La Guerra Civil Española
En el origen de la guerra estuvo el pronunciamiento que diversos generales golpistas protagonizaron contra el gobierno frentepopulista de la II República, aunque la causa fundamental del conflicto bélico estuvo en las motivaciones o razones del pronunciamiento.
La mayoría del Ejército decidió la toma del poder y el establecimiento de una nueva dictadura militar, interpretando las aspiraciones y deseos de aquellos grupos sociales que sentían amenazado el orden económico capitalista.
El Gobierno republicano, apoyado por trabajadores, intelectuales, pequeña burguesía, etc., se enfrentó a la rebelión militar. Fracasado el pronunciamiento, se abrió paso a la Guerra Civil, que comienza en julio de 1936 y acaba en abril de 1939.
Desarrollo de la Guerra
En su comienzo, los sublevados controlaron Navarra, La Rioja, Castilla y León, Aragón, Canarias, la mitad norte de la península y algunas ciudades andaluzas.
El bando republicano: Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, Cataluña, regiones valenciana y murciana y el norte de Asturias excepto Oviedo, Cantabria y el País Vasco.
El bando rebelde, desde Navarra por el norte y Andalucía por el sur, avanzaron hasta Madrid, que resistió al asedio con milicias populares y permaneció en manos de la República. Para noviembre de 1937,
la zona republicana comprendía Madrid, la mayor parte de Castilla-La Mancha, Cataluña y las regiones valenciana y murciana.
En 1938, el bando nacional se introdujo una cuña que al llegar hasta el Mediterráneo por Castellón aislaba a Cataluña del resto de la España republicana, dividiendo el bando republicano en dos zonas.
Tras la batalla del Ebro, Cataluña es ocupada por los nacionales y en 1939 Madrid caía antes de finalizar marzo, dando los vencedores por concluida la contienda.
Fuerzas Combatientes
En cuanto a las fuerzas combatientes, por el lado nacional lucharon las tropas mercenarias desde Marruecos, las fuerzas militares rebeldes de la península, los falangistas y los militares carlistas.
El bando republicano combatió con efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado, milicias populares (sindicalistas de la CNT-FAI y UGT), militantes republicanos, socialistas y comunistas.
Desde el extranjero, los fascistas europeos (Italia de Mussolini, Alemania de Hitler, Portugal de Salazar) ayudaron al bando nacional con material de guerra (aviones, tanques, etc.) y 80.000 soldados. La Unión Soviética ayudó al bando republicano, sin embargo, no tuvieron la importancia efectiva para combatir la ayuda del régimen fascista.
Francia y Reino Unido, evitando la confrontación con Alemania e Italia y una posible guerra, decidieron no intervenir en la guerra de España mediante un acuerdo, también firmado por Italia y Alemania, aunque estos últimos lo burlaron, recibiendo la República solo ayuda de la URSS (que también burló el pacto).
Sin embargo, la guerra no se resolvió solo por la correlación de fuerzas recibidas. Mientras los nacionales alcanzaron un alto grado de cohesión militar y política bajo el mando de Franco, los republicanos se dividieron entre quienes priorizaron la victoria sobre cambios revolucionarios (comunistas del PCE, republicanos y socialistas) y quienes quisieron hacer revolución y ganar al mismo tiempo (anarquistas y comunistas del POUM), por lo tanto la unidad de la izquierda nunca fue tan sólida como la de la derecha, lo que provocó en 1937 en Cataluña un enfrentamiento en el que triunfaron anarquistas y POUM.
Consecuencias de la Guerra Civil
Las consecuencias de la guerra civil más destacables fueron la muerte de alrededor de medio millón de personas, por los bombardeos, el hambre, frentes de combate, víctimas de las represalias y del terror que se impusieron en las zonas controladas por uno y otro bando. (En las zonas republicanas no había planificación por la autoridad, en la nacional fue organizada y ejecutada por el mando militar).
El fin de la guerra supuso el exilio de cientos de miles de republicanos a Francia, México y la URSS, los que quedaron en España, fueron ejecutados o encarcelados.
Ciudades, pueblos, fábricas, carreteras, etc. fueron devastadas, así como la pérdida de reservas de oro y el endeudamiento, que provocaron el retroceso de la economía española.
Con la victoria de los nacionales, se puso fin a la II República y se estableció una dictadura militar encabezada por el general Franco que duraría hasta 1975.
El poder y la dirección del destino del país volvió a los propietarios de tierra y capital bancario e industrial: terratenientes (nobles y burgueses) y a la burguesía empresarial.
Análisis del Documento de Manuel Azaña
El documento de Manuel Azaña es preciso y objetivo. Destaca los principales problemas de la agricultura española y la actuación del gobierno de la II República que él presidió. Muestra especial sensibilidad hacia la situación de los campesinos que sufren la explotación de los grandes propietarios, lo que obliga al Estado a procurar unas condiciones de vida más humanas para sus ciudadanos. Sin embargo, la oposición de los propietarios y el apoyo de la derecha produjo que la reforma agraria y la modernización del país quedaran una vez más lejos del alcance de la sociedad española.
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