La Monarquía Absoluta y la Reorganización de España bajo los Borbones

Características Políticas, Económicas y Sociales del Antiguo Régimen: La Política Centralizada de los Borbones

1. La Monarquía Absoluta de los Borbones

1.1. La Guerra de Sucesión

En 1700, Carlos II murió sin descendencia directa. Los principales candidatos a ocupar el trono eran Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Habsburgo. El testamento de Carlos II designaba como sucesor al candidato Borbón, que fue proclamado rey con el nombre de Felipe V. Este nombramiento provocó un conflicto grave en el equilibrio de poder entre las potencias europeas. El acceso de Felipe V al trono español fortalecía la influencia de los Borbones en Europa, y Gran Bretaña, Holanda y Portugal dieron su apoyo al candidato austriaco, entrando en guerra contra Francia y España. Así, la sucesión al trono español pasó a ser un conflicto internacional.

En España, la cuestión sucesoria también había dividido los territorios peninsulares. Castilla se mostró fiel a Felipe V; en cambio, en la Corona de Aragón, especialmente en Cataluña, respaldaron al candidato austriaco. Los motivos pudieron ser el miedo de las instituciones a perder su poder ante las tendencias centralizadoras y uniformadoras de la nueva monarquía. Este enfrentamiento derivó en una guerra civil.

Las fuerzas de ambos candidatos estaban bastante equilibradas, y los Borbones se veían incapaces de derrotar al ejército que apoyaba a Carlos de Habsburgo. En 1711, moría el emperador de Austria, José I, y ocupaba el trono el archiduque Carlos. Los ingleses y los holandeses manifestaron su interés por acabar la guerra y reconocer a Felipe V como monarca español. La paz entre los contendientes se firmó en los Tratados de Utrecht y Rastadt, pero a cambio de importantes concesiones a Austria, que se quedó con Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña, y a Gran Bretaña, que recibió Gibraltar y Menorca como compensación, junto a privilegios comerciales con la América española. A Saboya se le concedió Sicilia.

Cuando se firmó el Tratado de Utrecht, solo se resistían Barcelona, algunas otras ciudades de Cataluña y las Baleares. Las Cortes catalanes decidieron luchar frente a los ejércitos borbónicos, que sitiaron durante meses la ciudad. El 11 de septiembre de 1714, las tropas de Felipe V tomaron Barcelona, y en 1715 ocuparon Mallorca.

1.2. La Imposición del Absolutismo Borbónico

La monarquía autoritaria de los Austria ya había iniciado un proceso de concentración de poder en Castilla. En cambio, en la Corona de Aragón, en Navarra y el País Vasco se habían conservado instituciones propias (Cortes) y un cierto grado de soberanía respecto al poder central. Los Borbones impusieron el modelo de absolutismo, donde el monarca absoluto constituía la encarnación misma del Estado: a él pertenecía el territorio y de él emanaban las instituciones. Su poder era ilimitado porque era fuente de ley, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia.

1.3. Centralización y Uniformidad

Los primeros Borbones españoles unificaron y reorganizaron los reinos peninsulares. Felipe V, mediante los Decretos de Nueva Planta, impuso la organización político-administrativa de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón, que perdieron su soberanía y se integraron en un modelo uniformador y centralista. La Nueva Planta abolió las Cortes, integrándolas en las de Castilla, que se convirtieron en las Cortes de España. Se suprimió el Consejo de Aragón, y el Consejo de Castilla asumió sus funciones.

Por encima de cualquier institución se situaba el poder del monarca, que intervenía y decidía en todos los asuntos del Estado. Su labor era auxiliada por las Secretarías. Los secretarios eran nombrados y destituidos por el rey, y para realizar sus tareas eran auxiliados por funcionarios, encargados de ejecutar las órdenes del rey y de controlar la administración.

Los Borbones también reorganizaron el territorio: eliminaron los antiguos virreinatos y crearon demarcaciones provinciales, gobernadas por capitanes generales, con atribuciones militares, administrativas y judiciales, ya que presidían las Reales Audiencias, que se implantaron en todos los territorios. La aportación más relevante del nuevo modelo administrativo fue la introducción del cargo de intendente, que dependía directamente del rey, gozaba de amplios poderes y tenía como misión la recaudación de impuestos y la dinamización económica del país.

La otra novedad se produjo en los intentos de reorganización de la Hacienda. Para el saneamiento de la economía, era necesario que todos pagaran según su riqueza. Intentaron esta experiencia en los territorios de la Corona de Aragón, donde se implantaron: el equivalente y la talla en Valencia, la única contribución en Aragón y el catastro en Cataluña. En los años siguientes, se intentó extender a toda España, pero las fuertes resistencias de los privilegiados impidieron su aplicación.

La Política Exterior

El reinado de los Borbones se inició con una importante pérdida de poder e influencia de la Corona española en el contexto internacional (Tratados de Utrecht y Rastadt), que permitió liberar a la monarquía de la carga militar y financiera que había supuesto el mantenimiento de las numerosas posesiones europeas. Los Borbones concentraron sus energías en mejorar la situación en el interior del país. El siglo XVIII fue una centuria de relativa paz, aunque España se vio implicada en algunos acontecimientos bélicos.

Los principales enfrentamientos se produjeron a causa del empeño de Isabel de Farnesio en defender el acceso al trono de Nápoles de su hijo mayor, Carlos, y al trono de Parma y Módena de su otro hijo, Fernando. En busca de aliados, Felipe V y Carlos III firmaron una serie de pactos con Francia (Pactos de Familia). La llegada al…