T.1: La Guerra de la Independencia y los Comienzos de la Revolución Liberal. La Constitución de 1812
Godoy, valido de Carlos IV, facilitó los planes de Napoleón en la península ibérica mediante la firma, en 1807, del Tratado de Fontainebleau. Este acuerdo permitía a un ejército hispanofrancés invadir Portugal, con la promesa de que el tercio sur del país pasaría a manos de Godoy, nombrado rey de Algarbe.
Sin embargo, las tropas francesas tenían como misión adicional invadir España.
Tensiones en la Corte y el Motín de Aranjuez
Las tensiones en la corte española aumentaron debido al enfrentamiento entre los partidarios del príncipe de Asturias (futuro Fernando VII) y Godoy, apoyado por Carlos IV. Este enfrentamiento culminó con el Motín de Aranjuez, el 18 de marzo de 1808, que provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV. Fernando VII entró triunfalmente en Madrid.
Las Abdicaciones de Bayona
Napoleón llevó a Bayona a Carlos IV y Fernando VII. Aprovechando la situación, consiguió una doble abdicación a favor de José Bonaparte, quien fue proclamado rey de España.
El Levantamiento del 2 de Mayo
Las noticias de Bayona, la tensión entre españoles y franceses, y el intento de Napoleón de sacar de España a los miembros de la familia real, condujeron al levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses el 2 de mayo de 1808. Algunos oficiales, como Daoiz y Velarde, y el teniente Ruiz, se unieron a la revuelta.
División de la Sociedad Española
La presencia francesa dividió a los españoles en:
- Afrancesados: Apoyaban a José I. Eran minorías ilustradas, funcionarios, nobleza, clero y parte de las clases medias urbanas.
- Patriotas: Consideraban a Fernando VII su soberano legítimo. Se dividían en:
- Liberales: Apoyaban las ideas de la Revolución Francesa, pero no la ocupación. Eran una minoría formada por la burguesía, clases medias urbanas y parte del clero.
- Absolutistas: Defendían el Antiguo Régimen. Eran la mayoría, formada por el clero y el pueblo.
La Guerra de Independencia: Desarrollo y Fases
La guerra se extendió por gran parte del territorio. Se constituyeron Juntas de Defensa, coordinadas por una Junta Suprema establecida en Sevilla.
Ante la falta de un ejército regular eficiente, surgieron los guerrilleros, principalmente del medio rural, dando a la guerra un carácter popular. Destacaron figuras como el cura Merino, el Empecinado y Espoz y Mina.
Varias ciudades resistieron a los franceses: Zaragoza (defendida por Palafox), Gerona (por Álvarez de Castro) y Cádiz (que nunca fue ocupada).
La guerra tuvo tres fases principales:
- Primera fase (1808-1809): El avance francés se detuvo en Andalucía. El ejército español, con Castaños desde Sevilla y Reding desde Granada, obligó al general francés Dupont a replegarse hacia Bailén. La falta de comunicación, la acción de los guerrilleros y la ayuda del duque de Wellington culminaron con la derrota francesa en la Batalla de Bailén (19-22 de julio de 1808). José I y los franceses abandonaron Madrid.
- Segunda fase (1809-1812): Napoleón intervino directamente en la península y logró que sus tropas entraran de nuevo en Madrid. La victoria de Ocaña (19 de noviembre de 1809) permitió a los franceses avanzar sobre Andalucía, que fue ocupada, salvo Cádiz.
- Tercera fase (1812-1813): El debilitamiento francés debido a la campaña de Rusia permitió a las fuerzas españolas y aliadas contraatacar. Las derrotas francesas en Arapiles, Vitoria y San Marcial llevaron a su repliegue. El Tratado de Valençay (1813) puso fin a la guerra, y Napoleón reconoció a Fernando VII como rey de España.
Consecuencias de la Guerra
La guerra dejó profundas secuelas:
- Pérdidas humanas: aproximadamente 250.000 españoles muertos.
- Exilio de los afrancesados.
- Graves daños en la agricultura y la ganadería.
- Desaparición de industrias y ciudades destruidas.
- Escisión ideológica entre absolutistas y liberales.
- Inicio del fin del Antiguo Régimen con las Cortes de Cádiz.
Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Durante el asedio de Cádiz, la Regencia convocó la apertura de las Cortes el 24 de septiembre de 1810. Diputados de todas las regiones representaron a los tres estamentos. Muñoz Torrero, en su discurso inaugural, planteó los principios del Nuevo Régimen: soberanía nacional, división de poderes, desaparición de la sociedad estamental, igualdad ante la ley, necesidad de una constitución e inviolabilidad de los diputados.
Los “serviles” (absolutistas) se opusieron a estas reformas. Los “serviles reformistas”, seguidores de Jovellanos, aceptaban algunas reformas, pero no tan radicales. Finalmente, se impusieron los liberales, logrando la redacción de una constitución.
Además de la Constitución, se llevó a cabo una importante labor legislativa:
- Política: Soberanía nacional y separación de poderes.
- Social: Abolición de los privilegios señoriales y la Inquisición.
- Económica: Medidas para liberalizar el comercio y la industria, y primeros pasos de la desamortización eclesiástica.
La Constitución de 1812
La Constitución de 1812 definía el Estado liberal. El poder ejecutivo residía en el Rey, el legislativo en las Cortes y el Rey, y el judicial en los tribunales. Se limitaba el poder del Rey para celebrar, suspender o disolver las Cortes, imponer contribuciones, conceder privilegios o privar de libertad.
El texto constitucional recogía, entre otras cuestiones:
- Igualdad ante la ley.
- Derechos individuales (inviolabilidad del domicilio, sufragio censitario, igualdad jurídica, libertad de imprenta).
- Confesionalidad católica del Estado.
La Constitución de 1812 tuvo una gran repercusión internacional.