Los Pueblos Prerromanos y la Conquista Romana
Los Pueblos Prerromanos
Entre los años 900-218 a. C. (los 500 años antes de la llegada de los romanos), la Península Ibérica estaba habitada por varios pueblos prerromanos:
- Cultura Tartésica: Situada en la baja Andalucía, se basaba en la agricultura, la ganadería y el intercambio con los fenicios de productos elaborados a cambio de metales.
- Cultura Ibérica: Se extendían por toda el área levantina, desde los Pirineos hasta Cádiz. Estructurada en pequeñas ciudades, eran pueblos ganaderos, agrarios y comerciantes de productos artesanos y minerales que intercambiaban con comerciantes extranjeros. Famosos por sus piezas cerámicas (como la Dama de Elche), este pueblo ya escribía.
- Celtíberos: Cultura del interior de la península situada en las dos mesetas. Eran pueblos ganaderos y agricultores con una metalurgia del hierro bastante avanzada. Grandes escultores, conocidos por los Toros de Guisando.
Las Colonizaciones
Las colonizaciones de la península ibérica se limitaron a asentamientos muy escasos y efímeros. Los pueblos colonizadores tuvieron más empeño en comerciar y asegurarse el control de las riquezas mineras para sus metrópolis que de realizar asentamientos estables en el territorio peninsular.
- Fenicios: Asociados a los tartessos, fundaron Gades (Cádiz). Se han encontrado asentamientos en la costa malagueña y granadina. Eran factorías comerciales para traficar con los centros de producción de metales del interior.
- Griegos: Situados en la costa alicantina. Fundaron Emporion (Ampurias) hacia el 600 a. C., que se convirtió en una colonia de intercambios con el interior.
- Cartagineses: Sustituyeron a los comerciantes fenicios y se instalaron en factorías comerciales desde las que controlaban los productos del interior, sobre todo las minas de Cástulo. Tuvieron enclaves en Baria (Almería) y Gades. Destaca la colonia de Ebusus (Ibiza).
Los romanos y cartagineses lucharon por el dominio del comercio mediterráneo. Con la derrota de los cartagineses frente a los romanos en las segundas guerras púnicas, Roma inició su conquista de la península.
Conquista y Romanización
La conquista de la península ibérica por parte de Roma comenzó en el siglo III a. C. (durante la Segunda Guerra Púnica) y concluyó en el siglo I a. C., tras un largo proceso que duró 200 años. Se pueden distinguir tres etapas principales:
- Ocupación del litoral mediterráneo y valles del Ebro y del Guadalquivir: Se inició en la Segunda Guerra Púnica (218-197 a. C.).
- Conquista del interior: Abarcó gran parte del siglo II a.C.
- Conquista del norte peninsular (29-19 a. C.): El fin de la conquista llegó con Octavio Augusto, que tuvo que venir personalmente a la península.
Se entiende por romanización el proceso de adaptación de los pueblos indígenas peninsulares a las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales romanas. Se impuso el derecho romano, la religión politeísta romana y, posteriormente, el cristianismo.
El legado cultural romano está presente en la actualidad en diversos aspectos:
- Red urbana ortogonal: Un alto porcentaje de las ciudades españolas son de origen romano y mantienen este tipo de plano (Barcelona, Mérida).
- Redes viarias: Las calzadas romanas comunicaban las ciudades y facilitaron el comercio y la comunicación.
- Lengua: El latín, lengua oficial de Roma, evolucionó en la península dando lugar al castellano y a otras lenguas romances.
Al-Andalus y la Reconquista
Emirato y Califato de Córdoba
La historia de al-Andalus se prolongó entre los años 711 y 1492. La invasión de la península por los árabes musulmanes estuvo alentada por la idea de Guerra Santa que iniciaron en el siglo VII. En menos de 100 años habían ocupado Mesopotamia, Libia, Túnez y el Imperio Bizantino.
En el año 711, el reino visigodo estaba en guerra por la sucesión al trono entre Don Rodrigo y los familiares del rey anterior, Witiza. Éstos pidieron ayuda a los musulmanes bereberes del Magreb. El gobernador Muza y su general Tarik derrotaron al ejército de Don Rodrigo en la batalla de Guadalete (Cádiz).
Entre 711 y 720, los musulmanes ya habían controlado casi toda la península, menos las zonas cantábricas y pirenaicas. Entre 711 y 756, al-Andalus se convirtió en un emirato dependiente de Damasco. Las incursiones por el norte de la península se saldaron con la derrota de los musulmanes en la batalla de Covadonga (722).
A mediados del siglo VIII, Abd-al-Rahman I (superviviente de la matanza de los Omeyas), se proclamó emir, dando comienzo al emirato independiente de Bagdad (756-929). En 929, Abd-al-Rahman III se proclamó califa, iniciándose el califato de Córdoba (929-1031).
Los Primeros Núcleos de Resistencia
Desde el siglo VIII al XI se formaron, sobre las montañas del norte (Cordillera Cantábrica y Pirineos), una serie de pequeños reinos cristianos de población escasa y organización pre-feudal.
Reino Astur-Leonés
- Creado por Don Pelayo (718-737) tras la batalla de Covadonga (718).
- Alfonso I (739-757) configura su reino en torno a Oviedo.
- Alfonso II (791-842) extiende el reino hasta Galicia e impone el Fuero Juzgo (derecho visigodo).
- Alfonso III (866-911) vence en varios enfrentamientos a los musulmanes, repuebla y fortifica el valle del Duero, estableciendo la frontera en este río. Traslada la capital a León.
Castilla
- Campesinos/soldados se asientan en la frontera oriental (zona del Alto Ebro) como vasallos del reino asturiano. Levantan castillos y monasterios llegando hasta el Duero.
- A mediados del siglo X, Fernán González se independiza y crea el Condado de Castilla (824-1029).
- En el siglo XI se incorpora al Reino de Navarra y al morir Sancho III de Navarra hereda Castilla su hijo Fernando I (1037) con el título de rey del Reino de Castilla.
Navarra
- Creado por Íñigo Arista (810-841) quien consolida un reino en Pamplona.
- Con Sancho III el Mayor (1000-1035) el reino se abre a la influencia francesa (Camino de Santiago). Consigue la unidad política bajo su reinado (ocupa Castilla, parte de León y zona pirenaica).
- A su muerte el reino se divide entre sus hijos: Navarra (García), Aragón (Ramiro I) y Castilla (Fernando I).
Condados Catalanes
- Tras la derrota de Carlomagno en la batalla de Roncesvalles (778), los carolingios conquistan los Pirineos Orientales creando la Marca Hispánica o territorio fronterizo: Condado de Girona, Urgell, Barcelona, Besalú, Roselló, etc.
- Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, reunió estos condados.
- Ante la nula ayuda de los francos, tras el saqueo de Barcelona (985) por parte de Almanzor, el Conde Borrel II se independiza de los francos.
Las Rutas Atlánticas: Castellanos y Portugueses
La Expansión Castellana
En el siglo XIII, tras la conquista del valle del Guadalquivir, se configuraron los dos ejes mercantiles de la Corona castellana: en el norte, Burgos y los puertos del Cantábrico, y en el sur, Sevilla y los puertos del Atlántico.
La apertura del estrecho de Gibraltar a la libre navegación cristiana fue el primer objetivo de los castellanos, genoveses y mercaderes de otras repúblicas italianas. Los benimerines bereberes del Magreb amenazaron la pretensión de los cristianos hasta que Alfonso XI los derrotó en 1340 y logró el control definitivo del estrecho.
Las Islas Canarias
El interés castellano por el Atlántico y las excelentes relaciones con Francia fueron determinantes en la conquista de las Islas Canarias. La conquista del Archipiélago Canario duró cerca de un siglo (1402-1496) y puede dividirse en dos fases:
- Conquista de Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y La Gomera por Jean de Bethencourt, normando al servicio de la Corona de Castilla, en 1402.
- Ocupación de Gran Canaria, La Palma y Tenerife bajo el reinado de los Reyes Católicos, en 1496.
El Archipiélago Canario fue decisivo en el proyecto de viaje a las Indias que realizó Cristóbal Colón.
La Expansión Portuguesa
Los portugueses avanzaron de forma decisiva en la exploración y la toma de enclaves comerciales en las costas africanas y el Atlántico. Los archipiélagos de las Azores y la isla de Madeira son ejemplos de esta expansión que finalmente llevaría a finales del siglo XV a las expediciones de Bartolomé Díaz, que dio la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, y de Vasco de Gama, quien finalmente conseguiría llegar a la India costeando el continente africano.