Evolución Política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba
Los musulmanes aparecen en la Península Ibérica en el año 711, como una fase más de su expansión por la cuenca del Mediterráneo. Encontraron una resistencia muy escasa y controlaron todo el territorio en pocos años. En muchos casos, la aristocracia hispanogoda prefirió pactar con los invasores (Teodomiro en Murcia). La capital se establece en Córdoba.
Entre 711 y 756, el emir gobierna en nombre del califa de Damasco. Al producirse la revolución de los abasíes, Abd al-Rahman, un Omeya, llega a Al-Andalus y proclama el emirato independiente, aunque acepta la autoridad religiosa del Califa de Bagdad. Se consolida el poder frente a numerosas revueltas locales en Córdoba, Toledo, Mérida y el valle del Ebro.
En 929 Abd al-Rahman III (912-961) proclama el Califato. Al-Hakam II (961-976) destacó por su labor cultural. La máxima expansión corresponde a Hisham II (976-1009), a través de su primer ministro Almanzor, quien demostró la fortaleza militar islámica en la península. Las agudas contradicciones producen la crisis del siglo XI, que disgrega el califato, con la formación de poderes locales independientes: los reinos de Taifas.
La Crisis del Siglo XI: Reinos de Taifas e Imperios Norte-Africanos
Los gobernadores provinciales se rebelan y proclaman la independencia de sus territorios (Taifas). Los reinos más poderosos fueron los de Toledo, Zaragoza, Valencia y Sevilla. Su prosperidad económica y cultural no impedía su debilidad militar, por las constantes luchas internas. Por tanto, los cristianos avanzan en la reconquista –conquista de Toledo (1085)-.
Ante el peligro, las Taifas llamaron en su auxilio a los almorávides, musulmanes ultraortodoxos, cuyo imperio controlaba el norte de África. Derrocan a los gobernantes de las taifas y vencen a los cristianos en Sagrajas (1086). Hacia 1145 su poder decae, aparecen unos segundos reinos de Taifas y llaman en su auxilio a los almohades, cuyo imperio se extendía desde Marruecos a Mauritania, y que vencen en Alarcos (1195) a Alfonso VIII de Castilla.
La reacción cristiana lleva a la unión de todos los reinos y la victoria en las Navas de Tolosa (1212). Posteriormente, se produce la gran expansión de la Reconquista por el valle del Guadalquivir y por la zona de Valencia-Murcia. Sólo resta el reino de Granada, y la tentativa de auxilio de los Benimerines, fue derrotada en la batalla del Salado.
La Organización Económica y Social
La población de Al-Andalus era de una gran heterogeneidad, pues se dividía según varios criterios (poder económico, riqueza, familia y religión). Frente a los árabes dominantes, los bereberes se consideraban sometidos, lo que explica su tendencia a la revuelta permanente, al igual que los muladíes de origen hispanogodo. Judíos y mozárabes debían pagar impuestos especiales por no ser musulmanes. El número de esclavos fue creciendo paulatinamente.
Al-Andalus poseía ciudades prósperas, una artesanía floreciente y una actividad comercial de gran importancia, en contraste con los núcleos cristianos del norte (ruralismo y autarquía). Hay nuevos cultivos –arroz, agrios, azafrán, caña de azúcar- y mejoras técnicas, pero continúan los grandes latifundios trabajados por colonos. En las ciudades el panorama social era muy variado. El comercio interurbano floreció y también el comercio a larga distancia, con África, el norte de Europa y todo el Mediterráneo (oro, esclavos, aceite de oliva, tejidos, manufacturas de lujo –seda, vidrio-).
Administrativamente, el territorio estaba dividido en provincias –“qoras”- (Las principales eran las de Toledo, Mérida y Zaragoza). La justicia era administrada por los “cadíes”.
El Legado Cultural
En Al-Andalus se impuso la lengua, la religión y la cultura de la minoría árabe. Fue un puente entre la cultura musulmana y la cultura cristiana. El mayor esplendor intelectual procede de la época de los reinos de Taifas, aunque los cimientos se ponen en la época califal. El pensamiento está muy influido por la religión, y destacan Averroes, quien reinterpreta a Aristóteles, y el judío Maimónides.
En literatura destaca Al-Gazal y aparecen composiciones populares (el zéjel y la muasaja), de las que derivan las “jarchas”. En la época de Taifas, destaca Ibn Hazm, con su obra “El collar de la paloma”. Al-Edrisi, viajero y geógrafo, describió numerosos países. También se desarrollaron ciencias como la botánica, la medicina o la astronomía, con Azarquiel, quien describe el movimiento de las estrellas en las “Tablas Toledanas”. En matemáticas, destacan en álgebra y trigonometría, así como por difundir el sistema de numeración hindú al resto de Europa.
Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Los Primeros Núcleos de Resistencia
Tras la invasión musulmana surgen en la franja cantábrica y los Pirineos los primeros focos de resistencia, que llegaran a ser grandes entidades políticas cristianas:
- En el año 718 los astures proclaman rey a Pelayo, probablemente visigodo; este es el origen del reino Astur -batalla de Covadonga-. Alfonso II establecerá su capital en Oviedo y Alfonso III lo transformará en el reino de León.
- En el siglo X el conde Fernán González reunirá varios territorios dispersos y formará el condado de Castilla.
- El reino de Pamplona, futuro reino de Navarra, surgió en el siglo IX, con orígenes confusos -Roncesvalles-; una política matrimonial permitió la incorporación del condado de Aragón. El máximo prestigio y expansión se alcanzará en el siglo XI con Sancho III, el Mayor.
- En torno a Jaca, a comienzos del siglo IX surgió el condado de Aragón. Tras la citada unión con Navarra y a la muerte de Sancho III, surge como reino con Ramiro I en el siglo XI.
- Un conjunto de condados integrados en la monarquía carolingia desde el siglo VIII (Marca Hispánica) serán el origen del Condado de Barcelona bajo el mando de Vifredo el Velloso; Borrell II en el siglo X niega el vasallaje feudal al nuevo rey francés (Capetos). El matrimonio del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV con Doña Petronila, hija del rey de Aragón en el siglo XII constituye el origen del Reino de Aragón y Cataluña.
Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Principales Etapas de la Reconquista
- Del siglo VIII al X: Los musulmanes eran militarmente superiores a los reinos cristianos que se limitaron a ocupar territorios casi despoblados como la cuenca del Duero.
- En el siglo XI: el califato se fragmenta en los reinos de Taifas. Alfonso I, rey de Castilla y León conquista en el 1085 el reino de Toledo de gran valor estratégico. Los musulmanes reclaman la ayuda de los Almorávides que frenan el avance de Castilla con victorias como las de Sagrajas y Uclés. Por su parte Aragón se extiende hasta el valle medio del Ebro, con la toma de Zaragoza en el 1118. A mediados del siglo XII, con la decadencia Almorávide se culmina la conquista del Valle del Tajo, tomando Lisboa y del valle del Ebro hasta Tortosa.
- En la 2ª mitad del siglo XII: el poder de los almohades y las disputas entre los reyes cristianos frenan el avance conquistador que se limitó a los cursos altos de los ríos Turia, Júcar y Guadiana.
- En el siglo XIII: tras la derrota de Alarcos, 1195, los reinos cristianos se unen, incentivados por la declaración de cruzada del Papa Inocencio III, en un ejército que derrota a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y despeja el camino hacia el valle del Guadalquivir. Aragón, con Jaime I, el conquistador, se anexiona Mallorca, Ibiza y el reino de Valencia. Portugal conquista Faro; y Castilla culminó con Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio, la conquista de Andalucía y se incorporó el reino de Murcia. Sólo queda en manos musulmanas el reino nazarita de Granada.
Las Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Estructura de la Propiedad. Modelos de Repoblación y Organización Social
- Entre los siglos VIII al X se aplicó la presura, al norte del Duero y al pie del Pirineo, territorios casi despoblados. La presura o aprisio en catalán, es la ocupación de una tierra despoblada por aquel que la va a cultivar, se basa en el derecho romano. El resultado fue una zona de pequeñas y medianas propiedades de hombres libres.
- En los siglos XI y XII, se dio la repoblación concejil entre el Duero y los Montes de Toledo y en el Valle del Ebro. El territorio se dividía en concejos y alfoces. El rey otorgaba una carta puebla o fuero, conjunto de derechos. Los nuevos pobladores, hombres libres, disponían de casa y tierras. La población musulmana era numerosa y se respetaron en general sus propiedades. El resultado fue la propiedad mediana y la propiedad comunal.
- En la primera mitad del siglo XIII, las Ordenes Militares repueblan el Valle del Guadiana, Teruel y el norte de Castellón. Zonas extensas y poco pobladas, que se dividieron en encomiendas a cuya cabeza estaba un Comendador de la orden militar correspondiente. Predominaran así los grandes latifundios dedicados a la explotación ganadera.
- En la segunda mitad del siglo XIII, los territorios conquistados fueron repartidos entre los conquistadores. Se aplicó al valle del Guadalquivir y el litoral levantino. El resultado fue la formación de grandes latifundios por la nobleza, la Iglesia y las órdenes militares. La población musulmana, muy numerosa, permanece como colonos. Muchos marchan a Granada o a África.