La Guerra Civil Española: Un Conflicto Decisivo en la Historia de España

La Guerra Civil Española (1936-1939)

La Guerra Civil Española comenzó el 17 de julio de 1936 con una sublevación militar en Marruecos liderada por el general Francisco Franco. Durante la guerra se enfrentaron dos bandos:

  • Bando Republicano: Gobierno democrático, partidos que lo apoyaban y fuerzas sociales (sindicatos).
  • Bando Nacional o Sublevado: Fuerzas sociales, parte del ejército, partidos de derecha y extrema derecha.

Los sublevados, también conocidos como nacionales, fueron aquellos que se alzaron en armas con el objetivo de dar un golpe de Estado militar. Formaban parte de este bando algunos sectores del ejército, milicias de partidos de derecha y extrema derecha (como los falangistas y los requetés), la CEDA, partidos monárquicos, el apoyo social de la Iglesia y, en algunos lugares, fuerzas de orden público como la Guardia Civil.

Los republicanos eran aquellos que defendían la legalidad de la República. En un principio, algunos sectores del ejército formaban parte de este grupo, pero el ejército fue disuelto para evitar complicaciones. Además, había milicias de partidos y sindicatos de izquierda (PSOE, UGT, CNT, partidos comunistas) y contaban con un mayor apoyo social, especialmente entre la clase obrera, jornaleros, campesinos arrendatarios y la pequeña burguesía de izquierda.

Justificación del Golpe de Estado

Los sublevados justificaron el golpe de Estado argumentando:

  1. El gobierno republicano llevaría al país a la ruina debido al desorden en las calles, huelgas, disturbios y enfrentamientos.
  2. Existía un plan secreto entre comunistas y socialistas para convertir a España en un país comunista como la URSS.
  3. La unidad de España estaba amenazada por las autonomías (Cataluña, Galicia, País Vasco) y el Estatuto de Cataluña.

Además, la crisis de 1929 había provocado un cambio en la ideología mundial, con el auge de ideologías contrarias. El aumento del autoritarismo provocó una crisis económica. En España, los socialistas se inclinaban hacia la revolución, mientras que el fascismo representaba una ideología conservadora.

Inicio de la Guerra Civil Española

La mayoría de los países europeos no intervinieron directamente, aunque la opinión pública estaba muy dividida. Las derechas europeas apoyaban a los sublevados por temor a que España se convirtiera en un país comunista, mientras que las izquierdas apoyaban a la República.

Solo cinco países se involucraron más activamente en la guerra:

  1. Rusia (apoyó a la izquierda con ayuda financiera).
  2. Reino Unido y Francia (se mantuvieron neutrales y controlaron las relaciones marítimas para evitar que otros países ayudaran a los bandos).
  3. Alemania e Italia (apoyaron a los sublevados debido a su afinidad ideológica, de forma muy evidente).

Muchos ciudadanos de países europeos llegaron a España como turistas, pero en realidad eran viajes organizados por partidos de izquierda para luchar contra el fascismo, formando las Brigadas Internacionales.

Desarrollo de la Guerra

La guerra se puede dividir en tres etapas:

  1. Julio 1936 – Marzo 1937: Batalla de Madrid y batalla del Norte (“No pasarán”). Bombardeos de la Legión Cóndor alemana. El gobierno republicano se traslada a Valencia el 6 de noviembre. Llegan las Brigadas Internacionales. Franco renuncia a entrar en Madrid y opta por aislarla del resto de la República.
  2. Abril 1937 – Noviembre 1937: Fin de la batalla del Norte. Franco ataca por el Norte y Mola ataca Vizcaya (26 de abril: bombardeo de Gernika por los nazis).
  3. Septiembre 1937 – Noviembre 1938: Batalla de Cataluña. Campaña de Aragón (9 de marzo de 1938) para atacar Cataluña. Primero Lleida, después las centrales hidroeléctricas de los Pirineos y, finalmente, el Mediterráneo (Batalla del Ebro). El 23 de diciembre, Franco ocupa Cataluña sin ninguna negociación de paz, exigiendo la rendición incondicional.

Franco: De Generalísimo a Caudillo

La muerte del general Sanjurjo en Lisboa el 20 de julio provocó conflictos en la dirección de la guerra. El 24 de julio se creó la Junta de Defensa Nacional en Burgos para gobernar la zona ocupada por el ejército, suspendiendo la Constitución y los partidos políticos (estableciendo un partido único), y paralizando la reforma agraria. No había una planificación clara, ya que se trataba de un golpe militar para acabar con la República.

En este contexto, Franco ganó protagonismo gracias a sus “heroicidades” en África y Toledo. Además, Hitler y Mussolini lo reconocieron como el único líder capaz de conseguir el “Alzamiento Nacional”. El 1 de octubre de 1936, Franco fue nombrado Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos Españoles, con cuartel en Salamanca.

En noviembre de 1938, el jefe de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, fue fusilado en Alicante, lo que fortaleció aún más a Franco. En abril de 1937, se creó el “partido único”, la Falange Española Tradicional y de las JONS (FET-JONS), con Franco a la cabeza. Su uniforme consistía en camisa azul (Falange), boina roja (carlistas) y el saludo fascista (Roma).

En enero de 1938 se culminó el nuevo régimen y se creó el primer gobierno, con Franco como jefe, quien se convirtió en Caudillo. En marzo de 1938 se creó el sindicato vertical, que agrupaba a empresarios y trabajadores y prohibía las huelgas. El 8 de abril de 1938 se prohibió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, en favor de la unidad y la centralidad del Estado. La Iglesia apoyó al régimen, promoviendo el nacionalcatolicismo.

Represión Durante la Guerra

A medida que los fascistas avanzaban, eliminaban a todos los opositores al régimen para purificar la sociedad y construir la “nueva España”. Se aterrorizó a la población con bombardeos y campos de concentración. Los consejos de guerra causaron más muertes y condenas que la propia guerra. Más de 450.000 personas se exiliaron, cruzando la frontera francesa, y muchos terminaron en campos de concentración debido a la Segunda Guerra Mundial, viéndose obligados a colaborar con los nazis o a ser enviados a campos de exterminio.

Catalanes Franquistas

La Guerra Civil Española también fue una guerra civil catalana, ya que muchos catalanes apoyaban a la República y a la Generalitat, pero otros no. Muchos catalanes se pasaron a la “zona nacional” después de las elecciones del 16 de febrero de 1936. Normalmente eran carlistas, falangistas, miembros de la CEDA, de la Lliga, colaboradores de Primo de Rivera, industriales, es decir, catalanistas de derechas. Los más destacados fueron Francesc Cambó y Joan Esterlich, quienes crearon una empresa de propaganda a favor del “movimiento nacional” en París.

Dinámica Revolucionaria en Cataluña

El movimiento fascista provocó una crisis profunda en Cataluña, con la formación de milicias populares y la persecución incontrolada de los opositores al régimen. Hubo muchas muertes en la retaguardia. Con la disolución del ejército, se creó el Comité de Milicias Antifascistas. Esta unidad antifascista se normalizó el 7 de julio de 1936.

En Madrid, Largo Caballero (presidente del Parlamento) formó un gobierno con republicanos, socialistas y comunistas (estos últimos ganaron fuerza tras las elecciones de febrero de 1936, las últimas elecciones libres hasta 1977). Largo Caballero buscaba agrupar a republicanos, burgueses y obreros para ganar la guerra.

El 26 de septiembre, Josep Tarradellas formó un gobierno en Cataluña con la CNT, ERC, el PSUC, el POUM y Acció Catalana Republicana. Se disolvió el Comité de Milicias Antifascistas, sustituyéndolo por ayuntamientos. Se impulsaron transformaciones revolucionarias para favorecer a los obreros y avanzar en la autoorganización popular.

Estas transformaciones tendrían graves consecuencias en mayo de 1937. Se implementó una nueva economía con la colectivización de las empresas (los obreros asumían la dirección y administración). La colectivización agraria provocó una disminución de la producción y, consecuentemente, hambre y un empeoramiento de las condiciones de vida.

La guerra también afectó a la sociedad, profundizando en la democratización republicana y en la socialización de la vida cotidiana, con una amplia participación de la población en diversas tareas. La sanidad pública organizó la atención a los heridos y se adoptaron decisiones como la Ley de Interrupción Artificial del Embarazo. Cabe destacar el nuevo papel de la mujer en la sociedad.

El 3 de mayo de 1937 estallaron las tensiones entre los grupos antifascistas cuando las fuerzas gubernamentales desalojaron a los anarquistas del edificio de Telefónica. Esto provocó enfrentamientos entre CNT/POUM y PSUC/ERC/UGT, con luchas que se extendieron por toda la ciudad y la formación de barricadas durante una semana.

El conflicto tuvo consecuencias políticas: el gobierno republicano redujo el poder de la Generalitat, se disolvió el POUM y aumentó el protagonismo del PSUC. Largo Caballero dimitió y fue reemplazado por Negrín, quien centralizó la política y la gestión militar del gobierno republicano. El gobierno de la República se instaló en Barcelona y se intentó sustituir el catalán. La guerra se complicó y Negrín intentó solucionarlo con el programa de los Trece Puntos, proponiendo el cese de la lucha armada y la continuidad de la República, pero Franco no lo aceptó.

La República tenía los días contados. La escasez de alimentos y la subida de precios por encima de los salarios crearon un mercado negro que afectó a todo el territorio republicano.

Vivir la Guerra

Esta guerra fue la primera en la historia en la que la población civil fue atacada directamente. Mucha gente se exilió (exiliados), pero también llegaron miles de refugiados, lo que dificultó la economía del país debido a la escasez de víveres y al control de los campos agrarios por parte de los sublevados. Esto provocó hambre y la aparición del mercado negro, donde se vendían los pocos bienes disponibles a precios muy altos.

Durante la primera etapa de la guerra, muchas personas, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, se trasladaron a la Cataluña republicana. Esto generó una gran solidaridad entre los catalanes, aunque la organización del espacio y el trabajo fue complicada. Además, los bombardeos eran constantes, con el objetivo de arrasar el territorio, aterrorizar a la población civil y desmoralizar a los republicanos. El Estado utilizó los bombardeos para demostrar su fuerza y disuadir a la oposición.

Barcelona fue bombardeada por primera vez el 13 de febrero de 1937 y fue atacada 384 veces por ser el punto más republicano de España, lo que llevó a la construcción de refugios subterráneos. En la retaguardia actuaban los quintacolumnistas, personas que realizaban actividades contrarias al régimen republicano, como espionaje, sabotaje y ayuda a la Iglesia, lo que obligó a intervenir al Servicio de Inteligencia Militar (SIM).

En 1937, el ejército popular sustituyó a las milicias y columnas, fortaleciéndose. En 1938, después de las batallas de Teruel y del Ebro, se realizaron las levas de 1929 y 1940 (la “quinta del biberón”, que incluía a menores de entre 17 y 35 años). Estos “soldados” se escondieron donde pudieron (casas de campo, montañas), lo que provocó una gran persecución por parte de la policía.