Bloque 6: La Conflictiva Construcción del Estado Liberal (1833-1868)
6.1 El Reinado de Isabel II (1833-1868): La Primera Guerra Carlista, Evolución Política, Partidos y Conflictos. El Estatuto Real de 1834 y las Constituciones de 1837 y 1845
Evolución Política
El periodo de minoría de edad de Isabel II estuvo ocupado por dos regencias:
- Regencia de María Cristina (1833-1840): Se apoyó en los liberales moderados y se desmanteló el Antiguo Régimen. Los jefes de gobierno fueron Mendizábal y Calatrava. María Cristina dimitió tras un verano de tensión e insurrecciones.
- Regencia de Espartero (1840-1843): Aplicó una política de carácter autoritario.
- Reinado efectivo de Isabel II (1843-1868): Declarada mayor de edad a los 13 años, comenzó su reinado con:
- La década moderada (1844-1854): Narváez y González Bravo crearon la Guardia Civil, se firmó el Concordato de 1851 y tuvieron enfrentamientos con los progresistas, militares y con las masas populares.
- Bienio progresista (1854-1856): Ante la incapacidad de soluciones de los moderados, los militares ocuparon el poder, entregado a Espartero por la Reina.
- Los gobiernos de los moderados y la Unión Liberal (1856-1868): Dirigido por O’Donnell. Actuaciones militares en el exterior. Tras la muerte de Narváez y O’Donnell, una crisis conducirá a la revolución de septiembre de 1868 que expulsó a Isabel, y el general Prim se hizo con el poder.
Partidos
- Partido moderado / General Narváez. Liberalismo conservador: concedía un gran poder al monarca y creía en la soberanía compartida. Dispuesto a recortar libertades.
- Progresistas / Espartero. Liberalismo radical: apoyados por la clase media burguesa, partidarios de la soberanía nacional, limitación del poder de la reina y del mantenimiento de los derechos fundamentales.
- Unión Liberal / General O’Donnell. Liberalismo centralista: surgió en 1854 como una separación del liberalismo moderado de izquierdas y del ala derecha del partido progresista.
- Partido Demócrata. Liberalismo democrático: creado en 1849 a partir de los sectores más radicales del partido progresista y movimiento obrero. Tendencia republicana.
Conflictos
En 1836, la rebelión de los sargentos de La Granja obligó a restablecer la Constitución de Cádiz. En 1843, Narváez desencadenó un acelerado proceso de reacción, cerró periódicos y clubes políticos. En 1854, la Vicalvarada fue un pronunciamiento de O’Donnell de carácter progresista y el Manifiesto de Manzanares que exigía reformas democráticas y sociales. En 1866, la noche de “San Daniel”, el ejército actuó con violencia ante las protestas estudiantiles por la expulsión de profesores universitarios. Y, los fusilamientos del cuartel de San Gil, sublevación progresista para derrocar a la reina.
El Estatuto Real de 1834
Se promulgó bajo el gobierno de Martínez de la Rosa. Era una carta otorgada de carácter conservador que no reconocía la soberanía nacional. Fue un tránsito político del absolutismo al liberalismo. Destacó:
- Las Cortes solo tenían derecho de petición al monarca. Sin capacidad legislativa.
- Las Cortes eran bicamerales (dos cámaras). La cámara alta era designada por la Corona y una baja, de procuradores que eran elegidos mediante sufragio censitario.
- No reconocía derechos individuales.
Constitución de 1837
De carácter moderado, en el gobierno de Calatrava:
- Soberanía nacional.
- Derechos individuales.
- Poder judicial independiente.
- Poder ejecutivo recayó en la Corona.
- Poder legislativo recayó en el Parlamento.
Constitución de 1845
Elaborada durante la presidencia de Narváez, que suprimió los aspectos progresistas del anterior:
- Soberanía compartida entre la Corona y las Cortes.
- Confesionalidad del Estado.
- Poder judicial con independencia restringida.
- Poder ejecutivo: potestad del rey para disolver las cámaras.
- Poder legislativo recayó en el Senado y Congreso de los Diputados.
6.2 El Reinado de Isabel II (1833-1868): Las Desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases
El proceso de desamortización del siglo XIX se inició como una medida de riqueza nacional, basándose en el siguiente principio liberal: aumentar el número de propiedades privadas para asegurarse el presente que determinará una mayor felicidad personal.
La desamortización del Estado suponía: la incautación de los bienes en poder de las llamadas “manos muertas”, como las tierras de la Iglesia, convirtiéndose en bienes nacionales para hacer frente a los gastos, y la puesta en venta en el mercado libre, a través de una subasta pública.
Desamortización de Mendizábal
La construcción de un Estado Liberal requería tomar medidas económicas. Juan Álvarez Mendizábal, experto en asuntos financieros, quería el fin de la guerra carlista para acabar con los gastos militares y disminuir la deuda del Estado, por lo que recurrió a los bienes eclesiásticos. Además, había un problema en la estructura de la propiedad: sin pequeños y medianos propietarios no había clase media y sin clase media no se creaba riqueza.
La puesta en marcha de su decreto trajo la ruptura de las relaciones diplomáticas con Roma y la Iglesia, y ésta excomulgó a los expropiadores y a los compradores de las tierras, lo que hizo que muchos lo hicieran a través de intermediarios. La desamortización, con efectos recaudatorios, se inició en febrero de 1836. Los bienes del clero regular quedaron en manos del Estado y se subastaron tierras, monasterios y conventos junto con todos sus enseres, incluidas las obras de arte y los libros. En las áreas urbanas, las propiedades fueron declaradas bienes nacionales en 1837 al sacar a la venta los bienes del clero secular, es decir, catedrales e iglesias.
El plan Mendizábal fracasó porque las tierras tardaban en venderse, había escasez de dinero y las ventas se producían a plazos.
Desamortización del General Pascual Madoz
Se promulgó en mayo de 1855 y ha estado vigente hasta 1924. Esta ley fue consensuada entre liberales y conservadores, cuyo objetivo era reactivar la economía española. Se llamaba “general” porque declaraba en venta los bienes de propiedad colectiva, tanto del clero como los bienes que pertenecían a los municipios, que fueron realmente los más afectados en estos momentos.
Los municipios poseían “bienes de propios”, aquellos que proporcionaban una renta al ayuntamiento por estar alquilados, y “bienes comunales”, que no proporcionaban renta y eran utilizados por los vecinos del lugar.
Consecuencias de esta desamortización
- El dinero obtenido se destinó a industrializar el país y a la expansión del ferrocarril.
- La propiedad del dinero no era del Estado, sino de los ayuntamientos.
- Los ayuntamientos se empobrecieron y los arrendatarios y jornaleros empeoraron sus condiciones de trabajo.
La Sociedad de Clases
La revolución industrial transformó las estructuras sociales, acabó con la vieja sociedad estamental y nació una sociedad de clases determinada por la renta y el lugar que las personas ocupaban en el modo de producción; hubo, por tanto, una mayor movilidad parcial. En esta nueva sociedad, surgieron dos grupos sociales con intereses contrapuestos: la burguesía y el proletariado.
- La clase alta: comprendía a la antigua nobleza, que consolidó su riqueza económica con la compra de tierras desamortizadas, y la alta burguesía, formada por: dueños de fábricas, banqueros, grandes propietarios agrícolas y comerciantes. Quería imponer sus valores: individualismo, culto al trabajo y defensa de la propiedad privada. Sus hijos accedían a las universidades y se preparaban para ser la élite económica, política e intelectual. La reina repartió títulos nobiliarios y trató de ennoblecerse mediante enlaces matrimoniales.
- Clase media: emergió como clase minoritaria, pero ejerció un papel importante. Estaba formada por medianos propietarios agrarios y grupos urbanos que no ejercían un trabajo manual: profesiones liberales, ingenieros y funcionarios.
- Clase baja: formada en el campo por jornaleros y temporeros, artesanos, servicio doméstico, marginados sociales y pequeños propietarios; y en las ciudades, por empleados asalariados y proletarios de las fábricas que sufrían largas y duras condiciones de vida.