La España de los Austrias: Auge y Desafíos del Siglo XVI

La España del Siglo XVI

El imperio de Carlos V: Conflictos internos y Germanías

A la muerte de Fernando el Católico en 1516, fue proclamado rey de Castilla y Aragón el hijo de Juana la Loca, Carlos I. Este recibió una inmensa herencia, fruto sobre todo de la política matrimonial de los Reyes Católicos, que incluía: la Corona de Aragón, Nápoles y Sicilia; la Corona de Castilla con Navarra y las Indias. De sus abuelos paternos heredó Flandes y el Franco Condado, y en 1519 el título de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V, y las tierras patrimoniales de los Habsburgo de Alemania y Austria.

La herencia y la enormidad de sus posesiones alentaron en Carlos la idea imperial: reunir a toda la cristiandad bajo la bandera del emperador y luchar contra los enemigos de la cristiandad, los turcos en Europa occidental y el Mediterráneo, y la herejía protestante en el resto de Europa. Todo esto resultó un desafío excesivo e insuperable.

Las Comunidades y las Germanías son las principales manifestaciones de movimientos sociales de resistencia al apoyo imperial sobre la hacienda y la vida de los súbditos españoles, en gran medida ajenos a las ansias imperiales de sus soberanos.

Las Comunidades fueron movimientos de los representantes de las ciudades en las Cortes castellanas en 1520 para impedir la opresión de la monarquía y la alta nobleza. Sus principales acciones fueron:

  • Protesta contra los consejeros extranjeros de Carlos I y la política imperial.
  • Rechazo de impuestos (Cortes de La Coruña) para costear el nombramiento de Carlos como emperador.
  • Constitución de la Junta de Santa Ávila en representación de las ciudades, que pidió a Carlos su regreso a Castilla, la exclusión de extranjeros de cargos políticos, más protagonismo en las Cortes, reducción de gastos e impuestos y limitación de las exportaciones de lana.
  • A esto se le unió el conflicto de los campesinos contra el régimen nobiliario de la propiedad.

El rey y la nobleza se aliaron para aplastar la sublevación, y los comuneros fueron derrotados en la batalla de Villalar en 1521. Los principales cabecillas, Padilla, Bravo y Maldonado, fueron ejecutados.

Las Germanías se desarrollaron en Valencia, Murcia y Menorca. Tenían como principales motivos la crisis económica y el descontento de artesanos y comerciantes, que querían la reducción de derechos de la nobleza. En marzo de 1523, los agermanados fueron reprimidos por orden de Carlos V.

Las Comunidades y las Germanías fueron antiseñoriales. Su aplastamiento significó la alianza de la monarquía y la nobleza, y la marginación de la burguesía. Otras consecuencias fueron el declive de las Cortes castellanas como fiscalizadoras de la acción real, y que la política exterior fuera en adelante sufragada principalmente por Castilla.

La Monarquía Hispánica de Felipe II: La unidad ibérica

Felipe II, a pesar de no ostentar el título imperial de Carlos I, gobernó sobre un imperio enorme que llegaba hasta el Pacífico y las islas Filipinas. Decidió establecer su corte en la villa de Madrid y crear el monasterio de El Escorial, una monumental residencia en la sierra cerca de la corte. Su política exterior buscaba, sobre todo, la defensa del catolicismo.

La victoria frente a los franceses en San Quintín (1557) dio paso a un largo periodo de concordia con Francia. Unos años más tarde, la armada española, unida a la veneciana, aplastaba a los turcos en Lepanto (1571). No obstante, el problema más agudo fue la rebelión de los Países Bajos, donde progresaba el calvinismo en las provincias del norte. La actuación de los enviados de Felipe II, entre los que destacó el Duque de Alba, no evitó la división entre la zona norte protestante y la zona sur católica.

También se enfrentó con Inglaterra, que protegía a los protestantes de los Países Bajos y hostigaba a los dominios españoles en América, pero la escuadra enviada contra los ingleses, la denominada Armada Invencible, fracasó en 1588.

Además, Felipe II se encontró con problemas internos, como rebeliones de los moriscos de la región de Granada y la limitación de las libertades de Aragón con la ejecución de Juan de Lanuza, su Justicia Mayor (caso Antonio Pérez). Pero también tuvo lugar en el transcurso de su reinado la unión con Portugal, pues al quedar vacante aquel trono, las Cortes portuguesas reconocieron como rey a Felipe II en 1581. Aquello significaba la realización plena de la monarquía española.

El modelo de los Austrias: La unión de reinos

La unión hispánica era de menores dimensiones, pues a los territorios hispanos había que añadir los dominios europeos y los americanos. La unión de todos venía dada por las personas de los reyes, titulares de un vasto conjunto de reinos y señoríos. El único vínculo institucional de todo ese conglomerado de territorios era el Consejo de Estado, creado por Carlos I, del cual formaban parte personas de diversos reinos. Había, por otra parte, consejos de ámbito nacional, como el de Castilla, el de Aragón, el de las Indias y el de Italia. También funcionaban los consejos de la Inquisición y el de Hacienda.

Al frente de los territorios no castellanos se situaron virreyes, como en Navarra, Aragón, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, México y Lima. Milán y los Países Bajos eran regidos por gobernadores. En resumen, la monarquía de los Austrias ofrecía una unidad por la cumbre, pero un modelo plural y descentralizado por la base. Se siguieron convocando las Cortes, tanto en Castilla como en Navarra, Aragón, Valencia y Cataluña. En el ámbito local, la pieza clave la constituían los municipios, institución que se degradaba día a día, como lo pone de relieve la venta de cargos.

Economía y Sociedad en la España del Siglo XVI

Economía: Aumentó la población, siendo más numerosa en Castilla que en Aragón. A finales de siglo, la población era de 8.000.000 de personas. El reinado de Carlos fue de crecimiento económico:

  • Sevilla se enriqueció con el comercio indiano, y los puertos del norte de España con la exportación de lana a Europa.
  • Tuvo lugar la revolución de los precios por el aumento de la demanda y la llegada de metales preciosos de América.
  • Los salarios no subieron al mismo tiempo que las mercancías, por lo que la clase popular se empobreció y los propietarios se enriquecieron.
  • Todas las regiones aumentaron su riqueza, pero Cataluña entró en decadencia como resultado de la crisis económica de la Baja Edad Media.

Con Felipe II se evidenciaron los síntomas de la crisis. Los motivos fueron: el coste de las guerras, el endeudamiento de la Corona, la crisis de la moneda del vellón, el escaso desarrollo de la agricultura y de la industria, y el ambiente de lujo y ocio de los más ricos.

Sociedad: Se distinguían 4 grupos:

  • Nobleza: Propietaria de latifundios y asentada en la corte. Se arruinó por culpa de la inflación, ya que consideraban una deshonra trabajar. Ingresaban en el ejército o en la Iglesia.
  • Clero: Los altos cargos los ocupaban los segundones de la nobleza y disponían de buenas rentas.
  • Burguesía: Comerciantes. El comercio estaba controlado por extranjeros. Se vincularon al comercio y a la banca.
  • Campesinos y trabajadores: Los más perjudicados por la política económica.