Crisis de 1808 y Caída de la Monarquía
Orígenes de la Crisis
La crisis de 1808 tiene sus orígenes en la crisis del Antiguo Régimen y en la extensión de las ideas revolucionarias francesas, provocada por el dominio de Napoleón. Carlos IV y su ministro Floridablanca intentaron evitar cualquier contagio revolucionario procedente del país vecino. Carlos IV nombró ministro a Manuel Godoy en 1792. A pesar del proceso revolucionario francés, España mantenía su tradicional alianza con los Borbones franceses. La ejecución de Luis XVI provocó la ruptura de esta alianza y España participó en la Guerra de la Convención junto a Inglaterra. El fracaso bélico precipitó la firma de la Paz de Basilea, por la que nuestro país aceptó la pérdida de la parte española de la isla de Santo Domingo y la vuelta a la tradicional alianza con Francia contra Inglaterra, sellada en el Tratado de San Ildefonso. Se iniciaba así una deriva diplomática en la que el ascenso al poder de Napoleón en 1799 y la debilidad del gobierno de Godoy llevaron a España a una creciente dependencia de la política exterior francesa y al enfrentamiento con Inglaterra en Trafalgar (1805).
Godoy firmó con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, autorizando la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir y atacar Portugal. Francia y España se repartían el país, pero en realidad este tratado ponía las bases para que los franceses invadieran España.
El Motín de Aranjuez
La figura de Godoy era crecientemente criticada. La derrota naval de Trafalgar y la crisis económica avivaron la oposición de la nobleza y el clero. Este descontento cristalizó en la formación de un grupo de oposición en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, que se puso a conspirar para acabar con el gobierno de Godoy. La entrada de las tropas napoleónicas se había convertido en una ocupación de nuestro país. Godoy tramó la huida de la familia real hacia Andalucía para sacarla del país. La Corte se desplazó a Aranjuez, pero el 19 de marzo de 1808 estalló un motín popular organizado por el Príncipe de Asturias: el Motín de Aranjuez. Este precipitó la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Fernando VII.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
Las Abdicaciones de Bayona y el Levantamiento
Napoleón llamó a padre e hijo a Bayona (Francia) y les forzó a abdicar en su hermano José Bonaparte. Fueron las Abdicaciones de Bayona, por las que los Borbones cedieron sus derechos a Napoleón. El nuevo monarca, José I, publicó el Estatuto de Bayona, una carta otorgada que concedía algunos derechos: reconocimiento de ciertos derechos individuales, supresión de la Inquisición y del feudalismo.
Ante la evidencia de la invasión francesa, el descontento popular acabó por estallar: el 2 de mayo de 1808 se inició una insurrección en Madrid, provocada por la represión de las tropas napoleónicas. Los levantamientos antifranceses se extendieron por todo el país; se iniciaba la Guerra de la Independencia.
Organización de la Resistencia
Las Abdicaciones de Bayona y la insurrección contra José I significaron una situación de vacío de poder que desencadenó la quiebra de la monarquía del Antiguo Régimen en España. Para hacer frente al invasor, la población organizó las Juntas Provinciales, que asumieron la soberanía en nombre del rey ausente. Las Juntas Provinciales se coordinaron y se constituyó la Junta Central Suprema, que declaró la guerra al invasor. Durante estos años se enfrentaron el ejército francés, con el apoyo de los afrancesados, y la guerrilla española, formada por antiguos militares españoles y campesinos, ayudados por el ejército británico enviado a la península.
Fases de la Guerra
- Primera fase (mayo – finales de 1808): Se desarrolla una guerra convencional. El ejército español se enfrentó y venció a los franceses en Bailén.
- Segunda fase (finales de 1808 – finales de 1811): Fase de dominio militar francés. El propio Napoleón vino a la península, ocupando la mayor parte del país, excepto zonas periféricas y montañosas donde se organizaron las guerrillas: pequeños grupos de civiles y militares que atacaban por sorpresa al ejército francés.
- Tercera fase (1812 – 1813): Se vuelve a la guerra convencional, pero apoyada por la guerrilla. La campaña de Rusia obligó a Napoleón a retirar tropas de España y, tras la catastrófica retirada de la Grande Armée de Rusia, un Napoleón completamente debilitado decidió pactar el fin del conflicto. En 1813, las tropas francesas abandonaron el país y Napoleón devolvió la corona a Fernando VII por el Tratado de Valençay. La Guerra de la Independencia tocaba a su fin.
Consecuencias de la Guerra
Elevadas pérdidas humanas y económicas. La industria catalana se hundió y perdió su capacidad competitiva. Se aceleró el desmoronamiento del imperio español en América.
Las Cortes de Cádiz y la Revolución Liberal
Convocatoria y Composición de las Cortes
Las Abdicaciones de Bayona habían creado un vacío de autoridad en la España ocupada. Para llenar ese vacío y organizar la insurrección contra los franceses, se organizaron Juntas Provinciales que asumieron la soberanía. Las Juntas Provinciales sintieron desde un principio la necesidad de coordinarse en la Junta Central Suprema, que reconoció a Fernando VII como el rey legítimo pero ausente y se estableció como máximo órgano de gobierno, encargado de dirigir las acciones bélicas. Ante la ofensiva francesa, la Junta se desplazó a Sevilla y luego a Cádiz.
Fruto de esta nueva situación, la Junta Central, con mayoría liberal y aprovechando la ausencia del rey, convocó una reunión de Cortes extraordinarias en Cádiz. Así se inició la primera revolución liberal burguesa en España con dos objetivos: adoptar reformas que acabaran con la estructura del Antiguo Régimen y aprobar una Constitución que cambiara el régimen político del país.
La celebración de las elecciones en situación de guerra propició que se reunieran unas Cortes con predominio de elementos burgueses y cultos procedentes, sobre todo, de Cádiz, de pensamiento liberal. Las sesiones de Cortes comenzaron en septiembre de 1810 y se formaron dos grupos de diputados enfrentados: los liberales, partidarios de reformas revolucionarias inspiradas en los principios de la Revolución Francesa, y los absolutistas, partidarios del mantenimiento del Antiguo Régimen. Los liberales consiguieron un primer triunfo: constituirse en una cámara única y el reconocimiento de la soberanía nacional.
La Constitución de 1812
Fue la primera Constitución liberal del país. Las principales reformas políticas, económicas, sociales y jurídicas adoptadas por las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812 (“La Pepa”) fueron:
Principales Características
- Soberanía nacional: El poder reside en la Nación. División de poderes: Poder Legislativo (Cortes unicamerales), Poder Judicial (tribunales con códigos únicos y jueces que no pueden ser cesados), Poder Ejecutivo (Rey, dirige el gobierno pero con importantes limitaciones).
- Nuevo derecho de representación: La Nación ejerce su soberanía mediante sus representantes en Cortes.
- Procedimiento electoral: Por sufragio universal masculino indirecto.
- Igualdad de los ciudadanos ante la ley.
- Declaración de los derechos individuales del ciudadano.
- Reforma fiscal y adopción de mecanismos para crear una Hacienda Pública.
- Reorganización del Estado: División en provincias y se establece la elección popular de alcaldes, omitiendo toda referencia a los territorios con fueros.
- Abolición de los gremios: Libertad económica, comercial, de trabajo y de fabricación.
- Se crea un ejército nacional con servicio militar obligatorio.
- Implantación de la enseñanza primaria pública y obligatoria.
- Abolición del régimen señorial.
- Confesionalidad del Estado: El catolicismo es la única confesión religiosa permitida.
- Tímida desamortización de algunos bienes de la Iglesia.
- Supresión de la Inquisición.