Historia de España: Reyes Católicos, Austrias y Crisis del Siglo XIV

Los Reyes Católicos: Conquista de Granada e Incorporación de Navarra

Los Reyes Católicos culminaron la Reconquista con la toma de Granada el 2 de enero de 1492.

La guerra de Granada comenzó en 1482. Se movilizó a la nobleza y a la Santa Hermandad. Castilla se aprovechó de las luchas internas dentro del Reino Nazarí de Granada y dentro de la familia real dirigente, entre el Zagal y su sobrino Boabdil (rey nazarí). Se empleó la táctica del asedio y la posterior capitulación. La última campaña fue el asedio de un año a la ciudad de Granada, que terminó cuando Boabdil firmó las capitulaciones, que garantizaban a los musulmanes la libertad religiosa y la conservación de sus bienes y costumbres. Sin embargo, en 1499 el cardenal Cisneros dejó de respetar las capitulaciones de 1492 y obligó a los musulmanes (mudéjares) a convertirse al cristianismo o a abandonar Castilla.

Navarra fue incorporada al Reino de Castilla en 1512. Fernando el Católico, regente de Castilla, no aceptaba el matrimonio entre la hija del rey de Francia y el heredero del reino de Navarra. Fernando temía la intervención de Francia al sur de los Pirineos. Bajo el pretexto de una supuesta conspiración de Navarra y Francia contra Castilla, entró en Pamplona en 1512. En 1517, en las Cortes de Burgos, Fernando, aunque en plano de igualdad y conservando sus fueros e instituciones, anexionó el reino de Navarra a Castilla.

El Modelo Político de los Austrias

En la organización institucional de los Austrias, la monarquía era la cúspide del sistema, factor que unía a los distintos reinos, los cuales mantenían sus instituciones y leyes. Castilla se convirtió en el centro político del imperio; en los demás reinos, los virreyes representaban al rey. Los secretarios personales del monarca le asistían en la gestión de los asuntos públicos y el imperio. Los consejos eran organismos de asesoramiento. Se distinguían consejos territoriales (de Castilla, Aragón e Indias) y temáticos (de Hacienda, Inquisición). Carlos I creó el Consejo de Estado en 1526 con competencias en política exterior; el resto de los consejos estaban subordinados a él. Las Cortes, con representantes de la nobleza, clero y ciudades, continuaron siendo territoriales y su importancia fue disminuyendo. Los municipios estaban controlados por la nobleza y la élite comercial y gremial. En Castilla, el corregidor era nombrado por el rey, y las Chancillerías administraban la justicia.

La Crisis de 1640

El reinado de Felipe IV (1621-1665) se desenvolvió en un escenario de guerra permanente (Guerra de los Treinta Años). El esfuerzo agotó a Castilla y, para afrontar la situación, el Conde Duque de Olivares puso en marcha la Unión de Armas, un ejército común en el que todos los territorios ponían hombres y recursos. En Cataluña, esto provocó la sublevación del Corpus de Sangre y fue asesinado el virrey. Los sublevados buscaron apoyo de Francia y nombraron Conde de Barcelona al rey francés Luis XIII. En 1652 se aceptó a Felipe IV como monarca a cambio del respeto de los fueros. En Portugal, la Unión de Armas fue también el detonante de un conflicto. Las cortes portuguesas proclamaron rey al Duque de Braganza, con el nombre de Juan IV. Los intentos de España por recuperar Portugal fracasaron (derrota de Villaviciosa de Odón, 1665). La nueva monarquía se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra, y España tuvo que reconocer su independencia en 1668. También hubo revueltas en Aragón, Andalucía, Nápoles y Sicilia que hicieron fracasar la política del Conde Duque de Olivares en 1643, siendo sustituido por Luis Méndez de Haro.

Crisis del Siglo XIV en España

Crisis Demográfica

La población disminuyó a lo largo del siglo XIV. La causa principal fue la llegada de la Peste Negra en diversas oleadas (1348, 1363, 1371) que, al actuar sobre una población mal alimentada, con escasas defensas, poca higiene y sin remedios efectivos, causó una gran mortandad, especialmente en Mallorca, Valencia, Cataluña y Aragón.

Crisis Económica

Las consecuencias económicas fueron enormes: reducción de tierras de cultivo, alza de precios, descenso de las rentas, paralización de la industria y el comercio de Cataluña, crisis de subsistencia… Valencia sustituyó a Barcelona como principal puerto del levante español, y en Castilla se desarrolló la ganadería ovina trashumante, propiciada por el retroceso de la agricultura. La artesanía se hundió ante la caída de la demanda.

Crisis Social

Las consecuencias sociales se tradujeron en el aumento de la conflictividad entre grupos y clases en defensa de sus rentas y recursos, en los ataques de xenofobia contra los hispanojudíos (pogromos, asaltos a las juderías), los desmanes de la nobleza apropiándose tierras de los concejos e incrementando la opresión sobre el campesinado, las revueltas antiseñoriales campesinas (Irmandiños, Payeses de Remença), conflictos urbanos (la Biga y la Busca) y las luchas entre los nobles.

Crisis Política

En Castilla, a la muerte de Alfonso XI, se desencadenó una guerra civil entre Pedro I y su hermanastro Enrique II, subiendo al trono este último en 1369 y dando inicio a la dinastía Trastámara que, años después, por el Compromiso de Caspe (1412), reinaría en Aragón con Fernando I el de Antequera. Durante el conflicto por el poder, Castilla y Aragón se vieron involucrados en la Guerra de los Cien Años.