El reinado de los Reyes Católicos
El reinado de los Reyes Católicos supone la unión dinástica de Castilla y Aragón (no es territorial ni institucional, cada reino conserva sus particularidades). El historiador británico J.H Elliot denominó este sistema de gobierno como monarquía compuesta. Alberto Tenenti sostiene que es pareciendo Monarquía Autoritaria y bases del Estado Moderno. Isabel y Fernando se casan en 1469. 1474, Isabel se proclama reina de Castilla y firma con Fernando la “Concordia de Segovia” (Fernando es rey consorte en Castilla e Isabel en Aragón). 1479, Fernando se convierte en rey de Aragón y acaba la guerra en Castilla. La unión personal de Isabel y Fernando es también política y se trata el dominio peninsular (conquista de Granada, Navarra, aproximación a Portugal), unidad religiosa de sus súbditos (expulsión de judíos, conversión de musulmanes) y centralización y concentración del poder en monarcas. En Castilla se fortalece el poder real frente al de nobles y ciudades (Cortes Castellanas pierden importancia). Se crean consejos con funciones legislativas y judiciales que dependen de la monarquía (Consejo Real, Santo Oficio…). En ciudades se instituye el corregidor, representante del rey. En Aragón cada reino mantiene sus instituciones, y Fernando II impulsa el virrey (poder ejecutivo y judicial) y Consejo de Aragón (órgano consultivo). Se crean audiencias y un sistema de sorteo de elección de cargos municipales para controlar ciudades. La única institución con jurisdicción en ambas coronas es la Inquisición (instrumento político de la monarquía).
El significado de 1492
La guerra de Granada y el descubrimiento de América. Desde el inicio de su reinado, los RRCC plantean la unificación y expansión de sus reinos, unidad religiosa de sus súbditos (La inquisición como señala Benassar se convirtió en un instrumento político fundamental). En 1492 finaliza la Guerra de Granada, se llega a América, y se expulsa a judíos y musulmanes. En 1482 Granada vive una guerra civil entre los partidarios del sultán Mulei Hacén, los de su hermano y los de su hijo Boabdil. Los Reyes Católicos apoyan el acceso de Boabdil al trono, al que tiempo inician la ocupación del reino Nazarí. La guerra acaba (1492) con la rendición de la ciudad de Granada y la firma de las Capitulaciones de Granada (granadinos tienen derecho a mantener su religión, lengua, y costumbres, anuladas en 1499). En s.XV, turcos cierran las rutas con Oriente por el Mediterráneo, y Castilla y Portugal exploran el Atlántico; Portugal tenía el monopolio del Atlántico Sur (Tratado de Alcaçovas, 1479). 1492, los Reyes Católicos aceptan la propuesta de Cristóbal Colón de realizar una expedición a las Indias por el Atlántico. Las Capitulaciones de Santa Fe otorgan a Colón ciertos beneficios. 3 agosto 1492, 90 hombres salen de Palos (Huelva) en dos carabelas y una nao. Tras avituallarse en las Canarias (9 sep.), Colón parte hacia occidente, llegando a San Salvador (12 oct. 1492), Cuba, y la Española. 1493, vuelve a la Península creyendo haber encontrado las Indias. Tras otros tres viajes (1493, 1498 y 1502) se revela que era otro continente (“Nuevo Mundo”); se remodela el Tratado de Alcaçovas con Portugal (Tratado de Tordesillas, 1494). Es importante señalar también la imprenta como nuevo medio de difusión de las ideas, aquello que ya mostró McLuhan en su obra Galaxia Gutenberg y que preconiza el ‘paso de una edad oral a un edad escrito-céntrica”
La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
Los objetivos exteriores de los Austrias menores fueron los mismos que los de sus predecesores, pero tienen que hacer frente a naciones más poderosas que acaban con su hegemonía. Aunque Felipe III (1598-1621) y su valido el Duque de Lerma basaron su política internacional en la Pax Hispánica se introdujo en la guerra de los 30 años a favor de Austria. Guerra que continuó Felipe IV (1621-1655). Su valido Olivares quiso hacer de la guerra la clave de la política internacional.La guerra de 30 años (1618-1648) fue un conflicto que hay que enmarcarlo en las guerra de religión, pero que escondía una gran rivalidad política entre reinos, particularmente entre Francia y la casa de Habsburgo y una lucha por el comercio de la zona. El conflicto inicial entre el emperador y los principados alemanes pronto se internacionalizó cuando el emperador recibió el apoyo de Felipe III y los principados de los enemigos de España. La guerra se inicia con victorias españolas (Breda), pero la entrada en la guerra de Francia desde 1636 cambio el rumbo de la guerra. La Paz de Westfalia (1648) supuso el reconocimiento español de la independencia de las Provincias Unidas. Sin embargo, la guerra entre España y Francia continuaría hasta la Paz de los Pirineos en 1659 en la que España pierde el Rosellón, la Cerdaña y plazas fuertes en Flandes y Luxemburgo (Metz, Toul y Verdún).Esta paz fue la confirmación de la caída hispánica y el ascenso francés, que ya venía preconizado por Richelieu y ahora se termina de afianzar con Luis XIV.
La Guerra de Sucesión Española y el sistema de Utrecht. Los Pactos de Familia
Carlos II muere sin descendencia (1700) y declara como sucesor a Felipe de Anjou (Borbón). Las potencias europeas se agrupan en torno al archiduque Carlos (Austria). 1701, se forma la Gran Alianza de la Haya (Austria, Gran Bretaña, Países Bajos, Dinamarca, Portugal, Prusia, Saboya), que declara la guerra a Francia y España. En España, la Guerra de Sucesión (1701-15) es una guerra civil entre partidarios de Felipe V (Castilla) y Carlos III (Aragón), resuelta a favor Felipe V tras su victoria en Almansa (1707) y toma de Barcelona (1714, Paz de Rastatt) y Mallorca (1715). En Europa, la guerra ocurre en los Países Bajos e Italia. 1711, Carlos hereda el trono austriaco y las potencias europeas negocian con Francia la paz y reconocimiento de Felipe V. 1713, se firma la Paz de Utrecht. España pierde a favor de Austria (Países Bajos, Nápoles, Milanesado, Cerdeña), Gran Bretaña (Terranova, Gibraltar, Menorca, derecho asiento, navío de permiso) y Saboya (Sicilia), y queda reducida a una potencia de segundo orden, vinculada a la política exterior de Francia con la que firma los Pactos de Familia (1733, 1743, 1761) contra Austria e Inglaterra.
El reinado de Fernando VII: liberalismo frente a absolutismo. El proceso de independencia de las colonias americanas
Fernando VII permaneció preso en Valençay durante la Guerra de la Independencia hasta que en 1813 Napoleón le devolvió el trono de España con el Tratado de Valençay. Con el Manifiesto de los Persas de 1814 se apoyaba a Fernando VII para volver al absolutismo y restablecer unas Cortes como las del Antiguo Régimen y comienza el Sexenio Absolutista (1814-1820). En mayo de 1814 se firma el Decreto de Valencia tras un golpe de Estado que declara nula la Constitución de Cádiz. Los liberales eran perseguidos y se organizaban en sociedades secretas que recurren a sublevaciones militares para hacerse con el poder. Triunfó el pronunciamiento de Rafael del Riego en Cabezas de San Juan en 1820 y obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812. Así comienza el Trienio Liberal (1820-1823), durante el cual las Cortes y el rey compartían los poderes. Sin embargo, Fernando VII impedía la labor de las Cortes debido al veto suspensivo. En este periodo los liberales se dividen en moderados que gobernaron hasta el 1822 y que defienden la participación del rey en la labor legislativa, y los progresistas o exaltados que gobernaron en 1823 y que dicen que el rey solo tenga el poder ejecutivo. Ambos grupos intentan desarrollar la Constitución de Cádiz y querían abolir definitivamente el Antiguo Régimen. Suprimieron los mayorazgos y se abolió el régimen señorial, se redujo el diezmo y se definieron las bases de una desamortización eclesiástica, se abolió la Inquisición y se redactó un Código Penal.
Sin embargo, los absolutistas querían restablecer el Antiguo Régimen y protagonizaron la sublevación de la Guardia Real en 1822, varias guerrillas en Navarra y Cataluña y crearon la Regencia de Urgel, pero fue disuelta por los liberales. Fernando VII buscó apoyo en las potencias absolutistas europeas y en 1823 entró en España un ejército francés dirigido por el duque de Angulema llamado los Cien Mil Hijos de San Luis, y libera a Fernando VII que había sido llevado a Andalucía como rehén, y restaura el absolutismo, comenzando la Década Ominosa (1823-1833). Durante esta etapa se abolieron las medidas liberales, excepto la supresión de la Inquisición que fue sustituida por Juntas de Fe. Los absolutistas se dividieron en reformistas dirigidos por López Ballesteros que aceptan ciertas reformas para evitar revoluciones liberales y crean la Bolsa y el Banco de San Fernando, y en apostólicos que son más radicales y estaban dirigidos por Carlos María Isidro, hermano menor de Fernando VII que quería sucederle en el trono, estaban financiados por la Iglesia y protagonizaron la revuelta de los Agraviados. Sin embargo, Fernando VII firmó la Pragmática Sanción que abole la Ley Sálica y permite reinar a las mujeres, pero don Carlos no lo aceptó. Así surgió el carlismo, movimiento defensor del absolutismo radical y de los derechos sucesorios de Carlos. Cuando Fernando VII muere en 1833 su hija Isabel tiene tres años, por lo que no puede gobernar y su reinado comienza con regencias. Durante el reinado de Fernando VII se produce la emancipación de las colonias americanas, cuyas causas son el descontento con la política de control económico y político de los Borbones, el trato discriminatorio de los criollos que estaban desplazados de los cargos públicos, así como la marginación de los campesinos, el pensamiento ilustrado y la influencia de la independencia de EE.UU. La primera fase de la emancipación de las colonias (1808-1814) se produce durante la Guerra de la Independencia de España, cuando se forman Juntas que se declararon autónomas y no aceptaban a José I. En 1810 se independizaron Paraguay y, a nivel teórico, Caracas y Buenos Aires. La segunda fase (1814-1824) se inicia cuando Fernando VII regresa al trono y como no toleraba la autonomía de las colonias envió un ejército, pero avivó las ansias de independencia. Argentina se independizó en 1816, Chile en 1817 por José San Martín, y Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador con Simón Bolívar tras las victorias en Bocayá en 1819 y en Carabobo en 1821. En este año se logra la independencia de México gracias al movimiento de los curas Hidalgo y Morelos, que tiene carácter social, y al Plan de Iguala del general Itúrbide. Perú y Bolivia conseguirán la independencia en 1824 tras la Batalla de Ayacucho, y al mismo tiempo se independiza América Central, excepto Cuba y Puerto Rico. España también conserva las Filipinas. Para España la pérdida de las colonias supone la pérdida del importante comercio exterior. América quedó dividida en quince repúblicas pese a los movimientos unitarios, dirigidas por caudillos criollos, de forma que la población india queda marginada.
CORTES DE CÁDIZ
Durante los primeros meses de 1810, la mayoría de diputados que habían sido elegidos en representación de las distintas Juntas provinciales y otros en calidad de suplentes, fueron llegando a Cádiz. Se decidió que se celebrasen las Cortes en la Isla de León, donde hubo unos 300 diputados; predominaban los individuos pertenecientes a las clases medias y con una sólida formación intelectual y académica habiendo, por el contrario, una escasa presencia de nobles (solo 9) y de miembros del alto clero (3 obispos). 1. Liberales. Jóvenes diputados partidarios de reformas revolucionarias y que consiguieron dominar los debates e influir decisivamente en las Cortes. Propugnaban la instauración de un régimen liberal y la elaboración de un texto constitucional al estilo francés (Agustín Argüelles, Martínez de la Rosa). 2. Jovellanistas. Recibieron este nombre por coincidir con las propuestas de Jovellanos. Defendían reformas graduales y con prudencia en la línea de los ilustrados del S.XVIII y evitar una violenta ruptura de las instituciones tradicionales. Estimaban que la acción conjunta del rey (limitando parcialmente su poder) y de las Cortes eran la mejor Constitución, oponiéndose a la revolución y al principio de soberanía nacional. 3. Tradicionalistas. Querían mantener la monarquía absoluta. Defensores del A. Régimen. Entre ellos, se contaban numerosos clérigos. Rechazaban elaborar una Constitución escrita. Para ellos, las leyes y costumbres tradicionales eran la verdadera constitución española
Las Cortes iniciaron su actividad en septiembre de 1810 y en ellas, a pesar de la heterogeneidad, los representantes liberales demostraron poseer una gran habilidad para ejercer presión e imponer sus propuestas. En consecuencia, las Cortes aprobaron una declaración donde se proclamaba como legítimo rey a Fernando VII, pero donde también se rechazaba el absolutismo y el origen divino del monarca a gobernar. Asimismo, el sector liberal de las Cortes, tenía la intención de efectuar una profunda y radical reforma de las instituciones políticas, económicas y jurídicas y redactar una Constitución. El primero de estos objetivos se llevó a cabo mediante la aprobación de una serie de decretos y leyes entre 1810 y 1813 que fueron los siguientes: 1. Libertad de imprenta y supresión de la censura, salvo en temas religiosos (1810). 2. Supresión del régimen y de los derechos señoriales (1811). No obstante, al no definirse con claridad que pagos quedaban eliminados, los señores siguieron cobrando las rentas y las tierras se convirtieron, en la práctica, en propiedad privada de los nobles. 3. Abolición de la Inquisición (22 de febrero de 1813). 4. Eliminación de las organizaciones gremiales y libertad económica, comercial de trabajo y de fabricación (1813). 5. Supresión de antiguos privilegios de la Mesta para que los dueños de las tierras pudieran cultivar. 6. Incautación y venta de bienes de las órdenes militares y de los
jesuitas (1813). 7. Reformas políticas, con la desaparición de los Consejos, fijación de los ministerios y una nueva división administrativa de España (provincias y municipios). 2