Historia de España: Desde los Primeros Pobladores hasta la Ilustración

Los Pueblos Prerromanos y las Colonizaciones Históricas

La Edad del Hierro en la Península Ibérica

En el siglo VIII a.C. llegó a la Península Ibérica el hierro. Un hecho que marca la Edad del Hierro es la llegada de grupos del Mediterráneo oriental. En la Península se encontraba el pueblo íbero, situado en la parte oriental, dividido en tribus e influenciado por fenicios y griegos. Vivían en pueblos fortificados y su economía se basaba en la tríada mediterránea y la ganadería. Los celtas llegaron en los siglos IX y VI a.C. Tenían origen indoeuropeo, eran una sociedad tribal, dominaban la fabricación del hierro y dependían de la ganadería. Los celtíberos, de ascendencia celta, estaban situados en la parte oriental de la Meseta. Eran familias extensas con religiones complejas y pueblos belicosos, aunque firmaron pactos de hospitalidad con otros pueblos.

Fenicios, Griegos y Cartagineses

En la zona del Mediterráneo oriental (siglos X y IX a.C.) habitaban numerosos pueblos. Los fenicios eran buenos navegantes, establecían factorías y se situaron en la costa levantina y andaluza. Introdujeron nuevas técnicas agropecuarias (tintado, conservación de productos) e intercambiaban metales. Los griegos establecieron factorías en los siglos VII y VI a.C. en las costas catalanas. Los cartagineses del siglo VI a.C. eran antiguos fenicios del norte de África y realizaban expediciones militares. Lucharon contra los romanos en las guerras púnicas (264-241 a.C.) por el dominio del Mediterráneo y la Península.

Conquista y Romanización de Hispania

La romanización nos deja un sistema urbano, donde predominan las ciudades de tipo estipendiaria, federada o las colonias, que se encontraban unidas por calzadas. Poseían un sistema económico basado en el esclavismo. Su economía era principalmente agropecuaria, con productos agrícolas de la tríada mediterránea. Asimismo, también explotaron el área minera. Su legado cultural podemos percibirlo hoy en día gracias al latín y el derecho romano. A los hispanos se les consideraba bárbaros, y una vez sometidos eran peregrinos. La huella artística la percibimos mediante edificios públicos, obras de ingeniería civil o esculturas y mosaicos, entre los que destacamos el Acueducto de Segovia. La religión atraviesa diversas fases: desde el politeísmo, con la Tríada Capitolina, hasta el culto al emperador y, finalmente, un sincretismo religioso y la aparición de nuevas religiones. Por último, destacaremos que desde Oriente llega el cristianismo con Jesús de Nazaret, que es una religión monoteísta y cuyos creyentes ejecutados son llamados mártires. Finalmente, se produce la implantación de esta religión en Roma y, por tanto, la Iglesia hará frente a desviaciones de esta, como es el arianismo, entre otras.

Evolución Política de Al-Ándalus

En el año 711, musulmanes procedentes del norte de África, aprovechando la crisis interna del reino visigodo, invaden la Península Ibérica. Vencen a Don Rodrigo en la batalla de Guadalete (año 711) y en apenas cuatro años casi completan la conquista. Gracias, sobre todo, a la superioridad militar, la Península pasó a ser una provincia más del imperio islámico, bajo el nombre de Al-Ándalus y con capital en Córdoba.

Emirato y Califato de Córdoba

Tras la revolución de la dinastía abasí en Damasco contra los omeyas, que fueron asesinados, solo sobrevivió Abd-Al Rahman, que huyó a Al-Ándalus y se proclamó emir en el año 756 como Abd Al-Rahman I. Bajo su dominio, Al-Ándalus se independizó políticamente del imperio musulmán, aunque siguió dependiendo religiosamente. El emirato se desarrolló entre los años 756 y 929. Se caracterizó por su inestabilidad y el avance de los reinos cristianos. En 929, Abd Al-Rahman III se proclama califa y se desliga religiosamente del imperio. Fue la época de mayor esplendor, tanto a nivel económico, en que se desarrolla mucho el comercio y los reinos cristianos pagan tributos, como por su estabilidad política, auge cultural y también militar, con la figura de Almanzor.

Organización Económica y Social de Al-Ándalus

En el campo económico prosperó gracias a la introducción de nuevas técnicas de regadío, como norias y acequias. Introdujeron nuevos cultivos como el arroz, la naranja, la caña de azúcar y el algodón, en los valles del Ebro, del Guadalquivir y Segura. En el campo artesanal se desarrollaron actividades en las grandes ciudades, como Toledo y Córdoba. Los productos eran, sobre todo, textiles, cerámica y artículos de lujo, como seda y vidrio. El comercio tuvo también gran importancia debido a la situación geográfica de la Península, que permitía el intercambio de productos entre África y Europa, como, por ejemplo, oro y esclavos.

Con respecto a la organización social, la religión era el elemento unificador, con una minoría aristocrática y árabes que controlaban la tierra y los cargos políticos y militares. La población campesina estaba compuesta por bereberes y muladíes. Aparte, estaban los judíos y mozárabes. En el último escalón social estaban los esclavos, muchos de ellos de origen europeo.

Los Primeros Núcleos de Resistencia Cristiana

La conquista musulmana significó la desaparición de los reinos visigodos, pero no se produjo la ocupación musulmana total. En las montañas cántabras se formaron núcleos de resistencia y los Pirineos pasaron a convertirse en un núcleo de resistencia, para desde ahí poder iniciar la Reconquista. En la zona asturiana, Don Pelayo derrotó a los musulmanes en la batalla de Covadonga (722). Zonas como la Cordillera Cantábrica o Galicia fueron ocupados por los reyes, mientras que la Cuenca del Duero se quedó como una tierra de nadie, sin dueño. Se trasladó la capital a León y se formó el Condado de Castilla en los siglos IX y X. Los vascones se convirtieron en un nuevo núcleo cristiano, que acabará por formar el Reino de Navarra.

A finales del siglo VIII, los francos intervienen en la Península. El imperio carolingio convirtió esta zona (Pirineo catalán) en la Marca Hispánica. Los francos organizaron el territorio en condados, uno de ellos el Condado de Barcelona, que vinculaba feudalmente a los demás condados catalanes, aun siendo este condado casa independiente desde finales del siglo IX.

Principales Etapas de la Reconquista

Las principales etapas de la Reconquista se desarrollan entre los siglos VIII y XIII.

  • Primera etapa (siglos VIII-X): Los cristianos avanzan sobre los territorios casi despoblados del Valle del Duero y la plana de Vic. El avance se ve frenado en el siglo X por la creación del Califato (929) y por la necesidad de repoblar y consolidar las tierras conquistadas.
  • Segunda etapa (siglos XI-XIII): Se produce el gran avance reconquistador. En el siglo XI y la primera mitad del XII, el avance se produce contra los reinos de taifas y los almorávides. Los reinos de León y Castilla ocupan el Valle del Tajo, mientras que el Valle del Ebro era ocupado por el Reino de Aragón y los condados catalanes. Éxitos destacados fueron la conquista de Toledo. El reino de León se expande por Extremadura, el de Castilla por Castilla-La Mancha y el de Aragón por Teruel. Los reinos de Castilla y Aragón delimitaron sus áreas de expansión en el Tratado de Cazorla (1179).
  • En el siglo XIII, el reino de Castilla reconquistó el valle del Guadalquivir y Murcia. Alfonso VIII y el resto de reinos cristianos derrotaron a los almohades en las Navas de Tolosa (1212) y, en 1248, Fernando III tomó Sevilla. Valencia y Baleares fueron conquistadas por la Corona de Aragón y, en 1236, Jaime I “el Conquistador” tomó Valencia. Al-Ándalus quedó reducido al reino de Granada hasta 1492, que será conquistado por los Reyes Católicos.

Modelos de Repoblación y Organización Social en los Reinos Cristianos

La repoblación es el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras reconquistadas. Los modelos de repoblación condicionaron la propiedad de la tierra. Las formas fueron:

  • Presura: Consistía en la ocupación de tierras sin dueño reconocido. Los nobles y los monjes crearon señoríos con campesinos colonos en torno a los castillos y monasterios. En las zonas más peligrosas, como Castilla, se permitió a los campesinos ocupar tierras como hombres libres. Esta forma se dio durante los siglos IX y X en el valle del Duero.
  • Concejil: Consistía en la creación de concejos o núcleos de población que recibían un amplio término municipal o alfoz. Se crearon milicias que se encargaban de defender el territorio. Los reyes concedieron fueros y cartas pueblas que reconocían privilegios y libertades a sus pobladores para favorecer la repoblación. Esta forma se dio durante el siglo XI entre el Duero y el Tajo.
  • Órdenes Militares: Dividían sus territorios en encomiendas, al frente de las cuales se situaba un caballero de la orden con título de comendador. La estructura de la propiedad predominante fue el latifundio que, por falta de mano de obra, se dedicó sobre todo a la ganadería. Este sistema se dio en la primera mitad del siglo XIII en la Submeseta sur, el bajo Aragón y el bajo Ebro.
  • Repartimiento: Consistía en el reparto de los bienes obtenidos en la conquista entre los participantes en ella. El lote repartido se llamaba donadío y su tamaño y valor estaba en función del rango social del receptor, dando lugar a grandes latifundios en manos de la nobleza, el clero y las órdenes militares. Este sistema se dio durante la segunda mitad del siglo XIII en el Valle del Guadalquivir y el litoral levantino.

Organización Política e Instituciones en Castilla y Aragón a Finales de la Edad Media

A finales de la Edad Media cobró fuerza e importancia el poder del monarca. Los monarcas se fueron rodeando de un aparato institucional cada vez más complejo. La centralización del poder provocó conflictos. La Corona de Castilla reforzó su poder y ganó terreno hasta formar una nobleza de servicio. En la de Aragón y Navarra, los monarcas necesitaron apoyo de las Cortes y, para alcanzar sus objetivos, debieron pactar y conceder prerrogativas.

Las instituciones más importantes fueron:

  • El Consejo Real: Cuyo origen es la Curia Regia, que asesoraba y colaboraba en la gobernación del reino.
  • La Chancillería: Un organismo con consejos más especializados y organismos de justicia.
  • Las Cortes: Era la reunión de los tres estamentos y representaba al cuerpo del reino. Eran convocadas por el monarca y se votaban los “servicios” o ayudas económicas de la corona; a cambio, los reyes concedían contraprestaciones. En Castilla tenían carácter consultivo, es un único reino, con rey de origen divino, y cuyas decisiones se toman de manera libre, sin necesidad de pactos.
  • La Corona de Aragón: Constituida por Valencia, Aragón y Cataluña, donde el rey venía por derecho divino y donde había que pactar con los otros reinos para tomar decisiones, y el representante del rey que tomaba estas decisiones era el virrey. Cada reino tenía sus cortes, y se llevaban a las centrales para controlar lo acordado en las cortes de cada reino. En Cataluña y Valencia se creó la Generalitat.

La Corona reforzó su poder gracias a la unificación de la legislación y la mayor intervención de los monarcas en los gobiernos municipales, a través del corregidor.

Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo

Terminada la Reconquista con la toma de Valencia, la Corona de Aragón, a finales del siglo XIII, se expandió por el Mediterráneo impulsada por los intereses comerciales.

La primera conquista la llevó a cabo Pedro III “el Grande” y fue la de Sicilia (1282). Cerdeña fue arrebatada a Pisa entre 1323 y 1324. Al mismo tiempo, creció la influencia política y comercial aragonesa en todo el norte de África gracias al poder naval de la Corona.

Las expediciones de almogávares (un grupo fuerte aragonés al cual le prometían botines si acudían a luchar) hicieron que Aragón dominara los ducados de Atenas y Neopatria.

El Descubrimiento de América

Cristóbal Colón, un marinero experimentado, presentó en Lisboa su proyecto de viajar a las Indias por occidente, pero fue rechazado. Después se dirigió a Castilla, entró en contacto con unos monjes que le apoyaron y recomendaron a la Corte. Fue recibido por los reyes, pero la comisión de expertos rechazó la propuesta, entre otras causas, porque los gastos de la guerra de Granada no lo permitían. Colón volvió a insistir; consiguió una nueva recomendación de los franciscanos y se presentó a los reyes días después de la entrada en Granada. Se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, donde se le concedía a Colón los títulos de virrey, gobernador y almirante de las tierras y mares descubiertos, y el diez por ciento de los beneficios que se obtuvieran. El viaje se organizó en el puerto de Palos. Se armaron tres barcos, desembarcaron y entraron en contacto con los indígenas. Exploraron la isla y costearon las Bahamas, Cuba y Santo Domingo.

El Imperio de Carlos V

Con la muerte de los Reyes Católicos se abre un período nuevo en la historia de España: por primera vez, las dos coronas de Castilla y Aragón están reunidas en la misma persona, Carlos V. Las Comunidades se alzaron ante esta política del rey y la importancia que daba a su política exterior. Se genera así una guerra civil: la guerra de las Comunidades, en la que hay un intento de resistencia por parte de las ciudades al poder centralizador del emperador y una revuelta contra el mal gobierno extranjero (contra la presencia de extranjeros en los puestos clave del reino). Casi simultáneamente, se produjo en la región levantina, Valencia y Baleares el alzamiento de las Germanías (comunidades valencianas) y de los forans mallorquines, exigiendo reformas de orden económico y social. Los comuneros y agermanados, aunque coincidieron en su lucha, no se coordinaron y la nobleza, aliada con la Corona, los aplastó.

Los Austrias del Siglo XVII: Gobierno de Validos y Conflictos Internos

Época de crisis política y económica, y pérdida de la hegemonía de España en Europa. Los Austrias fueron incapaces de dirigir el gobierno y lo dejaron en manos de hombres de confianza. Hubo críticas por parte de la nobleza, ya que fueron desplazados del poder. Los validos concedían puestos en la administración a familiares. En el reinado de Felipe III, el valido fue el duque de Lerma; destaca la expulsión de los moriscos, provocando un grave descalabro en la economía. En el reinado de Felipe IV, el valido correspondió al duque de Olivares, que puso en marcha el proyecto de Unión de Armas y provocó la crisis de 1640. El reinado de Carlos II es una sucesión de validos; se iniciaron reformas hacendísticas, resultando en vano. Su muerte sin descendencia provocaría la cuestión dinástica.

Evolución Económica y Social en el Siglo XVII

El bajón demográfico, traído por una serie de pestes unidas a la mortandad bélica, se une a las malas cosechas que sacuden el siglo XVII, provocando una importante crisis económica en Europa, salvo en Gran Bretaña y Holanda por el comercio marítimo, de la que España no se recuperará hasta 1680, especialmente en la periferia, que invierte ahora a su favor la tradicional superioridad castellana. La expulsión de los moriscos (muy dañina en Aragón y Valencia), las bancarrotas por deudas bélicas, los problemas de la cabaña ovina y las pañerías castellanas o las alteraciones monetarias trazan un cuadro aún más negativo. Ante esto, la nobleza reacciona endeudándose para mantener su alto nivel de vida, la burguesía especula con la Deuda Pública o la compra de tierras y los campesinos se endeudan por los altos impuestos o los préstamos no devueltos por las malas cosechas.

El Ocaso del Imperio Español en el Siglo XVII

La política exterior de los Austrias menores vino marcada por la defensa del patrimonio de los Habsburgo, el monopolio comercial con América y del catolicismo frente al protestantismo.

El reinado de Felipe III busca la paz internacional y se firma la paz con Inglaterra y la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos, pero estallará la guerra de los Treinta Años.

Felipe IV: En la guerra de los Treinta Años apoya a los protestantes y se llega a la paz de Westfalia, que pone fin a esta guerra. España reconoce la independencia de los Países Bajos. La guerra con Francia continúa hasta la paz de los Pirineos. Con Carlos II se firma el Tratado de Lisboa, se reconoce la independencia de Portugal y se suceden numerosas guerras con Francia, y la pérdida de la hegemonía hispana en Europa a favor de Francia.

La Guerra de Sucesión y el Sistema de Utrecht

A la muerte sin hijos de Carlos II de España se produce un doble conflicto por su sucesión: uno internacional, para evitar el aumento de la hegemonía francesa, que enfrenta a esta con Gran Bretaña, Austria y Holanda; y otro nacional, en el que al pretendiente francés le apoyan Castilla, País Vasco y Navarra, mientras que los reinos de la Corona de Aragón apoyan al pretendiente austriaco. Tras renunciar el futuro Felipe V a la corona francesa, producirse derrotas del bando austriaco en España y la retirada de dicho pretendiente al convertirse en emperador, además de derrotas del bando francés en Europa, se firma el Tratado de Utrecht (1713-1715): Flandes, Nápoles y Milanesado pasan a Austria y Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña, que obtiene además concesiones en el comercio con América (Navío de permiso y Asiento de negros). En España, los Decretos de Nueva Planta uniformizan legalmente casi todo el país.

Reformas de la Organización del Estado: La Monarquía Centralista de los Borbones

Imitando el centralismo francés, los Borbones aprovechan el apoyo de Aragón, Valencia, Cataluña y Baleares al pretendiente austriaco para unificar leyes y acabar con Cortes y organismos forales, imponiendo la legislación y las instituciones castellanas, estableciendo en estos territorios Audiencias y capitanes generales. Posteriormente, Cataluña recuperó parte de su derecho particular (Derecho civil). Por su apoyo a Felipe V, el País Vasco y Navarra conservan sus privilegios forales. Junto al centralismo, la eficacia: se vacía de contenido político a los Consejos, sustituidos por las Secretarías de Estado y de Despacho, personas trabajando directamente con el rey intermediando, a menudo, con los Consejos restantes. Hay, inicialmente, siete secretarías que comparten poder con el Consejo de Castilla, aún tribunal supremo y encargado máximo de la política interior. En esta tarea es ayudado por las intendencias (provincias) encargadas de la justicia o del reclutamiento a escala menor.

La Política Borbónica en América

Dos aspectos destacan en la acción de los Borbones en América: el administrativo y el económico. Entre las reformas administrativas encontramos: la pérdida de atribuciones del Consejo de Indias, la disolución de la Casa de Contratación —tras un traslado previo de la misma de Sevilla a Cádiz (1717)—, la división del virreinato del Perú, creándose los virreinatos de Nueva Granada y Río de la Plata al norte y sur del Perú. Se forma, además, un ejército estable en puntos estratégicos y aparecen las intendencias para asuntos fiscales, judiciales o de reclutamiento de tropas. Se fomenta el comercio América-metrópoli: creación inicial de compañías monopolísticas al estilo inglés, Compañía Guipuzcoana de Caracas; sistema de “registros” por el que los particulares pueden comerciar con buques permitidos; autorización del libre comercio con la desaparición del monopolio gaditano. Se envían gran cantidad de mercancías extranjeras, lo que no impide un importante contrabando.

La Ilustración en España

El pensamiento ilustrado llega con retraso a España. Los reinados de Felipe V y Fernando VI conocen precursores como Mayans o Feijoo, luchando contra las leyendas en la Historia o las supersticiones y los falsos milagros; también se crean las principales Reales Academias. Triunfa el movimiento con Carlos III y su aportación al urbanismo madrileño, sus medidas agrícolas (colonización de Sierra Morena), la liberalización del comercio americano o las expediciones arqueológicas en Pompeya. De especial importancia son las Sociedades de Amigos del País, extendidas por España para defender y premiar las nuevas ideas científicas, culturales, pedagógicas y económicas. Le apoyan en la tarea periódicos no literarios destinados a nobles y burgueses de buena posición, los verdaderos protagonistas de un movimiento elitista.