Evolución Política Durante el Reinado de Isabel II (1833-1874)
A continuación, se resumen las etapas de la evolución política del reinado de Isabel II, incluyendo el papel de los militares:
Etapas del Reinado de Isabel II
- La Regencia de María Cristina (1833-1840): Tras la muerte de Fernando VII, se inicia una etapa de transición marcada por la Primera Guerra Carlista y la regencia de su viuda, María Cristina. En este periodo destacan la Desamortización de Mendizábal (1836) y la Constitución de 1837.
- La Regencia de Espartero (1840-1843): En este trienio, el general progresista Espartero dirigió el país de forma autoritaria.
- La Década Moderada (1844-1854): Se conoce así por el predominio del partido moderado en el gobierno, dirigido por Narváez, quien impulsó un Estado centralizado y uniforme. En este periodo se aprueba la Constitución de 1845.
- El Bienio Progresista (1854-1856): Durante este bienio, los progresistas llevaron a cabo importantes reformas, sobre todo de carácter económico (Desamortización de Madoz y Ley de Ferrocarriles).
- La Hegemonía de la Unión Liberal (1856-1868): La última etapa del reinado de Isabel II se caracterizó por el retorno del moderantismo al poder, representado por la Unión Liberal. Fue un periodo de relativa estabilidad, pero con gobiernos autoritarios, que culminó con la Revolución Gloriosa y el exilio de Isabel II.
Partidos Políticos Durante el Reinado de Isabel II
Los cinco grandes partidos del reinado de Isabel II fueron, según su tendencia, desde la izquierda a la derecha: el demócrata, el progresista, la Unión Liberal, el moderado y el carlista. Los partidos políticos del siglo XIX eran muy distintos a los actuales. Se trataba de agrupaciones de personas influyentes y poderosas (notables), con un fuerte componente individualista, lo que les llevaba a la división interna y al enfrentamiento entre sus líderes. Además, estaban muy unidos a la prensa afín, que actuaba como un instrumento al servicio del partido. Estos partidos apenas tenían contacto con la realidad social, a la que ignoraban. La escasa participación en las elecciones hacía del pueblo, analfabeto y sumido en la pobreza, un mero espectador de la vida política, centrada en Madrid. Consecuencia de ello fue el sistema electoral, en el que solo participaban los mayores contribuyentes. El porcentaje de votantes osciló entre el 0,1% y el 25% de los españoles entre 1834 y 1868.
La Constitución de 1812
La Revolución Liberal, que se inició al mismo tiempo que la Guerra de la Independencia, contemplaba una convocatoria de Cortes Generales y Extraordinarias, que se reunieron en Cádiz porque la ciudad no estaba ocupada por el ejército francés. Tras año y medio de discusión, se promulgó el 19 de marzo de 1812, por eso se le conoce como La Pepa.
Los diputados quisieron aunar la tradición española con el nuevo espíritu revolucionario liberal, ya que entre sus autores estas eran las sensibilidades que se advertían.
Los principios de la Constitución fueron los siguientes:
- Soberanía Nacional: El poder residía en la nación.
- División de Poderes: El poder legislativo correspondía a las Cortes, de una única Cámara; el poder ejecutivo quedaba en manos del rey y del gobierno por él designado; y el poder judicial era independiente.
- Sufragio Universal Masculino: Elección de los representantes en las Cortes.
- Derechos y Libertades Individuales: Reconocimiento de los derechos y libertades individuales, así como la igualdad ante la ley.
La Constitución apenas pudo aplicarse debido al contexto de la guerra. La restauración absolutista de 1814 la abolió. Pero su espíritu y programa fueron una referencia durante la mayor parte del siglo XIX y se convirtió en un mito para el liberalismo universal y modelo para las revoluciones liberales.
La Constitución de 1869
Este texto, con 112 artículos, influido por la Constitución belga de 1831 y la estadounidense de 1787, establece en el preámbulo la soberanía nacional de base popular y proclama la división de poderes y una amplia declaración de derechos. Destacaban los siguientes aspectos:
- Regulaba todos los derechos individuales, incluso los no mencionados expresamente. Estos derechos eran los de libertad de cultos (que suscitó un intenso debate), de reunión y asociación, de residencia, de enseñanza, de expresión y de inviolabilidad del domicilio.
- Establecía el sufragio universal masculino como la conquista política más destacada de la Revolución de 1868.
- Se instauró el sistema bicameral. Congreso y Senado se elegían por sufragio universal masculino, pero solo podían ser senadores los mayores contribuyentes y las “altas capacidades”.
- El rey tenía atribuciones semejantes a las recogidas en constituciones anteriores, pero estaba sujeto a la soberanía nacional, de la cual emanaban todos los poderes del Estado. Se planteó la necesidad de una nueva dinastía distinta a los Borbones.
Sociedad de Clases vs. Sociedad Estamental
La sociedad estamental del Antiguo Régimen dio paso a la sociedad de clases, en la que la posición dependía de la riqueza. En la cima estaban las clases altas, una alianza entre la vieja nobleza y la nueva burguesía enriquecida, que ostentaban el poder político y económico, así como los cargos públicos. Por debajo, existían unas escasas clases medias y una gran masa con poco poder económico. Las clases populares constituían el resto de la población; su denominación hacía referencia a quienes trabajaban (campesinado y clases bajas urbanas) y excluía a los marginados: mendigos o pobres de solemnidad. A lo largo de la segunda mitad del siglo, iría apareciendo otro nuevo grupo social: el obrero industrial. En contraste, la sociedad del Antiguo Régimen se dividía en tres estamentos: nobleza, clero y pueblo llano o tercer estado. Cada estamento estaba definido por la posesión de un régimen jurídico y económico propio, lo que implicaba una división social basada en la existencia de privilegios (nobleza y clero: privilegiados; estado llano o tercer estado: no privilegiado). Era, por tanto, una sociedad con muy escasa movilidad social.
Línea de Tiempo (1788-1833)
- 1788-1808: Reinado de Carlos IV, Levantamiento de Madrid y Abdicaciones de Bayona.
- 1808-1814: Guerra de la Independencia, Reinado de José Bonaparte, Promulgación de la Constitución, Inicio de la Independencia de la América Española.
- 1814-1820: Reinado de Fernando VII, Sexenio Absolutista, Restauración del absolutismo por Fernando VII.
- 1820-1823: Trienio Liberal, Pronunciamiento de Riego, Invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis.
- 1823-1833: Década Ominosa, Derogación de la Ley Sálica.
Línea de Tiempo (1833-1874)
- 1833-1840: Regencia de María Cristina, Primera Guerra Carlista, Estatuto Real, Desamortización de Mendizábal.
- 1840-1843: Regencia de Espartero.
- 1844-1854: Década Moderada.
- 1854-1856: Bienio Progresista, Desamortización de Madoz, Pronunciamiento de O’Donnell.
- 1856-1868: Vuelta al moderantismo.
- 1868-1874: Sexenio Democrático, Revolución Gloriosa, Proclamación de la I República, Proclamación de Amadeo I, Golpe de Estado de Pavía y pronunciamiento del general Martínez Campos.