Evolución Política y Cultural de la Península Ibérica: Desde los Pueblos Prerromanos hasta el Despotismo Ilustrado

El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos de las Comunidades y Germanías

Herencia materna: Castilla, Aragón, Navarra, posesiones italianas y norteafricanas, y reinos de Indias. Herencia paterna: Países Bajos, Franco Condado, sur de la actual Alemania, Austria, Tirol y derechos a la corona imperial.

Conflictos internos: Debidos fundamentalmente a los intentos de marginar las instituciones de los distintos reinos y a la conducta de sus consejeros flamencos, perjudicial para los intereses de los españoles. Destacaron:

Comunidades (1520-1522)

  1. Tuvo lugar en Castilla entre 1520 y 1522.
  2. Sus protagonistas fueron ciudades con voto en Cortes.
  3. Carácter marcadamente político: querían poner condiciones al monarca.
  4. Demandas:
    • Prescindir de asesores extranjeros.
    • Respetar la decisión de las Cortes.
    • Reducir impuestos.
    • Proteger la industria textil.
    • Reducir el poder de la nobleza.
  5. El movimiento terminó con la derrota de los comuneros y la ejecución de sus dirigentes: Padilla, Bravo y Maldonado.

Germanías (1519-1523)

  1. Tuvo lugar en Valencia y Mallorca entre 1519 y 1523.
  2. No estuvo conectada ni coordinada con las Comunidades.
  3. Carácter principalmente social.
  4. Exigencias:
    • Abolición de la jurisdicción señorial y de los impuestos feudales.
    • Control burgués de los municipios.
    • Expulsión de los mudéjares.
  5. La rebelión fue derrotada con tropas del rey y de la nobleza.

El Despotismo Ilustrado de Carlos III

Con el despotismo ilustrado se pretende fortalecer el absolutismo mediante la práctica de reformas ilustradas, aplicadas desde el poder sin contar con la opinión de la sociedad, y procurando amplias cotas de desarrollo económico. Es una especie de “revolución desde arriba” que intenta conciliar principios liberales con el más acentuado absolutismo.

Reformas Internas

  • Refuerzo de la autoridad central: nombramiento de corregidores, intendentes y capitanes generales.
  • Sometimiento del clero a la disciplina del Estado (expulsión de los Jesuitas).
  • Los secretarios pasan a llamarse ministros.
  • La nobleza conserva sus privilegios, pero se introducen más títulos por mérito y por dinero.
  • Aumento de la representación de la población en los ayuntamientos: diputados del común, síndico personero, alcaldes de barrio.

Reformas Económicas

La práctica de las reformas económicas tuvo en esta época mayor importancia en la agricultura. Respecto del comercio, continuó el monopolio de la Casa de Contratación, si bien se autorizó a más puertos además de Cádiz.

Los Pueblos Prerromanos en la Península Ibérica

Durante la Edad del Hierro, y hasta la llegada de los romanos, se configuraron en la península varias culturas indígenas dispares en su desarrollo y poco relacionadas, muchas de ellas, con el Mediterráneo. La inmensa mayoría de ellas acabó asimilada por la superior cultura romana. Lo poco que se sabe de ellas se debe precisamente a historiadores romanos, quienes las denominaron en su conjunto como ibéricas, si bien con un sentido distinto al de los griegos.

Los pueblos menos civilizados eran de origen indoeuropeo (salvo los vascones). Por su localización y características, podemos distinguir tres zonas:

  1. Sureste a nordeste (incluidas Baleares): Pueblos agrícolas con cierto desarrollo urbano, con sociedades aristocráticas y con prácticas de culto funerario (turdetanos, oretanos, ilergetes, etc.).
  2. Noroeste de la meseta y montañas del norte: Fundamentalmente ganaderos y menos civilizados, se resistieron a la conquista (vacceos, vetones, lusitanos, cántabros, vascones, astures, etc.).
  3. Nordeste de la meseta: Los más difíciles de someter, practicaban el bandolerismo y eran mercenarios (arévacos, pelendones, celtíberos).

El Emirato y el Califato de Córdoba en la Edad Media

Como consecuencia de las luchas por el poder en Damasco, uno de los supervivientes de la familia Omeya, llamado Abd-al-Rahman, se trasladó a Al-Ándalus y se proclamó Emir Independiente del Califa de Bagdad (sede del nuevo Califato), si bien siguió dependiendo en lo religioso.

Hubo de vencer la resistencia interior de los partidarios abbasíes y a otros núcleos de oposición, conquistando Toledo, Sevilla y Zaragoza, pero sin controlar la franja norte.

Entre el año 879 y el 929, se produjo una crisis de poder manifestada en numerosas revueltas locales, la cual terminó cuando Abd-al-Rahman III accede al poder y se proclama Califa (jefe político y religioso), haciendo de Córdoba la capital del nuevo Califato. Su poder fue tal, que los reinos cristianos hubieron de pagar parias o tributos con el objeto de no ser invadidos.

Promovió un renacimiento artístico, cultural e intelectual que tuvo como focos de difusión a la propia Córdoba y a Madinat-al-Zahra. Sus sucesores, a excepción de Hisham II, fueron perdiendo popularidad y terminaron siendo derrocados, dándose por terminado el Califato en el año 1031.

La Crisis del Siglo XI: Los Reinos de Taifas

Se produjo tras la muerte del califa Al-Hakam II, cuando su hijo Hisham II, al ser menor de edad, hubo de dejar el poder en manos de Al-Mansur (Almanzor), entre los años 976 y 1009.

Con Almanzor se implantó una auténtica dictadura ortodoxa islamista, que no solamente conservó la integridad de Al-Ándalus, sino que extendió sus dominios hasta Fez, en Marruecos, y realizó expediciones de castigo a los reinos cristianos (Santiago y Barcelona fueron saqueadas).

Muerto Almanzor, uno de sus hijos intentó proclamarse Califa, pero en 1009 estalló la llamada revolución de Córdoba, en la que todos los familiares de Almanzor (los llamados amiríes) fueron asesinados y el califa Hisham II obligado a abdicar. A partir de entonces, se desató una guerra civil que dio como resultado la división del reino en otros más pequeños, denominados Taifas, siendo los primeros en el año 1031: Mérida-Badajoz, Sevilla y Córdoba, controlados por andalusíes locales; Algeciras, Málaga y Granada, controlados por bereberes recién llegados de África; los de la zona levantina, controlados por eslavos.