Fraude Electoral y Restauración Borbónica en España: Análisis del Sistema Político

El Fraude Electoral Durante la Restauración Borbónica

El texto de Almirall constituye una fuente primaria de carácter público con contenido político. Su autor, Valentí Almirall, político catalán partidario de la República Federal y uno de los principales defensores del catalanismo, denuncia el fraude electoral que se daba durante el periodo de la Restauración. La finalidad del texto es exponer cómo se elegían a los jefes del gobierno y a los representantes de distintos cargos políticos en toda España, evidenciando la corrupción del sistema electoral.

Almirall describe que el sistema estaba encabezado por el Ministro de la Gobernación, quien controlaba un elevado número de empleados para la manipulación de los votos. Se destacan dos métodos principales para llevar a cabo este fraude:

  • Bajo una apariencia de legalidad: se manipulaba el censo con la creación de nuevos nombres o la utilización de nombres de difuntos.
  • Pasando por encima de la forma legal y discreta: mediante la manipulación directa de los votos, método conocido como pucherazo.

Este sistema de manipulación no era nuevo en España, ya que durante el reinado de Isabel II se llevaba a cabo. Cabe aclarar que el sufragio era censitario, establecido por el partido conservador en 1878. La Constitución reflejaba que el tipo de sufragio se establecería de acuerdo con lo que el gobierno acordase. Sin embargo, el texto también menciona el sufragio universal, ya que en aquel entonces el partido liberal había emprendido el intento de cambiar el sufragio existente a uno más generalizado. Esto le valió la oposición del partido rival, que temía que diera protagonismo a las clases populares, poniendo en peligro el sistema de orden y propiedad que defendían. En 1890 se aprueba el sufragio universal masculino (mayores de 25 años).

Estructura del Fraude Electoral

El texto menciona el sistema estructurado y sistematizado que poseía el gobierno para el fraude. A nivel estatal, el Ministro de la Gobernación elaboraba el denominado encasillado, estableciendo el número de candidatos necesarios para que el partido en el gobierno tuviese la mayoría parlamentaria. A nivel provincial, los gobernadores civiles controlaban a los electores, dando instrucciones a los alcaldes. Estos, con ayuda de los caciques, eran el último escalón de esta estructura. Los caciques, personajes ricos e influyentes en la España rural (terratenientes, prestamistas, notarios, comerciantes), se ocupaban de dirigir el voto de las personas en sus pueblos mediante favores, violencia o amenazas.

Al final del texto, se menciona la manipulación directa de los votos, o pucherazo. En última instancia, el gobierno disponía en el Congreso de una mayoría en las comisiones que daban por buenas las actas electorales, pudiendo anular a capricho aquellas que fueran desfavorables.

La Restauración Borbónica y el Bipartidismo

Con el pronunciamiento de Martínez Campos, los Borbones regresaron al poder, restaurando la monarquía. Cánovas del Castillo elaboró el sistema político que se mantendría hasta 1923, basado en un bipartidismo (Conservador y Liberal) que se turnaba pacíficamente en el poder. Este método quedó establecido formalmente en el Pacto de El Pardo. El pragmatismo del poder monopolizado permitía controlar férreamente el sistema electoral fraudulento. Su forma centralizada y el grado de control resultante facilitaban la manipulación de los votos.

La Constitución de 1876 fue una de las bases de la Restauración, estableciendo la soberanía compartida entre el rey y las Cortes. Esto concedía gran poder al rey, quien, al estar a favor del sistema bipartidista, respaldaba a los candidatos en cada ocasión, iniciando la disolución de las Cortes y nombrando un gobierno del otro partido que convocaba las elecciones y, obviamente, las ganaba, asegurándose una mayoría parlamentaria.

Conclusión sobre el Fraude Electoral en la Restauración

Este documento permite conocer el fraude electoral que se practicaba en la época de la Restauración. La corrupción era una de las características fundamentales del sistema. El entramado sistematizado para el fraude se llevaba a cabo gracias a los distintos empleados del estado en sus respectivos niveles (estatal, provincial y municipal). Cuando los resultados no favorecían al candidato, se recurría al pucherazo. El caciquismo, instrumento de la oligarquía en las zonas rurales para la obtención de votos, era uno de los pilares del fraude electoral.

El Manifiesto de Sandhurst y la Restauración Monárquica

El Manifiesto de Sandhurst, cuyo autor es Cánovas del Castillo, presenta un proyecto español católico y liberal, promoviendo la imagen de Alfonso de Borbón. Se busca hacer propaganda para el regreso de Alfonso XII. Con motivo de su cumpleaños, se redacta una carta que aboga por la restauración de la monarquía. Se presenta a un nuevo monarca sin enemigos, que busca la unión y la paz en un país dividido y que sostiene dos guerras (carlista y Cuba). Su madre, Isabel II, abdicó en su favor, lo cual era necesario para la legalidad de su ascensión al trono.

El manifiesto destaca que la monarquía inspira confianza en España y que el único modo de garantizar los derechos y libertades es la instauración de una monarquía hereditaria y representativa, en contraposición a los carlistas. Se menciona la abolición de las Constituciones de 1845 y 1869 debido a la ausencia de una monarquía en ese momento. Se presenta a Alfonso XII como un príncipe leal que no va en contra de la voluntad de los españoles.

Estrategia de Cánovas del Castillo

El manifiesto es una herramienta de propaganda para atraer el apoyo de la Iglesia y la oligarquía, mencionando que Alfonso XII no dejará de ser católico. Se produce la centralización del estado y se gobierna con un régimen político liberal. Este manifiesto tuvo una gran aportación al desarrollo de los acontecimientos de la época, marcando el inicio de la defensa de la monarquía borbónica, que luego se vio precipitada con el pronunciamiento de Martínez Campos.