Castilla: El Fortalecimiento de la Monarquía
Hasta el siglo XIII
Hasta el siglo XIII, el monarca castellano era principalmente un jefe guerrero cuyo objetivo era la guerra y vivir del realengo. No tenía residencia fija, la corte era ambulante. Fuera de la jurisdicción real estaban los señoríos (laicos o eclesiásticos, solariegos y abadengos), donde los señores ejercían las funciones del rey.
A partir del siglo XIII
A partir del siglo XIII, el principal rasgo político es el fortalecimiento de la Monarquía, iniciado durante el reinado de Alfonso X. Este proceso se debe a:
- La extensión en Europa de la teoría del origen divino del poder.
- La reintroducción del derecho romano, que daba al soberano la potestad legislativa y toda la autoridad. Las Partidas de Alfonso X, rechazadas por la nobleza, pero reafirmadas en el Ordenamiento de Alcalá (1348), asientan estos principios.
El Consejo Real, formado por 12 personas de la confianza del monarca, tenía carácter consultivo y se convirtió en el principal instrumento de gobierno. La Audiencia o Chancillería era el órgano supremo en la administración de justicia. La Corte incluía una serie de cargos y oficiales al servicio de los reyes, casi todos en manos de la nobleza.
Muy importante fue la renovación de la Hacienda para fortalecer la monarquía con más ingresos: impuestos como la alcabala (sobre las compraventas) o el servicio y montazgo (sobre la lana).
En la administración local, la Asamblea Vecinal fue sustituida por un Consejo restringido, el Regimiento, formado por regidores nombrados por el rey entre la nobleza local. También se impuso la presencia de Corregidores, delegados del poder real.
Las Cortes tienen su origen en 1188, cuando el rey de León convocó, junto a los magnates de la nobleza y de la Iglesia, a representantes de las ciudades. Estas reuniones se convirtieron en costumbre y servían para aprobar subsidios a la Corona, tuvieron carácter consultivo y trataban las peticiones y quejas de los procuradores de las ciudades con representación. En el siglo XV su importancia disminuyó.
Aragón: Una Unión de Reinos
Aragón era una unión de reinos: Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña, con distintas instituciones y leyes. Los reyes tenían que someterse a cada particularidad, por lo que eran más débiles políticamente que los de Castilla. Además, la política exterior de la monarquía, con su expansión por el Mediterráneo, obligó a la Corona a pedir ayuda a los estamentos privilegiados de sus reinos, que impusieron a Pedro III el Grande el juramento del Privilegio General y de los Fueros de sus respectivos reinos. Aparecen malos usos. Se va configurando un modelo político denominado pactismo. Era una sociedad estamental.
Crisis y Transformaciones (1348-1474)
Los años que transcurren entre la peste negra de 1348 y los inicios del reinado de los Reyes Católicos (1474) fueron en la península, al igual que en el resto de Europa, una época de crisis económica, de catástrofes demográficas, de conflictos sociales y de transformaciones políticas.
Crisis Demográfica
Tras un periodo de crecimiento poblacional, en 1348 la peste negra asoló toda Europa, incluyendo la península Ibérica. Se produjo un éxodo del campo a las ciudades, con grandes consecuencias. Se instaura un nuevo ciclo demográfico.
Crisis Económica
La agricultura era de subsistencia. La ganadería ovina era importante, pero con muchos impuestos (Honrado Concejo de la Mesta, 1273). La producción artesanal estaba orientada al autoconsumo. En el siglo XV, la fabricación de paños experimentó un auge. La producción estaba controlada por gremios. Se celebraban ferias. El comercio exterior se basaba en la exportación de materias primas.
Expansión de la Corona
Expansión Mediterránea
La conquista de Mallorca por Jaime I el Conquistador abrió el Mediterráneo a la Corona de Aragón. Durante el reinado de Pedro III el Grande se conquista Sicilia (1282). Con Jaime II, los almogávares conquistan y ponen bajo la autoridad del rey aragonés el Estado vasallo de Atenas-Neopatria (siglo XIV). También se conquista Cerdeña, que se convierte en un importante núcleo comercial. Alfonso V, el Magnánimo, dedicó todo su esfuerzo a la ampliación del imperio mediterráneo. En 1442 consiguió incorporar el reino de Nápoles a la Corona de Aragón. La expansión favoreció a la burguesía catalana, que llegó a entablar una dura competencia con las repúblicas mercantiles italianas.
Rutas Atlánticas
Un punto clave de la política exterior castellana fue el dominio del Estrecho, necesario para evitar la llegada de refuerzos del norte de África al reino de Granada. Con Alfonso XI, queda abierto el camino para la reconquista del reino granadino. Otro punto importante en las relaciones exteriores castellanas fue Portugal. El rey castellano Juan I, que tenía derechos a la corona portuguesa, intentó ocupar el país, pero se encontró con una fuerte oposición (derrota de Aljubarrota, 1385). El segundo ámbito de confrontación entre Castilla y Portugal apareció con la expansión castellana hacia las Islas Canarias. En 1402 llegó a Lanzarote y comenzó la colonización en nombre del rey castellano. Ocuparon, también, Fuerteventura, Gomera y Hierro. Al principio, la Corona no tuvo demasiado interés en ellas, pero la expansión marítima y comercial de los castellanos a lo largo del siglo XV hizo cada vez más importantes estos enclaves. La toma de las islas acarreó la enemistad de Portugal, que al final se resolvió en los tratados de Alcaçovas (1479) y Tordesillas (1494), según los cuales todo el litoral africano quedaba reservado a las exploraciones portuguesas, con la excepción de las Islas Canarias.