Marx y el Materialismo Histórico
Karl Marx consideraba que las relaciones de producción eran las que explicaban la forma en que estaba organizada la sociedad: esta se dividía en clases, siendo los propietarios de los medios de producción quienes ostentaban el poder. Este hecho era el origen de la desigualdad social y ocasionaba un conflicto: la lucha de clases.
Modos de Producción:
- Esclavista: en las sociedades antiguas, el amo era el propietario de los medios de producción y de la mano de obra (el esclavo).
- Feudal: en la sociedad medieval, el señor poseía la propiedad de los medios de producción, pero solo era propietario en parte del trabajador, con el que establecía una relación de servidumbre o vasallaje.
- Capitalista: en las sociedades modernas, la burguesía era propietaria de los medios de producción y el trabajador era propietario de su fuerza laboral. Su trabajo generaba una plusvalía que no revertía en su salario, por lo que la relación capitalista-proletario era una relación de explotación. Para Marx, la socialización de los medios de producción era la solución para terminar con la explotación del hombre.
Marx fue ayudado por su amigo Friedrich Engels.
El Socialismo a Partir de 1848
A partir de la revolución de 1848, dos corrientes adquirieron gran influencia dentro del movimiento obrero: el marxismo y el anarquismo.
- Karl Marx fue un destacado activista político. En 1848 fundó la Liga de los Comunistas y publicó con Engels el Manifiesto del Partido Comunista. En 1864 participó en la fundación y organización de la Primera Internacional y en 1867 publicó en Londres el primer volumen de El Capital. En 1871, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a desarrollar su teoría social.
- Mijaíl Bakunin, filósofo anarquista ruso, fundó en 1868 la Alianza Internacional de la Democracia Socialista. Era partidario de suprimir el Estado y sustituirlo por federaciones formadas por asociaciones agrícolas e industriales. Era contrario también a los partidos políticos. Fue un importante defensor de la igualdad entre hombres y mujeres. Bakunin se afilió a la Primera Internacional, pero sus diferencias con Marx provocaron la expulsión de los anarquistas en el Congreso de La Haya de 1872. Los partidarios de Bakunin no reconocieron los acuerdos de La Haya y refundaron la Internacional dándole el nombre de Antiautoritaria (Congreso de Saint-Imier, 1872).
La Primera Internacional o AIT
La AIT se fundó en Londres en 1864 y trató de unir a los trabajadores de todo el mundo. Creó un Consejo General y celebraba periódicamente congresos internacionales. Sus principales objetivos eran:
- Unidad del proletariado y organización de la clase obrera.
- Abolición de la sociedad de clases.
- Reconocimiento del derecho de huelga.
- Defensa de la acción política de la clase obrera.
- Abolición de la propiedad privada de los bienes de producción.
- Supresión de los ejércitos.
La Segunda Internacional
Fue fundada en 1889 por los partidos socialistas, con el fin de coordinar la acción de los trabajadores de todo el mundo. En su V Congreso, celebrado en París en 1900, se creó el Buró Socialista Internacional, con sede en Bruselas. En 1889 instauró el 1 de mayo como Día Internacional del Trabajo, y en 1910 estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Dos de los principios de la Internacional fueron:
- El internacionalismo proletario: la solidaridad de los trabajadores de todo el mundo, al considerar que sus problemas eran comunes y provocados por la organización social del capitalismo.
- El pacifismo: la negación de la guerra como forma de solucionar los problemas entre las naciones, al considerar que solo servía a los intereses del capitalismo y ser los trabajadores la carne de cañón de los ejércitos.
La Segunda Internacional entró en crisis en 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial. La mayoría de los partidos socialistas europeos votaron en sus respectivos parlamentos los créditos de guerra, anteponiendo los sentimientos nacionalistas a los principios de la Internacional.
El Papel de la Mujer
Con la llegada del siglo XX se alteraron las coordenadas sociales, políticas y culturales del viejo orden social tradicional, con nuevos actores sociales y políticos, nuevos usos y costumbres. La realidad social de las mujeres, sobre todo en las grandes ciudades, era más compleja: se las tenía como esposas, amas de casa, madres. El trabajo a domicilio, el servicio doméstico, el trabajo manufacturero… El trabajo femenino estaba bastante generalizado entre las clases menos pudientes de las ciudades. Por otra parte, la creciente complejidad de las actividades del Estado y la sociedad del primer tercio del siglo XX ampliaron los mercados laborales a nuevos segmentos de mujeres, con la aparición de nuevos trabajos como mecanógrafas, taquígrafas, maestras o telefonistas… cuyos estilos de vida y ansias de autonomía e independencia chocaban con los roles tradicionales asignados a la mujer.
El Movimiento Sufragista
Las mujeres comenzaron en el siglo XVII a reivindicar sus derechos. A lo largo del siglo XIX se desarrolló en Europa Occidental y Estados Unidos un movimiento que luchaba por la igualdad de la mujer, cuyo principal objetivo fue la consecución del derecho al voto. Al principio estaba formado en su mayor parte por mujeres de clase media con acceso a la cultura escrita y para las que el derecho al voto era el primer paso de un programa de reformas mucho más amplio: acceso a la educación y a ocupar los mismos trabajos que los hombres, con el mismo salario, derecho a controlar sus finanzas y sus propiedades, derecho al divorcio y al control de la natalidad.
El sufragio femenino fue conquistado en los países democráticos durante la primera mitad del siglo XX.