La Guerra de Independencia y el Liberalismo en España: Cortes de Cádiz y Constitución de 1812

1.1.4 Balance Económico y Social de la Guerra de la Independencia

1.1.4.1 Consecuencias Económicas

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) provocó grandes daños en la infraestructura económica del país. Además de las fuertes pérdidas en recursos humanos y físicos, la guerra truncó el proceso de crecimiento económico iniciado en la segunda mitad del siglo XVIII.

En 1814, el Estado español se enfrentó a la quiebra de sus recursos financieros debido al agotamiento de las fuentes de ingresos para Hacienda y al gran aumento de la Deuda Pública para afrontar los gastos bélicos.

Otra consecuencia importante fue el alzamiento independentista de las colonias americanas, que provocó la crisis del comercio colonial y la pérdida de los mercados americanos.

Además, la presión fiscal sobre el campesinado y la burguesía comercial, perjudicados por la guerra y la quiebra colonial, dificultó la obtención de fondos para la reconstrucción económica del país.

1.1.4.2 Consecuencias Sociales y Políticas

Las pérdidas humanas fueron cuantiosas, no solo por los acontecimientos bélicos, sino también por el hambre, las epidemias y la carestía generalizada. La campaña militar causó una terrible mortalidad. En 1812, se produjo otra importante baja de población relacionada con el hambre provocada por el gran encarecimiento del grano (crisis de subsistencia). La guerra supuso la ruptura del proceso de crecimiento demográfico desarrollado en España a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII.

En el ámbito social, las medidas legislativas promulgadas durante la revolución liberal en las Cortes de Cádiz impulsaron la desaparición de las diferencias estamentales y el tránsito hacia una sociedad de clases.

Asimismo, la guerra de la Independencia desencadenó el proceso independentista de las colonias americanas, lo que afectó a la estructura del Estado, que dejó de ser un Imperio para convertirse en una potencia de segundo orden.

1.2 Inicios del Liberalismo en España: Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

1.2.1 Concepto de Revolución Liberal y Liberalismo

La revolución liberal en España, iniciada en 1808 en el contexto de la Guerra de la Independencia, supuso un conjunto de transformaciones económicas, sociales y políticas con el fin de acabar con el Antiguo Régimen. Su fundamento ideológico fue el liberalismo. También se la denomina revolución burguesa, ya que la burguesía fue la clase social que la dirigió y la principal beneficiaria de los cambios.

La revolución liberal española siguió el modelo de la Revolución Francesa. Sus primeros pasos se dieron en las Cortes de Cádiz y durante el reinado de Fernando VII.

1.2.2 Las Cortes de Cádiz (1810-1813) y su Legislación

Durante la ocupación francesa, se impuso un régimen político encabezado por José I Bonaparte, basado en la Constitución de Bayona (1808). Este régimen solo contó con el apoyo de algunos funcionarios y políticos españoles, conocidos posteriormente como afrancesados, que buscaban la modernización de España.

Tras el alzamiento generalizado contra el invasor, se constituyeron Juntas en diferentes lugares de España, coordinadas por la Junta Suprema Central, en la que participaron ilustrados como Jovellanos y Floridablanca.

Una decisión crucial de la Junta Suprema Central fue la convocatoria de elecciones a Cortes generales a principios de 1810. Las Cortes se reunieron en Cádiz, ciudad comercial y cosmopolita libre del dominio francés.

Las Cortes de Cádiz se reunieron por primera vez el 24 de septiembre de 1810. Su composición era variada, con diputados liberales y defensores del Antiguo Régimen. Su labor se centró en la elaboración de una constitución y una legislación de carácter liberal para desmantelar el viejo orden.

Las Cortes gaditanas, como primera etapa del parlamentarismo español, representan un hito fundamental en la historia de España y la evolución del liberalismo europeo.

Entre las medidas legislativas más destacadas de las Cortes de Cádiz se encuentran:

  • Libertad de imprenta y supresión de la censura previa (1810), excepto para escritos religiosos.
  • Abolición del régimen señorial y de los señoríos jurisdiccionales.
  • Ley Agrícola que establecía la libertad de plantar cualquier cultivo y vender a precio libre.
  • Abolición del régimen gremial, lo que supuso la libertad económica, comercial, de trabajo y de fabricación (1813).
  • Inicio de una desamortización eclesiástica con la incautación de bienes de las órdenes militares y de los jesuitas (1813).
  • Abolición de la Inquisición.
  • Supresión del Honrado Concejo de la Mesta.
  • Abolición de la tortura.