1. El Carlismo: Ámbito Geográfico, Ideario y Apoyos Sociales
Tras la muerte de Fernando VII, su hija Isabel, de tan solo tres años, fue proclamada heredera. Durante su minoría de edad, su madre, Mª Cristina, asumió la Regencia. Sin embargo, los absolutistas, opuestos a esta decisión, apoyaron al hermano del difunto rey, Carlos María Isidro, dando inicio al conflicto conocido como las Guerras Carlistas.
El Carlismo trascendía un simple pleito dinástico; representaba la doctrina de los defensores del Antiguo Régimen, quienes se oponían al Liberalismo.
La ideología carlista, bajo el lema “Patria, Dios, Rey“, se basaba en:
- Absolutismo monárquico.
- Defensa de la tradición católica.
- Oposición a las reformas liberales: eliminación de los privilegios estamentales, centralización administrativa, desamortización y libre mercado.
- Apoyo a las tradiciones forales, especialmente en el País Vasco y Navarra, donde defendían el mantenimiento de las leyes e instituciones tradicionales, incluso tras los Decretos de Nueva Planta.
Ámbito geográfico del Carlismo: Provincias vascas, Navarra, norte de Cataluña, comarca del Maestrazgo y parte de Castilla.
El carlismo arraigó con mayor fuerza en las zonas rurales, encontrando su base social en campesinos, bajo clero y pequeña nobleza. El Liberalismo perjudicaba a estos sectores: a los campesinos, por su conservadurismo y la pérdida de tierras comunales; al bajo clero, por la crítica al poder de la Iglesia; y a la pequeña nobleza, por la pérdida de su estatus y privilegios con la llegada de la “igualdad”.
El grito carlista, “vivan las cadenas”, reflejaba su preferencia por la sumisión antes que la alteración de sus valores y formas de vida. Además, el Liberalismo amenazaba con abolir los fueros de estas regiones en busca de un Estado unificado.
2. Las Dos Primeras Guerras Carlistas: Causas y Consecuencias
Las guerras carlistas, guerras civiles en el tránsito del Antiguo Régimen al Liberalismo en España, tuvieron su momento más álgido durante la regencia de Isabel II (1833-1843), culminando con el triunfo liberal tras el Pacto Vergara (1839) entre los generales Maroto y Espartero.
El Carlismo, movimiento antiliberal y contrarrevolucionario desde principios del siglo XIX, tiene sus raíces en los “diputados serviles” de las Cortes de Cádiz, los “realistas” del Trienio Liberal y los “Voluntarios Realistas” del reinado de Fernando VII.
Causas de los conflictos carlistas:
- Conflicto dinástico o sucesorio: Dos aspirantes al trono: Isabel (hija de Fernando VII) y Carlos María Isidro (hermano del rey). Este conflicto se remonta a la Ley Sálica (1713), que impedía reinar a las mujeres. Sin embargo, Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción (1830), que daba preferencia a las mujeres sobre los varones de parentesco lejano.
- Conflicto político o ideológico (liberalismo vs. absolutismo): Desde 1825, Fernando VII, ante la crisis económica, moderó el absolutismo y se acercó a políticos reformistas, lo que irritó a los absolutistas, quienes se agruparon en torno a Carlos María Isidro.
Los carlistas se encontraban entre los grupos contrarios al liberalismo, mientras que los isabelinos o cristinos, liberales, eran el único apoyo de Mª Cristina.
Consecuencias de la Primera Guerra Carlista (además de las 200 mil bajas):
- Inclinación de la monarquía hacia el liberalismo.
- Protagonismo político de los militares.
- Empeoramiento de la situación económica, que forzó la desamortización de las tierras de la Iglesia (Mendizábal).
Segunda Guerra Carlista (1846-1849): Conocida como la Guerra de los “Matiners”, se desarrolló en Cataluña y Levante. El pretendiente al trono, Carlos VI (hijo de Carlos María Isidro), intentó sin éxito la vía pacífica casándose con Isabel II.
A lo largo del siglo, el carlismo se convirtió en un movimiento de protesta contra el liberalismo, el capitalismo, la industrialización, el socialismo y el laicismo.
3. Evolución Política del Reinado de Isabel II y el Papel de los Militares
A. Minoría de edad de Isabel II (1833-1843)
1. Regencia de Mª Cristina (1833-1840)
Transición del absolutismo al liberalismo: Inicialmente protagonizada por reformistas como Cea Bermúdez y liberales moderados como Martínez de la Rosa, quienes buscaban combinar Antiguo Régimen y principios liberales. El Estatuto Real de 1834 y la división provincial (Javier de Burgos, 1833) reflejan esta vía intermedia, que finalmente fracasó ante las exigencias de cambios más radicales por parte de los progresistas.
Ruptura con el Antiguo Régimen (1835-1837): El progresista Mendizábal impulsó la Constitución de 1837, basada en la soberanía nacional y la separación de poderes. Se desamortizaron los bienes del clero regular para financiar la guerra carlista y consolidar el liberalismo. Se suprimieron los señoríos jurisdiccionales, los mayorazgos, la Mesta y los gremios.
2. Regencia de Espartero (1840-1843)
El general Espartero, con el apoyo de los progresistas, desplazó a Mª Cristina como regente. Su autoritarismo, sin embargo, provocó su caída y exilio en 1843, proclamándose la mayoría de edad de Isabel II (13 años).
B. Mayoría de edad de Isabel II (1843-1868): Construcción del Estado Liberal
Con el Antiguo Régimen desmantelado, se inició la construcción del Estado liberal, liderada por los moderados. Este nuevo Estado se caracterizó por ser liberal-conservador, unificado y centralista.
Labor de los moderados:
- Estabilidad política y liberalismo doctrinario: El general Narváez estableció un sistema que favorecía a las clases poderosas. Este liberalismo doctrinario, conservador y antidemocrático, marginó a los progresistas.
- Creación de la Guardia Civil (1844).
- Constitución moderada de 1845: Reforzó los elementos conservadores.
- Control de la administración: Consolidación de la división provincial y la Ley de Administración Local de 1845.
- Unificación legislativa: Sistema único de pesas y medidas, Plan Pidal (educación), Código Penal (1848).
- Reforma tributaria (Ley Mon, 1845).
- Concordato con la Santa Sede (1851).
Oposición al régimen moderado:
- Unión Liberal.
- Progresistas.
- Partido Demócrata.
- Carlistas (Segunda Guerra Carlista, 1846-1849).
Bienio Progresista (1854-1856): Tras la “Vicalvarada” (1854), los progresistas, liderados por Espartero, llegaron al poder. Se derogaron leyes moderadas, se restauraron instituciones progresistas y se impulsó la desamortización civil (Madoz, 1855) y la Ley de Ferrocarriles (1855). Un pronunciamiento militar puso fin al Bienio.
Descomposición del régimen moderado (1856-1868): La alternancia entre unionistas y moderados, las conspiraciones e insurrecciones (Prim, noche de San Daniel, sargentos de San Gil) y la crisis económica de 1868 llevaron al Pacto de Ostende (1866) y a la Revolución de septiembre (“La Gloriosa”), que provocó el exilio de Isabel II.
El Ejército: La amenaza carlista convirtió a los militares en pieza clave del régimen liberal. Los “espadones” lideraron los partidos y se convirtieron en árbitros de la política, recurriendo al pronunciamiento militar para cambiar de gobierno.
4. Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz
La agricultura, actividad económica fundamental, necesitaba modernizarse. Para ello, era crucial transformar el régimen de propiedad de la tierra, mayoritariamente amortizada en manos de la nobleza, la Iglesia y los concejos. El proceso desamortizador, a través de sucesivas leyes, permitió el paso a la propiedad individual y la libre compraventa de tierras.
Comparación entre las desamortizaciones de Mendizábal (1836-1837) y Madoz (1855):
- Objetivos comunes: Obtener recursos para el Estado, impulsadas por progresistas.
- Mendizábal: Afectó a los bienes de la Iglesia, confiscados y vendidos en subasta pública. Buscó reducir la deuda pública, financiar la guerra carlista, aumentar la producción agraria y consolidar una clase media agraria afín al liberalismo.
- Madoz: Movilizó las tierras de los concejos (bienes de propios y comunales). Lo recaudado se destinó a la industrialización, especialmente al ferrocarril.
Consecuencias de la desamortización:
- Imposición del concepto capitalista de propiedad de la tierra.
- Consolidación de los latifundios nobiliarios.
- No se creó una clase media rural; los principales compradores fueron la burguesía y la nobleza.
- Menos ingresos para la hacienda pública de lo esperado.
- Desvío de capitales hacia la compra de tierras, que podrían haberse invertido en la industria.
5. La Nueva Sociedad de Clases
La sociedad estamental del Antiguo Régimen desapareció, dando paso a una sociedad de clases diferenciadas por la riqueza.
A. Grupos poderosos
- Alta nobleza: Absentista y rentista, mayor propietaria de tierra junto con la alta burguesía, controlando el poder político.
- Alta burguesía: Terratenientes, hombres de negocios, especuladores y enriquecidos por los ensanches urbanos. Adoptaron un modo de vida aristocrático y fueron la base del liberalismo conservador.
- Clero: Reorganizado tras la pérdida de propiedades por la desamortización, conservó gran parte de su riqueza e influencia social.
B. Clases medias
- Escasas y heterogéneas (5-10%), con la aspiración de ascender socialmente. Incluía empleados, profesionales liberales, comerciantes y pequeños propietarios rurales.
- Conservadores, temerosos de los cambios y del proletariado. Una minoría (profesores, estudiantes, periodistas) apoyó al Partido Demócrata y al republicanismo.
C. Clases populares
- Numerosas y heterogéneas (80%), sin bienes y con una situación cada vez peor.
- Medio rural: Campesinos con formas de vida tradicionales e ideología conservadora. Se diferenciaban en pequeños propietarios, arrendatarios, aparceros y jornaleros (proletariado agrícola).
- Medio urbano: Menestrales, servicio doméstico, dependientes de comercio, proletariado industrial (obreros de fábricas y minas) con duras condiciones laborales y bajos salarios.
El proletariado industrial protagonizó la lucha por el derecho de asociación y la mejora de sus condiciones de vida, dando origen al movimiento obrero.
Tanto en el medio rural como en el urbano, existían numerosos mendigos y vagabundos, perseguidos por el Estado.
6. Comparación entre la Sociedad Estamental y la Sociedad Burguesa
La sociedad burguesa del siglo XIX basaba su posición en la riqueza económica, mientras que la sociedad estamental del Antiguo Régimen se dividía en nobleza, clero y pueblo llano, cada uno con un régimen jurídico y económico propio, lo que implicaba privilegios para la nobleza y el clero y escasa movilidad social.
7. Comparación entre el Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845
A. Estatuto Real de 1834 (Carta Otorgada)
- No admitía la soberanía nacional.
- Amplios poderes para la monarquía.
- Cortes bicamerales (Próceres y Procuradores) con derecho de petición al monarca.
- Sufragio censitario muy restringido.
B. Constitución Progresista de 1837
- Soberanía nacional (compartida de facto con el rey).
- Monarquía constitucional.
- Papel moderador del monarca.
- Cortes bicamerales (Congreso y Senado).
- Senado parcialmente elegido por el monarca.
- Congreso elegido por sufragio censitario.
- Declaración de derechos.
C. Constitución Moderada de 1845
- Soberanía compartida entre rey y Cortes.
- Amplios poderes para la monarquía.
- Cortes bicamerales con poderes iguales para ambas cámaras.
- Senado vitalicio nombrado por la reina.
- Congreso elegido por sufragio censitario muy restringido.
- Restricción de libertades y derechos.
- Carácter confesional del Estado.
8. La Constitución Democrática de 1869
- Soberanía nacional de base popular y división de poderes.
- España como monarquía constitucional democrática y parlamentaria.
- Sufragio universal masculino directo.
- Cortes bicamerales (Senado y Congreso) como base del poder.
- Papel limitado del rey.
- Amplia declaración de libertades y derechos individuales.
- Recoge las aspiraciones políticas de la pequeña burguesía y clases medias urbanas, pero no las de las clases populares.
9. Conflictos del Sexenio Democrático (1868-1874) y sus Consecuencias Políticas
A. Triunfo de la Revolución de Septiembre de 1868 (“La Gloriosa”)
- Pronunciamiento militar en Cádiz (Prim, Serrano, Topete).
- Movilizaciones urbanas y rurales.
- Caída de la monarquía de Isabel II.
B. Características del Sexenio
- Ruptura con el pasado: supresión de la monarquía borbónica, sufragio universal masculino.
- Intento de establecer una democracia (monárquica y luego republicana).
- Plenas libertades públicas y privadas.
- Inició del movimiento obrero organizado.
- Debate sobre la organización territorial de España.
C. Etapas del Sexenio
1. Gobierno provisional y Cortes Constituyentes (1868-1869)
- Elecciones por sufragio universal masculino, con victoria de la coalición unionista-progresista-demócrata.
- Constitución democrática de 1869.
- Búsqueda de un nuevo rey: Amadeo de Saboya.
2. Monarquía democrática de Amadeo I (1871-1873)
- Respeto a la Constitución por parte del rey, pero falta de conocimiento de la realidad española.
- Oposición de moderados, nobleza, republicanos y carlistas.
- Problemas: insurrección en Cuba (“Grito de Yara”), Tercera Guerra Carlista, agitación republicana federal.
- Abdicación de Amadeo I y proclamación de la I República.
3. La I República (1873-1874)
- Grandes esperanzas populares, pero corta duración.
- República centralista (Estanislao Figueras).
- República federal (Pi y Margall): Constitución federal (1873), medidas sociales no aplicadas, problema cantonal.
- Fin de la República: Dimisiones de Pi y Margall y Salmerón, presidencia de Castelar, golpe de Estado del general Pavía, disolución de las Cortes, presidencia del general Serrano, proclamación de Alfonso XII (Restauración borbónica).