Ideología y estructura del régimen franquista

Fundamentos ideológicos

El régimen franquista no contaba con un proyecto ideológico político. El sistema no encontró una adjetivación precisa para sí mismo, denominándose Movimiento Nacional o, simplemente, “el régimen”. El Franquismo debe entenderse como un modo de ejercer el poder político y mantenerlo en sus manos sin ningún tipo de limitaciones. Se trata de una dictadura con limitación de determinadas libertades, sin pluralismo político y dirigido por una sola persona.

Fascismo

A imitación de los sistemas totalitarios europeos (especialmente del fascismo italiano de Mussolini). De él derivan la imitación de la jefatura carismática (Franco es el Caudillo), el nacionalismo militarista, la tendencia a las pasadas glorias de la patria, el sistema de partido único, la sustitución de los partidos políticos y los sindicatos. Hay más fascismo en la forma que en el fondo, así que no puede decirse que la dictadura fuese fascista. Esta “facistización” fracasó, sobre todo por la importancia que el ejército tendrá.

Antiliberalismo

Se acusa al liberalismo de ser el culpable de la disolución de las esencias históricas de la España surgida de los Reyes Católicos que abrió la “gloriosa época imperial”. Conduce a la antidemocracia y a una especial aversión a los partidos políticos y a las elecciones. Al liberalismo se le identificó con la masonería.

Anticomunismo

Era la justificación de la guerra y, por tanto, de la existencia del régimen.

Nacionalismo centralizador

Negación de cualquier particularismo que pudiera atentar a la unidad de la Patria, que se definía como “Una, Grande y Libre”.

Catolicismo

La defensa de la religión católica es el tercer pilar del régimen. Franco se presenta como un hombre providencial elegido por Dios para velar por la salvación de España. Franco encontró el apoyo de la Iglesia, que a cambio recibió el control de la enseñanza, el restablecimiento de las retribuciones económicas, así como la presencia española. Se impuso una estricta moral católica, que llegó a castigarse en el Código Penal.

Militarismo

En opinión de Franco, el ejército era el núcleo de la esencia de lo español y se refleja en el autoritarismo del régimen. El franquismo puede caracterizarse ideológicamente como:

  • Nacional Patriotismo y nacional militarismo: Visión unitaria y tradicionalista de España, basada en un militarismo fundamentado en la idea de que el ejército representaba la esencia de la nación y de las virtudes frente a los políticos profesionales.
  • Nacional-Sindicalismo: Constituido por el bagaje de ideas aportado por la Falange. Además de aspectos generales como el hipernacionalismo y la concepción de España como un Imperio, la ética de la violencia, el patrioterismo militarista, el machismo, la exaltación del líder, o la dirección paternalista de la sociedad.
  • Nacional-Catolicismo. Se traduce en la defensa de la religión y la moral católica, en sus versiones más tradicionales, como algo consustancial con lo Español.

Fundamentos político-institucionales

El sistema, apoyado en sus tres pilares básicos: la Iglesia, el Ejército y el Movimiento; presenta las siguientes características:

Totalitarismo

Con dos aspectos:

  • Concentración total de poderes en Franco, que tuvo el poder dictatorial y vitalicio como jefe de Estado, presidente del gobierno, cabeza del partido único (Caudillo) y Generalísimo de los ejércitos. La propaganda y el culto personal a Franco.
  • Rechazo a los principios democráticos, al pluralismo político, a la separación de poderes, y, por lo tanto, a cualquier tipo de oposición. Sin embargo, el “pluralismo limitado”, que consintió la existencia de distintas tendencias o “familias”.

Restricción de derechos y libertades individuales de los ciudadanos

Supeditados al Estado.

No existencia de Constitución escrita y dispersión de los principios institucionales

Las leyes fundamentales del Estado franquista fueron:

  • Fuero del Trabajo (1938) Regulaba las relaciones laborales siguiendo una ideología falangista. Establecía los “sindicatos verticales”, que agrupaban a patronos y obreros, ambos subordinados al Estado.
  • Ley de Cortes (1942) Se crearon unas Cortes, cuyos miembros (más de 500 procuradores) eran de oficio (obispos, rectores de Universidad, jerarquías del Sindicato, del ejército…), designados por Franco (50) o elegidos mediante sufragio restringido y corporativo. Su promulgación fue aconsejada por la evolución del conflicto europeo que ya empezaba a decantarse por las democracias occidentales. El régimen convocaba “a la participación del pueblo en las tareas del Estado”.
  • Fuero de los Españoles (1945) Enumeración de derechos y libertades formales limitadas por la obligatoriedad de no contravenir los principios del régimen (Movimiento), lo que los convertía, en la práctica en una pura ficción. Respondía a la necesidad de aparentar una imagen democratizadora.
  • Ley de Referéndum nacional (1945) Se establecía la consulta popular como ratificación de los textos legales de especial relevancia. Consulta paternal del dictador que quiere contar con la nación en los asuntos de trascendencia
  • Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947) España como un Reino, pero Franco se reservaba el derecho de designar quién le sucedería a su muerte como Rey. La Ley inauguraba dos instituciones: el Consejo de Regencia, tendría como cometido la asunción de poderes del jefe de Estado en caso de vacante y el Consejo del Reino, encargado de asistir a Franco en resoluciones acerca del heredero.
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) Reafirmaba los viejos principios teóricos y valores ideológicos del régimen: antiliberalismo, anticomunismo, patrioterismo… El Consejo Nacional del Movimiento velaba por la integridad de los Principios del Movimiento. Era una especie de Senado con 113 miembros, 40 nombrados por Franco, y el resto por los Consejos Provinciales y Locales del Movimiento.
  • Ley Orgánica del Estado (1967) Creaba la denominada democracia orgánica que organizaba una cierta representatividad a través de lo que se consideraban los órganos naturales de la convivencia: la familia, el municipio y los sindicatos, que elegían a los procuradores en Cortes

Apoyos sociales

Desde el punto de vista social, podemos establecer las siguientes actitudes:

Apoyos

Los mayoritarios provinieron de la oligarquía terrateniente, financiera e industrial, sin olvidar el pequeño propietario agrícola de la mitad norte y los funcionarios y beneficiados por el régimen. Todos presentaban una mentalidad conservadora.

Pasividad

Clases urbanas y sectores obreros traumatizados por la guerra y la represión.

Rechazo

El respaldo al Franquismo fue casi nulo entre los jornaleros, el proletariado industrial y clase media urbana. A los distintos grupos ideológicos que apoyaron al Franquismo se les denominaban las “Familias Políticas”:

  • Los Militares sublevados contra la República y siendo parte esencial del régimen.
  • Los Falangistas, con una ideología cercana a los fascismos europeos, formaron el único partido político: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Aspiraban a un régimen totalitario. Su líder fue Ramón Serrano Súñer. Los Falangistas perdieron fuerza e identidad tras la derrota fascista en la 2° Guerra Mundial y pasaron a ser e “partido del Movimiento”.
  • Los católicos, representados por dos grandes asociaciones: La Asociación Católica Nacional de Propagandistas. El Opus Dei, fundado por José María Escrivá de Balaguer, los “tecnócratas”. Los monárquicos, partidarios de la restauración: los Carlistas, y los “donjuanistas”.
  • Tradicionalistas. Todas estas familias eran ficticias. Franco no defendió ni protegió a ninguna. Se sirvió de ellas para elegir a sus colaboradores.

La institucionalización del régimen franquista

Los tecnócratas al poder

España comenzaba a hacer del desarrollo económico la ideología oficial del Estado. La entrada de nuevos políticos, los tecnócratas, fue desplazando falangistas, carlistas y tradicionalistas. Fue el quinto gobierno nombrado por Franco en 1957 el que pone de manifiesto el cambio en la correlación de fuerzas entre las diferentes “familias” del régimen. De los 18 miembros se cambiaron 12 y la novedad fue la entrada de miembros del Opus Dei. La pérdida de la influencia de los falangistas significó la sustitución de la Falange por una nueva formación política que agrupaba a todos los colaboradores del régimen: el Movimiento Nacional.

El proceso de consolidación institucional

El nuevo equipo dirigente vio la necesidad de crear un cuerpo de normas y valores inmutables, así que nació la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958) que reconocía España como “una monarquía tradicional, católica, social y representativa”. El régimen dejó la ideología fascista y rechazó la democracia parlamentaria. Como las leyes fundamentales no conformaban un verdadero sistema político, en 1966 se aprobó la Ley Orgánica del Estado que caracterizaba a España como una democracia orgánica: se introducen en las Cortes 100 procuradores representantes de la familia y de carácter electivo; las elecciones seguían por sufragio corporativo. Por otro lado, la continuidad del sistema después de la muerte de Franco se vio asegurada cuando las Cortes aceptaron, en 1969, al príncipe Juan Carlos como sucesor.

Los limitados intentos aperturistas

El reformismo franquista

En el nuevo gobierno de 1965: la última vez que Franco utiliza la fórmula del equilibrio entre las familias del Régimen: semifalangistas, monárquicos, Opus Dei y católicos de derechas. El intento aperturista supone la aprobación en 1966 de la Ley de Prensa (Fraga) que suprimía la censura previa. La Ley de Libertad Religiosa (1967) y la Ley de Educación (1970) completaron este proceso reformista con la voluntad de aminorar las discriminaciones por motivos religiosos y hacer más asequible la educación a las clases más humildes. También se reconocen las negociaciones colectivas y se fija un salario mínimo interprofesional. Y se mejoran las prestaciones sociales (1963, Ley de Bases de la Seguridad Social).

Hacia el final del régimen

Las divisiones entre “aperturistas”, partidarios de una cierta liberalización política del régimen y los “inmovilistas” denominado “bunker”) deterioraban la cohesión del sistema. Para estructurar el gobierno y reducir los conflictos, Franco nombró a Luis Carrero Blanco vicepresidente del gobierno (1967) consciente de que era el hombre clave para mantener la paz entre las familias políticas. Sus años de gobierno se caracterizaron por el mantenimiento de una situación contradictoria entre la reforma y la represión. El escándalo MATESA implicó a ministros y personalidades del Opus Dei. Este hecho fue aprovechado por sectores vinculados a la Falange para poner en marcha una campaña de desprestigio que culminase con su alejamiento del poder. Franco decidió jugar a fondo la carta de los tecnócratas y excluyó a los que habían hecho público el escándalo MATESA. El nuevo gobierno (1969) fue “monocolor”. Sin embargo, el año 1973, cuando Carrero Blanco fue nombrado Presidente del Gobierno, la situación de crisis se agudizaba más. Algunos sectores del ejército culpaban a los aperturistas del desastre político y la movilización en la calle crecía. El gobierno de Carrero no había solucionado el descontento social y político. La muerte de Carrero Blanco en un atentado de ETA y el inicio de la crisis económica aceleraron la descomposición del franquismo.

La crisis final del franquismo

Carlos Arias Navarro fue elegido para sustituirlo (en febrero de 1974). Prometió importantes reformas, que supusieron el aperturismo del régimen(“espíritu del 12 de febrero”)frenadas por:

  • 2 marzo 1974: ejecución de Salvador Puig Antich (anarquista acusado de forma injusta).
  • La homilía de Monseñor Añoveros, obispo de Bilbao.
  • Éxito de la revolución de los claveles en Portugal.

El 9 de julio Franco enfermó y ya no se repondría. Varios hechos marcaron los últimos meses de vida del régimen franquista:

  • Ejecución en septiembre de 1975 de cinco acusados de actividades violentas, a pesar de las repetidas peticiones de clemencia desde todos los ámbitos y la presión internacional.
  • La Marcha Verde marroquí sobre el Sahara español.
  • La muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975.