1. La Regencia de María Cristina (1833-1840)
1.1. La Primera Guerra Carlista (1833-1839)
Tras la muerte de Fernando VII, se inició una guerra entre carlistas e isabelinos.
Carlistas:
- Se agrupaban bajo el lema “Dios, Patria y Rey”.
- Consideraban a la Iglesia como la institución vertebradora del orden social.
- Se oponían ferozmente a la centralización política y al liberalismo.
- Entre quienes apoyaban el carlismo estaban miembros del clero y de la nobleza agraria.
Isabelinos:
- Contó con el apoyo de la alta nobleza y funcionarios, y un sector de la jerarquía eclesiástica.
- Al tener poco apoyo, tuvo que buscar a los liberales y acceder a las demandas de estos, que exigían el fin del absolutismo y del Antiguo Régimen.
1.2. El final de la guerra
La debilidad del carlismo propició discrepancias entre ellos. Finalmente el general Maroto firmó el Convenio de Vergara, donde se establecía el mantenimiento de los fueros en las provincias vascas, así como la integración de la oficialidad carlista en el ejército.
2. El reinado de Isabel II (1843-1868)
2.1. La Década Moderada (1844-1854)
La monarquía isabelina necesitaba conseguir más apoyos, por lo que se nombró un nuevo gobierno, encabezado por Martínez de la Rosa, que propuso el Estatuto Real.
2.2. Las reformas liberales
La evolución de la guerra no era favorable para los isabelinos, se emprendieron reformas agrarias con la aprobación de los decretos de desamortización de tierras eclesiásticas y de supresión de las congregaciones religiosas. El proyecto reformista de Mendizábal ahondó la división en el liberalismo. La Regente dio el gobierno a los reformistas. Se formalizaba así el cambio de régimen y se abrían las puertas a la creación de un nuevo orden liberal.
2.3. La Constitución de 1837
Los progresistas desmantelaron las instituciones del Antiguo Régimen e implantaron un régimen liberal. Las Cortes abrieron sus puertas y se decantaron por redactar una nueva Constitución de 1837. En ella se reconocía el principio de soberanía nacional, derechos de los ciudadanos, división de poderes (aunque imperfecta) y la confesionalidad del Estado, que se comprometía a la financiación de la Iglesia. La introducción de una segunda cámara de designación real, soberanía compartida y la concesión de amplios poderes a la corona. Otras leyes culminaron todo, como la Ley de Imprenta o la Ley electoral, que fijó un sufragio restringido.
2.4. La reforma agraria
El nuevo sistema liberal también significó el impulso de una reforma agraria.
- La abolición de los señoríos.
- La desvinculación de mayorazgos.
- La desamortización de bienes del clero regular y secular.
Con la desamortización se perseguía: obtener recursos para el ejército, disminuir el déficit de Hacienda y mejorar las finanzas reales. Estas medidas consolidaron la libertad de contratación y la libertad de industria, así como también la libertad de comercio.
2.5. El gobierno moderado
Se convocaron nuevas elecciones que ganaron los moderados. Se frenó la desamortización y se apoyó al clero. Se acentuó la centralización política con el proyecto de Ley de Ayuntamientos.
2.6. La Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero fue nombrado regente en un contexto de euforia progresista. Pronto derivó hacia un autoritarismo ya que no cooperaba con nadie. Una de sus actuaciones de mayor transcendencia fue la aprobación de un arancel librecambista. Espartero cesó ante las revueltas, y las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II para nombrarla regente.
3. Los partidos políticos
La instauración del liberalismo trajo consigo la formación de partidos políticos, que fueron los instrumentos para proveer de representantes a esas instituciones y organizar las diferentes opciones políticas.
- Liberalismo: Moderado y progresista.
- Unión Liberal.
- Partido Demócrata y Partido Republicano.
4.1. La Constitución de 1845
Los moderados consiguieron una amplia mayoría en las elecciones de 1844. Trataron de crear una oligarquía, para ello elaboraron la Constitución de 1845, que asentaba los principios del moderantismo. La Ley Electoral estableció un sufragio censitario restringido al 1% del pueblo.
4.2. El Concordato con la Santa Sede
Para mejorar las relaciones del Estado con la Iglesia, se firmó el Concordato con la Santa Sede. El Estado se comprometía al sostenimiento de la Iglesia y le daba competencias en educación y moral pública. Para aumentar los ingresos del Estado se llevó a cabo una reforma fiscal, se aprobó el Código Penal y el Código Civil. Se procedió a la reforma de la Administración pública del Estado y de la Administración provincial y municipal. Se estableció un sistema nacional de instrucción pública. También se adoptó un único sistema de pesos y medidas, el métrico decimal.
4.3. La crisis del moderantismo
Los carlistas protagonizaron un nuevo levantamiento en Cataluña. Por otra parte, las divisiones internas del moderantismo y la lucha entre tendencias propiciaron la inestabilidad de los gobiernos. La marginación de las Cortes culminó en la reforma de 1852, por la cual el actual gobierno establecía un sufragio más restringido, podía suspender indefinidamente las Cortes y gobernar por decreto.
5. El Bienio Progresista (1854-1856)
5.1. El pronunciamiento de O’Donnell
La deriva autoritaria del régimen moderado precipitó el levantamiento de los progresistas. Con el pronunciamiento de O’Donnell. La incorporación de los progresistas al movimiento publicó el Manifiesto de Manzanares, con contenido reformista.
5.2. Nuevas reformas
El gobierno impulsó importantes reformas que dieron lugar a una etapa de desarrollo y expansión económica. Las Cortes aprobaron una nueva Ley de Desamortización civil y eclesiástica. También se aprobó la Ley general de Ferrocarriles. Puso en marcha el sistema del telégrafo, aplicación de carreteras, fomento de sociedades por acciones y de la actividad bancaria, y desarrollo de la minería.
5.3. Crisis de subsistencias y conflictividad social
El nuevo gobierno tuvo que afrontar graves problemas sociales. Una crisis de subsistencias que provocó un descontento social y con ello una importante conflictividad obrera.
6. Dificultades del nuevo sistema liberal
El nuevo Estado liberal se vio mediatizado desde su comienzo por una serie de factores que obstaculizaron el libre juego político y dificultaron la estabilidad del sistema. La fuerte presencia militar en el Estado procedía del Antiguo Régimen. La debilidad del sistema liberal estuvo favorecida por un sufragio muy restringido, que permitían el control y la manipulación de los resultados electorales por parte del gobierno. Ante los conflictos, estos recurrían a la suspensión de las garantías constitucionales.
7. La crisis de la monarquía (1856-1868)
7.1. La vuelta al moderantismo
Tras el golpe militar de 1856, O’Donnell restableció la Constitución de 1845. Para disminuir el analfabetismo en España, se aprobó la Ley de Instrucción Pública, la primera gran ley de educación en España.
7.2. Expansión económica y política exterior
Hasta 1866 fueron años de expansión económica y de incremento de recursos de Hacienda, que en buena medida se gastaron en una activa política exterior. España además participó en operaciones militares, tan costosas como inútiles. Se realizó una expedición a Conchinchina, y la más importante fue una campaña en Marruecos, que otorgó prestigio al militar progresista Juan Prim. La Paz de Wad-Ras permitió la ocupación de Ifni y la ampliación de Ceuta.
7.3. La Revolución de 1868
La radicalización del autoritarismo y el fuerte intervencionismo de la reina acabaron por desnaturalizar el sistema liberal y provocar una inestabilidad gubernamental. La sublevación de los sargentos del cuartel San Gil se convirtió en una revuelta popular en Madrid. La situación del gobierno empeoró a raíz de la crisis de subsistencias, que provocó el aumento de los precios y el descontento popular. Los progresistas y demócratas firmaron el Pacto de Ostende para acabar con la monarquía de Isabel II, formar un nuevo gobierno provisional y convocar Cortes Constituyentes por medio del sufragio universal masculino.