La España del Siglo XVIII: La Guerra de Sucesión
En 1700 muere Carlos II sin descendencia, último rey de la dinastía de los Habsburgo. Los dos candidatos con más derechos al trono español eran el Archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador de Austria, y Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y María de Austria, de la casa de Borbón. Carlos II había nombrado heredero a este último, como Felipe V, pero esta decisión no fue aceptada por las potencias europeas, y Holanda, Inglaterra y Portugal decidieron apoyar al candidato austriaco en su lucha por el trono, desencadenante de la Guerra de Sucesión Española.
Esta guerra fue una guerra europea y una guerra civil española:
- Como guerra europea se enfrentaron el bando franco-español y la Gran Alianza Antiborbónica (Inglaterra, Austria, Holanda, Portugal y Saboya).
- Como guerra civil española, la Corona de Aragón fue partidaria del Archiduque Carlos de Austria, mientras que Castilla apoyó a Felipe V.
La guerra terminó a raíz de la elección de Carlos de Austria como emperador de Alemania, tras la muerte de su hermano. La Paz de Utrecht fueron una serie de tratados entre los contendientes en la Guerra de Sucesión firmados entre 1713-1714. Por esta paz, Felipe V era reconocido como rey de España pero perdía todas sus posesiones en Europa. España quedaba limitada a la península, las islas y las colonias. Austria recibía los Países Bajos, Luxemburgo, Milán, Nápoles y Cerdeña; Inglaterra recibía Gibraltar y Menorca y dos concesiones comerciales, el “navío de permiso” y el “derecho de asiento”; Saboya recibía Sicilia, que más tarde intercambiaría con Austria por Cerdeña.
La España del Siglo XVIII: Cambio Dinástico. Los Primeros Borbones.
- El reinado de Felipe V (1700-1746): Felipe V fue un hombre inestable y enfermo, por eso estuvo dominado por quienes le rodeaban durante la Guerra de Sucesión. Fueron los administradores franceses los que llevaron a cabo la política del rey, apartando de las decisiones del gobierno a la aristocracia española. Su segunda esposa, Isabel de Farnesio, de fuerte carácter, produjo un cambio radical en la Corte imponiendo su propio programa político. Obsesionada por conseguir reinos para sus hijos, Carlos y Felipe, subordinó los intereses españoles a una política exterior agresiva para recuperar los dominios de Italia. Esta política fue impulsada por sus consejeros italianos, especialmente, el cardenal Alberoni.
- En 1724 se inició el reinado de Luis I, cuando Felipe V, tras una grave crisis depresiva, abdicó en su primogénito. El reinado de este fue muy breve ya que contrajo la viruela y falleció. Isabel de Farnesio convenció a su marido de que recuperara el trono. En 1726, se convirtió en el principal secretario José Patiño, que supo rodearse de colaboradores eficaces y consiguió llevar un ambicioso plan de rearme cuya consecuencia fue la conquista del reino de Nápoles y Sicilia para el infante Don Carlos. La política exterior buscó la alianza con Francia a través del “Primer Pacto de Familia”.
- El reinado de Fernando VI (1746-1759): como su padre, fue un rey enfermizo. El reinado estuvo protagonizado por el Marqués de la Ensenada, cuyo programa político se encaminó a reforzar el estado absoluto. Había que conseguir un crecimiento económico que permitiese modernizar el país y potenciar y salvaguardar el imperio colonial. En este periodo, España mantendrá una política pacifista para afrontar el programa de reformas internas. Entre los proyectos de Ensenada, el primero era la reforma fiscal. Se trataba de imponer el modelo del “catastro”, impuesto único sobre las propiedades y las rentas, que incluía a los estamentos privilegiados. Sin embargo, las protestas de las clases privilegiadas llevaron al abandono del proyecto, aunque se consiguió aumentar los ingresos de la Hacienda. La actuación más significativa fue el reforzamiento de la Armada para conseguir una flota suficiente para defender las colonias y para hacerse respetar mediante una alianza con Francia que permitiera sumar la fuerza de las dos flotas de guerra contra Inglaterra. Fue la política naval que amenazaba a Inglaterra lo que provocó la caída de Ensenada. Un grupo de oposición probritánico convenció al rey de que destituyera al ministro. Sin embargo, al acabar el reinado, el balance era positivo, la situación interna era más próspera y el potencial militar de España se había incrementado.
La España del Siglo XVIII: Reforma en la Organización del Estado. La Monarquía Centralista
El gobierno de Felipe V tuvo como primer objetivo político las reformas de la Administración española, siguiendo el modelo francés caracterizado por la centralización. Los llamados Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V suprimen los fueros, privilegios e instituciones de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. Se suprimen las Cortes de estos distintos reinos y sus integrantes pasaban a formar parte de unas Cortes únicas, las Cortes Generales del Reino. Sin embargo, Álava, Bizkaia, Guipúzcoa y Navarra conservaron sus fueros. Se impuso el castellano como lengua oficial y el sistema de impuestos fue sustituido por el “catastro”. Se introdujeron las leyes de Castilla y sus tributos, chancillerías y Audiencias. La autoridad fue desempeñada por la Capitanía General e “Intendentes”. Todo el territorio fue uniformizado según el modelo de Castilla. El gobierno quedó en manos del Secretario de Despacho y el único Consejo que conservó su poder fue el Consejo de Castilla. El ejército experimentó una total transformación y uno de los mayores esfuerzos fue la recuperación de la marina. Otro aspecto en el que incidió el Gobierno borbónico fue la reivindicación de la autoridad de la Corona sobre la Iglesia española; lo que se conoce como “regalismo”. Bajo el reinado de Felipe V se inició la política económica de promoción de la industria y el comercio, fomentándose la libre comercialización de la producción. Se ratificaron las medidas mercantilistas, se fundaron las primeras Industrias Reales y se intentó reanimar el comercio colonial mediante la creación de compañías de comercio al estilo de las inglesas y las holandesas. En 1713, Felipe V modificó el sistema de sucesión a la Corona al imponer la Ley Sálica, que excluía a la mujer de la línea sucesoria.