LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL 1833-1868
LAS BASES POLÍTICAS DE LA MONARQUÍA LIBERAL
1. EL ESTADO LIBERAL: EL CONSTITUCIONALISMO
El régimen liberal se organiza con el establecimiento de la Constitución como máxima institución reguladora de la vida estatal. Pero en la España de Isabel II y durante todo el siglo XIX no se elabora una sino varias Constituciones, desplazando cada una a la anterior. Se van a dar a lo largo de estos años tres textos constitucionales:
- En 1834, el Estatuto Real, que es en realidad una carta otorgada por la Corona y su gobierno de carácter liberal moderado, y que quiere unir lo reformista y lo tradicional en un régimen basado en la soberanía de las instituciones históricas: el Rey y las Cortes. Estas compuestas por dos Cámaras: el Estamento de Próceres y el Estamento de Procuradores, sobre la base del sistema electoral censitario.
- En 1837 se establece una Constitución de tipo liberal avanzado o progresista sobre el principio de la soberanía nacional, manteniendo dos Cámaras y el sufragio censitario (Motín de la Granja en 1836).
- En 1845 nace la Constitución de carácter moderado basada en las instituciones históricas de la Monarquía y las Cortes, exaltando el poder de la primera.
2. LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Con el triunfo del liberalismo nacen los partidos políticos. Excluidos los absolutistas y los carlistas, que se opondrán al régimen liberal por la guerra, los que apoyan a la monarquía de Isabel II son los liberales, que se dividirán en dos partidos: el Moderado y el Progresista.
- El Partido Moderado, integrado por la burguesía y clase media enriquecidas e ilustradas, mantienen un equilibrio entre el Rey y las Cortes (Narváez).
- El Partido Progresista, formado por clases medias, empleados y artesanos, destaca el concepto de soberanía nacional (Espartero).
Durante el reinado de Isabel II hay que tener en cuenta dos partidos políticos más:
- El de la Unión Liberal, surgido en la última parte del reinado, formado por el ala izquierda de los Moderados y la derecha del Progresista (O’Donnell).
- El Partido Demócrata, surgido hacia 1849, se opone a la monarquía de Isabel II, integrado por los progresistas más radicales y las clases populares. Partidarios de los derechos y libertades individuales, del sufragio universal y de la soberanía nacional. Es procedente del republicanismo.
3. LA GUERRA CIVIL CARLISTA
Fuera del sistema liberal han quedado los antiguos absolutistas, ahora llamados carlistas, que se enfrentan a la monarquía de Isabel II y a la totalidad del Estado liberal, no por la acción política, como un partido más, sino por la guerra. Se origina así la Guerra Civil Carlista, que durante este reinado tiene dos fases:
- Entre 1833 y 1839, la Primera Guerra Civil, consecuencia de la cuestión político-dinástica de la sucesión de Fernando VII. Los partidarios de su hermano Don Carlos, con el apoyo de la Europa legitimista, Austria y Metternich especialmente, se hacen fuertes, apoyados por los campesinos del norte de España.
Tras una serie de acciones bélicas, el carlismo es vencido, acabando la guerra con el Convenio de Vergara en 1839 entre el liberal Espartero y el carlista Maroto, pasando a Francia el pretendiente Carlos V.
- Desde 1846 a 1860 se produce una segunda fase de la lucha civil carlista, que termina también por la acción de los liberales y por las crisis internas del carlismo.
4. LOS MILITARES
Una de las consecuencias de la Guerra Civil fue la intervención de los militares en la vida política. Los generales victoriosos se transforman en los más seguros defensores del sistema liberal, al quedar demostrado que la monarquía liberal necesita su apoyo. La debilidad del poder civil y de la burguesía hace que acaben por aceptar a los militares en la vida política. Al frente de cada partido actuará un militar que será al mismo tiempo jefe del gobierno, así el general Espartero fue el “espadón” del partido Progresista, el general Narváez el del partido Moderado y el general O’Donnell el de la Unión Liberal. Estos militares no se ajustaron al comportamiento político de elecciones y mayorías, sino que actuaron por el sistema discreto de los golpes y acciones del cuartel o pronunciamientos, que se suceden durante el reinado.
LA ÉPOCA DE ISABEL II 1833-1868
LA MINORÍA DE ISABEL II
1. LAS REGENCIAS (1833-1843)
El primer periodo del reinado de Isabel II se extiende entre 1833 y 1843. Durante estos años, por la minoría de edad de la reina, se producen las Regencias, distinguiéndose dos fases: 1- La Regencia de la reina madre M. Cristina de 1833-1840 / 2- La Regencia del general Espartero de 1840-1843.
Durante este periodo se consolida la revolución liberal. Sus características más destacadas son:
- Se establecen las bases institucionales del nuevo Estado, con el Estatuto Real de 1834 y, tras el Motín de la Granja en 1836, con la Constitución progresista de 1837. Así se van configurando los partidos políticos Moderado y Progresista.
- Se produce la desamortización eclesiástica por obra de Mendizábal en 1836.
- Se desarrolla la Primera Guerra Civil Carlista entre absolutistas y liberales (1833-1839).
- Los militares empiezan a intervenir en la política. Espartero, que ha vencido a los carlistas, tras el Convenio de Vergara (1839), figura al frente del partido Progresista y presiona ante el gobierno, provocando la renuncia de María Cristina a la Regencia. El propio Espartero es nombrado Regente, sucediéndose durante los años que permanece en la Regencia una serie de gobiernos Progresistas.
Los Moderados se organizan para hacerle frente, produciéndose una sublevación militar que dirige Narváez. Como consecuencia, Espartero renuncia a la Regencia y abandona España. El nuevo gobierno provisional adelanta la mayoría de edad de Isabel II.
LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL II
1. LA DÉCADA MODERADA (1844-1854)
Durante este periodo se suceden una serie de gobiernos integrados por miembros de ese partido y presididos por el general Narváez, que es el auténtico dirigente de la década.
Los sucesos más importantes de estos años son:
- En 1845 se promulga la Constitución moderada de línea centralizadora.
- Bravo Murillo realiza una importante labor económica.
- Narváez establece una práctica dictadura entre 1847 y 1849 como defensa ante los movimientos revolucionarios europeos de 1848.
- En 1851 se firma el Concordato con la Santa Sede, que normaliza la situación con la Iglesia y las relaciones entre el Papa e Isabel II.
- Se desarrollan choques bélicos con los carlistas.
- Los Progresistas, deseosos de terminar con la larga hegemonía moderada, conspiran contra el gobierno y, por medio de un levantamiento militar (la Vicalvarada) y popular en 1854, dirigida por O’Donnell, acaban con la época moderada, estableciendo el progresismo.
2. LOS BIENIOS PROGRESISTAS Y MODERADO (1854-1858)
En esta parte del reinado hay que distinguir dos momentos: el Bienio Progresista (1854-1856) y el Bienio Moderado (1856-1858).
El Bienio Progresista comienza con la revolución de 1854, que parece ser el eco y versión española de los movimientos revolucionarios europeos de 1848. En esta revolución actúan el Partido Progresista, los militares y las clases populares, culminando en una sublevación general dirigida por O’Donnell (la Vicalvarada). El gobierno del Bienio Progresista fue dirigido por Espartero (que vuelve de nuevo) y por O’Donnell. En su gobierno destaca el intento de una nueva Constitución progresista, la de 1856, que quedó en proyecto, pues no llegó a promulgarse, y la continuidad de la obra desamortizadora con la Ley General de 1855 por Pascual Madoz. La inestabilidad del gobierno se mostró, por un lado, cuando en 1856 O’Donnell desplazó a Espartero del poder y restableció la Constitución de 1845 con un Acta Adicional de carácter progresista, y, por otro, cuando el propio O’Donnell fue desplazado de nuevo por Narváez, restableciéndose la política de los Moderados entre 1856 y 1858.
3. EL GOBIERNO DE UNIÓN LIBERAL (1858-1863)
Tras los gobiernos de progresistas y moderados, la fase más estable está protagonizada por el gobierno de O’Donnell y su nuevo partido, la Unión Liberal, entre 1858 y 1863, que representa el eclecticismo político, aunque más próximo al moderantismo que al progresismo. Durante el gobierno largo de O’Donnell destaca la política de prestigio exterior con intervenciones militares al estilo de Napoleón III de Francia y, en algunos casos, siguiendo sus iniciativas, entre ellas: la guerra con Marruecos (1859-1860), la expedición de México (1860-1863) y la guerra del Pacífico contra Chile y Perú (1862-1866). Pero en los años sesenta, gastados ya unionistas y moderados, y en la oposición al régimen los progresistas junto con los demócratas, la monarquía de Isabel II entra en su fase final.
4. EL FINAL DEL REINADO (1863-1868)
La monarquía liberal entra en un agotamiento total durante estos años; la decadencia del sistema se aprecia en un conjunto de crisis: económica, social y política. Entre 1863 y 1868 se suceden una serie de gobiernos, predominando los ya caducos Moderados, que son el único partido que, sin imaginación política, sigue apoyando a Isabel II, limitándose su tarea a tomar medidas represivas y contrarrevolucionarias. La oposición a la monarquía se une y organiza: progresistas, demócratas y unionistas establecen el Pacto de Ostende en 1868 contra Isabel II; ya no se trata de cambiar el gobierno, sino de transformar el propio Estado liberal. En septiembre de 1868 se produce la revolución que, triunfante, provoca la marcha de la reina a Francia e inicia un agitado periodo revolucionario que durará seis años. A esta revolución de 1868 se le conoce con el nombre de La Gloriosa.