1. Prólogo al Desastre: El Golpe de Estado y el Inicio de la Guerra
La sublevación empezó a prepararse justo después del triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. La primera reunión entre los generales conspiradores fue en marzo. El golpe de estado de julio de 1936, aparte de ser orquestado por militares descontentos, tuvo el apoyo de civiles. El jefe de la operación fue el general Mola, y el general Sanjurjo fue designado para presidir el directorio militar tras el golpe, pero falleció en un accidente aéreo. Más tarde, el general Franco se unió a la conspiración.
Los sublevados pensaron que sería un golpe duro y contundente y no una guerra civil de años. Además, Casares Quiroga, presidente de la Segunda República, no adoptó medidas adecuadas para evitar el conflicto, por lo que la Guerra Civil fue consecuencia de un golpe de estado mal ejecutado y de un gobierno muy débil para evitarlo. El presidente del gobierno, desbordado por la situación, dimitió y fue sustituido por Diego Martínez Barrio para negociar con Mola, pero fracasó y dimitió. Al final, José Giral ocupó su lugar y, cediendo a las peticiones de los partidos y sindicatos, entregó armas al pueblo.
El golpe de estado de 1936. La sublevación comenzó el 17 de julio de 1936 en el Marruecos español, donde Franco se puso al mando de la rebelión. Entre el 18 y 19 también se sublevaron en Sevilla, Cádiz y la zona del Estrecho. La zona del gobierno quedó dividida en dos: por una parte, la cornisa cantábrica y, por otra parte, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia y Málaga. El sector militar y el apoyo de la UGT y la CNT permanecieron fieles a la República.
2. Desarrollo de la Guerra
Tuvo 5 etapas ligadas a la iniciativa de los sublevados.
2.1. La Guerra de Columnas y la Marcha hacia Madrid (entre julio y noviembre de 1936)
La guerra de columnas consistía en contingentes reducidos con armamento ligero que se desplazaban rápidamente para hacerse con el control de ciudades. El objetivo principal de los sublevados era tomar Madrid por dos vías: una desde el norte, liderados por el general Mola, pero detenidos por una resistencia militar al norte del sistema central, y otra desde el sur, liderados por el general Franco y Yagüe, uniéndose en Queipo de Llano, avanzando sin oposición por Extremadura.
2.2. La Batalla de Madrid (entre noviembre de 1936 y marzo de 1937)
Este periodo fue una guerra de desgastes debido a la inesperada resistencia en Madrid. El gobierno republicano se trasladó a Valencia. Se constituyó la Junta de Defensa. El ejército republicano rechazó un primer ataque frontal, por lo que Franco puso en marcha una operación para rodearla que consistió en 3 batallas que fracasaron: la de carretera de La Coruña, la del río Jarama y la de Guadalajara. En el sur, los sublevados tomaron Málaga (febrero de 1937). Esto supuso un fracaso para el bando republicano.
2.3. La Campaña del Norte y las Ofensivas Republicanas (entre marzo de 1937 y marzo de 1938)
Franco cambió de estrategia y decidió atacar el territorio republicano del norte. La superioridad de los sublevados se hizo evidente, sobre todo en el dominio del aire, donde la aviación alemana (Legión Cóndor) apenas encontró respuesta y bombardeó localidades. Significativo fue el bombardeo masivo de la ciudad de Guernica, el 26 de abril de 1937.
En primer lugar, el ejército de Franco ocupó Vizcaya: Bilbao cayó en junio de 1937. A finales de agosto cayó Santander, y en octubre de 1937 los sublevados ocuparon Gijón. El Ejército Popular de la República emprendió varias ofensivas para intentar detener el avance franquista desde el norte de la Península, sin obtener resultados decisivos.
2.4. La Batalla del Ebro y la Toma de Cataluña (entre marzo de 1938 y febrero de 1939)
La batalla del Ebro, que se prolongó hasta noviembre de 1938, tuvo como consecuencia el quebrantamiento definitivo del ejército republicano. Fue el enfrentamiento más sangriento y duro de toda la Guerra Civil, pues se produjeron más de 100.000 bajas sumando las de los dos bandos. Tras la batalla del Ebro se llevó a cabo la conquista de Cataluña.
2.5. El Fin de la Guerra (entre febrero de 1939 y abril de 1939)
Tras la caída de Cataluña, Madrid se convierte en el lugar de una confrontación civil en el seno de la República, ya que unos querían resistir y otros, como Segismundo Casado, llevó a cabo un golpe de estado en Madrid el 5 de marzo de 1939, del que resultó ganador y mandó detener y ejecutar a los aliados de Negrín, por lo que se vieron forzados a exiliarse. Franco anunció el fin de la guerra y la victoria de los sublevados.
3. La Dimensión Internacional
Todas las potencias acordaron la no injerencia diplomática en los asuntos españoles y prohibieron las exportaciones de armamento a España. Esta política de no intervención sirvió para impedir que el Gobierno legítimo de la Segunda República se aprovisionara libremente de armas en el extranjero para defenderse de una rebelión.
El apoyo de la Italia fascista y de la Alemania nazi a favor del Ejército rebelde fue decisivo. Los motivos para prestar esta ayuda fueron de tipo político y estratégico:
- El conflicto español les servía para una puesta a punto de sus ejércitos de cara a la guerra mundial que se avecinaba.
- Alemanes e italianos simpatizaban ideológicamente con los sublevados.
- La ayuda permitía ejercer influencia sobre un nuevo aliado.
Los republicanos tuvieron el apoyo de la Unión Soviética a cambio del oro español. La URSS proporcionó material, pero muy obsoleto, y también fueron las Brigadas Internacionales. El apoyo de México fue menor. En cambio, las democracias internacionales se abstuvieron de apoyar al gobierno de la Segunda República por miedo a que triunfara una revolución socialista.
4. La Evolución Política de la Segunda República Durante la Guerra
Se divide en 3 periodos:
4.1. Revolución y Gobierno de José Giral (julio de 1936 – septiembre de 1936)
El Estado republicano fue incapaz de controlar su propio territorio, debido a la sublevación misma y a la presencia de poderes locales revolucionarios. El 19 de julio de 1936, José Giral formó un Gobierno moderado de izquierda. Su autoridad quedó muy disminuida a partir del reparto de armas a las organizaciones obreras. El bando republicano se divide en dos estrategias:
- Partidarios de hacer la guerra y la revolución simultáneamente. Apoyaban esta postura la CNT, el POUM, algunos sectores de la UGT y del PSOE.
- Partidarios de ganar la guerra y dejar la revolución para más adelante. En esta línea estaban los partidos republicanos, la mayoría del PSOE, la Unión Socialista de Cataluña y el Partido Comunista de España.
4.2. Gobierno de Coalición de Largo Caballero (septiembre de 1936 – mayo de 1937)
Entre septiembre de 1936 y mayo de 1937 se imponen los líderes de la primera estrategia con Largo Caballero como presidente del Gobierno y apoyado por el PSOE, la UGT, el PCE, Esquerra Republicana de Catalunya, el Partido Nacionalista Vasco y, a partir de noviembre, incluso la CNT-FAI.
El gobierno presidido por Largo Caballero adoptó las siguientes medidas:
- Legalizar las incautaciones.
- Constituir un ejército republicano.
- Recuperar el control del orden público.
La marcha negativa de la guerra, los escasos logros económicos y, especialmente, los enfrentamientos internos, debilitaron al Gobierno. Estos enfrentamientos estallaron en mayo de 1937 a causa de la pugna por el control de los servicios públicos de Barcelona, que se encontraban en manos de la CNT. Los incidentes de Barcelona tuvieron importantes repercusiones:
- Los ministros anarquistas del Gobierno tuvieron que acudir personalmente a Barcelona para que la CNT depusiera las armas.
- El POUM fue juzgado y condenado por deslealtad a la República.
- La Generalitat de Cataluña perdió sus atribuciones en materia de orden público.
Largo Caballero se vio obligado a dimitir. Para presidir el nuevo gobierno se pensó en el doctor Juan Negrín.
4.3. El Gobierno de Juan Negrín (mayo de 1937 – abril de 1939)
El Gobierno de Negrín se trasladó a Barcelona, recuperó el control del Estado, se restringieron las colectivizaciones y se redujo el poder obrero. En este periodo se produjo la dimisión de Prieto a causa del desastre de la batalla de Aragón. Desde ese momento, Negrín contó con la oposición frontal de Prieto y, poco después, con la de Azaña. Solo algunos socialistas y el PCE apoyaron a Negrín. La caída de Cataluña y la salida de España del equipo de Negrín precipitaron los acontecimientos. Se produjo el golpe de Estado de Casado, en el que Negrín y los dirigentes del PCE tuvieron que huir para salvar la vida, lo cual supuso la rendición final sin lucha.
5. La Evolución Política de la Zona Sublevada
Se puede dividir en cuatro periodos:
5.1. Organización Provisional y Sublevación (julio de 1936 – septiembre de 1936)
En el comienzo de la guerra, entre julio y septiembre de 1936, la sublevación fue similar a un pronunciamiento clásico que tenía por objetivo derrocar al Gobierno.
5.2. El Mando Único de Franco (septiembre de 1936 – noviembre de 1936)
En el periodo entre septiembre y noviembre de 1936, el general Franco es elegido como jefe político y militar único, debido al prestigio que había obtenido al mando de las tropas de Marruecos, su aparente indefinición política y su apoyo exterior de Alemania e Italia. Al liderazgo militar y político se unió el carismático y religioso, lo que convirtió a Franco en Caudillo.
5.3. La Unificación Política (noviembre de 1936 – abril de 1937)
La unificación se hizo agrupando a los carlistas, agrupados en la Comunión Tradicionalista, y a Falange Española de las JONS. Más tarde se procedió a la unificación de falangistas y carlistas (Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista).
5.4. Primer Gobierno (abril de 1937 – abril de 1939)
Franco era el presidente del Gobierno y jefe del Estado. El nuevo Gobierno elaboró una legislación político-religiosa. En materia social, se aprobó el Fuero del Trabajo y se fue adelantando una economía intervencionista.
6. Consecuencias de la Guerra
La Guerra Civil tuvo un balance trágico para España: muertes, desapariciones, exilio, represión y pérdidas económicas.