Felipe II y Carlos V: Consolidación del Imperio Español y Conflictos

La Monarquía Hispánica de Felipe II: La Unidad Ibérica

Durante el reinado de Felipe II, la Monarquía Hispánica centró sus esfuerzos políticos en España como centro del imperio, buscando un estado hegemónico, aunque renunciando al Imperio Universal. La defensa del Catolicismo fue prioritaria, enfrentándose al crecimiento del Protestantismo (Luteranismo, Calvinismo, etc.). Felipe II heredó los compromisos políticos de su padre, Carlos V, en lo que se conoce como la política heredada. Logró la paz entre Francia y España debido a dificultades económicas.

Conflictos y Expansión

La ofensiva turca en el Mediterráneo llevó a la formación de la Liga Santa (Venecia, España y el Papado) comandada por Don Juan de Austria, quien derrotó a los turcos en la Batalla de Lepanto. El conflicto más importante fue en los Países Bajos, con causas económicas, políticas y religiosas (enfrentamiento entre el norte calvinista y el sur católico). Felipe II envió al Duque de Alba, pero Inglaterra se unió a sus enemigos, desafiando el poder marítimo español y el monopolio comercial con América. Este desafío culminó en el fracaso de la Armada Invencible.

En 1566, la Rebelión de los moriscos de las Alpujarras surgió por la necesidad de uniformidad religiosa. La incorporación de Portugal a la Corona de Felipe II, por herencia materna, supuso la unidad política de la Península, manteniendo Portugal sus leyes e instituciones.

Autoritarismo y Conflictos Internos

Felipe II llevó el autoritarismo monárquico a sus extremos, practicando una política absolutista que generó conflictos con la Corona de Aragón, ejemplificados en el caso de Antonio Pérez, quien buscó la protección del Justicia de Aragón, llevando a Felipe II a recurrir a la Inquisición.

El Imperio de Carlos V: Conflictos Internos (Comunidades y Germanías)

El Imperio de Carlos I de España y V de Alemania se formó por una herencia extensa e inesperada, resultado de la política matrimonial de los Reyes Católicos para aislar a Francia. Recibió Austria de su abuelo paterno Maximiliano de Habsburgo, Flandes y el Franco Condado de su abuela paterna María de Borgoña, la Corona de Aragón y dominios italianos de su abuelo materno Fernando el Católico, y la Corona de Castilla, Navarra y dominios americanos de su abuela materna Isabel la Católica. Además, conquistó Milán y fue coronado emperador del Sacro Imperio.

Conflictos Externos

Carlos V mantuvo cuatro guerras con Francia, originadas por la coalición antifrancesa que formó su imperio. A pesar de ser católico, Enrique II de Francia se alió con los luteranos contra Carlos V. Carlos V también frenó la expansión turca y enfrentó el conflicto religioso en Alemania, donde Lutero inició su reforma. La Paz de Augsburgo dividió el Imperio en zonas católicas y protestantes, obligando a los súbditos a seguir la religión de su rey o príncipe.

Conflictos Internos: Comunidades y Germanías

El conflicto interno más grave fue la Rebelión de las Comunidades de Castilla, causada por el descontento con los gobernantes extranjeros, el uso de recursos castellanos para la política imperial, la necesidad de mayor participación de las Cortes, y la política de exportación de lana en bruto. La baja nobleza (Padilla, Bravo, Maldonado) tomó el poder, pero Carlos V obtuvo la victoria en la Batalla de Villalar, asegurando el autoritarismo monárquico y los intereses de la alta nobleza.

El Conflicto de las Germanías en el Reino de Valencia fue una rebelión antiseñorial, donde Carlos V apoyó a la alta nobleza para aplastar la rebelión.