España en la Encrucijada: Reinado de Carlos IV, Guerra de Independencia y Cortes de Cádiz

La Guerra de la Independencia: Antecedentes, Causas y Desarrollo

El reinado de Carlos IV (1788-1808) estuvo marcado por una profunda crisis del Antiguo Régimen en España. Las derrotas militares, la bancarrota económica, la pérdida de confianza en los gobernantes y el desmoronamiento institucional de la monarquía absolutista fueron problemas crecientes. La Revolución Francesa (1789) generó un gran impacto en España, provocando temor entre las élites y extendiendo ideas de libertad e igualdad.

Política Exterior de Carlos IV: De la Hostilidad a la Alianza con Francia

La política exterior española durante el reinado de Carlos IV se divide en dos fases:

  1. Enfrentamiento con Francia (inicial): La Revolución Francesa llevó a España a unirse a otras monarquías europeas en contra de Francia.
  2. Alianza con Francia (Tratado de San Ildefonso): España, bajo la influencia de Manuel Godoy, se alió con la Francia napoleónica. Esta alianza condujo a una guerra desastrosa contra Gran Bretaña y Portugal. La flota española sufrió una derrota crucial en la batalla del cabo San Vicente (1797), y Gran Bretaña se apoderó de Trinidad, además de bloquear puertos españoles.

Un punto clave de esta alianza fue el acuerdo para invadir Portugal, aliado de Gran Bretaña. Carlos IV autorizó la entrada de tropas francesas en España, que rápidamente ocuparon Portugal.

Ascenso y Caída de Manuel Godoy

En 1792, Carlos IV nombró a Manuel Godoy, un oficial de la guardia real, como primer ministro. Su rápido ascenso, basado en su relación con la reina María Luisa de Parma, generó un gran rechazo popular y entre la nobleza. Los errores del gobierno y la impopularidad de Godoy debilitaron aún más la monarquía.

Divisiones Ideológicas

Dentro de las élites españolas, surgieron dos corrientes ideológicas opuestas:

  • Reformistas/Jovellanistas: Buscaban reformas graduales y limitación parcial del poder real.
  • Liberales: Influenciados por la Revolución Francesa, buscaban cambios más radicales y una constitución.

Crisis Dinástica y la Intervención Napoleónica

A principios del siglo XIX, la situación financiera de España era crítica. El príncipe Fernando (futuro Fernando VII) conspiró contra Godoy y su propio padre. Un primer intento fallido en El Escorial (1807) reveló la profunda crisis dinástica. El Motín de Aranjuez (1808) forzó a Carlos IV a abdicar en favor de Fernando VII.

Napoleón Bonaparte, aprovechando la debilidad de la monarquía española y la presencia de tropas francesas en la península, intervino directamente. Convocó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona (Francia), donde los obligó a abdicar en su favor. Napoleón nombró a su hermano, José I Bonaparte, como rey de España.

La población española, en su mayoría, rechazó a José I y se levantó en armas contra la ocupación francesa. Sin embargo, un sector minoritario, conocido como los “afrancesados”, apoyó al nuevo rey.

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Durante la Guerra de la Independencia, se convocaron las Cortes de Cádiz (1810-1814). Unos 300 diputados, reunidos en la ciudad sitiada de Cádiz, representaron a la nación española.

Grupos Ideológicos en las Cortes

En las Cortes de Cádiz se distinguieron tres grupos principales:

  • Liberales: Dominaron los debates. Eran partidarios de reformas radicales y de una constitución.
  • Jovellanistas: Defendían reformas moderadas y graduales.
  • Absolutistas: Defensores del Antiguo Régimen y del poder absoluto del rey (aunque minoritarios en Cádiz).

La Obra Legislativa de las Cortes

Las Cortes de Cádiz llevaron a cabo una profunda reforma política, económica y social. Sus principales medidas incluyeron:

  • Libertad de imprenta y supresión de la censura.
  • Abolición de los señoríos jurisdiccionales.
  • Desamortización de bienes comunales y eclesiásticos.
  • Supresión de la Inquisición.

La Constitución de 1812

La obra cumbre de las Cortes fue la promulgación de la Constitución de 1812, conocida como “La Pepa” (por ser promulgada el 19 de marzo, día de San José). Esta constitución, de carácter liberal, establecía:

  • Soberanía nacional.
  • División de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial).
  • Sufragio universal masculino indirecto.
  • Derechos y libertades individuales (libertad de expresión, propiedad, etc.).
  • Monarquía constitucional: El rey tenía un poder limitado y estaba sujeto a la Constitución. No podía disolver las Cortes y solo tenía un veto suspensivo temporal sobre las leyes.
  • Igualdad ante la ley (con matices, ya que no se aplicaba a todos por igual).
  • Religión católica como única permitida (una concesión a la Iglesia debido a la situación de guerra).

Las Cortes no abolieron la esclavitud, a pesar de los debates al respecto. La mayoría de los diputados temían las consecuencias económicas de una abolición inmediata en las colonias americanas.