La Guerra Civil Española: Dimensión Política, Internacional y Consecuencias

La Guerra Civil Española: La Dimensión Política e Internacional del Conflicto. Las Consecuencias de la Guerra.

La Dimensión Política e Internacional del Conflicto

Desde su inicio, la Guerra Civil Española se convirtió en un conflicto de trascendencia internacional, suponiendo un ensayo del gran enfrentamiento que se avecinaba en Europa. Los bandos enfrentados fueron los mismos: democracia y comunismo contra los fascismos.

A comienzos de agosto de 1936, para evitar una internacionalización del conflicto, Francia y Reino Unido propusieron la creación de un Comité de No Intervención, en el que estarían representados 27 países, entre ellos, Alemania, Italia y la URSS. Su objetivo era prohibir cualquier tipo de ayuda militar a cualquiera de los dos bandos. Sin embargo, esta no intervención fue una farsa, puesto que varios países apoyaron a uno u otro bando.

Apoyo a la República

La URSS fue el principal suministrador de material militar para la República. Las condiciones que los rusos impusieron a la República fueron muy exigentes: obligaron al traslado previo a su territorio de las reservas del Banco de España, el llamado “oro de Moscú”.

Por otra parte, la Komintern puso en marcha la estrategia del envío de las Brigadas Internacionales, un cuerpo de unos 35.000 voluntarios que, procedentes de hasta 70 países, vinieron a España para combatir contra el fascismo. Su ayuda fue fundamental en la defensa de Madrid, pero tuvieron que retirarse de España en octubre de 1938 tras la firma del Pacto de Múnich.

Apoyo al Bando Franquista

La Guerra Civil Española significó el acercamiento definitivo entre las dictaduras fascistas. Alemania e Italia fueron los principales aliados del bando franquista. Ya en el inicio de la guerra los gobiernos de Roma y Berlín ayudaron a Franco a pasar las tropas al otro lado del Estrecho. El 25 de octubre nacía el llamado Eje Roma-Berlín.

El aporte alemán más decisivo fue el envío de la Legión Cóndor, unidad de élite de la aviación que resultó fundamental para el control del aire por los franquistas y que ensayó tácticas de bombardeo sobre ciudades como Guernica. También actuaron por primera vez los temibles Panzers.

La ayuda italiana fue la más voluminosa. Los italianos enviaron un numeroso ejército de tierra, el CTV (Cuerpo de Tropas Voluntarias), integrado por unos 50.000 hombres, cuyo mayor éxito fue la conquista de Santander. La flota italiana, especialmente los submarinos, desempeñó un papel importante en el Mediterráneo, obstaculizando los envíos de material a la República procedentes de Rusia.

También combatieron del lado franquista varios miles de voluntarios portugueses en las filas de la Legión Extranjera. Por otro lado, resultó apreciable el apoyo que el Vaticano y el catolicismo internacional otorgaron a Franco.

Las Consecuencias de la Guerra

Se ha especulado mucho con la cantidad real de víctimas de la guerra. De forma aproximada, si sumamos las muertes ocasionadas por la guerra y la posguerra, la cifra rondaría el medio millón de fallecidos. A ello habría que añadir las consecuencias de la caída de natalidad, así como el hecho de que la mortalidad se centró principalmente en la población joven y activa. El número de muertos en combate ascendió a unos 145.000, a los que habría que sumar otras 130.000 víctimas de la sangrienta represión que padecieron ambas retaguardias. Se calcula en otros 400.000 el número de heridos.

El Exilio Republicano

Una segunda pérdida significativa la constituye el exilio republicano. Medio millón de españoles salieron desde Cataluña en 1939, de los cuales unos 160.000 quedaron en el exilio en Francia y sobre todo en México y Argentina y nunca regresaron a España. Se trataba de una población mayoritariamente joven, activa y sobre todo, incluía a las élites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata, como Claudio Sánchez Albornoz, Luis Buñuel o Antonio Machado. Varios miles de republicanos fallecieron en la Segunda Guerra Mundial, combatiendo frente a los alemanes o en los campos de exterminio nazi.

La Represión

Una de las consecuencias más brutales y duraderas de la guerra fue la represión que se desencadenó, desde su inicio, en los dos bandos, y que se prolongó muchos años después del fin de las hostilidades. Aunque es muy difícil aportar datos definitivos, se cree que la cifra se aproximaría a 38.000 personas en el bando nacional y unas 200.000 por parte del bando republicano. Otro capítulo lo constituyeron los depurados, aquellos que fueron expulsados de sus puestos en la administración.

Consecuencias Materiales

Desde el punto de vista material, la devastación causada por 3 años de guerra fue terrible. Más de 250.000 casas quedaron destruidas y la mitad del material ferroviario. Los destrozos afectaron a más de 180 núcleos urbanos. Se destruyó el 60% de las vías de comunicación: ferrocarriles, puentes, carreteras, etc.; el 80% de las instalaciones industriales, sobre todo en el País Vasco y Asturias, además de la ruina casi completa de muchos campos de cultivo. Todo ello ocasionó el desabastecimiento y el hambre en las grandes ciudades.

Consecuencias Económicas

A la enorme deuda causada por la guerra, cifrada en unos 300.000 millones de pesetas, se sumó la pérdida del oro del Banco de España. Consecuencia de todo ello fue el hundimiento de la renta nacional y el hambre para la gran mayoría de los españoles durante los años de posguerra. La economía española entró en una larga fase de estancamiento, complicada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Consecuencias Morales

Queda, por último, el efecto moral. La guerra dejó marcadas a varias generaciones por el trauma del sufrimiento durante el conflicto y la represión posterior. La atmósfera de la España de posguerra era de revancha, persecución e imposición de una escala de valores unilateral, la de los vencedores, que prolongó durante años la división y el enfrentamiento entre los españoles.