Transformaciones agrarias en el siglo XIX
La desamortización: una falsa reforma agraria
Se pueden distinguir tres etapas en la legislación desamortizadora:
- La primera etapa empezó con Godoy y siguió con José I. Las Cortes de Cádiz aprobaron un decreto general de desamortización que apenas pudo ponerse en práctica.
- La segunda etapa comenzó con las leyes desamortizadoras de Mendizábal y se prolongó hasta que su aplicación quedó paralizada por el gobierno moderado de Narváez.
- La tercera etapa comenzó con la ley de desamortización de Madoz y se prolongó hasta la restauración.
Consecuencias de la desamortización:
- Incrementó el número de grandes terratenientes.
- Los compradores fueron gente adinerada.
- Permitió poner en cultivo gran cantidad de tierras abandonadas.
- Los grandes perdedores fueron los campesinos, la Iglesia y los municipios.
Producción y productividad
La producción creció de forma modesta hasta el último cuarto de siglo, momento en el que aumentó la productividad de los cultivos. La política proteccionista pretendió frenar la gran crisis agraria de fin de siglo.
Aportación de la agricultura
Aumentó la superficie cultivada, pero casi no se modificó la población activa dedicada a estas tareas, y los niveles de consumo y de productividad fueron muy bajos. La producción nacional no bastaba para satisfacer la demanda de una población en crecimiento. La agricultura no aportó capitales de forma notable.
Industria y minería en el siglo XIX
La industrialización en la España del siglo XIX ha sido calificada de fracaso relativo.
Industria textil
El sector del algodón
Cataluña fue el centro de esta actividad. El desarrollo industrial catalán se basó en la introducción de máquinas de vapor. En 1835 tuvo lugar la primera protesta contra las máquinas por parte de los obreros, que destruyeron la fábrica de hilados y máquinas. Esto no frenó la expansión de esta industria, favorecida por la introducción de las selfactinas. Se produjo un período de recuperación, hubo un modesto aumento de la demanda favorecida por el aumento del monopolio mercantil que España impuso a sus colonias en el Caribe.
Industria lanera
La industria lanera tradicional se centraba en Castilla y León, y la nueva industria mecanizada se ubicó en Tarrasa y Sabadell. La tradicional industria del lino, centrada en Galicia, no supo adaptarse a las nuevas técnicas y los nuevos tiempos y acabó por extinguirse en el siglo XIX.
Minería y siderurgia
La minería española se mantuvo estancada durante casi todo el siglo XIX. En 1868 la Ley de Bases sobre Minas favoreció la expansión de la demanda, y esta expansión se produjo con la ayuda de la inversión extranjera y la desamortización del subsuelo. España a fines de siglo era el principal exportador de mineral de hierro de toda Europa.
La exportación minera sirvió para desarrollar la siderurgia vasca. Se creó una empresa, la de la familia Ybarra. Se produjo la gran expansión de la siderurgia vizcaína, con la creación de varias empresas, entre las que destacó la sociedad anónima Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero, que al fusionarse con otras dos compañías formaron los Altos Hornos de Vizcaya.
Otras actividades industriales
Destacan los molinos, que se dedicaban a moler granos o fabricar papel. Otras industrias derivadas de la explotación agraria, como la producción de aceite de oliva, vinos, etc. se fueron modernizando. La plaga de la filoxera, que atacó las vides del sur de Francia, benefició la expansión de esta actividad, pero cuando entró en España los afectó.
Comercio y comunicaciones en el siglo XIX
Comercio interior
Los obstáculos que impedían la libertad de comercio dentro del territorio español fueron eliminados con escaso éxito, apenas se logró la unidad de mercado. Las barreras eran naturales y fiscales. Algunas medidas que contribuyeron a unificar el mercado fueron la adopción del sistema métrico decimal y la instauración del nuevo sistema monetario basado en la peseta.
Comercio exterior
El proteccionismo y la escasa demanda del mercado interno incitaron a algunos sectores a la exportación. Los productos más vendidos eran los agrícolas. Esas exportaciones se dirigían a Reino Unido, Francia, Argentina…
Transportes
Carreteras y caminos
La mayor parte de la red viaria era deficiente.
Transporte marítimo
Mejoró en el siglo XIX por la mejora y ampliación de puertos, el perfeccionamiento de la navegación a vela y la introducción de la navegación a vapor.
Transporte ferroviario
En 1844 una real orden iniciaba el primer proyecto ferroviario, que se inauguró en 1848 con la línea Barcelona-Mataró. En la etapa del bienio progresista se aprobó la ley de ferrocarriles de 1855.
Transformaciones demográficas en el siglo XIX
Pervivencia del régimen demográfico antiguo
La mortalidad se mantuvo por encima de la media europea. Esto se explicaba por una serie de factores: pésimas condiciones sanitarias, hambrunas, elevada mortalidad infantil y epidemias. La natalidad se mantuvo alta durante todo el siglo. Las razones estaban en la pobreza del campo español, la ignorancia sobre métodos anticonceptivos y la superpoblación respecto a los recursos. La tasa de crecimiento vegetativo era muy baja.
Movimientos migratorios y urbanización
Las leyes migratorias cambiaron durante el siglo XIX, estuvo prohibido emigrar hasta 1853. La Constitución de 1869 reconoció el derecho a emigrar. También hubo emigraciones políticas, exilios. España tuvo en el siglo XIX bajos índices de saldo migratorio. El éxodo rural se aceleró en la segunda mitad del siglo XIX. Este éxodo potenció la urbanización, aunque lentamente. Sin embargo, España era un país rural.
La nueva sociedad del siglo XIX
Clases altas
La alta nobleza se mantuvo a pesar de la revolución liberal. La nueva nobleza titulada estuvo vinculada a la burguesía de negocios.
Clases medias
La clase media rural estaba formada por labradores propietarios medianos, no terratenientes. La clase media urbana era más numerosa e influyente, porque ocupaba la administración y los servicios básicos. Fue un grupo con gran compromiso político, su papel fue fundamental en la construcción del Estado Liberal.
Burguesía
Fue una clase social de perfiles difusos, por esa razón hoy se habla de burguesías y de mentalidad burguesa. Tendían a imitar a la aristocracia, aunque por su actividad y trabajo no seguían el modelo aristocrático de mentalidad rentista que consideraba el trabajo impropio de su condición social. Hubo una confluencia de intereses entre nobleza y burguesía. En función a sus actividades podemos dividirla en cuatro grupos: comercial, industrial, financiera y agraria (caciquismo).
Clases populares
Campesinado
Dos de cada tres personas vivían en o del campo. Tenían una mala situación por la reforma liberal, la abundancia de jornaleros, la acentuada división entre el norte y el sur y el éxodo rural.
Clases bajas urbanas
La mayor parte de estos grupos sociales se dedicaban al sector servicios, pero también sobrevivió un importante número de artesanos en los talleres. También había obreros de la industria. Las condiciones laborales y de vida de los obreros eran muy duras.
Marginados
Eran los pobres naturales o mendigos, suponían un 4% de la población en regiones como Extremadura o Andalucía. Otra categoría la formaban los vagos, vagabundos o maleantes. También formaban parte de la población marginal los presidiarios, enfermos en hospitales y hospicios, expósitos y prostitutas.
Mujer
En las clases altas la mujer no trabajaba y en las clases populares trabajaba en lo que podía, en el campo o en la ciudad, pero su salario era más bajo.