Guerra Civil Española (1936-1939)
Contexto político
La Segunda República Española se encontraba debilitada. La falta de control y las tensiones políticas llevaron a la formación de un nuevo gobierno presidido por Giral, que armó a los obreros. Sin embargo, la sublevación militar provocó la desarticulación del Estado. Solo en el País Vasco se logró establecer un gobierno autónomo. La dificultad para combatir a las fuerzas franquistas condujo a la formación de un gobierno con Largo Caballero (socialistas, republicanos, comunistas), al que posteriormente se unieron ministros anarquistas. Este gobierno buscó crear un ejército unificado y restablecer el poder del Estado. El avance franquista obligó al gobierno a trasladarse a Valencia y concentrar la revolución en Cataluña, liderada por la Generalitat y las Milicias Antifascistas. La caída de Largo Caballero trajo consigo un cambio de estrategia política con Negrín, apoyado en los comunistas para obtener ayuda soviética. Paralelamente, algunos sectores republicanos buscaban negociar la paz. El coronel Casado intentó negociar con Franco, quien solo aceptó la rendición, que puso fin a la guerra el 1 de abril de 1939.
Los sublevados establecieron la Junta de Defensa Nacional, presidida por el general Cabanellas, sin un proyecto político definido. Medidas como la prohibición de sindicatos, la disolución de partidos, la censura de prensa y la destitución de cargos políticos republicanos reflejaban esta falta de claridad. Mientras Mola y Queipo de Llano se centraban en la resistencia republicana, Franco maniobraba con su ejército. La Junta de Defensa se transformó en la Junta Técnica del Estado, y las decisiones importantes se tomaban en el Cuartel General de Franco. La Falange, con su discurso popularista, ganó apoyo para el alzamiento, reclutando voluntarios y controlando la prensa. Franco decretó la unificación de la Falange y la JONS (FET y de las JONS). Aunque hubo oposición minoritaria, Franco contó con el apoyo de la Iglesia. El nuevo régimen franquista se caracterizó por su personalismo y nacional-sindicalismo.
Situación económica
República
Inicialmente, la República controlaba las zonas industriales, pero la producción agrícola era insuficiente. Perdió el control de la economía, que pasó a manos de organizaciones obreras. Se colectivizaron empresas, y los anarquistas impulsaron una revolución social durante la guerra, incluyendo una reforma agraria acelerada. Sin embargo, la mala organización anarquista generó problemas de abastecimiento. Para financiar la guerra, la República emitió deuda pública, pero su valor dependía de la victoria, lo que dificultaba la obtención de préstamos. También se depositaron las reservas de oro en Moscú.
Franco
Al principio, la economía franquista, aunque controlaba la mayor parte de las tierras de cultivo, carecía de industria, lo que explica su interés por ocupar el norte. Las tierras expropiadas fueron devueltas a sus antiguos propietarios. A pesar de la falta de reservas, Franco recibió ayuda de Italia y Alemania.
Intervención internacional
La Guerra Civil Española, considerada un preludio de la Segunda Guerra Mundial, atrajo la atención de las grandes potencias. La Alemania nazi, con la Legión Cóndor, bombardeó Guernica. La Italia fascista proporcionó apoyo militar y económico. Portugal envió voluntarios. El Vaticano reconoció al régimen franquista. La República recibió ayuda de la Unión Soviética en forma de hombres y armas. México brindó apoyo con armas, alimentos y diplomacia. Las Brigadas Internacionales aportaron voluntarios a las fuerzas republicanas.
Actitudes internacionales
La Sociedad de Naciones, en crisis en ese momento, se ocupó del conflicto. El Comité de No Intervención buscaba evitar la implicación de países como Francia, que indirectamente apoyó a la República acogiendo exiliados, y Gran Bretaña, que buscaba evitar una guerra europea. Estados Unidos veía en el franquismo un freno al comunismo.
Consecuencias
La guerra provocó una disminución de la producción agrícola e industrial, y una caída de la renta per cápita. España debía devolver la ayuda económica extranjera. La crueldad propia de las guerras civiles se manifestó en odios y rivalidades personales. Los franquistas eliminaban a personas relacionadas con la izquierda y a intelectuales, mientras que los republicanos asesinaban a personas vinculadas a la derecha. Organizaciones actuaban por su cuenta, y la represión continuó tras la guerra con fusilamientos y encarcelamientos. Muchos españoles se exiliaron ante la falta de reconciliación en la España franquista.