La Independencia Hispanoamericana y la Crisis del Imperio Español
La lucha por la independencia de las colonias españolas en América dio comienzo en 1810 en Caracas y Buenos Aires, coincidiendo con la guerra contra la invasión francesa en España. El proceso se prolongó hasta 1824, año en que la victoria del ejército libertador en la Batalla de Ayacucho (1824) supuso la independencia de casi todas las colonias españolas. Este movimiento independentista fue liderado por Simón Bolívar y San Martín. Se formaron los estados que actualmente conforman Hispanoamérica, con la excepción de Cuba y Puerto Rico, que continuaron perteneciendo a España. El imperio español en América se mantuvo relativamente estable hasta el comienzo del siglo XIX, cuando una serie de factores desencadenaron el movimiento independentista.
Factores que impulsaron la independencia
- El reformismo borbónico del siglo XVIII incrementó el control económico y administrativo sobre las colonias americanas, reservando los principales puestos de gobierno para los peninsulares y excluyendo a los criollos (descendientes de españoles nacidos en América).
- La influencia de la Revolución Americana, iniciada en 1776, que culminó con el nacimiento de los Estados Unidos.
- La Revolución Francesa de 1789, cuyas ideas inspiraron el pensamiento emancipador.
El Reinado de Isabel II y las Rebeliones Coloniales
Durante el reinado de Isabel II, las empresas coloniales de esta etapa terminaron en fracaso. Cuba estaba estrechamente ligada a la economía estadounidense, y el interés de este país por la isla aumentó hasta el punto de considerar su compra. Junto a la “Gloriosa”, tuvieron lugar otras dos rebeliones: la de República Dominicana y la de Cuba. La rebelión en Cuba fue promovida por Carlos Manuel de Céspedes, quien protagonizó el Grito de Yara, dando inicio a la guerra de los Diez Años. Los graves problemas del gobierno durante el Sexenio Democrático permitieron a los rebeldes cubanos organizarse. Inicialmente, solicitaron la anexión a EE.UU., pero pronto la guerra adquirió un carácter de lucha por la independencia. La fase más dura se desarrolló durante la Restauración hasta la firma de la Paz de Zanjón en 1878.
La Abolición de la Esclavitud y la Situación en Puerto Rico
Detrás del conflicto estaba la cuestión de la abolición de la esclavitud, que fue derogada en Puerto Rico en 1873. Cuba, sin embargo, no podía prescindir de la mano de obra esclava. Las presiones de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, que ya habían abolido la trata y la esclavitud, obligaron al gobierno provisional español a aprobar la Ley Moret en 1870, que declaraba libres a los nacidos de madre esclava, a los menores de edad y a los mayores de una determinada edad. No obstante, el sistema esclavista pervivió y se mantuvo en la isla hasta 1886.
Puerto Rico no presentaba serios problemas; en 1872 había conseguido su autonomía, la esclavitud había sido abolida y su economía era sólida.
Divisiones Autonomistas y la Abolición en Cuba
El autonomismo se dividió en dos corrientes: una españolista y otra más radical. En Cuba, la esclavitud fue abolida en 1886.
La Guerra Hispano-Cubana y el Fin del Imperio
Maura propuso una reforma administrativa y una ampliación del censo, pero estas fueron rechazadas. Los españolistas chocaron con los intentos del gobierno de conceder cierta autonomía. En contraposición, se encontraba el Partido Revolucionario Cubano, creado por José Martí. Las Islas Filipinas tenían escasa presencia española; mestizos y nativos solicitaron reformas, lo que originó un movimiento emancipador. José Rizal fundó en 1883 la Liga Filipina. En 1895 tuvo lugar la insurrección nacionalista que desencadenó la última guerra cubana. Esta guerra hispano-cubana se desarrolló en cuatro etapas:
- Desde la sublevación hasta la muerte de José Martí.
- Etapa de mayor avance sublevado, donde Martínez Campos se vio incapaz de frenar la insurrección.
- El General Weyler sustituyó a Martínez Campos.
- El General Blanco al frente y la intervención directa de EE.UU.
La explosión del acorazado estadounidense Maine provocó una declaración de guerra. Tras esto, EE.UU. declaró la guerra a España (25 de abril de 1898). El resultado fueron dos derrotas españolas en Cavite (Filipinas) y Santiago de Cuba, que llevaron a la destrucción de la flota española. Posteriormente (10 de diciembre de 1898), se firmó el Tratado de París, en el cual España reconocía la independencia de Cuba y cedía Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a EE.UU. De esta manera, quedaba liquidado el Imperio Español.
Regeneracionismo y el Fin de una Era
La derrota dio lugar al “regeneracionismo”, un movimiento que buscaba la dignificación de la política, la modernización social y la superación del atraso cultural. Hubo otros movimientos regeneracionistas al margen del sistema, liderados por figuras como Joaquín Costa y escritores de la Generación del 98, como Pío Baroja con su obra “El árbol de la ciencia”. Joaquín Costa puso en práctica muchas de sus ideas a través de la Liga Nacional de Productores, desde donde se plantearon reformas agrícolas, municipales, educativas y administrativas.
Con la subida de Alfonso XIII al trono y la desaparición de los principales líderes de la Restauración (Cánovas, Castelar, Pi i Margall y Sagasta), se cerraba una etapa de la vida política de España y del siglo XIX.