La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia (1975-2000)
Tras la muerte de Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975, España se enfrentó a tres posibles escenarios: el inmovilismo, una reforma progresiva hacia la democracia o una ruptura total con el régimen franquista. Siguiendo la Ley de Sucesión, el 22 de noviembre, Juan Carlos I asumió la jefatura del Estado como rey y manifestó su voluntad de instaurar un sistema democrático en España.
Los Desafíos del Cambio Político
El proceso de cambio político encontró numerosas dificultades. El rey Juan Carlos I tuvo que aceptar inicialmente el último gobierno franquista, liderado por Arias Navarro. Este gobierno no implementó las reformas necesarias, y el rey forzó la dimisión de Arias Navarro en julio de 1976. Tras la muerte de Franco, se produjo una gran movilización política y social que reclamaba la democratización del país. Se sucedieron huelgas y protestas, que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad. El rey designó a Adolfo Suárez como presidente, una decisión que inicialmente generó desconfianza.
Las Reformas de Adolfo Suárez
El gobierno de Adolfo Suárez impulsó una serie de reformas que desmantelaron el régimen franquista y abrieron el camino hacia un sistema democrático. La Ley para la Reforma Política recogía aspectos fundamentales como:
- La soberanía popular.
- La inviolabilidad de los derechos individuales.
- La creación de unas Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal, directo y secreto (excepto un 20% de senadores designados por el rey).
El 18 de noviembre de 1976, las Cortes franquistas aprobaron la reforma, que implicó la legalización de los partidos políticos (incluido el Partido Comunista de España, PCE) y la convocatoria de elecciones para junio de 1977.
Las Elecciones de 1977 y la Constitución de 1978
Las elecciones se celebraron el 15 de junio de 1977 y configuraron un Parlamento sin mayoría absoluta. La Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Adolfo Suárez, obtuvo la victoria, seguida por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Alianza Popular (AP). Suárez continuó como presidente del gobierno y se inició la elaboración de una Constitución. Se crearon las preautonomías en Cataluña, País Vasco y Galicia (marzo de 1978). Los partidos políticos firmaron los Pactos de la Moncloa para afrontar la crisis económica y se aprobaron medidas de reforma fiscal. Las Cortes aprobaron una nueva amnistía. Este gobierno enfrentó la oposición de la ultraderecha, los militares golpistas (Operación Galaxia) y el terrorismo (ETA, GRAPO, FRAP).
La Constitución de 1978 fue redactada por una ponencia de siete miembros (3 de UCD, 1 del PSOE, 1 del PCE, 1 de AP y 1 de otros partidos). Fue aprobada por las Cortes el 31 de octubre, ratificada en referéndum el 6 de diciembre y firmada por el rey el 27 de diciembre de 1978. La Constitución reconocía a España como un Estado social y democrático de derecho, basado en los valores de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político. Establecía la monarquía parlamentaria como forma política del Estado y recogía una regulación del proceso autonómico (ordinario, art. 143, y extraordinario, art. 151). La división de poderes se definía de la siguiente manera:
- El rey, jefe del Estado (con función representativa).
- El poder legislativo, en las Cortes (Congreso y Senado).
- El poder ejecutivo, en el Gobierno.
- El poder judicial, en los jueces y magistrados.
Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones para el 1 de marzo de 1979.
La Crisis de la UCD y el Golpe de Estado de 1981
Estas elecciones arrojaron resultados similares a las de 1977. En las elecciones municipales, la UCD obtuvo el mayor número de concejales, pero el PSOE logró una gran presencia en los núcleos urbanos. La acción política se guiaba cada vez más por la dinámica gobierno-oposición, y la UCD, sin mayoría absoluta, comenzó a tener problemas para sacar adelante sus propuestas.
Se aprobaron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y el País Vasco, pero el proceso con las demás comunidades por una vía más lenta generó problemas. La política educativa también causó complicaciones. Aumentaron las tensiones internas en la UCD y las críticas hacia Suárez. En mayo de 1980, el PSOE presentó una moción de censura contra Suárez, quien dimitió como presidente del gobierno y renunció a la dirección de la UCD el 29 de enero de 1981.
Para suceder a Suárez, se designó a Leopoldo Calvo Sotelo. Durante su votación de investidura, se produjo el intento de golpe de Estado del 23 de febrero (23-F). El teniente coronel Antonio Tejero, junto a un grupo de civiles y algunos militares, irrumpió en el Congreso, y el capitán general de Valencia sacó los tanques a la calle. La intervención del rey en televisión, desautorizando a los rebeldes y exigiendo su rendición, fue decisiva. Los responsables del golpe fueron detenidos, juzgados y condenados. El 25 de febrero, Calvo Sotelo fue investido presidente. Su gobierno inició una política de consenso con el PSOE. Durante su mandato, se aprobó la Ley del Divorcio y la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA), que buscaba limitar las competencias autonómicas. En política exterior, el 29 de octubre, el Congreso autorizó la adhesión de España a la OTAN. Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 28 de octubre de 1982.
La Etapa Socialista (1982-1996)
El PSOE obtuvo una victoria contundente en las elecciones de 1982, logrando la mayoría absoluta. Felipe González se convirtió en presidente del gobierno, cargo que ocupó durante trece años. La hegemonía socialista se consolidó en las elecciones municipales y autonómicas.
En política interior, la economía creció un 5% anual. Se logró el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), lo que impulsó las inversiones en infraestructuras y educación. Se ampliaron las medidas liberalizadoras y se privatizaron empresas públicas. Se llevó a cabo la reconversión industrial de sectores en crisis. Se implementó una política de moderación salarial. Se logró una economía más competitiva y exportadora, aunque persistieron problemas de desempleo y déficit público.
En política exterior, España aumentó su presencia internacional. El 16 de julio de 1985 se firmó el Tratado de Adhesión a la CEE, que entró en vigor el 1 de enero de 1986. Se celebró un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN el 12 de marzo de 1986, con resultado favorable a la permanencia.
El Gobierno del Partido Popular (1996-2004)
El aumento del paro y el descontento social llevaron a la victoria del Partido Popular (PP) en las elecciones de marzo de 1996, aunque con una ventaja reducida. José María Aznar formó gobierno con el apoyo de Convergència i Unió (CiU), el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Coalición Canaria (CC). Se consolidó la recuperación económica mediante políticas de control de la inflación y rigor presupuestario, lo que permitió a España cumplir los requisitos para la adopción del euro. El 1 de enero de 1999, España se convirtió en uno de los países fundadores del euro.
El gobierno del PP aceleró la privatización de empresas públicas y liberalizó los mercados del gas, la electricidad y el petróleo. En 1997, España se integró en la estructura militar de la OTAN y en 1999 participó en la guerra de Kosovo. Se culminó la profesionalización de las Fuerzas Armadas y se suprimió el servicio militar obligatorio en 2003. En 1998, ETA declaró una tregua de un año, aunque persistieron los problemas del terrorismo y la inmigración. En las elecciones del año 2000, el PP obtuvo la mayoría absoluta.