El Reinado de Alfonso XIII, la Dictadura de Primo de Rivera y el Auge de la Segunda República

España: De la Restauración a la Segunda República (1902-1936)

El Reinado de Alfonso XIII (1902-1923)

Intentos de Modernización y Regeneracionismo

El 17 de mayo de 1902, Alfonso XIII juró la Constitución. A diferencia de sus padres, el joven rey mostraba una actitud intervencionista, ansioso por sacar al país de la decadencia. Ese mismo año, Joaquín Costa publicó Oligarquía y Caciquismo, un texto que denunciaba la corrupción y planteaba la necesidad de un “cirujano de hierro”. Alfonso XIII, a su manera, encarnaba una versión del regeneracionismo.

A comienzos de siglo, la cuestión religiosa polarizó la vida política. Los progresistas acusaban a la Iglesia y al clericalismo de la decadencia española, mientras que la Iglesia atribuía la situación al racionalismo y la impiedad. Este debate sentó las bases para la política de masas, aunque en ese momento la Iglesia mantuvo su posición privilegiada.

En este contexto, España se enfrentaba a una intensa conflictividad social y al creciente problema nacionalista. El PNV, fundado en 1895, mantenía una postura ultracatólica y antiliberal. En Cataluña, la Lliga Regionalista, desde 1901 con apoyo electoral (similar al del republicanismo), abogaba por una España federal. Este auge nacionalista coincidió con la consolidación de Castilla como la “esencia de España”, idea que encontró su expresión más radical en el Ejército, que se erigió en defensor del centralismo tras su cuestionada actuación en la Guerra de Cuba.

La Semana Trágica y la Caída de Maura

La confluencia del problema nacionalista, la conflictividad social y el conflicto colonial en Cataluña culminó en la Semana Trágica de Barcelona (26-31 de julio de 1909). El gobierno de Maura llamó a filas a los reservistas catalanes para la Guerra de Marruecos, desencadenando una huelga general en Barcelona que derivó en un violento motín anticlerical. Se produjeron asesinatos, profanaciones y la quema de numerosos edificios religiosos. Entre los agitadores se encontraban anarquistas y republicanos radicales. La protesta se agotó pronto, pero dejó un centenar de muertos y una ciudad conmocionada.

La represión se centró en Francisco Ferrer y Guardia, un republicano, masón y librepensador cercano al anarquismo, fundador de la Escuela Moderna. Acusado de instigar la Semana Trágica, fue juzgado y ejecutado el 13 de octubre de 1909, a pesar de su probable inocencia. La indignación internacional por este atropello judicial provocó la dimisión de Maura y el nombramiento de Segismundo Moret.

El Gobierno de Canalejas y el Ascenso del Socialismo

Con el regreso de los liberales al poder, se reanudaron los intentos de regeneración. José Canalejas, elegido por Alfonso XIII, buscó “nacionalizar” la monarquía. La “Ley del Candado” (1910), que limitaba el establecimiento de nuevas órdenes religiosas, generó una crisis con la Santa Sede. Canalejas también impulsó reformas en materia de impuestos y servicio militar, y se mostró abierto a la descentralización con el proyecto de Mancomunidad para Cataluña. Fue asesinado en 1912 por un anarquista.

En 1909, la conjunción republicano-socialista permitió la entrada del socialismo en el parlamento con la elección de Pablo Iglesias en 1910.

La Primera Guerra Mundial y la Crisis de la Restauración

Neutralidad y Consecuencias Económicas

España se declaró neutral en la Primera Guerra Mundial, una decisión respaldada por Alfonso XIII. La neutralidad, aunque limitó la atonía diplomática, evitó la participación en el conflicto dada la debilidad del ejército y la división interna entre “aliadófilos” y “germanófilos”. El hundimiento de mercantes españoles por submarinos alemanes generó tensiones con Alemania, pero España se limitó a enviar protestas.

La guerra tuvo importantes consecuencias económicas. La dislocación del comercio internacional benefició a los países neutrales, y España experimentó un crecimiento económico desigual. Se produjo la nacionalización de la economía y el impulso de la banca, favoreciendo al capitalismo industrial y financiero. Sin embargo, las clases medias y populares sufrieron un proceso de pauperización, lo que provocó un aumento de la conflictividad social a partir de 1916.

La Huelga General de 1917 y el Trienio Bolchevique

En 1917, el movimiento obrero, unido como nunca, convocó una huelga general que fracasó debido a la falta de apoyo rural y militar. La represión fue contundente, y el fracaso de la huelga desinfló las posteriores intentonas revolucionarias. Sin embargo, el evento marcó el inicio de la desconfianza entre el aparato político y el ejército.

Tras la guerra, se inició el “Trienio Bolchevique” (1918-1921), marcado por una intensa actividad anarquista, especialmente en Cataluña y Andalucía. La violencia en Barcelona alcanzó niveles alarmantes.

El Desastre de Annual y el Golpe de Primo de Rivera

El desastre de Annual en 1921, donde murieron miles de soldados españoles, tuvo graves consecuencias políticas. Se inició una investigación sobre las responsabilidades, que amenazaba con implicar a la Casa Real. En este contexto de crisis política y social, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en 1923, poniendo fin a la Restauración.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Directorio Militar y la Consolidación del Poder

El golpe de Primo de Rivera respondió a la crisis del sistema, la creciente influencia militar en la política y el deterioro del orden público. El régimen dictatorial, aunque con similitudes con el fascismo, se originó en el ejército. La conflictividad social en Barcelona y la influencia del ascenso de Mussolini en Italia contribuyeron al golpe.

Primo de Rivera formó un Directorio Militar, disolvió el parlamento y se autoproclamó dictador. Inicialmente provisional, la dictadura se consolidó con la creación de la Unión Patriótica y el establecimiento de un Directorio Civil.

Política Interna y la Cuestión Marroquí

La dictadura se caracterizó por una política arbitraria de ascensos militares, un descenso del presupuesto militar, un impulso a la educación, una política religiosa conservadora y una centralización del poder. La Mancomunidad de Cataluña fue disuelta, generando la ruptura con la Lliga.

En Marruecos, tras un periodo de continuismo, Primo de Rivera lideró el desembarco de Alhucemas en 1925, que culminó con el control del litoral marroquí.

La Asamblea Nacional y el Proyecto Constitucional

En 1927, se constituyó una Asamblea Nacional para elaborar un proyecto constitucional que institucionalizara la dictadura. El proyecto, que otorgaba amplios poderes al rey y mantenía el Estado confesional, encontró resistencias y no llegó a implementarse.

Evolución Económica

Durante la dictadura, la economía española experimentó un crecimiento desigual. Se impulsó el proteccionismo y la autarquía, y se produjo un proceso de industrialización. Sin embargo, la agricultura creció a un ritmo menor, y el gasto público generó déficit e inflación.

La Caída de la Dictadura y el Advenimiento de la Segunda República

Dimisión de Primo de Rivera y el Gobierno Provisional

Ante la pérdida de apoyos y la creciente crisis económica, Primo de Rivera dimitió en 1930. Tras unas elecciones municipales que dieron la victoria a los republicanos, se proclamó la Segunda República.

La Segunda República: El Bienio Reformista (1931-1933)

La Constitución de 1931

El gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora, impulsó una serie de reformas. La Constitución de 1931 estableció la separación de Iglesia y Estado, el sufragio femenino y un modelo de “Estado integral”. La cuestión religiosa y la organización territorial generaron controversia.

Reformas Militares, Educativas y Laborales

Azaña, como ministro de Guerra, llevó a cabo una reforma militar que redujo el número de oficiales y modernizó el ejército. Se impulsó la educación pública y se crearon las Misiones Pedagógicas. Largo Caballero, como ministro de Trabajo, estableció los jurados mixtos y la Ley de Contratos de Trabajo.

La Reforma Agraria y la Conflictividad Social

La Reforma Agraria, aunque con un alcance limitado, generó una fuerte polarización social. La conflictividad social aumentó, y se creó la Guardia de Asalto. Los sucesos de Casas Viejas en 1933 marcaron un punto de inflexión en la relación entre el gobierno y el anarquismo.

El Bienio Radical-Cedista (1933-1936)

Las Elecciones de 1933 y el Gobierno de Lerroux

Las elecciones de 1933 dieron la victoria a la CEDA y los radicales. El gobierno de Lerroux, con el apoyo de la CEDA, inició una “rectificación” de las reformas del bienio anterior.

El Auge de la Extrema Derecha y la Revolución de 1934

Durante este periodo, surgieron grupos fascistas como las JONS y Falange Española. La Revolución de 1934, con epicentro en Asturias, fue una respuesta a la política del gobierno. La represión fue brutal.

Las Elecciones de 1936 y el Camino a la Guerra Civil

El Frente Popular y la Polarización Política

Las elecciones de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, una coalición de izquierdas. La polarización política se agudizó, y el asesinato de Calvo Sotelo aceleró la conspiración que culminaría en la Guerra Civil.