El Régimen de Franco: Dictadura, Desarrollo y Transición en España (1939-1975)

El Régimen de Franco: Dictadura, Desarrollo y Transición (1939-1975)

Desde su triunfo en la Guerra Civil, Franco gobernó España de manera dictatorial, concentrando todos los poderes en su persona. El régimen, ultracatólico, consolidaba a Franco como Caudillo “por la gracia de Dios”. El ejército era fundamental, aunque Franco recurría más a la policía para mantener el orden público. Se eliminaron todos los sindicatos y partidos políticos, excepto Falange Tradicionalista y de las JONS.

El franquismo perduró 40 años debido a la longevidad de su fundador. A pesar de la oposición, Franco contó con un considerable apoyo social. Estado e Iglesia eran inseparables; la Iglesia obtuvo todo lo que deseaba, y Franco contaba con la lealtad del ejército. El régimen se sintió respaldado por grandes terratenientes, industriales, financieros, la burguesía y el campesinado católico del norte y centro del país.

La Legislación y Represión Franquista

Franco se opuso a establecer una legislación escrita. Cuando lo hizo, fue por presiones externas o para asegurar la continuidad del régimen. Promulgó una serie de leyes, a veces contradictorias, según las necesidades políticas.

Millones de personas se vieron obligadas a cambiar su comportamiento e ideas; otras fueron ejecutadas. El temor a la represión y la necesidad de trabajar crearon una adhesión interesada al régimen. Universidades, institutos y maestros fueron víctimas de procesos de depuración. Cerca del 90% de los intelectuales se exiliaron.

La Autarquía y la Posguerra (1939-1951)

Al finalizar la guerra, España estaba arruinada, tanto en pérdidas humanas como materiales. La financiación de la guerra llevó a la ruina de la Hacienda pública. Las reservas de oro del Banco de España se usaron para pagar suministros soviéticos. Se inició un lento proceso de recuperación. De 1939 a 1942, el hambre se generalizó, provocando un proceso de ruralización y epidemias. La cartilla de racionamiento, destinada a repartir los escasos alimentos, dio lugar a un mercado negro.

Para promover el desarrollo industrial, el gobierno creó un fuerte sector público, con el Instituto Nacional de Industria (INI).

La Oposición y la Guerra Fría

Desde el exilio, la oposición organizó huelgas y formó la primera resistencia a Franco.

El inicio de la Guerra Fría y los acontecimientos entre 1947 y 1953 permitieron que el franquismo, debido a su ideología anticomunista, fuera aceptado como aliado de Estados Unidos. En 1953, España y EE. UU. firmaron un acuerdo de defensa y ayuda económica.

El Resurgimiento de la Oposición Interna (1951-1959)

Desde 1951, el movimiento obrero realizó actividades de oposición, como la huelga de tranvías. En 1956, se produjo la primera gran crisis universitaria, reflejo de las tensiones entre la Falange y los sectores católicos aperturistas, que Franco reprimió duramente. Resurgieron los nacionalismos en Cataluña y el País Vasco. En 1959, un grupo de jóvenes bilbaínos fundó ETA (Euskadi Ta Askatasuna).

El Fin de la Autarquía y el Desarrollismo (1959-1973)

Desde los años 50, la autarquía económica se hizo insostenible. Los ministros Arburúa y Cabestany revisaron el intervencionismo estatal. Se suprimió la cartilla de racionamiento y se estableció la libertad de precios. La ayuda económica de EE. UU. favoreció al sector industrial, y los ingresos del turismo paliaron el déficit comercial.

En 1957, el Estado estaba al borde de la bancarrota. Franco abandonó el modelo económico de la Falange (autarquía). Un grupo de políticos, moderados en lo económico y conservadores en lo político, iniciaron una época de gran desarrollo.

El Estado franquista, al no querer una reforma fiscal auténtica, mantuvo presupuestos austeros que impidieron la modernización de las fuerzas armadas, el sistema educativo y las infraestructuras.

España inició la década de 1960 con una ideología desarrollista, cuyo objetivo principal era el aumento de la renta per cápita. Los tecnócratas buscaban el crecimiento del PIB, una mejor distribución de la renta y la integración en la economía mundial. España tuvo una de las tasas de crecimiento más altas del mundo, con un aumento del 10% en la producción industrial. Las inversiones e importaciones fueron posibles gracias a la entrada de divisas del turismo y la emigración.

La otra cara del desarrollo fueron las fuertes desigualdades en la distribución de la renta. Entre 1962 y 1973, más de 4 millones de personas emigraron a regiones más prósperas de España y Europa. El turismo, la emigración y las grandes empresas pusieron a los españoles en contacto con otras formas de vida.

Apertura Cultural y Tensiones con la CEE

A pesar de la censura, el gobierno no pudo impedir la apertura del país a la cultura europea. Surgieron revistas importantes como *Cuadernos para el Diálogo*. La CEE, creada en 1957, fue inicialmente vista con desdén por Franco y sus ministros conservadores, pero los tecnócratas del Opus Dei vieron las oportunidades de la integración europea. El régimen solicitó conversaciones con la CEE, pero no se le concedió.

La Oposición se Intensifica y la Descomposición del Régimen

Los republicanos en el exilio contactaron con fuerzas monárquicas y democristianas. El PCE fue el principal objetivo de la Brigada Político-Social. Aparecieron sindicatos clandestinos como Comisiones Obreras (CCOO).

En 1962, el Ministerio de Información y Turismo anunció una liberalización cultural, pero al año siguiente reprimió a los intelectuales que denunciaban torturas. Los síntomas de la descomposición del régimen eran evidentes: la sociedad reclamaba derechos y amnistía para los presos políticos. La pena de muerte se impuso a terroristas, y en 1975, dos activistas de ETA y tres del FRAP fueron ejecutados, provocando protestas internacionales. El franquismo quedó aislado internacionalmente. En octubre, la enfermedad de Franco se agravó, y la debilidad del régimen se hizo patente. Hassan II aprovechó para organizar la Marcha Verde, y el gobierno de Arias Navarro abandonó el Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania.

La Muerte de Franco y el Inicio de la Transición

El 20 de noviembre de 1975, Franco murió. Dejaba un país renovado, con grandes posibilidades de futuro, pero también con una profunda crisis.