La Guerra Civil Española (1936-1939)
Causas de la Guerra
- Radicalización de la sociedad entre la izquierda y la derecha, con creciente violencia callejera protagonizada por los más radicales.
- Temor de los sectores conservadores al proceso de revolución democrática que amenazaba sus intereses.
- Conspiración militar desde la victoria del Frente Popular, para defender sus intereses corporativos y su visión del orden social.
- Asesinatos de Castillo y Calvo Sotelo.
- Fracaso del golpe militar, que desemboca en guerra civil.
Comienzo de la Guerra
En 1936, un amplio sector del ejército sentía que estaban amenazados sus intereses corporativos, sus intereses de clase y su concepción tradicional de España y del orden social. Tras las elecciones de 1936, algunos líderes de la derecha (Gil-Robles, Calvo Sotelo) y altos mandos militares (Franco) pretendieron que el gobierno saliente impidiera el traspaso de poderes a las fuerzas del Frente Popular. Fracasadas estas gestiones, algunos militares de alta graduación decidieron derribar al nuevo gobierno frentepopulista. Acordaron que el pronunciamiento lo dirigiría una Junta Militar presidida por Sanjurjo y de la que formaban parte, entre otros, los generales Mola y Franco. Los gobiernos de Azaña y Casares Quiroga no prestaron mucha atención a la preparación de la sublevación, aunque circulaban rumores sobre la misma. Con todo, tomaron algunas medidas para contrarrestarla: vigilaron a militares sospechosos; colocaron en puestos clave del ejército a mandos que se suponían leales a la República; y desplazaron a destinos de segundo orden a militares en los que no se confiaba, como Mola a Pamplona, o Franco a Canarias. A pesar de lo anterior, el ejército se impuso como la columna vertebral de la insurrección, mientras que las fuerzas políticas de derecha quedaron subordinadas a él. Se planificó un golpe rápido y violento capaz de establecer una dictadura militar. El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio por guardias de asalto, como respuesta al del teniente Castillo, cometido horas antes por la extrema derecha, acabó con las últimas vacilaciones. El 17 de julio de 1936 se inició la rebelión militar en Melilla, Ceuta y el protectorado español en Marruecos. El alzamiento militar se produjo en la Península el día 18, y el día 19 Franco aterrizó en Tetuán y se puso al frente de las tropas africanas. Pero el golpe de Estado no triunfó en amplias zonas. Los sublevados dominaban el norte de Marruecos, Canarias, Baleares, Galicia, Navarra, Castilla la Vieja, León, buena parte de Aragón, Sevilla, Oviedo, Toledo, Granada y Córdoba. Sin embargo, fracasaron en Asturias, Santander, Vizcaya, Guipúzcoa, Cataluña, Levante, Extremadura, Castilla la Nueva y Andalucía. El fallido pronunciamiento dividió España en dos zonas irreconciliables y se transformó en guerra civil. Se combatió por imponer una dictadura militar o defender la república democrática, pero la guerra también fue una lucha de clases, una contienda religiosa, un choque entre nacionalismos y un enfrentamiento entre fascismo y comunismo.
En la zona republicana el gobierno era muy débil para imponer su poder y este recayó en las organizaciones obreras, que habían conseguido que el gobierno les entregara armas y se habían hecho las dueñas de la calle. Decidían y actuaban con gran autonomía, organizadas en juntas y consejos. Aunque la mitad del ejército permaneció leal a la República, la organización militar quedó prácticamente desmantelada. Su poder fue reemplazado por el de las milicias populares, creadas por los partidos de izquierda y los sindicatos. Por lo demás, en la zona republicana se localizaban las ciudades más grandes del país y las regiones industriales y mineras. El gobierno controlaba los recursos financieros, destacando por su valor el oro del Banco de España. En cambio, su situación agrícola era deficitaria.
En la zona sublevada se constituyó en Burgos la Junta de Defensa Nacional, que tenía como tarea coordinar la acción de los golpistas, que agrupaba a la mitad del ejército. Esta zona, algo menos poblada que la republicana, contaba tan sólo con el 20% de la producción industrial del país, pero contaba con el 70% de la agrícola.
La guerra civil española también tuvo una dimensión internacional y provocó una honda división en la opinión pública internacional y posiciones encontradas entre los gobiernos. Francia y Gran Bretaña impulsaron el Comité de No-Intervención, al que se sumaron los principales países europeos, y que defendía una política de neutralidad y no injerencia. Sin embargo, este Comité fue completamente inoperante. A la República le ayudaron México y la URSS. La ayuda de la URSS fue de grandes proporciones y el gobierno la pagó con el oro del Banco de España. Además, acudieron a combatir unos 60.000 voluntarios extranjeros, muchos comunistas, en las Brigadas Internacionales, porque la defensa de la República se identificó con la defensa de la democracia y los antifascistas de otros países apoyaron a la República entendiendo que así luchaban contra el fascismo europeo. El bando rebelde recibió apoyo incondicional de Alemania, Italia y Portugal, sin que fuera necesario pagarlo de forma inmediata. También contó con suministro de petróleo y camiones estadounidenses, a pesar de la declarada neutralidad.
Las Operaciones Militares
Señalamos tres grandes períodos dentro de las operaciones militares:
La Lucha por Madrid (julio de 1936 – marzo de 1937)
El objetivo prioritario de los sublevados fue desde el principio tomar Madrid y a ello se dirigieron los primeros ataques lanzados tanto desde el norte (Mola), como desde el sur (Franco), aunque estos ataques fracasaron.
Cambios dentro de cada bando:
- El gobierno de la República pasa a un socialista, Largo Caballero.
- Franco concentró el poder político y militar por acuerdo de la Junta de Defensa Nacional y estableció su cuartel general en Burgos.
El Frente Norte (abril – octubre de 1937)
En vista de las dificultades para tomar Madrid, Franco se propuso liquidar el frente norte con la ayuda de los requetés (combatientes carlistas), efectivos italianos y la Legión Cóndor (abril, bombardeos de Guernica). Para levantar tanta presión en el frente norte, los republicanos atacaron otras posiciones de los sublevados, como Belchite (septiembre). Tras la caída del norte, la relación de fuerzas era desigual: la República perdió una zona rica en recursos mineros e industriales y su población disminuyó a la mitad del total. El gobierno de Negrín, que en mayo había sustituido a Largo Caballero, intentó superar la situación.
El Frente Este (octubre de 1937 – abril de 1939)
Aunque los republicanos tomaron Teruel a fines de 1937, los sublevados la recuperaron en febrero de 1938, para después avanzar hacia el Mediterráneo, consiguiendo aislar el gobierno de la República en Barcelona. En julio de 1938 las tropas republicanas se lanzaron sobre la retaguardia del ejército “nacional” cruzando el Ebro. La ofensiva no prosperó y dio lugar a la batalla del Ebro, la más cruenta de la guerra, de la que el ejército republicano salió derrotado. La ayuda soviética llegaba con dificultad y las Brigadas Internacionales habían abandonado España en octubre. Franco tomó Barcelona en enero de 1939. Negrín y los comunistas querían resistir, pero el 4 de marzo el coronel Casado se sublevó en Madrid para lograr una capitulación pactada, que Franco rechazó. El 28 de marzo se rindió Madrid. El 1 de abril de 1939 la guerra había terminado.
La España Republicana
La Represión Popular
En la zona republicana, el Estado se desarticuló y aparecieron diferentes poderes revolucionarios. Estos pusieron en marcha una dura represión que pronto degeneró en terror (quema y saqueo de lugares de culto, asaltos a prisiones, ejecuciones, en torno a 50.000 muertos, etc.). Entre sus víctimas, la Iglesia, que sufrió la mayor persecución de su historia.
La Colectivización
Junto a la lucha contra los sublevados se entendió como necesaria la revolución social. Para ello se llevó a cabo un proceso de colectivización que supuso la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la implantación de la propiedad colectiva, pero no obedeció a un proyecto planificado. Hay que decir que, en general, se respetó la pequeña propiedad. La revolución social en el campo se extendió por buena parte del territorio republicano. Se expropiaron tierras y se crearon colectividades. Alcanzó gran importancia en La Mancha, Aragón, Murcia, Andalucía y Extremadura. Los sindicatos constituyeron colectividades en las grandes empresas industriales y comerciales y ejercieron el control obrero en las pequeñas (más importancia en Cataluña).
La Reconstrucción del Estado
La falta de un mando único en la dirección política y militar de la guerra en la España republicana, generada por la fragmentación del Estado, pesó negativamente en la evolución de esta zona. La situación tardó en corregirse.
En lo político: Tras el golpe de Estado, el gobierno de Giral (republicano) se vio impotente ante la revolución proletaria y las milicias populares tampoco fueron capaces de frenar al ejército sublevado, formado por militares profesionales. Le sustituyó el gobierno de Largo Caballero (septiembre de 1936) formado por la mayoría de las fuerzas del bando republicano (incluida la CNT). Se intentó la centralización del poder que chocó con la postura de Cataluña y el País Vasco, que disponían de sus propias instituciones, sin apenas relación con el gobierno; con muchos comités que seguían actuando por su cuenta. Tras la caída de Málaga (febrero de 1937) todos los partidos políticos estaban a favor de aumentar la autoridad central. El PCE planteó la estrategia más clara: para ganar la guerra era necesario congelar la revolución social y defender la posición de las clases medias y de los pequeños propietarios. Esta postura chocó con los sindicatos y especialmente con la CNT. En mayo de 1937, después de que en Barcelona las fuerzas de seguridad, controladas por socialistas y republicanos catalanes, doblegaran a la CNT (Confederación Nacional del Trabajo, anarquistas) y al POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) en unos enfrentamientos en los que murieron entre 400 y 500 personas, Largo Caballero perdió el apoyo de los comunistas, de algún sector del propio PSOE y de algunos republicanos. Le sustituyó al frente del gobierno Negrín con el que los partidos políticos recuperaron su predominio en detrimento del poder de los sindicatos.
En lo militar: Se creó el ejército popular, basado en la militarización de las milicias populares, con los que se intentó una mayor profesionalización y una menor politización del ejército. Y se centralizó la organización militar en un único ministerio, el de Defensa Nacional.
Educación y Cultura
Se potenció la expansión de la educación, pero con un alto componente de adoctrinamiento político.
La España “Nacional”
Se constituyó un férreo poder dictatorial que impuso una lógica orientada preferentemente a ganar la guerra e impulsar la contrarrevolución. Varios factores hicieron posible que el bando franquista lograra su unidad sin grandes dificultades: el sentimiento católico y antirrevolucionario que aglutinó a los distintos partidos y opiniones, y el papel hegemónico que desempeñó el ejército también en el terreno político. A nivel internacional, Alemania e Italia reconocieron a Franco en 1936. Francia e Inglaterra a comienzos de 1939.
Un Nuevo Estado
Los insurrectos no tenían un proyecto de régimen político alternativo, aunque creían inevitable algún tipo de dictadura. Las bases sobre las que se estableció fueron:
- Primero, la concentración del poder en Franco, como jefe del Estado con plenos poderes. Además, se llevó a cabo un proceso de concentración de las fuerzas políticas que habían apoyado el golpe, unificándose a falangistas y carlistas en un único partido o Movimiento, la FET de las JONS (Falange Española Tradicionalista/Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), del que Franco pasó a ser su jefe nacional.
- Segundo, la Iglesia apoyó a los sublevados y definió la guerra como una “cruzada”, es decir, como el enfrentamiento entre dos ideologías irreconciliables.
- Tercero, la hegemonía del ejército.
La Represión de los Sublevados
Se practicó desde el principio de la guerra una implacable represión contra los que apoyaron al Frente Popular. Hubo ejecuciones masivas, fusilamientos, juicios sumarísimos sin garantías… El terror sirvió como método para cimentar la dictadura. Se calcula que las víctimas sobrepasaron las 85.000, porque las ejecuciones se reproducían al conquistar nuevos territorios.
La Contrarrevolución
Se basaba en los principios de propiedad, religión y orden. Para ello se anularon las reformas republicanas, por ejemplo: devolvieron las tierras y las fábricas a sus dueños, suprimieron los partidos y los sindicatos, prohibieron la libertad de expresión, depuraron a los enseñantes, anularon la legislación laica y resacralizaron la vida social. Los grandes terratenientes y la burguesía mostraron gran entusiasmo ante estas medidas. También se sintieron identificados muchos pequeños y medianos campesinos de profundas convicciones católicas y sectores de las clases medias urbanas.
Educación y Cultura
El bando franquista se propuso como objetivo prioritario desmontar la obra renovadora que en educación había desarrollado la Segunda República. Se depuraron libros, bibliotecas, profesores, etc. La educación que se impuso se basó en dos principios: la confesionalidad (católica) y la politización, y la iglesia desarrolló un papel central en todo ello.
Las Consecuencias de la Guerra
- Consecuencias demográficas: Se estima en medio millón los muertos y en unos 400.000 los heridos. Los exiliados supusieron otro medio millón de españoles. Esto produjo una caída de la natalidad y un estancamiento de la población urbana, por el desmantelamiento de la actividad industrial y de servicios.
- Los efectos económicos: Estos efectos fueron desastrosos: España perdió parte de su población activa laboralmente. Se destruyeron total o parcialmente unas 500.000 viviendas. Quedaron inservibles 1/3 de la marina mercante, un 60% de locomotoras y vagones y parte considerable del tendido ferroviario y de la red de carreteras. La situación de la Hacienda Pública era desastrosa: la mayor parte del oro del Banco de España se había utilizado para pagar la ayuda de la URSS y había una deuda con Alemania e Italia de casi mil millones de dólares de la época.
- La difícil reconciliación: Tras el drama humano de la guerra, vencedores y vencidos debieron convivir y aunque era difícil la reconciliación, el transcurso del tiempo diluyó poco a poco su influencia, a pesar de lo cual continuó estando presente en la memoria colectiva de los españoles. Sólo la aprobación de una Constitución democrática en 1978, ya muerto Franco, cerró de forma definitiva la Guerra Civil.
- España, una excepción en Europa occidental: En España se estableció una larga dictadura, anticuada y tradicional, que duró casi 40 años, frente a nuestros países vecinos que disfrutaban de sistemas democráticos tras la II Guerra Mundial. Esto frenó nuestro desarrollo e impidió la plena integración de España en organizaciones de carácter internacional como la Comunidad Europea.
El Franquismo
El franquismo fue un régimen político y social que nació durante la Guerra Civil, debido a la necesidad de los sublevados de dotarse de un mando único y una estructura estatal paralela a la republicana, una legislación y un poder ejecutivo antiparlamentario y antidemocrático que se apoyaba en un partido único (F.E.T. y de las J.O.N.S., el Movimiento). Francisco Franco, durante todo el periodo dictatorial hasta 1975, concentró en sus manos la potestad y la iniciativa legislativa, y no contó con un Parlamento o Constitución que limitara sus poderes. Una serie de leyes (Leyes Fundamentales y la Ley de Principios del Movimiento Nacional) conformarán el entramado jurídico del régimen. El régimen evolucionará por las circunstancias sociales y económicas, por la situación internacional y por las presiones internas, pero una serie de principios ideológicos iniciales, compartidos por todos los regímenes de derechas conservadoras y autoritarias europeas de entreguerras, permanecerán inmutables con el paso de los años.
- En primer lugar, el rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y el anhelo de un pasado glorioso y muchas veces mítico que conectaba directamente con el régimen. Se idealizaba la época de los Reyes Católicos y su simbología, así como los Austrias Mayores, especialmente Felipe II, exaltando la idea de cruzada contra el liberalismo (personificados en los masones), los no católicos (judíos para el régimen) y los marxistas (calificados de comunistas).
- Otra idea esencial será su odio hacia las instituciones liberales y la idea de democracia parlamentaria, consideradas las causantes de la decadencia nacional.
- El anticomunismo, representado por una durísima represión del movimiento obrero, será ejercido hasta los últimos años del régimen. Esta actitud le permitirá romper su aislamiento internacional gracias al contexto de la Guerra Fría.
- Identificación de un espíritu nacional español y centralista, que rechaza toda idea de nacionalismo periférico, con el catolicismo más conservador, considerado como propio del alma española. Con el tiempo este posicionamiento llevará a sectores progresistas de la Iglesia a ejercer una oposición al régimen.
- La creación de un estado corporativo articulado en torno a un sindicato único y vertical en el que se incluían tanto a los empresarios como a los trabajadores.
Como veremos al tratar el desarrollo de las etapas del franquismo, el sistema se apoyó ideológicamente en las denominadas familias del régimen. Entre ellas destacan la Falange (al principio), antiliberales con importantes coincidencias ideológicas con el resto de partidos fascistas europeos, que ejerció la violencia contra la II República y durante la Guerra Civil; los monárquicos conservadores radicalizados ante las reformas republicanas, que eran consideradas por ellos como actos revolucionarios, y el franquismo les ofrecía orden y protección a sus propiedades; el ejército que se alzó, en un principio, como el principal grupo de poder; la Iglesia, que se había opuesto a las medidas democratizadoras de la República, apoyó el sistema ya desde la publicación de la Pastoral dirigida a los obispos del mundo por el Cardenal Gomá y firmada por casi todos los obispos españoles, dando, de este modo, justificación tanto a la guerra, que denominaron cruzada, como al sistema creado. Por último, serán los sectores del Opus Dei (tecnócratas) los que ascenderán en el escalafón ideológico en la época del desarrollismo.
Socialmente se sustentó en los grandes propietarios de tierras, la burguesía industrial, la aristocracia financiera, la burguesía empresarial y especuladora que surgirá durante la autarquía, las clases medias rurales y urbanas y los eclesiásticos. Las ideas de orden y defensa de la propiedad, en un país con tantos desequilibrios en el reparto de la misma, y la defensa de una religión a la que el triunfo del liberalismo desde el siglo XIX y de la democracia real en el XX había alejado del poder, serán las explicaciones para dichos apoyos sociales. El régimen de Franco puede dividirse en tres etapas cronológicas bien diferenciadas:
La Construcción del Régimen (1939-1951)
- Se diseñó un Estado de tinte fascista o nacionalsindicalista, donde la figura más relevante será el propio cuñado del dictador, Ramón Serrano Suñer, y el partido único aportará la cobertura formal del gobierno. Las familias predominantes serán los falangistas y militares, en minoría los sectores católicos, reclutados generalmente de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas.
- La Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la de la Supresión de la Masonería y el Comunismo (1940), la Ley para la Seguridad del Estado (1941) y la Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947), fueron los instrumentos legales para la fuerte represión de los vencidos que proponía el sistema. Este llevó a cabo unos 50.000 fusilamientos y en 1939 mantenía 300.000 reclusos. Por otro lado, al término de la guerra se inicia un movimiento armado de resistencia frente al régimen (los maquis), que aunque importante no pudo hacer frente al fuerte aparato represivo del Estado.
- En materia legislativa, esta es la etapa en la que se establecen las Leyes Fundamentales, que acompañaban al Fuero del Trabajo (1938) y que a falta de una Constitución forman el aparato jurídico más importante del franquismo. La Ley Constitutiva de las Cortes (1942) que creaba una cámara corporativa y consultiva que representaba teóricamente a sindicatos, familias y municipios, y que formaba un sistema denominado democracia orgánica. El Fuero de los Españoles (1945) limitaba los derechos e impedía el ataque a los principios ideológicos del régimen. La Ley de Referéndum Nacional (1945) que recoge la posibilidad de consulta popular. Por último, la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, que concedía al dictador la facultad de elegir a su sustituto. Afirmaba que España era un reino y que a su muerte o incapacidad un monarca que acate los principios del régimen le sustituiría.
- En materia económica las características principales de esta época serán el racionamiento y la autarquía. Se hizo necesario un sistema de adjudicación de productos de primera necesidad, causado por la escasez de posguerra, que favoreció la creación de un mercado negro (estraperlo) que benefició a ciertos sectores. Por otro lado, el franquismo adoptó una política económica dirigista e intervencionista, de aislamiento y suficiencia respecto al mercado exterior. Las causas de esta decisión son las pérdidas materiales de posguerra y el estancamiento generalizado necesitado de una reactivación; las dificultades para acudir a un mercado internacional, puesto que la ONU condenó al régimen; y el nacionalismo económico proteccionista adoptado como ideología oficial.
- Respecto a la política exterior, aunque la posición española fue de no beligerancia en la Segunda Guerra Mundial, Franco colaborará con las potencias del eje, sus aliados en la Guerra Civil. Suministró materias primas y colaboró con la invasión de la URSS a través de la División Azul (47.000 voluntarios). En noviembre de 1940 en Hendaya se firmó un protocolo entre Hitler y Franco para la entrada de España en la Guerra Mundial, pero las exigencias del dictador español y las dificultades de Alemania que tiene que volver la vista al Este, obligó a posponer el plan. A partir de 1942 la previsible derrota de Italia y Alemania y la pérdida de peso político de Serrano Suñer harán tomar al dictador una posición algo más neutral. En esta coyuntura el peso de los católicos aumenta en el aparato estatal. El Ministro de Exteriores Alberto Martín Artajo buscará obtener el favor internacional de los aliados, ya vencedores. Se inicia la etapa denominada nacionalcatolicismo en la que el personaje más influyente será Luis Carrero Blanco, que arrinconará a los sectores falangistas a los que encomendará el ámbito de la organización laboral y el régimen sufre un proceso de desfascificación formal para intentar ganarse a la opinión pública internacional. Tras la Segunda Guerra Mundial las instituciones internacionales condenan la naturaleza del franquismo y se inicia un bloqueo diplomático y económico encabezado por la ONU. Este fue roto por la Argentina de Perón y más tarde como consecuencia de la Guerra Fría los Estados Unidos inician un acercamiento al régimen, enemigo del comunismo, que fructificará en los años cincuenta. Hasta entonces España quedó excluida de las nacientes OTAN y CEE.
Los Años Cincuenta: Consolidación del Régimen
- En el tema internacional, el país fue eliminando algunos aspectos de la política autárquica y aislacionista. Después de 1950, las relaciones diplomáticas del régimen mejoraron. España podía servir a los países del bloque capitalista como freno a un posible avance del comunismo a nivel internacional, y como plataforma para la red de bases militares estadounidenses. En septiembre de 1953 se firmaron unos pactos con EEUU que suponían la integración económica y militar de España en el bloque occidental y la concesión de una serie de ayudas económicas y concesión de créditos, a cambio del establecimiento de bases en Morón de la Frontera, Torrejón, Rota y Zaragoza. Aunque el régimen no disfrutara de las ventajas del Plan Marshall y fue vetado su ingreso en la CEE y la OTAN, en 1955 fue admitida en la ONU.
- En 1958 con la Ley de Principios del Movimiento Nacional se consagró la ideología del régimen basada en la unidad de España, la prohibición de partidos políticos y la democracia orgánica.
- Las primeras manifestaciones de protesta: la crisis universitaria del año 1956, el boicot popular de 1951 en Barcelona contra las subidas del precio del tranvía. Durante el bienio 1956-1958 se produjeron huelgas en el País Vasco, Madrid y Barcelona.
- Por último, es destacable en este periodo la descolonización de Marruecos. En 1956, el área francesa de la zona se independizó, lo que conllevó también el fin del protectorado español. Marruecos reivindicará posesiones que seguían en manos españolas como Ifni y el Sahara Occidental, llegando a enfrentamientos armados. El final del conflicto coincidirá con el del régimen franquista. En 1975, el rey Hassan II anunció una marcha verde en la que invitaba al pueblo marroquí a ocupar el Sahara español. La marcha comenzó en noviembre, con el dictador agonizante, y las autoridades españolas decidieron abandonar la colonia y ofrecerla a Marruecos y Mauritania en los Acuerdos de Madrid en noviembre de 1975.
El Periodo 1959-1975: Desarrollismo y Crisis Final
- Las primeras transformaciones llegaron con la renovación de los dirigentes del régimen. En 1957 llegan a la cúpula de poder, de la mano de Carrero Blanco y ligados al Opus Dei, los llamados tecnócratas, con López Rodó a la cabeza. Pretenden la modernización económica del país a través del Plan de Estabilización de 1959, responsable del crecimiento económico de los años sesenta. Serán los años del desarrollismo, ya que se produjo un fuerte crecimiento económico que transformó y modernizó a la sociedad española, produciéndose así un contraste entre una sociedad moderna y un inmovilismo institucional y político del régimen. El objetivo del Plan de Estabilización fue frenar la inflación y facilitar las exportaciones y la entrada de turistas e inversiones extranjeras. Para ello fue determinante la devaluación de la peseta y el abandono del modelo autárquico. En el mismo sentido debemos nombrar los Planes de Desarrollo (cuatro entre 1964 y 1976) dirigidos desde la Comisaría del Plan de Desarrollo por López Rodó. Se desplazó el eje económico desde la agricultura a la industria y, en menor medida, a los servicios. La concentración industrial en torno al País Vasco, Cataluña, Madrid y los potenciados polos de desarrollo (Zaragoza, Valladolid, Vigo…) facilitó la rentabilidad del sector secundario. En cuanto a la transformación social es destacable el éxodo rural enorme de estos años. La mecanización del campo impulsó el aumento de beneficios y la expulsión de mano de obra excedentaria que fue aprovechada por la naciente industria, produciéndose un crecimiento urbano impensable en los años de posguerra. La mejora económica y el equilibrio en la balanza comercial se acabaron de conseguir gracias a la llegada de transferencias de dinero o remesas que los emigrantes españoles (en estos años en torno al millón) enviaban desde el extranjero.
- En cuanto a la actividad política se deben destacar en estos años la Ley Orgánica del Estado (1967), que diseñaba la España posterior a la muerte del dictador de manera continuista; la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 a cargo del ministro de Información y Turismo Manuel Fraga, que suspendía la censura previa, y la sustituía por multas y secuestros de tiradas, a las publicaciones críticas con el régimen; el nombramiento en 1969 de Juan Carlos de Borbón como sucesor. Para ello, el heredero tuvo que jurar lealtad a la Ley de Principios del Movimiento Nacional.
- Los problemas que afrontó el régimen en su última etapa fueron diversos. Desde dentro del régimen, estos aires de apertura fueron duramente criticados por un sector, denominado el búnker, que propuso el regreso al espíritu del 18 de julio, temerosos de lo que pudiese llegar tras la muerte del dictador. La división interna se hizo notoria con el caso MATESA, escándalo de corrupción que el sector falangista aprovechó para elevar sus críticas a los tecnócratas.
- Por otro lado, en materia económica España sufrió las consecuencias de la crisis energética de 1973, que frenó el fuerte crecimiento anterior.
- En el ámbito político, el asesinato por ETA del presidente del Gobierno Carrero Blanco, hará que el sector duro del régimen logre el nombramiento de uno de sus representantes como sustituto del Almirante, será Carlos Arias Navarro. Se apartó a los tecnócratas del poder y el nuevo Gobierno volvió a coparse de falangistas, incapaces de compaginar liberalismo económico con una fuerte represión.
- La oposición al régimen acompañó al crecimiento económico. La protesta obrera se canalizó por sindicatos prohibidos. El más importante fue CCOO, surgido en 1962, que se aproximará a las teorías del PCE, también encontramos en el ámbito centrista y cristiano a USO, el recrecimiento de ELA-STV en el País Vasco. La UGT no recuperará su influencia hasta la muerte del dictador. En este ambiente, la conflictividad y las huelgas irán en aumento, sobre todo a partir de 1973. Desde 1965 la protesta estudiantil volvió a estallar, llegándose a declarar el estado de excepción en 1969. Tras el Concilio Vaticano II y la llegada al sacerdocio de hombres que no vivieron la Guerra Civil, la Iglesia se irá distanciando del régimen, en especial su estrato más bajo, que cubría las nuevas barriadas de las ciudades y se identificaba con los problemas de los trabajadores. Esta nueva visión vino encabezada por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal.
- La oposición política estaba encabezada por el PCE, liderado desde 1960 por Santiago Carrillo, impregnado de la idea del eurocomunismo, que propugna la ruptura con la URSS y la unión de todos los opositores del régimen. El PSOE se renovó por los grupos sevillano (Felipe González), vasco (Nicolás Redondo) y madrileño (Pablo Castellanos) en el Congreso de Suresnes en 1974, desbancando a la vía tradicional encarnada por Rodolfo Llopis.
- Por otro lado, el terrorismo se incrementó. Desde 1959 el grupo terrorista ETA con ideología independentista y leninista llevó a cabo atentados. En el último año del régimen se crean otros grupos de extrema izquierda como los FRAP o los GRAPO. El Tribunal de Orden Público creado en 1963 fue el arma represiva del régimen. Las condenas y ejecuciones que sentenciaba escandalizaron al mundo, como el fusilamiento del dirigente del PCE, Julián Grimau en 1963, el proceso de Burgos en 1970, el proceso 1001 en 1973, o la ejecución de Salvador Puig Antich en 1974. Finalmente, el 20 de noviembre de 1975, fallecía el dictador, dejando un Estado anacrónico que se derrumbaba y al que sólo mantenía su propia figura y un poderoso aparato represivo.