La Guerra Civil Española (1936-1939)
El descontento que había en el país, provocado por sucesos como el de Casas Viejas (1932), tuvo como resultado la dimisión de Azaña en 1933, y que Alcalá-Zamora disolviera las Cortes y convocara elecciones para noviembre (las primeras en las que votaron las mujeres), de las que salieron victoriosas la CEDA y el Partido Republicano Radical.
La Etapa Radical-Cedista (1933-1935)
A partir de este momento comienza la etapa radical-cedista (1933-1935) en la que se lleva a cabo una política contraria a la del Bienio Reformista, concediendo la amnistía a los que participaron en la Sanjurjada, suspendiendo los Estatutos, promulgando la ley de contrarreforma agraria, reanudando la financiación estatal de la Iglesia, colocando militares contrarios a la República, suspendiendo la reforma educativa…
Sin embargo, Gil Robles consideró insuficientes estas medidas y amenazó con retirar su apoyo al parlamento si no incluía en el Gobierno a miembros de la CEDA, por lo que la entrada de 3 ministros en octubre de 1934 fue considerada una amenaza, que tuvo como resultado una huelga general revolucionaria que triunfó sobre todo en Asturias (los mineros colectivizaron los medios de producción y se enfrentaron contra sacerdotes y guardias civiles) y Barcelona (que acabó con la formación del Estat Catalá).
Polarización Política y Elecciones de 1936
A partir de octubre de 1934, la situación política española se polarizó, tuvo lugar la caída del Partido Radical, y la dimisión de Lerroux en septiembre de 1935 debido a acusaciones de haber aceptado pagos ilícitos y sobornos en el partido republicano; Alcalá-Zamora, que no quería ofrecer el Gobierno a Gil Robles, disolvió el Parlamento y convocó elecciones para febrero de 1936.
Las elecciones se realizaron en un clima de gran tensión. La izquierda creó el Frente Popular, que unía a los representantes de la izquierda republicana, PSOE, nacionalistas de izquierda, POUM, UGT y PCE (quedaron fuera los anarquistas de la CNT); y que tenía como objetivo recuperar las reformas del Bienio Reformista y amnistiar a los encarcelados por la Revolución de octubre de 1934. Por otro lado, la derecha se presentó a las elecciones muy desunida, lo que facilitó la victoria para el Frente Popular.
El Frente Popular y el Camino a la Guerra
A partir de este momento comenzó la tercera y última etapa de la República: el Frente Popular, en el que Azaña encabezó un gobierno formado solo por republicanos que reanudó las reformas del Bienio Reformista; restableció la autonomía catalana; aceleró la reforma agraria, estableció la amnistía para los encarcelados en la revolución de octubre; y neutralizó a los militares más reaccionarios. Finalmente, en mayo de 1936, las Cortes destituyeron a Alcalá-Zamora como presidente de la República, y lo sustituyeron por Manuel Azaña, quien formó gobierno a Santiago Casares Quiroga.
La debilidad del gobierno de Casares Quiroga aumentó la violencia, en la que se organizó una conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular. Durante la primavera de 1936 la tensión política y la violencia aumentaron aún más, teniendo lugar constantes enfrentamientos callejeros, la ocupación de las fincas por parte de los anarquistas, y el asesinato de los enemigos políticos de los falangistas y anarquistas. Finalmente, el 12 de julio fue asesinado el teniente Castillo, y a la mañana siguiente Calvo Sotelo. El 17 de julio de 1936, el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República, desencadenando la Guerra Civil el 18 de julio de 1936.
Desarrollo de la Guerra y Consecuencias
La crisis de la II República acabó en un conflicto armado que se prolongó desde julio de 1936 – abril de 1939. La guerra Civil fue consecuencia de una sublevación militar o Golpe de Estado fracasado.
Sublevación Militar y Estallido
Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 se empezó a gestar un golpe de Estado, coordinado por el general Mola, siendo apoyado por monárquicos, falangistas, carlistas y un sector de militares descontentos. Los sublevados pretendían un golpe breve, no una guerra civil. El golpe carecía de líder, por lo que los sublevados escogieron como jefe al general Sanjurjo. El asesinato de José Calvo Sotelo como represalia por la muerte del teniente Castillo precipitó los acontecimientos, iniciándose la rebelión en Marruecos el 17 de julio de 1936. Los rebeldes, bajo el mando del general Yagüe, pasaron a dominar Ceuta, Tetuán y Larache. El general Franco se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. Entre el 18 y el 19 de julio, se incorporaron a la sublevación Sevilla, al mando del general Queipo de Llano. Los rebeldes se hicieron fuertes en la España agrícola y contaron con una buena parte del ejército y tropas de África. El resto de la Península permaneció fiel al bando republicano, de este modo, la mayoría del territorio lo tenía el gobierno legítimo que controlaba la mayoría de las zonas industriales, provincias más ricas y pobladas, litoral Mediterráneo y gran parte del Cantábrico. El golpe de Estado fracasó por la acción conjunta de militares, guardias civiles y de asalto y organizaciones obreras, que impidió que los sublevados se hicieran con el Gobierno. En los cuatros primeros días, la lucha fue violenta y confusa. En Madrid se entregaron armas a milicias populares y obreras que asaltaron el Cuartel de la Montaña, reducto de los sublevados. A partir del 21 de julio, España quedó dividida en dos, era el comienzo de la guerra civil española.
La guerra dividió la población:
- El bando republicano, tenían productos agrícolas básicos, las reservas de oro del Banco de España y 13 generales con mando en división. Un licenciamiento masivo de tropas regulares y apoyos políticos y sociales del PSOE, UGT, CNT, comunistas, nacionalistas catalanes, PNV y Frente Popular francés.
- El bando sublevado, zonas rurales y menos pobladas con reservas trigueras, 4 generales con mando en división y el ejército de África. Apoyos políticos y sociales de algunos integrantes de la CEDA, Falange y JONS, Carlistas, algunos miembros de la burguesía y la Iglesia.
Etapas de la Guerra:
La guerra de las columnas y la marcha hacia Madrid (julio 1936- marzo 1937):
El bando sublevado se articuló en torno a dos ejércitos, el del sur y el del norte. El del norte, liderado por el general Mola envió a Madrid una columna y otra al País Vasco, haciéndose con el control de la frontera francesa. Franco y las tropas de África cruzaron el Estrecho y organizó columnas desde el sur hasta Madrid. Conquistan Mérida, Badajoz y Toledo, posteriormente Talavera. El 9 de septiembre se efectúa el enlace entre las fuerzas sublevadas del Norte y del Sur, así, el ejército rebelde y el territorio quedaría unificado en un solo bloque con un mando único en las fuerzas rebeldes. El 1 de octubre, Franco es el elegido para ese mando. Las columnas republicanas tuvieron menos éxito, partieron desde Barcelona hacia Aragón. Destacaron las columnas de Durruti, que fracasó en su intento de tomar las principales plazas aragonesas. Para los sublevados el objetivo fundamental era la ocupación de Madrid. La lucha en torno a Madrid comporta el primer gran revés para los planes de guerra de los sublevados ya que las Brigadas Internacionales defendían Madrid. Franco cambió de estrategia e intentó cortar la línea de defensa de Madrid con la batalla del Jarama en febrero de 1937. En el último intento de conquistar la capital, las tropas italianas fueron vencidas por las Brigadas, que lograron la primera derrota del fascismo europeo en la batalla de Guadalajara en marzo de 1937, a partir de entonces, Franco apostó a una guerra de desgaste.
Campaña del norte y campaña del Mediterráneo, ofensivas republicanas (abril 1937- dic. 1938):
Ante la imposibilidad de la toma de Madrid, los planes de Franco se orientan a conquistar el territorio republicano del norte. Los sublevados disponen de superioridad aérea gracias a la ayuda de la aviación alemana que bombardeó Guernica (Vizcaya) en abril de 1937, por la Legión Cóndor enviada por Hitler. Tomaron Bilbao, Santander y Asturias, la acción republicana puso en marcha una operación para aliviar el frente norte con las batallas de Brunete (Madrid) y Belchite (Zaragoza) en 1937. Una vez que Franco ganó el frente norte, desplegó un ataque a lo largo del frente de Aragón con la intención de alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana. Las tropas franquistas conquistaron Teruel en diciembre de 1937. En abril de 1938 alcanzaron la costa mediterránea, aislando a Cataluña del resto del territorio republicano y emprendieron camino a Valencia. Una nueva ofensiva republicana detuvo el ataque con la batalla del Ebro, esta batalla, planteada por el general Rojo, es un intento de las tropas republicanas de unificar sus territorios. Esta batalla, de julio a octubre de 1938, ocasionó múltiples bajas y el dominio del ejército franquista del aire inclinó la victoria a su favor.
Fin de la guerra (diciembre de 1938- abril de 1939):
Comienza la tercera y última etapa de la guerra civil. En diciembre de 1938 el ejército de los sublevados se lanzó sobre Cataluña siendo Barcelona conquistada en febrero de 1939. Tras la caída de Cataluña, se produjo en el seno de la República, una confrontación civil ante el dilema de negociar o resistir la rendición. El general Casado, llevó a cabo un golpe de Estado en Madrid pretendiendo conseguir un acuerdo con los sublevados, pero fracasó y acabó abandonando España. El 28 de marzo de 1939 cayó Madrid y el resto de las provincias bajo el mando de los republicanos. El 1 de abril el general Franco firmó el último parte de guerra.
Consecuencias de la Guerra Civil
Además del establecimiento de un sistema político dictatorial dirigido por el militar Francisco Franco, que había liderado el ejército golpista, hubo muchas consecuencias tanto en el campo demográfico, como socioeconómico y político.
- Crisis demográfica: 300 mil fallecidos con matanzas en ambos bandos. Hubo una disminución de la natalidad y muchas personas marcharon al exilio, muchos de ellos se marcharon a Europa combatiendo durante la guerra mundial.
- Crisis económica: la guerra provocó muchas pérdidas materiales, gran parte de la infraestructura del país se vio afectada, centrales eléctricas y redes de comunicación y abastecimiento de servicios básicos fueron destruidos. La producción del sector agrario y ganadero disminuyó, el sector industrial redujo su producción además de disminuir el comercio exterior. Todo ello llevó al aumento del coste de vida por la falta de productos, además del elevado gasto público, pérdida de capacidad laboral y endeudamiento con Alemania e Italia.
- Crisis política: se instauró la paz mediante la imposición del bando sublevado frente al republicano, al margen de cualquier reconciliación nacional. Se promulgó la Ley de Responsabilidades Políticas que abrió el camino para la represión de aquellos que habían prestado apoyo a la República.