España en el Siglo XVII y XVIII: Declive Imperial, Reformas Borbónicas y Auge Catalán

El Ocaso del Imperio Español: La Guerra de los Treinta Años y sus Consecuencias

La Guerra de los Treinta Años (1618-1648), desencadenada por la Defenestración de Praga, comenzó como un conflicto religioso entre protestantes y católicos en el Sacro Imperio Romano Germánico. Inicialmente, involucró a potencias como Austria, Dinamarca y los principados alemanes. Sin embargo, la intervención de Francia contra Austria transformó la guerra en una lucha por la hegemonía europea.

España, bajo el reinado de Felipe IV, apoyó a la rama austriaca de los Habsburgo, enfrentándose a Francia y a las Provincias Unidas (Holanda). Entre las batallas clave, destacan las derrotas españolas en las Dunas y Rocroi contra Francia, y la victoria española en Breda contra los holandeses.

La guerra concluyó con la Paz de Westfalia (1648), que marcó la independencia de las Provincias Unidas. No obstante, España y Francia continuaron en conflicto hasta la Paz de los Pirineos (1659), donde España cedió el Rosellón y la Cerdaña. Las hostilidades se reanudaron durante el reinado de Carlos II, culminando con la pérdida del Franco Condado en 1678. A estas pérdidas territoriales se sumó la independencia de Portugal en 1640. Estos eventos consolidaron el fin de la hegemonía española en Europa.

Factores Clave de la Crisis Demográfica y Económica del Siglo XVII

La crisis demográfica del siglo XVII en España fue el resultado de varios factores interrelacionados:

  • Epidemias de peste: La recurrencia de brotes de peste diezmó la población.
  • Expulsión de los moriscos (1609): La expulsión de la población morisca, decretada por Felipe III, tuvo un impacto significativo en la economía, especialmente en la agricultura.
  • Malas cosechas y hambrunas: Las malas cosechas, resultado de condiciones climáticas adversas, redujeron la producción agrícola y provocaron hambrunas generalizadas.
  • Guerras constantes: La participación en múltiples conflictos bélicos, tanto internos como externos, aumentó la mortalidad.

La crisis económica se manifestó en:

  • Elevados costes de guerra: El mantenimiento de un vasto imperio y la participación en guerras constantes generaron enormes gastos militares.
  • Crisis de la Hacienda Real: Los gastos superaban a los ingresos, incrementando la deuda pública. La “revolución de los precios” (inflación) empobreció a las clases populares. Desde el reinado de Felipe II, se sucedieron las bancarrotas.
  • Disminución de la producción: La producción agrícola se redujo debido a la pérdida de mano de obra (expulsión de los moriscos) y las malas cosechas. La producción artesanal se vio afectada por el excesivo control gremial.
  • Declive del comercio: La pérdida de territorios y la disminución de la llegada de metales preciosos de América afectaron negativamente al comercio.

El Reinado de Carlos II y el Problema Sucesorio

El reinado de Carlos II (1665-1700), marcado por su incapacidad y debilidad, estuvo dominado por validos y ministros. Durante la regencia de Mariana de Austria (1665-1675), España reconoció la independencia de Portugal.

Durante su reinado efectivo, se produjeron:

  • Las Segundas Germanías (revueltas populares).
  • El Motín de los Gatos en Madrid (protesta por el aumento de precios).
  • La guerra contra Francia, que resultó en la pérdida del Franco Condado (1678).

Estos acontecimientos marcaron la decadencia definitiva del poderío español. El problema sucesorio surgió debido a la falta de descendencia de Carlos II. Los principales candidatos al trono eran Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia) y el Archiduque Carlos de Austria. La muerte de Carlos II en 1700 y la designación de Felipe de Anjou como rey (Felipe V) desencadenaron la Guerra de Sucesión Española.

La Guerra de Sucesión Española, el Sistema de Utrecht y los Pactos de Familia

La ascensión de Felipe V (1700-1746) al trono español provocó la oposición de Austria e Inglaterra, que temían la unión de España y Francia. La Corona de Aragón, temerosa de perder sus fueros, también se opuso a Felipe V. Esto dio lugar a la Guerra de Sucesión Española, que tuvo dos escenarios principales:

  • España: Guerra civil entre los partidarios de Felipe V (principalmente Castilla) y los del Archiduque Carlos (principalmente la Corona de Aragón). Destacan las victorias borbónicas de Almansa, Brihuega y Villaviciosa.
  • Europa: Conflicto internacional entre la Gran Alianza (Austria, Inglaterra, Holanda, etc.) y la coalición franco-española.

En 1711, el Archiduque Carlos se convirtió en emperador de Austria, lo que llevó a Inglaterra a retirarle su apoyo. Felipe V renunció al trono francés. El Tratado de Utrecht (1713) puso fin al conflicto, reconociendo a Felipe V como rey de España. A cambio, España cedió territorios italianos a Austria, y Gibraltar y Menorca a Inglaterra, además de concederles privilegios comerciales. Cataluña continuó la lucha hasta 1714.

Felipe V firmó los dos primeros Pactos de Familia (alianzas con Francia), que permitieron a España recuperar territorios italianos. Carlos III firmó el tercer Pacto de Familia contra Inglaterra, cediendo Florida a cambio de otras posesiones.

La Nueva Monarquía Borbónica: Decretos de Nueva Planta y Reformas

La dinastía Borbón instauró una monarquía absolutista y centralista. Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta, que supusieron:

  • Abolición de los fueros e instituciones de la Corona de Aragón.
  • Supresión de las Cortes de Aragón.
  • Implantación del modelo municipal castellano.
  • Castellano como única lengua oficial en la administración.

Se introdujeron las Secretarías de Despacho (antecedentes de los ministerios). Felipe V reorganizó la administración territorial:

  • Capitanes Generales: Gobernadores con funciones militares y administrativas.
  • Intendentes: Funcionarios con amplias competencias en hacienda, justicia y policía.
  • Corregidores: Se mantuvo y reforzó su importancia en el ámbito municipal.

Se implementó una política regalista (control de la Iglesia por parte del Estado). Las reformas borbónicas abarcaron:

  • Ejército: Modernización y profesionalización.
  • Hacienda: Intentos de racionalización y mejora de la recaudación.
  • Economía: Fomento de la agricultura (aumento de la superficie cultivable), creación de las Reales Fábricas (manufacturas estatales) y promulgación de los Decretos de Libre Comercio con América.
  • Cultura: Creación de centros de estudio, fomento de las ciencias, fundación de las Reales Academias y las Sociedades Económicas de Amigos del País (SEAP).

Expansión y Transformaciones Económicas en la España del Siglo XVIII

La economía española experimentó un crecimiento en el siglo XVIII en comparación con el siglo anterior. La agricultura, aunque seguía siendo tradicional y de bajo rendimiento, aumentó su producción gracias a la ampliación de la superficie cultivada.

La producción artesanal e industrial también creció, impulsada por la creación de las Reales Fábricas y la reducción del control gremial. El comercio, especialmente con América, experimentó un auge debido a:

  • Supresión del sistema de flotas.
  • Promulgación de los Decretos de Libre Comercio (fin del monopolio de la Casa de Contratación).
  • Fomento de las Compañías Comerciales.

El comercio interior, aunque deficiente, mejoró gracias a la construcción de caminos y la supresión de aduanas internas.

Causas del Despegue Económico de Cataluña

Cataluña experimentó un notable desarrollo económico en el siglo XVIII debido a:

  • Protección económica: Políticas proteccionistas que favorecieron la industria catalana.
  • Especialización productiva: Desarrollo de la industria textil algodonera.
  • Inversión: Reinversión de beneficios en la industria.
  • Burguesía emprendedora: Existencia de una burguesía dinámica e innovadora.