Introducción
Entre 1936 y 1939, España se vio envuelta en uno de los conflictos bélicos más significativos del siglo XX, la Guerra Civil Española. Este conflicto no solo tuvo un profundo impacto a nivel nacional, sino que también se considera un preludio de la Segunda Guerra Mundial. Las posturas radicalizadas de la derecha y la izquierda, marcadas por asesinatos políticos como el de José Calvo Sotelo, culminaron en la sublevación militar de julio de 1936, desencadenando la guerra civil.
Causas del Estallido de la Guerra Civil
Diversas causas, tanto a largo como a corto plazo, condujeron al estallido de la guerra. Entre las causas a largo plazo destacan:
- La política de reforma agraria y la consecuente aparición de movimientos sociales revolucionarios.
- La influencia de los militares en la política.
- El auge de los nacionalismos.
- Las tensas relaciones entre el Estado republicano y la Iglesia Católica.
Los motivos inmediatos de la insurrección militar fueron:
- Frenar el programa de reformas político-económicas del Frente Popular.
- Defender los valores católicos tradicionales.
- Mantener la concepción unitaria del Estado.
- Evitar una posible revolución obrera.
- Instaurar un Estado similar a los fascismos europeos.
Más que un programa político definido, la sublevación buscaba derrocar al gobierno del Frente Popular, utilizando el asesinato de Calvo Sotelo como detonante.
Apoyos Nacionales e Internacionales
Bando Nacional
Internacional: Alemania, Italia y Portugal apoyaron a Franco.
Nacional: La Unión Militar Española (UME), Falange, los carlistas, agrupaciones de derechas (Juventudes de Acción Popular, Renovación Española), la Iglesia (excepto la vasca) y una masa heterogénea de clases medias, altas y obreros católicos que defendían, entre otras ideas, la concepción católica de la vida.
Bando Republicano
Internacional: URSS y las Brigadas Internacionales.
Nacional: Partidos de izquierda, milicias obreras (como la FAI), masas de izquierdas y los nacionalistas.
Sublevación Militar
Iniciada en Melilla el 17 de julio, la sublevación se extendió rápidamente al resto de Marruecos. Los días 18 y 19 de julio, el golpe se expandió por la península y los archipiélagos. Franco, desde Canarias, se trasladó a Marruecos para liderar el ejército de África. El pronunciamiento triunfó en el protectorado de Marruecos, Castilla y León, Navarra, Galicia, Álava y partes de Andalucía. Sin embargo, fracasó en importantes ciudades industriales como Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao. Con escaso respaldo popular, la sublevación se basó en las fuerzas militares insurrectas, lideradas por Franco (Canarias), Mola (Navarra), Queipo de Llano (Castilla y León) y Goded (Baleares). El fracaso en controlar Madrid, debido a la resistencia del gobierno republicano, dividió el territorio y dio inicio a la guerra.
Desarrollo del Conflicto
Marcha hacia Madrid (agosto-noviembre de 1936)
Con ayuda alemana e italiana, Franco trasladó su ejército desde África a la península. Desde Andalucía, avanzaron hacia Madrid, encontrando fuerte resistencia en Badajoz. Tras tomar Talavera de la Reina y Toledo, continuaron hacia la capital. Paralelamente, Mola tomó Irún y San Sebastián, cortando la comunicación republicana con Francia. En noviembre, las tropas de Franco y Mola llegaron a las puertas de Madrid, donde encontraron la resistencia republicana apoyada por las Brigadas Internacionales. Esta marcha consolidó a Franco como líder del bando nacional, estableciendo su cuartel general en Burgos.
Batalla de Madrid (noviembre de 1936-marzo de 1937)
Franco intentó cortar las comunicaciones y cercar Madrid, atacando por el oeste (carretera de La Coruña), sur (batalla del Jarama) y este (batalla de Guadalajara). La batalla del Jarama, la más dura, buscaba cortar la comunicación con Valencia. La batalla de Guadalajara, iniciada por italianos, resultó en un fracaso para estos. Las tres batallas no produjeron cambios territoriales significativos.
Batalla del Norte (marzo-agosto de 1937)
Ante la imposibilidad de tomar Madrid, Franco, con apoyo italiano y alemán (Legión Cóndor), se dirigió al norte para ocupar Vizcaya, Asturias y Gijón. El ataque republicano a Brunete casi rompe el frente, pero Franco envió refuerzos. El ataque republicano a Belchite, con el objetivo de tomar Zaragoza, fracasó por descoordinación y diferencias políticas, con consecuencias desastrosas. Tras la pérdida del norte, el mando republicano intentó tomar Teruel para distraer a los nacionales y evitar un nuevo ataque a Madrid.
Campañas en Aragón y Levante (1938)
Tras la toma de Teruel por los republicanos, Franco lanzó una ofensiva de desgaste, demostrando la superioridad de su artillería y aviación. La derrota republicana en Teruel abrió a Franco el camino al Mediterráneo. La resistencia republicana frenó su avance hacia Valencia, lo que obligó al gobierno republicano a trasladarse a Barcelona.
Batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938)
Iniciada por el ejército republicano para ocupar Amposta y desviar la atención del avance nacional hacia Valencia, la Batalla del Ebro dividió el territorio republicano del Mediterráneo. Tras una fase inicial de éxitos republicanos, la batalla se convirtió en la más dura y prolongada de la guerra, con victoria nacional.
Fin de la Guerra Civil (enero-marzo de 1939)
En diciembre de 1938, se inició la ofensiva a Cataluña. Barcelona cayó el 29 de enero de 1939, con miles de refugiados huyendo a Francia. La zona republicana quedó reducida a la costa mediterránea y Madrid. El 28 de marzo de 1939, Franco ordenó la ofensiva final sobre Madrid. La guerra terminó con la toma de la capital el 1 de abril de 1939.
Evolución Política
España Republicana
La reacción obrera al pronunciamiento desbordó al gobierno. Durante el gobierno de Giral, se abrieron los parques de armamentos a los sindicatos. Con el ataque a Madrid, Largo Caballero formó gobierno en Valencia y militarizó las milicias. La presión comunista y las derrotas militares llevaron al gobierno de Negrín, que cayó con la toma de Cataluña.
España Nacional
Se persiguió y asesinó a adversarios políticos, suprimiendo partidos y sindicatos. Se plasmó la ideología falangista con el Fuero del Trabajo (1938). Con el apoyo de la Iglesia, la guerra se calificó como “Cruzada Nacional”. Franco asumió el mando político y militar, nombrándose “Generalísimo”. La muerte de Mola y José Antonio Primo de Rivera reforzó su poder. En 1937, se decretó la unificación con FET y JONS como partido único (Movimiento Nacional).
Consecuencias del Conflicto
La guerra devastó la industria, agricultura y ganadería. Se destruyó el 40% del sistema ferroviario y más del 60% de ciudades y pueblos. La reconstrucción se paralizó con la Segunda Guerra Mundial. Se perdieron gran parte de la riqueza y las reservas de oro. Las pérdidas humanas y el impacto psicológico fueron devastadores: 300.000 muertos en combate, 400.000 exiliados, más de 100.000 ejecutados durante la guerra y 23.000 después. Se estiman 325.000 muertes por hambre y precaria situación sanitaria. La cultura sufrió con el exilio de literatos, artistas e intelectuales.
Conclusión
La Guerra Civil Española no fue solo consecuencia del período republicano, sino el resultado de tensiones sociales preexistentes. Sus graves consecuencias llevaron a una larga dictadura que retrasó la recuperación del país debido a la política autárquica de Franco.