Isabel I y el Declive del Poder Español
Tras la muerte de la reina de Inglaterra, María Tudor, defensora del catolicismo, su hermanastra Isabel I restaura el anglicanismo. Las relaciones entre ambas naciones se tornan cada vez más tensas: Inglaterra rechaza el monopolio de la explotación del continente americano por españoles y portugueses. Isabel I organiza expediciones corsarias que atacan las posesiones españolas en las Indias y las flotas con metales preciosos que surcan el Atlántico. Los ingleses apoyan a los rebeldes de los Países Bajos con dinero y asaltan en el Canal de la Mancha los barcos españoles que llevan dinero y suministros al ejército de Flandes. A partir de 1585, apoyan de manera activa a los rebeldes flamencos.
Felipe II planea invadir Inglaterra, pero el proyecto termina en un rotundo fracaso. La Gran Armada zarpa de Lisboa en 1588 hacia el Canal de la Mancha para escoltar al ejército desde los Países Bajos y permitir su desembarco en Inglaterra. El plan fracasa debido al acoso de los buques ingleses y la falta de un puerto adecuado para refugiarse. Lo que queda de la flota española regresa rodeando las Islas Británicas. Del desastre de la Armada Invencible, lo peor no fue la pérdida de barcos, sino la de miles de marineros, pilotos y soldados. En los años siguientes, se pierde la posibilidad de dominar el Atlántico.
El Modelo Político de los Austrias
La Administración Central de los Reinos
Se desarrollan las instituciones de gobierno creadas por los Reyes Católicos, haciéndolas más complejas y profesionalizadas. Los procedimientos de gobierno son más lentos y la burocracia se incrementa, en especial con Felipe II.
Un Gobierno basado en Consejos (Polisinodial)
Los monarcas toman las decisiones de gobierno basándose en los informes de los consejos. Esta forma de gobernar era común en las monarquías de la época. El Consejo de Estado, único órgano común a todo el imperio, coordina a todos los consejos. Está formado por miembros de la aristocracia con experiencia diplomática, militar o eclesiástica, aunque el rey apenas lo consulta.
- Consejos Territoriales: Con competencias en cada uno de los reinos, asesoran sobre cuestiones de gobierno y guerra. El más importante es el Consejo de Castilla.
- Consejo de Castilla: Núcleo central de la Administración Castellana, actúa como Ministerio del Interior, Tribunal Supremo de Justicia y Ministerio de Asuntos Eclesiásticos. Su presidente, un obispo, es la figura más importante después del rey.
- Consejo Real de Aragón: Tiene competencias sobre los territorios históricos de la Corona de Aragón, Cerdeña y Sicilia.
- Consejo de Italia: Formado por consejeros italianos, bajo la presidencia de un noble o letrado castellano. Desde mediados del siglo XVI, todas las posesiones españolas en Italia dependen de este consejo.
- Consejos de Flandes y Portugal: Tienen competencias de Estado y guerra sobre sus respectivos territorios.
- Consejo de Indias: Creado para la administración global de todos los territorios de la América española. Formado por antiguos virreyes.
- Consejos Temáticos: Órganos especializados en materias concretas.
- Consejo de Órdenes Militares: Administra estas órdenes desde que los Reyes Católicos las incorporan a la Corona.
- Consejo de Cruzada: Controla y supervisa impuestos de origen eclesiástico.
- Consejo Supremo de Inquisición: El más importante, presidido por un obispo, dirige los tribunales inquisitoriales de la monarquía.
La Importancia de los Secretarios del Monarca
Encargados de informar al rey sobre las decisiones de los consejos, terminan siendo la figura con la que el rey despacha los asuntos. Los más importantes se convierten en secretarios de Estado y son figuras claves en el gobierno.
Las Juntas
Comités separados de los consejos para estudiar temas específicos, resultan instituciones muy eficaces para abordar asuntos concretos y coordinar tareas de gobierno. Suelen estar integradas por miembros de la baja nobleza, formados por juristas en universidades. Esta institución fue creada por Felipe II.
Las Transformaciones Sociales
La sociedad estamental se mantiene con dos rasgos peculiares:
- La obsesión por la limpieza de sangre, que lleva a todos los grupos sociales a demostrar que eran cristianos viejos y que entre sus antepasados no había sangre judía ni musulmana.
- La obsesión por la hidalguía: En la España del siglo XVI, el mayor prestigio era ennoblecerse. Por eso, los que tenían títulos, aunque carecieran de riqueza, se sentían orgullosos de su nobleza y procuraban aparentar un bienestar que no tenían. Los burgueses enriquecidos por el comercio americano soñaban con conseguir títulos y convertirse en hidalgos. Los hidalgos forman parte de la pequeña nobleza; muchos carecen de bienes y viven pobremente, pero consideran un deshonor trabajar con las manos. Esta obsesión por la hidalguía supone un desprestigio de la actividad artesanal, considerada incompatible con el honor de un hidalgo, resultando muy negativo para el desarrollo económico.
Los cambios más significativos dentro de los estamentos:
- La nobleza mantiene su carácter dominante. La alta nobleza, desplazada de los altos cargos políticos, sigue ocupando el primer lugar de la sociedad. Su potencia económica y su influencia social son considerables, debido a los enormes latifundios de los que obtiene rentas y goza de privilegios, como no pagar impuestos. Hay grandes diferencias entre la alta y la pequeña nobleza.
- El clero es un estamento privilegiado, no paga impuestos. Dispone de rentas procedentes del diezmo y de las manos muertas. Hay grandes diferencias entre el alto y el bajo clero. El pueblo critica sus abusos, vida relajada, avaricia y parasitismo.
- El pueblo llano o pecheros presenta grandes diferencias. La alta burguesía, con poder económico, desea alcanzar el estamento nobiliario. La corona pone a la venta títulos adquiridos por la burguesía para ennoblecerse.