El Sexenio Democrático en España: Revolución, República y Conflictos Sociales (1868-1874)

El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución Gloriosa y el Gobierno Provisional

Entre las raíces económicas del Sexenio Democrático debe apuntarse la crisis de subsistencias. Una coalición de tres partidos participó en la revolución llamada la Gloriosa. Después del Bienio, los progresistas habían roto definitivamente con Isabel II; ahora tenían al frente a un militar de enorme prestigio: Prim. A ellos se unió el general Serrano. El 18 de septiembre, la Armada, movilizada por el brigadier Topete, se pronunciaba en Cádiz contra el régimen. Los días 19 y 20 se emitían proclamas, la más importante la conocida por su eslogan “Viva España con honra“.

Solo hubo un conato de batalla, en Alcolea, donde muchos soldados isabelinos se pasaron a las fuerzas revolucionarias. Isabel II se vio obligada a abandonar el país.

El Gobierno provisional, presidido por el general Serrano, estaba integrado por progresistas y unionistas. Los demócratas, con menor peso político, tuvieron en principio más influencia ideológica, porque su ideario, en el que defendían el sufragio universal, la soberanía nacional absoluta y las libertades de culto, prensa, enseñanza y asociación, fue recogido por las Juntas Revolucionarias de las grandes ciudades.

Fueron convocadas sucesivamente elecciones municipales y parlamentarias. El nuevo Parlamento tenía como primera tarea la elaboración de una Constitución.

La Constitución de 1869

El texto de la Constitución combinaría principios de la revolución con ciertas concesiones a la tradición. Principios revolucionarios y dos tradicionales:

  1. Primer principio revolucionario: el sufragio universal masculino.
  2. Segundo principio revolucionario: libertad de cultos.
  3. Primer principio tradicional: la composición del Senado. Para ser senador se requería ser mayor de 40 años.
  4. Segundo principio tradicional: la aceptación de la monarquía.

La Primera República Española y el Proyecto de Constitución de 1873

A pesar de su escasa duración, la República elaboró su propia Constitución, siguiendo la tradición española decimonónica según la cual cada régimen se dotaba de una Carta Magna.

Aunque no llegó a entrar en vigor, esta Constitución recogía el ideario republicano en varios puntos fundamentales:

  1. República como régimen.
  2. Organización de la nación española en varios Estados.
  3. Sufragio universal, único sistema acorde con la soberanía nacional.
  4. Separación de Iglesia y Estado.
  5. Ampliación de las garantías y derechos de los ciudadanos.

El Cantonalismo y los Problemas Sociales

El cantonalismo fue el resultado del choque entre los federales y los intransigentes. El 12 de julio se proclamó el Cantón de Cartagena, el que más tiempo se mantendría.

El cantonalismo tenía una base política, el deseo de constituir pequeños Estados autónomos. Pero no daba respuesta a todos los problemas sociales. Tres problemas parecen destacar: propiedad, consumos, quintas.

En el campo, los braceros soñaban con el día del gran reparto, en el que accederían a la propiedad de la tierra que trabajaban.

Las quintas, denominadas “impuesto de sangre”, eran rechazadas por la larga duración del servicio en filas y por los mecanismos que hacían posible para los hijos de las familias pudientes eximirse de la prestación mediante el pago de una cantidad.

El Surgimiento del Anarquismo

En esta situación de problemas sociales sin resolver surgieron en España las primeras células anarquistas. En 1868 estallaron los primeros alzamientos en demanda de propiedad.

El levantamiento de mayor envergadura tuvo su centro en Alcoy. Los obreros se adueñaron de la ciudad e intentaron un autogobierno hasta que fueron reducidos por las tropas del general Velarde.

El anarquismo era un movimiento internacional. La rama española se llamaba Federación Regional Española, constituida en el Congreso de Barcelona.

Conclusión

Este intenso sexenio nos presenta varios ensayos de democracia política en medio de una grave crisis social, la circunstancia menos favorable para que la democracia pueda madurar.