La Guerra Civil Española (1936-1939)
Introducción
Desde la proclamación de la Segunda República Española en 1931, y especialmente tras la victoria del Frente Popular en 1936, se inició un proceso de cambio social y político que amenazaba los intereses de las élites tradicionales: la oligarquía terrateniente, la Iglesia Católica y el Ejército. Estas fuerzas reaccionarias impulsaron diversas sublevaciones con el objetivo de derrocar al gobierno republicano. El 18 de julio de 1936, un sector del Ejército, liderado por generales como Francisco Franco, Emilio Mola y José Sanjurjo, se alzó en armas contra la República, dando inicio a una guerra civil que duraría tres años y dividiría profundamente a la sociedad española.
La Sublevación Militar
La conspiración militar fue instigada por diversos grupos conservadores y antirrepublicanos, entre ellos:
- Monárquicos, que ya habían protagonizado el fallido golpe de Estado del General Sanjurjo en 1932.
- Falangistas, partido político de ideología fascista liderado por José Antonio Primo de Rivera.
- Carlistas, movimiento tradicionalista que aspiraba a la restauración de la monarquía en la figura de un pretendiente carlista.
- Sectores de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), partido católico y conservador liderado por José María Gil-Robles.
El asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo, de ideología socialista, y la posterior represalia con el asesinato del líder monárquico José Calvo Sotelo, desencadenaron el golpe militar. El levantamiento se inició en Melilla el 17 de julio y se extendió rápidamente a la Península. La muerte de Sanjurjo en un accidente aéreo dejó a Mola como principal dirigente de la sublevación. El gobierno republicano, presidido por Casares Quiroga, dimitió ante la magnitud del levantamiento. Diego Martínez Barrio intentó formar un gobierno de conciliación, pero fracasó. Finalmente, José Giral formó un nuevo gobierno que armó a las organizaciones obreras y políticas leales a la República.
España Dividida
El golpe militar no triunfó de forma inmediata, dividiendo a España en dos zonas:
- Zona sublevada: Controlaron Galicia, Navarra, Castilla y León, parte de Aragón y Andalucía occidental, Baleares, Canarias y el Protectorado español de Marruecos. Contaban con el apoyo del Ejército de África, la principal fuerza militar española en ese momento.
- Zona republicana: Controlaron Madrid, Cataluña, País Vasco (excepto Álava), la costa mediterránea, Castilla-La Mancha y parte de Extremadura y Andalucía oriental. Contaban con la mayoría de los centros industriales y urbanos, las minas del norte y las reservas de oro del Banco de España.
La República contaba con la mayor parte de la población y la flota naval, pero la mayoría de los oficiales del Ejército se unieron a los sublevados. Los sublevados, por su parte, controlaban importantes zonas agrícolas y contaban con el apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista.
Dimensión Internacional del Conflicto
La Guerra Civil Española se desarrolló en un contexto internacional marcado por el auge de los fascismos y las tensiones entre las democracias liberales y la Unión Soviética. En agosto de 1936, se creó el Comité de No Intervención, con el objetivo de evitar la internacionalización del conflicto. Sin embargo, este acuerdo fue violado por varios países. Alemania e Italia proporcionaron apoyo militar a los sublevados, mientras que la Unión Soviética y México apoyaron a la República. Además, miles de voluntarios de todo el mundo, organizados en las Brigadas Internacionales, se unieron a la lucha del lado republicano.
Desarrollo del Conflicto
Fase inicial (1936-1937): Los sublevados tomaron la iniciativa desde el principio. El Ejército de África, con el apoyo de la aviación alemana e italiana, cruzó el Estrecho de Gibraltar y avanzó hacia Madrid. Tras la toma de Badajoz, Toledo y el Alcázar de Toledo, se inició el asedio de Madrid. La resistencia de la ciudad, con el apoyo de las Brigadas Internacionales y la reorganización del Ejército Popular Republicano, impidió la caída de la capital. Los republicanos fracasaron en su intento de recuperar Mallorca y las capitales de Aragón.
Ofensiva del Norte (1937): Tras el fracaso en la toma de Madrid, Franco decidió concentrar sus esfuerzos en el norte. Tras la muerte de Mola en un accidente aéreo, las tropas sublevadas conquistaron Bilbao, Santander y Asturias. Durante esta ofensiva, se produjo el bombardeo de Guernica, un ataque aéreo de la aviación alemana que causó numerosas víctimas civiles y se convirtió en un símbolo de la barbarie de la guerra. Las contraofensivas republicanas en Brunete y Belchite fracasaron, y la República perdió una importante zona industrial.
Batalla del Ebro y caída de Cataluña (1938-1939): Tras la caída del norte, el frente se desplazó al Mediterráneo. Los republicanos lanzaron una ofensiva en Teruel, que lograron conquistar temporalmente, pero la perdieron posteriormente. La Batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938) fue la más larga y sangrienta de la guerra. Tras la victoria de los sublevados, Cataluña quedó a su merced. Barcelona cayó en enero de 1939, y las autoridades republicanas huyeron a Francia. Cientos de miles de civiles también cruzaron la frontera, huyendo de la represión.
Fin de la guerra (1939): Tras la caída de Cataluña, el gobierno republicano, presidido por Juan Negrín, intentó resistir, pero la situación era insostenible. Francia y Gran Bretaña reconocieron al gobierno de Franco. En Madrid, se produjo un golpe de Estado contra Negrín, liderado por el coronel Segismundo Casado, que intentó negociar la rendición. Finalmente, Madrid fue entregada a las tropas franquistas el 28 de marzo de 1939. El 1 de abril, Franco anunció el fin de la guerra.
Conclusión: Consecuencias de la Guerra
La Guerra Civil Española tuvo devastadoras consecuencias para el país:
- Pérdidas humanas: Se estima que murieron más de 500.000 personas, entre combatientes y víctimas de la represión. La violencia y la crueldad fueron una constante en ambos bandos, pero la represión franquista fue mucho más sistemática y brutal.
- Destrucción económica: La guerra causó graves daños a la infraestructura, la industria y la agricultura. La producción se desplomó y la renta per cápita no se recuperó hasta la década de 1950. España quedó sumida en la pobreza y el aislamiento internacional.
- Exilio: Cientos de miles de españoles se exiliaron al finalizar la guerra, huyendo de la represión franquista. Muchos de ellos se establecieron en Francia, México y otros países latinoamericanos.
- Dictadura franquista: La victoria de Franco impuso una dictadura que duraría casi 40 años. El régimen franquista se caracterizó por la represión política, la censura, la falta de libertades y la persecución de los opositores.
La Guerra Civil Española fue una tragedia que marcó profundamente la historia de España. Sus consecuencias se dejaron sentir durante décadas y aún hoy siguen presentes en la memoria colectiva del país.