El sistema político español en el siglo XX: de la oligarquía al golpe de Estado

Oligarquía y caciquismo

El texto de Joaquín Costa, escrito en 1901, analiza el sistema político español de la Restauración, caracterizado por el control de los asuntos públicos por parte de los caciques, jefes políticos con poder económico e influencia en el medio rural. Este sistema, basado en el fraude electoral y la manipulación de resultados, impedía la representación real de la voluntad popular.

La Restauración

El sistema de la Restauración, ideado por Cánovas del Castillo, pretendía restaurar la dinastía borbónica en el trono español tras la regencia de María Cristina de Habsburgo. Sin embargo, en 1901, el sistema mostraba síntomas de crisis debido a la desaparición de los líderes políticos, la aparición de una oposición cada vez más fuerte y los efectos del desastre del 98.

Consecuencias del sistema oligárquico

El sistema oligárquico español tenía como principal consecuencia un sistema democrático solo en apariencia, ya que el sufragio universal implantado en 1890 no representaba ni beneficiaba a la mayoría de la población. Esta situación motivó la crítica del regeneracionismo, un movimiento intelectual que no tuvo demasiados efectos prácticos por su incapacidad de configurar una opción política de éxito.

El golpe de Estado de Primo de Rivera

El texto de Miguel Primo de Rivera, publicado en 1923, justifica el golpe de Estado que encabezó contra el gobierno español. El general asume el poder como una obligación impuesta por las circunstancias, argumentando que de no hacerlo, España se enfrentaría a un final trágico.

Contexto histórico del golpe

En el momento del golpe, España atravesaba una situación política y social complicada. El sistema político de la Restauración agonizaba, los partidos políticos dinásticos estaban divididos y la tensión social era muy alta debido a la crisis de la posguerra y a la presión del movimiento obrero. El nacionalismo autonomista e incluso separatista estaba en auge, especialmente en el País Vasco y Cataluña.

Consecuencias del golpe

La consecuencia fundamental de la sublevación fue el establecimiento del Directorio Militar, presidido por Primo de Rivera. El régimen, poco a poco, fue quedándose solo, sin apoyos. En 1931, los regionalistas, los intelectuales y la oposición dentro del ejército llevaron a que el rey aceptara la dimisión del dictador.

La crisis del sistema canovista

La crisis del sistema canovista se debió a la pérdida de Cuba, la división interna de los partidos de turno, la progresiva pérdida de influencia del caciquismo, el crecimiento de partidos políticos ajenos y el aumento de las luchas sociales.

La crisis de 1905 y la Semana Trágica

La crisis de 1905 en Cataluña, motivada por el auge del nacionalismo, el avance obrero y el anticlericalismo, desembocó en la Semana Trágica, una serie de disturbios y enfrentamientos en Barcelona que provocaron más de un centenar de muertos.

La crisis general de 1917

La crisis general de 1917 tuvo como causas el aumento del coste de la vida, el rechazo de la promoción rápida a militares con destino en Marruecos y la huelga general convocada por los sindicatos. La crisis llevó a la dimisión del gobierno y a la formación de un gobierno de coalición.

La crisis marroquí: el desastre de Annual

La guerra de Marruecos se complicó tras la Primera Guerra Mundial, y en 1921, una acción mal planificada por el general Fernández Silvestre permitió al líder guerrillero del Rif, Abd-el-Krim, atacar las posiciones españolas, provocando el desastre de Annual, con la pérdida de 13.000 vidas.

El golpe de 1923

El golpe de Estado de 1923, encabezado por Primo de Rivera, puso fin al régimen constitucional español. Las causas del golpe fueron las consecuencias del desastre de Annual, la disolución de las juntas militares, el auge del nacionalismo, la división de los partidos y el ascenso de socialistas y republicanos.

Oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera

La oposición a la dictadura de Primo de Rivera abarcó un amplio espectro político, incluyendo liberales, conservadores, republicanos, izquierda obrera e intelectuales. El descontento dentro del ejército también fue creciendo. En 1929, el descontento se manifestó en manifestaciones estudiantiles y huelgas. Finalmente, en 1930, Primo de Rivera dimitió.

De la monarquía a la república

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII encargó la formación de gobierno al general Berenguer, con el objetivo de volver al régimen constitucional. Sin embargo, el movimiento republicano experimentó un auge decisivo, sumando el apoyo de grupos nacionalistas, el movimiento obrero, intelectuales y estudiantes. En 1930, se firmó el Pacto de San Sebastián para acabar con la monarquía. Las elecciones municipales de 1931 dieron la victoria a los republicanos en las principales ciudades, lo que desencadenó la abdicación del rey y la proclamación de la Segunda República.