Historia de España: Desde la Hominización hasta el Imperio de Carlos V

El Proceso de Hominización en la Península Ibérica. Nuevos Hallazgos

Se llama hominización al largo proceso de evolución a través del cual la especie humana adquirió sus rasgos actuales. En la Edad de Piedra, la primera etapa de la Prehistoria se puede dividir en diversos periodos:

Paleolítico (1.500.000-10.000 a. de C.)

Éste a su vez se divide en:

  1. Inferior: donde aparece el Homo presapiens. En la Península, los restos homínidos más antiguos se encuentran en Atapuerca, en el yacimiento de la Gran Dolina, donde hay restos del Homo antecessor, de 800.000 años de antigüedad (este Homo es la última especie en común al heidebelgensis, neandertalensis y sapiens). Eran nómadas, recolectores y cazadores.
  2. Medio: aparece el Homo neanderthal. Con gran fortaleza física, eran cazadores, recolectores y construían instrumentos de piedra elaborados; también eran capaces de hacer fuego y enterraban a sus muertos.
  3. Superior: surge el Homo sapiens con una cultura más evolucionada. Habitaban en cuevas y edificaron cabañas. Combinaron el hueso y el marfil en la industria lítica, desarrollando gran perfección artística, simbólica y religiosa. En este periodo se restringe el nomadismo y se producen las primeras manifestaciones artísticas (Altamira en Cantabria y yacimientos en la Meseta y Levante).

Mesolítico (10.000-6.000 a. de C.)

Se inicia después de la última glaciación produciéndose una sucesiva sedentarización.

Neolítico (6.000- 3.000 a. de C.)

Debido a la sedentarización aparece la agricultura, caza y pesca en asentamientos costeros; esto conllevará una división social del trabajo con diferencias de riqueza y poder. Tecnológicamente se pulimenta la piedra y aparece la cerámica (yacimientos en la zona mediterránea, donde surge un importante arte rupestre), también practican enterramientos en el suelo formando necrópolis.

La Edad de los Metales (2.500-750 a. de C.)

Tardó en llegar a la península desde Próximo Oriente; los metales se utilizaron para obtener armas que les dieran poder militar; posteriormente se elaboraron joyas, adornos e instrumentos de trabajo. Podemos dividir este periodo en tres edades:

Edad de Cobre o Calcolítico (2.500-1.800)

Se extiende desde Murcia hacia el sur por el litoral, y hacia Granada por el interior; destaca la cultura de Los Millares en Almería, donde se construyen poblados amurallados con viviendas circulares, así como necrópolis. Su organización social está diferenciada por la riqueza y la división del trabajo. A estas culturas se les denomina del Vaso Campaniforme. También es importante la cultura talayótica en Baleares (construcciones megalíticas de carácter ritual o funerario).

Edad de Bronce (1.800-750)

En ella destaca la cultura del Argar con restos en Almería, Murcia, Jaén y Granada. Los poblados se construyen sobre valles, realizándose enterramientos con ajuares. La base de su economía era la agricultura y la ganadería produciendo diferenciación social. También destaca la cultura de las Motillas en Castilla-La Mancha (poblados fortificados de forma concéntrica) y la de los Campos de Urnas en Cataluña, valle del Ebro y Valencia.

Edad de Hierro

A finales de la Edad de Bronce (750 a. de C.) se producen grandes movimientos migratorios, que llegarán a la Península entrando especialmente por el norte, atraídos por la riqueza de sus metales; es entonces cuando se producen las primeras noticias escritas dando comienzo a la Historia.

Pueblos Prerromanos. Colonizaciones Históricas: Fenicios, Griegos y Cartagineses

Durante la Edad de Hierro (750-218 a de C.) se produce la llegada de las colonizaciones de los pueblos mediterráneos así como la irrupción de pueblos de sustrato cultural indoeuropeo y céltico procedentes del centro de Europa, hasta concluir con la conquista de la Península por parte de Roma.

Los Tartesos

Su aparición en el sur de la Península coincide con el final de la Edad de Bronce, pero su esplendor lo alcanzaron por su contacto con los fenicios. Fueron el primer pueblo del que se tiene noticias, se sabe que se extendieron desde Huelva hasta Cartagena, siendo una civilización adelantada que gozó de una gran prosperidad por sus riquezas agrícolas, ganaderas y minerales, así como por su comercio. Tanto su origen como la causa de su extinción son inciertas y los restos que nos quedan son reseñas de autores antiguos y restos de tesoros como el de El Carambolo.

Los Fenicios

A partir del S. IX a de C. algunos pueblos mediterráneos colonizaron la Península. Cabe destacar a los fenicios que probablemente fueron los primeros colonizadores y se relacionaron con los tartesos. Eran grandes comerciantes y navegantes e instalaron sus colonias (factorías) en el sur, entre las que destaca Gadir (Cádiz), donde llegan hacia el 800 a de C., extendiéndose hacia Extremadura, Almería y Cartago. Entre sus aportaciones destacan la introducción de la escritura, el vidrio, el salazón y la púrpura.

Los Íberos

Fueron el conjunto de pueblos que se extendieron desde el sur de Francia hasta Alicante, y por el interior de la Península. Aunque fueron muchos, presentaban características comunes: su origen era indoeuropeo, sus poblados estaban amurallados y construidos en lo alto para una mejor defensa; su sociedad estaba organizada en castas y tenían una notable estructura urbana. Conocían la escritura y usaban la moneda para sus transacciones comerciales por el Mediterráneo. Practicaban la incineración guardando las cenizas en urnas que enterraban junto a ajuares funerarios. Entre sus restos artísticos destacan la Dama de Elche y la de Baza.

Los Celtas

Se asentaron en el norte, interior y oeste de la península. Eran pueblos independientes con un sustrato común indoeuropeo; se asentaron en lugares de difícil acceso y amurallados (pueblos de los Campos de Urnas y vetones). Su organización política y social era poco evolucionada. Entre los celtas cabe destacar los lusitanos, galaicos, astures, cántabros y vascones (el origen de estos es muy discutido). En el interior de la Península los íberos y los celtas constituyeron el pueblo celtíbero.

Los Cartagineses

Llegaron procedentes de la ciudad de Cartago en el norte de África (actual Túnez) fundada en el 820 a de C. Fueron comerciantes y guerreros, cuyo objetivo era el control del Mediterráneo para crear un imperio comercial; esto provocó luchas contra los griegos, fenicios y romanos (Guerras Púnicas). Entre sus fundaciones está Cartagonova y Ebussus. Su dominio llega hasta el S. III a de C. cuando pierden frente a los romanos.

Los Griegos

Llegaron a la Península hacia el S. VII a de C. procedentes de la colonia de Marsella, buscando el comercio y asentamiento estable. Fundaron colonias en el noreste donde las más conocidas son Ampurias y Rosas. Su aportación será la cultura, la moneda, la vid, el olivo y los animales domésticos. Desaparecerán en la lucha con los cartagineses.

Evolución Política: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

A la muerte del rey visigodo Witiza comienza la lucha entre el candidato al trono, D. Rodrigo, y Agila II que pidió ayuda a los musulmanes que desembarcaron en la Península dirigidos por Tariq, derrotando a D. Rodrigo en la batalla de Guadalete en el 711 y marcando el inicio de la presencia musulmana. Los principales pueblos invasores fueron: árabes, sirios, egipcios y bereberes. Los musulmanes aprovechan el vacío de poder dejado por los visigodos para ocupar la Península; esta ocupación se debía a que encontraron muchas zonas deshabitadas o que simplemente firmaron tratados con los dirigentes visigodos locales de no llegar a las armas y respetar sus bienes, religión y poder a cambio de su sometimiento al califato omeya. La conquista fue rápida, en el 719 sólo una franja de los Pirineos y la cornisa cantábrica estaba fuera del dominio musulmán, que siguió su expansión por Francia hasta que en el 732 fueron frenados en Poitiers por Carlos Martel, volviéndose a la Península y afirmando su dominio efectivo. Tras su asentamiento en la Península, los musulmanes, constituyeron el Emirato de Córdoba, dependiente de la dinastía omeya de Damasco. Con el derrocamiento y asesinato de los omeyas, en Damasco en el 750, por los dirigentes de la dinastía abasí, el centro de poder cambia de Damasco a Bagdad y en la Península se inician luchas internas por el poder, hasta la llegada del único superviviente de la dinastía omeya, que había huido a la Península, Abderramán I, quien después de lograr apoyos políticos y militares declara en el 756 el Emirato independiente políticamente de Bagdad, pero dependiente religiosamente. Las luchas internas facilitaron el avance de los cristianos astures y francos en el S. IX, hasta que tras subir al trono Abderramán III y aprovechando la disgregación del califato abasí, proclama el Califato de Córdoba en el 929, con lo que unió el poder político y religioso. Este califato se consolidó como estado más importante del Mediterráneo occidental desde la caída del Imperio romano. Fue la época de mayor esplendor musulmán, sufriendo los cristianos el azote del dictador musulmán Almanzor durante el gobierno de Hisham II. A la muerte de Almanzor, los conflictos internos debilitaron el poder del califa Hisham III, llevando a la disgregación y división del califato en multitud de reinos de taifas en el 1031.

La Crisis del S. XI. Reinos de Taifas e Imperios Norteafricanos

Desde el comienzo del S.XI, algunos territorios habían comenzado ya a independizarse, aprovechando la crisis y debilidad del califato. En 1031 una junta de notables expulsó de Córdoba a Hisham III, el último califa omeya, y se proclamó la república. Cada gobernador se consideró hachib de su territorio; era la segunda fitna y el nacimiento de 26 nuevos reinos, los llamados reinos de taifas. Entre las causas más importantes cabe destacar las siguientes: falta de coordinación política y económica de todo Al-Andalus; las divisiones étnicas agravadas con el paso del tiempo y la llegada masiva de bereberes y mercenarios eslavos; la ausencia de una clase media que moderase las posiciones aristocráticas conservadoras y las tendencias revolucionarias del pueblo; la militarización del poder, que hizo que los militares propugnaran la separación del poder religioso del temporal y la incapacidad del Islam para adaptarse a los cambios que iban surgiendo. Entre las distintas taifas fueron muy frecuentes las disputas, que les hicieron cada vez más débiles frente a los cristianos. Su elevado número inicial se fue reduciendo, sobre todo por la incorporación de los más pequeños a otros mayores; el reino de Sevilla, por ejemplo, se anexionó decenas de taifas. Además, la superioridad militar de los reinos cristianos hizo que la supervivencia de los reinos de taifas dependiese del pago de parias (tributos que se pagaban, generalmente anuales, a cambio de protección y en reconocimiento de vasallaje). A finales del siglo XI, ante el avance militar y la fuerza creciente de los reinos cristianos, que se encontraban en plena fase de expansión, los reinos de taifas comprendieron la necesidad de ponerse de acuerdo para hacer causa común y solicitar ayuda exterior. Esta debilidad hizo posible la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, provocando la petición de ayuda de los musulmanes al sultán almorávide del norte de África. Los almorávides habían unificado a los bereberes del norte de África imponiendo un islam rigorista y llegaron a la Península derrotando a Alfonso VI y sometiendo a las taifas peninsulares. Pero su dominio fue breve y su decadencia dio lugar a una fragmentación en los segundos reinos de taifas, provocando la invasión de los almohades, partidarios de un islam más ortodoxo. Éstos reunificaron Al-Andalus y frenaron la expansión castellana. Su declive se inició tras la derrota de la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 infringida por la unión de los reinos cristianos. Esto produjo la caída de los almohades y los terceros reinos de taifas que verán totalmente su fin en 1492 con la victoria de los Reyes Católicos en Granada.

Organización Económica y Social

La economía de Al-Andalus se basaba fundamentalmente en la agricultura, centrada en los latifundios de secano (cereales, higos y olivo) y en la introducción de nuevos sistemas de regadío (acequia y noria) para producir naranjas, azúcar, berenjena, etc. La ganadería se limitaba a la ovina y a la cría de caballos para la guerra. La industria se reducía a la producción de telas, papel, cuero, orfebrería, armas, cerámica, etc., destinada tanto al comercio interno (zocos y bazares) como al externo, principalmente con Oriente. Disponían de tres monedas: el dinar, de oro; el dirhem, de plata y el felús, de cobre. En cuanto a impuestos había de dos tipos: a) general, parecido al diezmo, sobre las ganancias, b) particular que debían pagar los infieles sometidos, especialmente los mozárabes; estos impuestos fueron causa de innumerables revueltas. Con el paso del tiempo aparecerán otros impuestos sobre la venta de mercancías, ganado, bienes, comercio o la herencia. Socialmente existía variedad étnica: los árabes, poseedores de tierras; los bereberes, soldados sin graduación o ganaderos; los judíos, con profesiones liberales; los eslavos, mercenarios o esclavos; muladíes, conversos al islam y los mozárabes. Los árabes ocupaban altos cargos militares y administrativos formando la nobleza. La burguesía urbana estaba formada por los comerciantes y funcionarios; la plebe era la mano de obra y llevaba a cabo las revueltas. Los esclavos suponían el último eslabón sin derechos.

Las Formas de Ocupación del Territorio y su Influencia en la Estructura de la Propiedad. Modelos de Repoblación y Organización Social

Desde finales del siglo XI hasta principios del XIV en la España cristiana hay un gran desarrollo político, militar, socioeconómico y cultural que se manifiesta en la repoblación. Ésta se podía hacer por presura, ocupación espontánea de tierras que dura hasta el S. X, o incentivada por el rey. En cada territorio se establecieron diferentes sistemas para asegurar el asentamiento de los repobladores:

  • En la Marca Hispánica dominó el aprissio, otorgándose tierras al primero que las roturase.
  • En Aragón, en torno al valle del Ebro, había grandes latifundios nobiliarios trabajados por los mudéjares que debían pagar rentas.
  • En Valencia y Murcia se produjeron los repartimientos: se otorgaban tierras a quienes habían participado en su conquista.
  • En Castilla hubo varios modelos: en el valle del Duero fue por presura; entre el Duero y el Tajo los concejos repartían las tierras entre los campesinos libres. Entre el Tajo y el Guadiana, las órdenes militares daban el uso de las tierras a los colonos, pero no otorgaban la propiedad. En el valle del Guadalquivir se hizo por repartimientos, formándose grandes latifundios nobiliarios y de las órdenes militares.

En cuanto a la organización social, las relaciones estuvieron marcadas por la división entre señores y vasallos, cuyos vínculos afectaban a toda la población que formaba parte del señorío. La estructura social era fundamentalmente estamental:

  • El primer estamento lo formaban los nobles, que poseían las tierras.
  • El segundo lo formaba el clero, donde la jerarquía se equiparaba a la alta nobleza y luego estaba el bajo clero sin posesiones ni riquezas.
  • El campesinado era el grupo más numeroso y junto con los habitantes de las ciudades constituía el tercer estamento.

La sociedad durante la Edad Media se dividía en pobladores naturales (cristianos) y súbditos (judíos y mudéjares) que vivían apartados de la población cristiana, siendo objeto de discriminación y persecución.

La Organización Política. Las Instituciones

La organización política de Castilla y Aragón aunque eran semejantes, en cuanto a instituciones su aplicación y funcionamiento eran diferentes. Ambas monarquías eran hereditarias por línea de varón, pero en Castilla a partir del S.XIII con las Partidas, se hereda por línea directa y primogenitura (aunque no fue efectivo); en ambas el poder al rey le venía de Dios, pero en Aragón con el único intermediario del pueblo, representados por los estamentos privilegiados. En ambas el rey asumía todo el poder pero no de forma absoluta, ya que estaba limitado por los estamentos privilegiados, por la ley de Dios, y en Aragón por las propias leyes del reino. El rey era jefe del poder ejecutivo, dictaba leyes de acuerdo con las Cortes, era juez supremo y a él le correspondían ciertos derechos llamados regalías. En cuanto a las instituciones (en las dos monarquías), referentes al gobierno del reino, inicialmente estaba la Curia Regia integrada por familiares del rey, magnates, oficiales de palacio y en ocasiones los jueces; sus competencias eran amplias y abarcaban todos los asuntos internos de la casa real, tanto públicos como judiciales. Las reuniones ordinarias de la Curia derivaron en el Consejo Real y las extraordinarias en las Cortes. El Consejo Real era el órgano permanente de consulta y de él dependía la administración del reino salvo en asuntos judiciales. Las Cortes tenían función legislativa indirecta, acuñaban moneda, proclamaban heredero y tomaban juramento al nuevo rey, aprobaban impuestos extraordinarios y concedían subsidios. De ellas surge en Aragón la Diputación General (Generalitat) que además de aspectos fiscales vigilaban los acuerdos aprobados en Cortes. En cuanto a la administración de Hacienda, en Castilla no había separación entre el dinero de la corona y el del reino, administrados por la contaduría; pero en Aragón sí, y era administrado por la Diputación General. En lo referente a la administración territorial y de justicia, mezclada con funciones gubernativas y económicas, podía ser eclesiástica, señorial y real; el órgano supremo judicial en ambas monarquías era la Audiencia, que en Castilla pasó a llamarse Chancillería cuando fijó su sede en Valladolid en 1492. Para la administración local había dos instituciones: a) los concejos, eran la asamblea de todos los vecinos para tratar asuntos generales, estaban presididos por un zalmedina y más tarde cónsul, designado por el rey en Aragón; en Castilla al principio lo hacía un juez asistido por alcaldes, más tarde fueron llamados regidores y con los Reyes Católicos se introdujo la figura del corregidor, b) los señoríos, podían ser territoriales cuando eran propiedad de un señor laico (solariego) o religioso (abadengo o episcopal); también podían ser jurisdiccionales, territorio sobre el cual ejercía su autoridad un señor (dueño o no del territorio) y asumía prácticamente las mismas funciones civiles que el rey. En Aragón existía una institución exclusiva de este territorio: el Justicia, era un noble elegido por las Cortes para proteger e interpretar los fueros frente al poder centralista del rey.

Crisis Demográfica, Económica y Política

En el siglo XIV tuvo lugar en la península una profunda crisis demográfica debido a una serie de factores: utilización de la agricultura para el comercio y la falta de nuevas técnicas que conllevaron una crisis de subsistencia; ciclo climático negativo; la peste negra que se expandió por Europa desde 1348 e hizo que pereciese entre el 40% y el 20% de la población; continuas guerras por la inestabilidad interior y exterior. La crisis económica surge a causa de la demográfica experimentando una profunda recesión que conllevó a una crisis social y política durante la baja edad media. Hubo un retroceso de los cultivos en el sector agrario por el abandono de los campos, haciendo que cayeran las rentas señoriales. El comercio se vio profundamente afectado por la epidemia de peste y por la Guerra de los Cien Años. Estas circunstancias provocaron que las actividades artesanales también decrecieran entrando en crisis la vida urbana. Hasta finales del S.XV no se experimenta una cierta recuperación económica que se produce gracias al aumento demográfico y al incremento de la demanda, también por el aumento de la industria lanera que impulsó la ganadería, revitalizando el comercio con el Norte de Europa; también se recuperaron las rutas marítimas mediterráneas. Aunque todo esto sucedió antes en Castilla que en Aragón. La crisis económica intensificó el dominio señorial de la nobleza que intentó recuperarse a costa de la monarquía (robando de los impuestos) y del campesinado (incrementando las rentas). Todo esto generó innumerables conflictos sociales, especialmente en Cataluña con la revuelta de los payeses (que se unió al conflicto navarro) y políticos en la lucha por el poder entre los señores feudales y el rey. La crisis política fue consecuencia de la lucha por el poder entre los nobles y el rey. En Castilla se produjo tanto en el S. XIV como en el XV; en el XIV sube al trono Pedro I “el Cruel” que intentó reducir el poder de los nobles por lo que éstos apoyaron a su hermano bastardo Enrique Trastámara en una guerra civil para que se proclamara rey, venciendo en 1369 y coronándose como Enrique II. En el S.XV a la muerte de Enrique IV en 1474 se abre una guerra civil entre su supuesta hija Juana “la Beltraneja” y su medio hermana Isabel, de la que saldrá victoriosa Isabel la Católica en 1475 en la batalla de Toro. En Aragón los conflictos nobiliarios marcaron los siglos XIV y XV. En el XV al morir Blanca I de Navarra, casada con Juan II de Aragón, deja el trono a su hijo Carlos por lo que se produce la guerra civil entre el rey y su hijo Carlos, príncipe de Viana, por la corona de Navarra. Debido a la muerte de Carlos (cuando estaba encarcelado), de la que será acusado su padre, Navarra se separará de Aragón. A esta guerra se unirá la revuelta de los payeses de Cataluña, por lo que al morir Juan II en 1479 hereda este conflicto su hijo Fernando el Católico. Posteriormente habrá una crisis religiosa con el Cisma de Occidente.

La Expansión de la Corona por el Mediterráneo

Para Aragón el Mediterráneo era una vía de comunicación fundamental codiciada por la burguesía barcelonesa y valenciana desde la conquista de las Baleares en 1229 por Jaime I. Más tarde en 1282 los sicilianos se sublevan contra la dinastía D’Anjou, que reinaba en ese momento, ayudados por Pedro III consiguiendo su incorporación a Aragón en 1302. En 1324 Jaime II ocupa Cerdeña, pero Córcega quedará bajo dominio francés; y aunque tuvo que ceder Mallorca, será recuperada por Pedro IV consiguiendo además los ducados de Atenas y Neopatria en 1379. Finalmente en 1443 Alfonso V (de la dinastía Trastámara) se anexionó Nápoles. Esta gran expansión territorial conducirá al reino de Aragón a un desarrollo económico y comercial que hasta el S. XIV se concretará en Barcelona, pero a partir del S. XV ésta será sustituida por Valencia, hasta que en 1453 cae Constantinopla en manos turcas y el comercio mediterráneo entra en decadencia.

Las Rutas Atlánticas: Castellanos y Portugueses. Las Islas Canarias

A partir del S.XIV Castilla y Portugal se disputaron el control de las costas atlánticas. El primer objetivo de Castilla fue el estrecho de Gibraltar dominado por los castellanos en 1309, ya que Tarifa había sido conquistada por Sancho IV en 1292. Posteriormente con Enrique III se intenta la conquista de las Islas Canarias para salvaguardar la costa occidental atlántica de África, siendo sometidas al vasallaje de Castilla desde 1402. Cuando Portugal acabó su reconquista reconoció su escaso potencial demográfico, que le impedía luchar contra Castilla en su expansión peninsular, por lo que enfocó su espíritu expansionista hacia África, islas del Atlántico y hacia el océano Índico. Inició sus aspiraciones atlánticas con la conquista de Ceuta en 1415, Madeira en 1419 y la colonización de las Azores se inicia en 1427, así como con las exploraciones de las costas africanas. Esto les hizo rivalizar constantemente con Castilla, incrementándose el enfrentamiento cuando se descubrió el Nuevo Mundo. En cuanto a las Islas Canarias, su conquista tiene que ver con el comercio de oro procedente de África que en gran parte estaba controlado por los portugueses, y que Castilla también aspiraba a él. En un primer momento los portugueses intentaron hacerse con algunas de las islas, pero el genovés Lanzarote ya había llegado a la isla en 1336. Desde entonces Portugal y Castilla rivalizarán por su posesión interviniendo en ello el Papa. Después de muchos problemas los Reyes Católicos consiguieron los derechos sobre las islas en 1477; a partir de este momento impulsaron la conquista de las Canarias poniendo en práctica el sistema de capitulaciones (convenio entre un particular y el rey), así fueron conquistadas una a una todas las islas, dándose por finalizada en 1496 con la caída de Tenerife. Las Canarias fueron rápidamente castellanizadas y se convirtieron en paso obligatorio e imprescindible para ir a América.

Unión Dinástica: Integración de las Coronas de Castilla y Aragón

La antigua unidad territorial de la Hispania romana fue recuperada por los Reyes Católicos (salvo Portugal) a través de su matrimonio, lográndose así uno de los primeros estados modernos de Europa: fue una unión de tipo personal que supuso el triunfo de la concepción federal aragonesa; interiormente cada reino conservaba sus leyes, instituciones, lengua, moneda, etc., pero en política exterior aunaron esfuerzos. Todo esto produjo una hegemonía castellana, en la que el concepto patrimonialista de la corona estuvo a punto de provocar su división cuando murió Isabel la Católica. En política interior buscaron modificar el carácter feudal de la monarquía y evitar, por medio de prerrogativas y jurisdicciones, el poder de la nobleza y el clero. Se sometió a los nobles por medio de una serie de instituciones; a la burguesía mediante las Cortes y los corregidores municipales; y al clero por medio del Patronato Real. A la vez se buscó la unidad étnica y religiosa, por lo que se decretó la expulsión de los judíos en 1492 y la de los moriscos que no se convirtieran en 1495; también se instituyó la Santa Inquisición por petición real. En política exterior los Reyes Católicos persiguieron la unidad ibérica, el aislamiento de Francia, prevenir la amenaza musulmana del norte de África y, posteriormente, la hispanización de América.

La Conquista del Reino Nazarí y la Incorporación de Navarra

Las principales causas de la conquista del Reino Nazarí fueron la búsqueda de la unidad territorial, el aumento de poder de los reyes y la división interna del Reino Nazarí. La victoria se logró gracias al aporte castellano de nuevas técnicas militares y de un contingente totalmente innovador de soldados: los tercios. Fue también importante el apoyo de la Santa Hermandad. Granada era un gran enclave comercial y económico y su frontera era una fuente de conflictos internos, por lo que bastó la toma de Zahara (1481) por los nazaríes para que se desencadenase el conflicto. Esto fue aprovechado por los Reyes Católicos (unión de ambas coronas) para orientar, en la primera fase de la guerra, el carácter belicista de la nobleza contra los musulmanes, por lo que fue una guerra de guerrillas hasta 1487, cuando se sitió y asedió plazas importantes como Málaga. En 1489 ya se había reconquistado la parte oriental de Granada, cercándose la ciudad hasta que en enero de 1492 Boabdil “el Chico” firmó las Capitulaciones de Santa Fe. De este modo se consumó el primer paso para la unidad territorial, que se completaría con la toma de Navarra. Fernando el Católico no podía olvidar que su padre, Juan II, había sido rey de Navarra durante cincuenta años perdiendo este reino en beneficio de su hermanastra Leonor con injerencia francesa; por este motivo y para evitar el poder francés (que se había adueñado además de los condados aragoneses del Rosellón y la Cerdaña) se propuso acabar con tal situación. Lo intentó mediante el posible matrimonio de su hija Juana con Francisco Febo y como no fue posible, el de su hijo Juan con la reina Catalina, pero se eligió a un francés, Juan Albret. La parte española de Navarra, por miedo a ser asimilados por los franceses, animó al rey Fernando a reivindicar sus derechos al trono navarro. Aprovechando que los franceses estaban intentando conquistar Nápoles, el rey Fernando, apoyado por el Papa que excomulgó al rey navarro, invadió la Navarra cispirenaica en 1512 y la ocupó. Como reino conquistado Fernando unió Navarra a Castilla, esto fue aprobado por las Cortes en Burgos en 1515. Anteriormente y por el Tratado de Barcelona (1493) había conseguido la devolución del Rosellón y la Cerdaña.

El Descubrimiento de América

Después de la conquista de las islas Canarias queda clara la vocación atlántica de Castilla; a esto hay que unirle varios factores de carácter científico y de naturaleza política y económica que permiten el descubrimiento por parte del Reino de Castilla: el avance en cartografía marítima (aparición de portulanos, uso del cuadrante y del sextante); el deseo de Castilla de riqueza y de sortear los obstáculos en su expansión atlántica, planteados por Portugal. El impulsor de la iniciativa fue Cristóbal Colón cuyo objetivo era abrir una ruta occidental hasta la India. Colón presentó su proyecto a los reyes portugueses, sin lograr su apoyo, por lo que acude a los Reyes Católicos. Estos aceptan la empresa pero la postergan hasta el término de la campaña de Granada. Concluida ésta, firman con Colón las Capitulaciones de Santa Fe en abril de 1492. El viaje se inicia con tres naves (nao y carabelas) que parten del puerto de Palos (Huelva) el 3 de agosto de 1492; tras abastecerse en la isla de la Gomera, alcanzó Guanahaní el 12 de octubre de 1492, sin saber que había descubierto un nuevo continente. Al primer viaje seguirán otros tres. Durante los últimos años de su vida, Colón vivirá un enfrentamiento con los Reyes Católicos acerca de la interpretación de las Capitulaciones. Muere en 1506 sin obtener reconocimiento.

Conquista y Colonización

La conquista de las Indias occidentales fue llevada a cabo mediante capitulaciones entre quienes deseaban apoderarse de nuevos territorios y la Corona. Esto se llevó a cabo bajo el mecenazgo de Castilla que impulsó la exploración de las nuevas tierras: en 1499 Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio navegaron por Venezuela y Brasil, realizándose el primer mapa de América. En 1513, Vasco Núñez de Balboa rodeó el continente por el sur y descubrió el océano Pacífico. Un año más tarde Fernando de Magallanes intenta una ruta occidental a las Indias que no concluyó, pero sí lo hizo Juan Sebastián Elcano, constatándose que la tierra era redonda. La conquista del Imperio azteca fue llevada a cabo por Hernán Cortés, con pocos hombres a su cargo pero aprovechando la rivalidad de éstos con otros pueblos de la zona y el hecho de que lo acogieran como un enviado divino; pero pronto se inició la guerra en la que falleció el emperador Moctezuma. En 1522 Hernán Cortés tras pasar Tenochtitlán, capital azteca, fundó Nueva España constituida como virreinato. La conquista del Imperio inca fue llevada a cabo por Francisco Pizarro que hizo prisionero al emperador inca Atahualpa por sorpresa y tras cobrar rescate por su libertad lo ejecutó en 1532. El reparto del botín enfrentó a Pizarro con Diego de Almagro en el que falleció Pizarro. Almagro exploró Chile y fue asesinado por los hijos de Pizarro. Posteriormente se nombró el virreinato del Perú (1542).

Impacto de América en España

El descubrimiento de América tuvo un enorme impacto en España en todos los ámbitos:

• En el aspecto social, se produjo un amplio movimiento demográfico ya que fueron muchos los españoles que abandonaron España para probar fortuna en

el Nuevo Mundo, bien por afán de riquezas, bien por afán de aventuras. También fue importante el número de desplazados que formaban parte del funcionariado de la Corona para la defensa y buen funcionamiento de las nuevas instituciones y de sus representantes.• En el aspecto económico, la Corona ingresó buena parte de las riquezas descubiertas, ya sea por cobro de la parte correspondiente a las capitulaciones, ya sea por cobro de los pagos por el comercio. También se enriqueció con la extracción de oro, plata y demás metales durante varios siglos, pero igual que llegaban a España salían por el gasto de las innumerables guerras que se mantuvieron en Europa al constituirse el Imperio español. En un principio el oro y la plata llegaba sin problemas hasta que se inició la acción de los corsarios y su asalto a los barcos que regresaban de América. A esto hay que añadir el gran desembolso que tuvo que hacer la Corona española para mantener la amplia burocracia española del Nuevo Mundo, así como la que había en gran parte de Europa. En el aspecto político, internacionalmente España pasó de ser simplemente un Estado a poder constituirse como imperio, no sólo por la herencia paterna de Carlos V de Alemania, sino por las vastas extensiones de tierras conquistadas y por conquistar en América. También supuso la hegemonía en Europa y por lo tanto la enemistad con aquellos estados que querían .arrebatársela. Interiormente hubo que ampliar el sistema de consejos y .virreinatos para su organización, esto conllevó el nombramiento de nuevos cargos y títulos. Además hubo de aprobarse nuevas leyes para regular el gobierno y administración de lo conquistado, como por ejemplo en 1512 las Leyes de Burgos, que regulaban el trato en la explotación de los indígenas. En el aspecto religioso hubo numerosas voces que se alzaron defendiendo a los indios y en contra de la cristianización impuesta por los colonos, pues bajo el manto de la evangelización se escondía un abuso y trato inhumano que se infligía a la población indígena; una de estas voces fue Bartolomé de las Casas. En el aspecto ideológico hubo un debate jurídico, filosófico y teológico en el que destacaron franciscanos y dominicos como Francisco de Vitoria


o Bartolomé de las Casas, quienes lograron la aprobación en 1542 de las Leyes Nuevas, por las que los indígenas fueron contemplados como súbditos de la Corona.8.1 el imperio de carlos V. conflictos internos. Comunidades y germanias En 1516 muere Femando el Católico y, ante la incapacidad de su hija Juana para reinar, le sucede su nieto Carlos I de España y V de Alemania, al recibir la herencia de sus abuelos paternos. Con estas herencias acumuló una gran extensión territorial, pero no heredó el título de emperador ya que éste no era hereditario; por lo que tuvo que convocar Cortes en Castilla, Aragón y Cataluña para obtener’ recursos y comprar su nombramiento. Esto provocó en Castilla la rebelión de las Comunidades: los comuneros (burgueses castellanos, plebe urbana y amplios sectores del campesinado) exigían una limitación del poder real, la desaparición de los nobles extranjeros de las Cortes españolas, el respeto a los fueros, la reducción de los impuestos y un mayor poder para las Cortes. La guerra fue dura, pero finalmente los comuneros fueron derrotados en la batalla de Villalar en 1521 y sus líderes (Padilla, Bravo’y Maldonado)fueron ejecutados, reafirmándose el poder del rey en Castilla. Fue un movimiento urbano y político. En Valencia y Mallorca estalló la revuelta de las Gemianías (1519-1523) independiente al movimiento comunero. La protagonizaron artesanos, campesinos y miembros del bajo clero que vivían en las ciudades y se alzaron contra los señores feudales y los moriscos; exigían la abolición de los privilegios’señoriales y la concesión de mayor liderato a los gremios. El movimiento de carácter social y rural fue sofocado y sus líderes ejecutados. Ante estas victorias, el poder real salió fortalecido pues eliminó la capacidad de intervención municipal y consolidó la alianza entre el monarca y la nobleza. Pero en el terreno internacional el imperio no se reforzó debido a las luchas entre cristianos y protestantes en Europa. Ante la dificultad de esta situación y el fracaso de su idea imperial, Carlos I y V abdicó en Bruselas en 1556, dejando Alemania para su hermano Fernando y el resto del Imperio a su hijo Felipell.