España (1895-1930): Crisis, Conflictos y Transformaciones Políticas

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Directorio Militar (1923-1925)

Durante esta etapa gobernó el Directorio Militar, compuesto por una serie de militares que se encargaron de dirigir los cargos políticos y las instituciones de la dictadura. Durante esta etapa se produjo una fuerte represión, la militarización del orden público, la prohibición de los sindicatos como la CNT y la supresión del orden constitucional (Constitución de 1876). Se formó un partido único: La Unión Patriótica (1924), que era un partido sin programa ideológico definido y cuya misión primordial fue proporcionar apoyo social al régimen.

Directorio Civil (1925-1930)

Fue la última etapa de la dictadura de Primo de Rivera. En esta fase, una serie de políticos conservadores alcanzaron cargos públicos, aunque se mantuvieron las viejas prácticas caciquiles de la etapa de la Restauración. Se llevó a cabo una política de grandes obras públicas y, sobre todo, Primo de Rivera intentó crear unas instituciones para mantenerse en el poder durante un claro periodo de tiempo. Se creó la Asamblea Nacional Consultiva en 1927 con carácter corporativo, ya que sus miembros eran elegidos entre las grandes instituciones. Desde 1926, se implementaron una serie de reformas administrativas y económicas.

La Crisis de 1898 y la Guerra de Cuba

Contexto y Causas de la Guerra de Cuba (1895-1898)

La Guerra de Cuba (1895-1898) se inició con el levantamiento cubano conocido como el Grito de Baire. El objetivo de Estados Unidos era expulsar a los españoles de Cuba y hacerse con el control de sus colonias en el Caribe y Filipinas. Previamente, Estados Unidos había pretendido comprar la isla de Cuba por 300 millones de dólares, oferta que el gobierno español declinó. Estados Unidos era una potencia emergente y superior militarmente, que rechazaba la presencia de una potencia extranjera (España) cerca de sus costas. Los intereses estadounidenses se vieron favorecidos por la insurrección de los cubanos en 1895, liderada por figuras como José Martí, fundador del Partido Revolucionario Cubano, motor de la guerra por la independencia.

Tanto Cánovas como Sagasta consideraban que había que agotar todos los recursos humanos y económicos para mantener la colonia. La guerra fue de guerrillas, basada en ataques por sorpresa, donde los insurrectos tenían a su favor las condiciones del clima, el conocimiento del terreno y el apoyo de los campesinos.

Desarrollo e Intervención Estadounidense

Cánovas envió inicialmente al general Martínez Campos para controlar la rebelión, pero fracasó. A Martínez Campos le sustituyó Valerio Weyler, que llevó a cabo una dura represión contra los revolucionarios cubanos, generando una situación incontrolable y un aumento del independentismo. En 1897, con Sagasta en el poder, se intentó una política de conciliación. Sagasta envió al general Blanco con los objetivos de:

  • Conceder autonomía política y arancelaria a los cubanos.
  • Establecer el sufragio universal masculino.
  • Equiparar en derechos a cubanos y españoles.

La intervención de Estados Unidos en el conflicto cubano respondió a sus intereses económicos en la isla. A finales del siglo XIX, el principal cliente económico de Cuba era Estados Unidos, que adquiría casi la totalidad del azúcar y el tabaco cubanos. En 1891, el gobierno español elevó las tarifas arancelarias para los productos importados a la isla que no procediesen de la Península (Arancel Cánovas). El presidente de EE. UU., McKinley, protestó ante la situación y amenazó con cerrar el mercado estadounidense a los productos cubanos. En 1895, McKinley mostró su apoyo a los insurrectos cubanos y envió armas por vía marítima.

La ocasión para intervenir directamente en la guerra la dio el incidente del acorazado estadounidense Maine, que estalló en el puerto de La Habana en febrero de 1898. La reacción de Estados Unidos fue enviar un ultimátum a España exigiendo su retirada de Cuba. El gobierno español negó cualquier vinculación con la explosión del Maine y rechazó el ultimátum, amenazando con declarar la guerra en caso de invasión. Una escuadra mandada por el almirante Cervera partió hacia Cuba, pero fue rápidamente derrotada en la batalla naval de Santiago de Cuba, demostrando la inferioridad militar española. Previamente, otra flota española había sido destruida en Cavite (Filipinas). En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, por la cual España se comprometía a abandonar Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que pasaron a ser un protectorado o territorio estadounidense.

Consecuencias de la Crisis de 1898

La Crisis de 1898 es, por encima de todo, una crisis ideológica y moral. La derrota a manos de una nación como Estados Unidos, joven pero infinitamente más desarrollada, dejó al descubierto un país insuficientemente industrializado, militarmente lejos de las potencias mundiales y con grandes deficiencias económicas. A nivel político, el descontento con un sistema corrupto e ineficaz iría en aumento, alimentando, por ejemplo, el crecimiento de los movimientos nacionalistas. A medio plazo, obligó a los partidos dinásticos a iniciar una serie de tímidas reformas (el Regeneracionismo) para tratar de salvar el sistema. Por otra parte, el ejército se sintió atacado por la clase política al ser responsabilizado por el desastre, lo cual aumentó el descontento entre una parte de las Fuerzas Armadas, que empezaron a considerar que la clase política los había traicionado con sus decisiones.

El Regeneracionismo Político: Gobiernos de Maura y Canalejas

A partir de este momento, como consecuencia del desastre de 1898 y la influencia del Regeneracionismo, se llevó a cabo una renovación del liderazgo dentro de los partidos dinásticos.

Gobierno de Maura (1907-1909): La “Revolución desde Arriba”

En 1904, Antonio Maura se convirtió en jefe de gobierno. Maura tenía un espíritu renovador y reformista, aunque siempre dentro de las ideas del conservadurismo. Su proyecto político se conoce como “Revolución desde arriba”. Este proyecto defendía la necesidad de que el régimen debía reformarse desde el gobierno para impedir que lo transformase una revolución popular. Maura intentó la regeneración del sistema a partir de la formación de una nueva base social, las llamadas “masas neutras”, con las que pretendía asegurar los votos para el partido conservador.

Gobierno de Canalejas (1910-1912): Reformismo y Tensión Social

José Canalejas lideró el gobierno liberal entre 1910 y 1912. Sus objetivos incluyeron:

  • Un mayor reformismo social que en la etapa anterior.
  • Limitar el poder de la Iglesia, profundizando en la separación Iglesia-Estado.
  • Promulgar varias leyes para mejorar las condiciones laborales (como la “ley del candado”).
  • En cuanto a las autonomías regionales, se puso en marcha la Ley de Mancomunidades, que aceptaba la posibilidad de la unión de las diputaciones provinciales para gestionar algunos servicios públicos (aunque fue finalmente aprobada en 1914 bajo el gobierno conservador de Eduardo Dato).

Todos estos proyectos y reformas se vieron interrumpidos por el asesinato de Canalejas en 1912 por un anarquista en Madrid. A partir de 1914, España entró en una crisis política generalizada, con diversos cambios de gobierno en pocos años, marcados por la conflictividad social y las esperanzas de cambio de las fuerzas de izquierda.

La Crisis de 1917: Descontento Social y Político

Contexto e Influencias

La Crisis de 1917 en España vino influenciada por acontecimientos internacionales como la Primera Guerra Mundial (aunque España fue neutral) y la Revolución Rusa. Era la primera vez que los comunistas y el movimiento obrero alcanzaban el poder en un país, lo cual supuso una influencia fundamental en el resto de Europa. La huelga general revolucionaria de 1917 en España estuvo claramente influida por estos eventos.

La Huelga General Revolucionaria

En 1917, la CNT y la UGT acordaron un manifiesto conjunto en el que se pedía al gobierno una bajada de precios de los productos de primera necesidad y reformas políticas profundas. La huelga estalló en agosto a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia. Este conflicto fue apoyado por la UGT y el PSOE, que proclamaron la huelga general indefinida exigiendo:

  • El fin de la Monarquía de Alfonso XIII.
  • La formación de un gobierno provisional.
  • La convocatoria de Cortes Constituyentes para establecer un sistema republicano y redactar una nueva constitución.

Consecuencias

Las consecuencias de la huelga general de 1917 fueron significativas:

  • La huelga tuvo una incidencia desigual, contando con escasa participación de los sectores campesinos.
  • Se produjeron incidentes importantes en Madrid, Barcelona, País Vasco y otras zonas industriales.
  • La reacción del gobierno fue básicamente represiva: se declaró la Ley Marcial y se envió al ejército a sofocar las protestas.
  • El balance fue trágico: más de 70 muertos, dos centenares de heridos y aproximadamente dos mil detenidos, incluyendo al comité de huelga.
  • Aunque la huelga general fracasó en sus objetivos inmediatos y no consiguió un apoyo masivo, debilitó aún más al régimen de la Restauración, demostró su incapacidad para gestionar el descontento social y radicalizó a la oposición obrera y republicana. De hecho, este fue uno de los hitos que marcaron el principio del fin del sistema político de la Restauración.

La Guerra de Marruecos y el Desastre de Annual (1911-1927)

Contexto Colonial

La Guerra de Marruecos (con intervenciones intermitentes desde principios de siglo, intensificadas entre 1911-1927) fue un problema persistente. A todos los problemas sociales y políticos del país se le unió el conflicto militar en el Protectorado español. Durante la Primera Guerra Mundial se habían paralizado las actuaciones militares significativas, pero tras la guerra, volvieron a producirse.

La actividad colonial francesa reavivó los deseos del gobierno español por controlar efectivamente la zona entre Alhucemas y Melilla, un área que se había resistido al dominio español. El gobierno ordenó el inicio de operaciones militares con el objetivo de completar la ocupación militar de todo el territorio asignado a España.

El Desastre de Annual (1921)

El general Manuel Fernández Silvestre, apoyado por el rey Alfonso XIII, emprendió una ofensiva para ocupar el territorio entre Melilla y la bahía de Alhucemas. La campaña militar resultó compleja debido a la gran extensión del terreno, los escasos suministros, el desconocimiento del terreno montañoso y la fuerte resistencia de las tribus rifeñas lideradas por Abd el-Krim, quien había organizado una eficaz resistencia contra la presencia colonial española.

Las tropas de Silvestre avanzaron hasta la posición de Annual, donde se produjo la principal batalla. Allí, las tropas españolas se vieron rodeadas y expuestas a los ataques de los rifeños, que disparaban desde posiciones elevadas. En julio de 1921, Silvestre ordenó una retirada que se convirtió en una desbandada caótica.

Repercusiones Políticas y Militares

Las consecuencias del Desastre de Annual fueron desastrosas para España:

  • Miles de bajas españolas (entre 8.000 y 13.000 según las fuentes).
  • Caos, pánico general y pérdida de gran parte del territorio ocupado.
  • Muerte del general Silvestre en circunstancias no esclarecidas.
  • Deserción de las tropas indígenas que servían en el ejército español.
  • Rendición de otras posiciones, culminando con la del general Navarro.
  • Asombrosa victoria para las tribus de Abd el-Krim, que reforzó su liderazgo.
  • El gobierno de Maura se limitó inicialmente a hablar de responsabilidades militares y encargó un informe oficial al general Picasso (el Informe Picasso), que señalaba graves negligencias.
  • Se produjo una enorme conmoción pública y una fuerte reclamación de responsabilidades políticas, con críticas directas al rey por su supuesto papel intervencionista en la campaña de África, desprestigiando enormemente su imagen.
  • Los militares, sintiéndose nuevamente cuestionados y culpados, reforzaron su convicción de que el ejército era la única institución capaz de mantener el orden y la estabilidad del país, abonando el terreno para futuras intervenciones en la política, como el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.