España en el Primer Tercio del Siglo XX: Crisis, Nacionalismo y Dictadura

La Semana Trágica de Barcelona

Los graves problemas anclados en la España del nuevo siglo XX fueron, en primer lugar, que el movimiento obrero no solo provocó enfrentamientos con la clase patronal, sino que acabó en un auténtico anticlericalismo, sobre todo en la opinión pública, como reacción al dominio que la Iglesia ejercía en la sociedad. Esta explosión de violencia contra la Iglesia tendrá uno de sus momentos culminantes en la Semana Trágica de Barcelona (1909). Estos sucesos estuvieron relacionados con las condiciones del servicio militar, ya que todos los hombres realizaban el servicio militar menos los que podían pagar una tasa (clases altas). Esto provoca que fueran las clases populares las que iban a la guerra. En julio de 1909, el gobierno movilizó a los reservistas para acabar con los ataques del norte de África. Pronto estallaron movilizaciones. El 26 de julio estalló una huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la UGT. Hubo protestas, quemas de conventos y enfrentamientos con el ejército. El gobierno contestó con una gran represión. El coste fue un centenar de muertos, heridos, destrucciones, etc.

La irrupción del nacionalismo

Fue el reflejo de un problema de la identidad de España, muy cuestionada después del 98. Se va a criticar por parte de estos nacionalismos el modelo de estado liberal centralista y defenderán otra forma de organización estatal, donde se viera reflejada la España diversa y multinacional. En el País Vasco y en Cataluña, los grupos nacionalistas comenzarán a tener importantes resultados electorales. Los anhelos de una reforma constitucional llevó a los parlamentos catalanes a convocar una Asamblea (julio de 1917). Ésta pretendía descentralizar el estado, acabar con el caciquismo y profundizar en una sociedad más democrática. La Asamblea fue prohibida por el gobierno y sus participantes, detenidos. Aunque la Asamblea continuó su actividad, apareció un nuevo problema: la huelga proletaria.

El descontento de las condiciones laborales

La Primera Guerra Mundial produjo un empeoramiento de las condiciones laborales de la masa obrera, porque la subida de precios no llevó a un aumento de salarios. El descontento fue canalizado por la UGT y la CNT, que firmaron en febrero de 1917 un manifiesto que anunciaba la unificación del movimiento obrero y una huelga general indefinida. Los ferroviarios habían logrado determinados triunfos laborales y ahora pedían aumentos salariales. El gobierno forzó la intransigencia de las compañías con la intención de provocar un movimiento de huelga que le permitiría el uso de la fuerza y la represión. La huelga general fue decretada para el lunes 13 de agosto de 1917. La protesta tomó un carácter político y revolucionario. Se produjo la intervención del ejército, reprimiendo la huelga. Se habían producido 70 muertes y más de dos mil detenidos. Toda esta inestabilidad tuvo uno de sus referentes en Cataluña.

La guerra colonial

Fue el último problema con gran incidencia. La ocupación española del norte de África suponía el último refugio para el expansionismo colonial español donde recuperar parte del prestigio perdido tras el desastre del 98. Toda África estaba ya en manos de las potencias europeas, sólo Marruecos quedaba sin repartir. Para controlar este territorio, se estableció el proteccionismo de administración del territorio. El dominio español se realizaba a menudo mediante pactos y negociaciones, dando lugar a una ocupación poco efectiva, donde las fuerzas españolas se encontraron desde el principio con focos de resistencia. Los mayores fracasos militares se produjeron en 1909, donde el ejército sufrió más de mil bajas, y en 1921 con el desastre de Annual, que significó la caída de doce mil soldados españoles. Si a la situación de inestabilidad política y de violencia social, le sumamos las consecuencias de la cuestión Annual, encontraremos las claves de la solución de fuerza encabezada por Miguel Primo de Rivera, abriendo las esperanzas en una salida dictatorial.

La dictadura de Primo de Rivera

En el verano de 1923 había rumores sobre un golpe de Estado. En septiembre, Miguel Primo de Rivera, popular entre la burguesía y la patronal catalana, se subleva contra el Gobierno. En la noche del 12 de septiembre se declaró en guerra Barcelona y salió el ejército a la calle. El golpe triunfa en silencio, casi sin oposición, y con el apoyo del rey Alfonso XIII. Éste encarga mediante el Real Decreto el cargo de “presidente del Directorio Militar encargado de la gobernación del Estado” al general Primo de Rivera. El nuevo régimen militar se presentó a través de un Manifiesto, donde se plantea un proyecto de regeneración. Se trataba de corregir los defectos del sistema político. Las primeras medidas se orientaron a implantar una Dictadura férrea en la que el Ejército asumía un papel casi de monopolio de todos los resortes del poder. El rey aceptó la propuesta de nombrar ministro único al general Primo de Rivera, a quien asistirá un Directorio militar compuesto por jefes del Ejército. Era una dictadura personalista. Primo de Rivera declaró el estado de guerra en todo el territorio (sep. 1923 a marzo 1925). Sustituyó a todos los gobernadores civiles por militares. Cambió a la mayor parte de los altos cargos de la Administración por mandos militares. Decretó la suspensión de las garantías constitucionales. Otro decreto disolvió el Congreso y la parte electiva del Senado: el poder legislativo quedaba eliminado. Hasta diciembre, el dictador contó con mucho respaldo popular. Las organizaciones obreras protestaron con algún conato de huelga general. En enero de 1924 comenzó un proceso de institucionalización del régimen.

Un Régimen de Militares. El Directorio Militar

El nuevo régimen iba a caracterizarse por la ocupación militar de la estructura del Estado. El primer eslabón fue la sustitución de los Gobernadores civiles por militares, con un poder ilimitado en el nivel provincial. La Dictadura se volcó en controlar la vida municipal, concretada esto en la elaboración del Estatuto Municipal de 1924. Se planteaba la necesidad de impulsar la vida social, dotando de mayor autonomía económica a los municipios e intentando acabar con el caciquismo. Se realizaron muchas inversiones en riesgos, alcantarillado, obras públicas. Los gobernadores nombraron a alcaldes y delegados gubernamentales. Los concejales fueron sustituidos por “vocales asociados”. Se contemplaba la elección por sufragio popular de una parte de los concejales cuya misión era la aprobación de los presupuestos.

El Somatén

Es una institución de origen catalán. Era un cuerpo formado por varones mayores de 23 años que actuaban bajo la tutela del Ejército, Guardia Civil y policía. Se trataba de crear un cuerpo armado auxiliar y contrarrevolucionario adicto al régimen, imitando la dictadura de Mussolini. Fuera de Cataluña apenas tuvo vigencia.

El éxito del Directorio de acabar con la guerra de Marruecos

Primo de Rivera era al principio partidario de abandonar la guerra. Algunos oficiales llegaron casi a la insubordinación. Primo de Rivera tuvo que rectificar y presentar su posición de retirada. El avance de Abd-el-Krim provocó un giro de la situación, al proponer los franceses una operación conjunta. Rápidamente se acordó un desembarco en la retaguardia marroquí. La operación permitió romper en dos la zona controlada por los marroquíes. A mediados de 1926 Abd-el-krim se entregó a los franceses. La guerra había terminado. La victoria de Marruecos colocó a Primo de Rivera en la cumbre.

Un nuevo Estado. El Directorio Civil y la Asamblea Nacional Consultiva

En diciembre de 1925, Primo de Rivera propuso al rey la sustitución del Directorio Militar por un Gobierno Civil. El ejército retornaba a los cuarteles. Este gobierno fue poco brillante y producto de una situación de excepción. Estuvo en el poder entre diciembre de 1925 a enero de 1930.

El nuevo Directorio Civil pretendió la institucionalización de la Dictadura mediante la formación de una Asamblea Nacional Consultiva, que debía crear una nueva Constitución.

El sufragio universal quedó relegado. La Asamblea supuso una ruptura con el parlamento liberal a pesar de que Primo intentase contar con una presencia significativa de hombres de izquierda. Un alto número de políticos y catedráticos llevaron su invitación a formar parte; no así dentro de las filas del PSOE, si hubiese aceptado la designación como asambleísta.

La Asamblea se inauguró en octubre de 1927 y en mayo de 1929 se presentó un anteproyecto de nueva Constitución que otorgaba enormes concesiones al rey, en contra de los deseos del dictador. La formulación final del proyecto resultó un fracaso, por las discrepancias del dictador.

El segundo aspecto dentro de la Dictadura Civil fue la política social. A la creación del Consejo Nacional del Trabajo en 1924. Se crearon una serie de leyes sociales, además del Código del Trabajo de 1926, que regulaba los contratos, los tribunales laborales y los accidentes y el subsidio de familias numerosas.

En 1926 se creó la Organización Corporativa Nacional del Trabajo, una organización mixta. El número de obreros y patronos era idéntico. Tutelado por el Estado, y que suscitó críticas de derechas e izquierda.

La OCT funcionó (izquierdas) por la estabilidad económica, la propia represión y por el cansancio y el desgaste generado en la clase obrera. La UGT llegó a colaborar. También el anarquismo permaneció debilitado por las luchas internas.

Desde el punto de vista de la Política económica de la Dictadura, se destaca:

  • El control de todos los sectores productivos y la supervisión de las actividades económicas.
  • Las ayudas y subvenciones con dinero público a empresas nacionales.
  • El reforzamiento del proteccionismo arancelario.
  • El incremento de las inversiones públicas.
  • La creación de los monopolios de Telefónica y CAMPSA para controlar los recursos energéticos del petróleo.

Los resultados de esta política económica fueron amplias: calma social, establecimiento de modernas obras públicas o el aumento de la producción del hierro. Pero la excesiva deuda tuvo una enorme transcendencia. Sin embargo, en el conjunto, los resultados fueron positivos, beneficiándose los grandes grupos capitalistas españoles.

Conclusión

A partir de aquí se abre la disyuntiva sobre el qué hacer: ¿volver a la situación anterior a 1923 o cambiar completamente la situación política? Hubo un intento de poner en marcha la primera propuesta a finales de 1930, llevada a cabo por militares, pero sin ningún éxito. Las fuerzas políticas de oposición habían sufrido un proceso de remodelación. Esta oposición protagonizó un proceso de convergencia que culminó con el llamado Pacto de San Sebastián. La estrategia ideada recogía la celebración de grandes actos para la creación de un clima de opinión que lograra capitalizar el descontento popular en contra de la Monarquía. Plantearon un contexto de conflictividad política y social, con declaraciones de huelgas generales y movimientos insurreccionales. Este empeño tuvo un ensayo descoordinado y frustrado en la sublevación de diciembre en Jaca creó los rescoldos para el nacimiento de la Segunda República Española. El 12 de abril de 1931 fueron convocadas elecciones municipales, y las elecciones se presentaron como un verdadero plebiscito. Las fuerzas republicanas consiguieron triunfar en la totalidad de las capitales de provincias. La marcha del rey al exilio abrió un nuevo periodo en el devenir histórico de España.