con poca participación civil) y no tenía como objetivo inmediato la destrucción de la República, sino la instauración de un régimen autoritario.

El Desarrollo de las Operaciones Militares

La Guerra Civil se desarrolló desde el 17 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939, enfrentando al bando republicano contra el bando sublevado o «nacional», en un contexto de creciente polarización ideológica tanto a nivel nacional como internacional.

Fases de la Guerra

Primera Fase (julio 1936 – marzo 1937)

Los sublevados avanzaron rápidamente por la mitad occidental de la Península, pero no lograron su objetivo principal: la conquista de Madrid. A pesar de la ayuda de la Italia fascista y la Alemania nazi, los sublevados no pudieron ganar en los frentes de Guadalajara y Jarama, lo que convirtió la guerra en un conflicto de desgaste.

Segunda Fase (abril 1937 – noviembre 1938)

Durante esta fase, los sublevados tomaron el norte industrializado de España (con el trágico bombardeo de Guernica en abril de 1937) y llegaron hasta el mar Mediterráneo, dividiendo el territorio republicano en dos partes: Cataluña al norte y Madrid y Levante al sur. La batalla de Teruel (diciembre 1937 – febrero 1938) vio un breve respiro para la República, pero en la primavera los sublevados alcanzaron el Mediterráneo. En julio de 1938, la República lanzó su última gran ofensiva en el río Ebro, conocida como la Batalla del Ebro, la cual terminó en una decisiva derrota republicana en noviembre.

Tercera Fase (diciembre 1938 – marzo 1939)

Los sublevados tomaron Cataluña (con la conquista de Barcelona el 26 de enero de 1939) y completaron su dominio del territorio fronterizo el 13 de febrero. Sin embargo, Madrid seguía bajo control republicano. En un contexto de desánimo y división interna, el gobierno republicano fue desbordado por un golpe interno liderado por el coronel Segismundo Casado, quien buscó una negociación con Franco. A pesar de los intentos de negociación, el 28 de marzo Madrid cayó sin apenas resistencia y el 1 de abril de 1939, Franco proclamó el fin de la guerra con el famoso último parte de guerra: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. Españoles, la guerra ha terminado.»

Razones de la Derrota Republicana

  • División interna y falta de mando unificado: A diferencia del bando sublevado, unificado bajo Franco, el bando republicano sufrió constantes tensiones políticas y militares entre diferentes facciones (socialistas, comunistas, anarquistas, republicanos).
  • Menor capacidad militar inicial y disciplina: Aunque con gran movilización popular, el ejército republicano partía de una base más inexperta e indisciplinada en comparación con las unidades africanistas y el apoyo de cuadros militares profesionales del bando sublevado.
  • Estrategia de desgaste favorable a Franco: A pesar de no haber logrado tomar Madrid rápidamente, la prolongación del conflicto favoreció a los sublevados, permitiendo a Franco consolidar su poder personal y eliminar a potenciales rivales dentro de su bando.
  • Intervención extranjera decisiva: La intervención de Italia y Alemania a favor de los sublevados fue masiva y determinante (armamento, aviación, tropas), mientras que el apoyo de la URSS y las Brigadas Internacionales a la República fue menor y condicionado por la política de No Intervención de las democracias occidentales.
  • Política de No Intervención: La negativa de Francia y Reino Unido a intervenir o vender armas a la República, mientras toleraban el apoyo italo-alemán a Franco, aisló internacionalmente al gobierno legítimo.