La Conquista Musulmana
En el año 711, Tarik, lugarteniente del gobernador del norte de África, Muza, al frente de tropas bereberes, cruza el estrecho de Gibraltar y vence al rey visigodo don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Tarik avanza hacia Toledo, ciudad donde se le une Muza, con tropas árabes en su mayoría. La conquista prosigue en dirección al valle del Ebro y a la Submeseta Norte. En tan solo ocho años, con más tropas, los musulmanes conquistaban Hispania. Intentan otro tanto más allá de los Pirineos, en el reino de los francos, pero aquí son derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers (732). Tras este hecho el avance musulmán se paraliza y tiende a centrarse en la Península.
Emirato Dependiente de Damasco
Al-Andalus se convirtió en una provincia más del califato Omeya de Damasco. La capital se estableció en Córdoba, quedando al frente del territorio un emir o gobernador. Durante este periodo al-Andalus atravesó serios problemas internos por los enfrentamientos entre árabes y bereberes por el reparto de tierras y la organización de la conquista. Estos conflictos internos contribuyeron a organizar la resistencia de los cristianos del norte en las montañas asturianas.
Emirato Independiente de Córdoba
A mediados del siglo VIII la sublevación abasí acabó en Damasco con la familia califal de los Omeyas. Derrocados y asesinados, un miembro de la familia, Abderramán I (756-788), consiguió escapar, se refugió en el norte de África y,después, logró apoderarse del gobierno de al-Andalus en 756, proclamándose emir, rompiendo la dependencia política con el califato abasí. Abderramán I mejoró la administración e inició en Córdoba la construcción de su mezquita. Durante el emirato independiente, que duró hasta comienzos del siglo X, el dominio musulmán en la Península se consolidó perono faltaron los problemas internos. Así, los protagonizados por los gobernadores de las marcas fronterizas, dispuestos a no obedecer las directrices del poder cordobés. Otro problema, casi permanente, era las tensiones entre árabes y bereberes. A mediados delsiglo IX se incorporó otro,el de los mozárabes, sobre los que recaían unos impuestos especiales por su condición de cristianos. Preocupados por la creciente islamización de la sociedad de al-Andalus, los mozárabes decidieron protagonizar actos de rebeldía, desafiando a las autoridades musulmanas, con insultos contra el Islam y su profeta Mahoma.
A finales del siglo IX y comienzos del siglo X, la sublevación más grave fue la protagonizada por el muladí Omar ben Hafsún que se hizo fuerte en la región de Ronda y Málaga. Acabó abandonando el Islam para volver a la fe cristiana, pero ello le restó el apoyo de numerosos muladíes.
El Califato de Córdoba (929-1031)
La grave crisis que venía atravesando al–Andalus fue superada por Abderramán III (912-961), que logró poner fin a las sublevaciones y luchas internas.Tras ello, y como coronación por haber restaurado la autoridad del Estado, decidió proclamarse califa (929), es decir suprema autoridad política y religiosa, rompiendo, por tanto, su dependencia del califa de Bagdad. Con el califato se inicia la etapa de mayor esplendor político y económico de al-Andalus. Abderramán III reforzó, también, el ejército con mercenarios (eslavos y bereberes) para asegurar el orden interior y para contener a los cristianos del norte peninsular. En las proximidades de Córdoba ordenó la construcción de la ciudad palacio de Medinat al-Zahra, donde se aisló en exceso y recibía con toda pomposidad a las embajadas de los monarcas cristianos de la Península y extranjeros.
El esplendor y poderío del califato cordobés continuó bajo su hijo Alhaken II (961-976). Protector de las letras y las artes llegó a reunir en su palacio una biblioteca, se dice, de 400 mil volúmenes, con copias procedentes de los diversos rincones del mundo islámico.
Con su sucesor, Hixem II (976-1013), todo cambió. El nuevo califa delegó el gobierno en Al-Mansur (Almanzor), su primer ministro o hachib. Actuando como un dictador, reforzó el ejército con más contingentes bereberes y se dedicó a dirigir campañas contra los cristianos. Cada año realizaba dos expediciones, arrasando iglesias y monasterios. Zaragoza, León, Barcelona y Santiago de Compostela fueron destruidas. Tras la muerte de Almanzor en el año 1002 –al parecer como consecuencia de las heridas recibidas en la batalla de Calatañazor (Soria) en donde fue derrotado- el califato entró en un periodo de crisis en el que se sucedieron las luchas internas y los califas, faltos de autoridad, se convirtieron en meros espectadores de un Estado que se desangraba.
Los Reinos de Taifas (1031-1090)
Ante el panorama descrito, en 1031 se ponía término al califato y la España musulmana se dividía en pequeños reinos, llamados de taifas. Cada uno de ellos (Zaragoza, Sevilla, Granada, Toledo, Almería, Denia-Baleares…) trató de engrandecerse a costa del vecino. Pero al-Andalus, frente a su anterior poderío, ahora se debilitaba. Las mismas taifas recurrían ahora a buscar apoyos entre los reyes cristianos y éstos, a cambio, impusieron tributos (parias) a cambio de la paz o por su ayuda. Esta modificación en la relación de fuerzas podía romperse en cualquier momento. En efecto, en 1085 Alfonso VI, rey de Castilla y León, conquista Toledo. El pánico se extiende en el Islam español, el fin se veía cerca. Ante esta situación, los reyes de taifas pidieron ayuda a los almorávides del norte de África: el emir Yusuf atravesó el estrecho con su ejército bereber y en unión del rey de Sevilla Motamid, derrotó a Alfonso VI en Zalaca (Badajoz). con las taifas, unificaron al-Andalus y pusieron freno al avance cristiano. A pesar de todo, la presión cristiana no
Los Núcleos Cristianos de Reconquista
a) El Núcleo Asturiano
En la Cordillera Cantábrica se refugian nobles visigodos huidos de los mulsumanes que se mezclan con la población local. En el 718, un noble visigodo, Pelayo, al frente de los indígenas astures deciden rebelarse contra el poder musulmán y derrotan enCovadonga(722) a un ejército expedicionario musulmán. A partir de ese momento comienza a organizarse el Reino de Asturias con Pelayo como su primer rey (718-737).
Alfonso I “El Católico” (739757) asume la herencia visigoda. Establece el “Fuero Juzgo” y otros elementos políticos. La emigración hacia el norte de población visigodo-hispanorromana refuerza esta continuidad. Amplía el reino hacia el oeste (Galicia) y el este (Álava y norte de Burgos). Alfonso II “El Casto” (791842) establece la capital en Oviedo. Durante su reinado se descubre la tumba del Santiago, origen de la gran peregrinación. Alfonso III “El Magno” (866-910) lleva la frontera hasta la línea del río Duero, ocupando la cuenca norte (“tierra de nadie”). Se escriben varias crónicas que refuerzan la idea de la continuidad del reino astur-leonés y el reino visigodo. A su muerte, se traslada la capital a León, dando lugar al reino astur-leonés.
El núcleo aragonés. Estaba formado por varios condados (Aragón, Sobrarbe y Ribagorza) débilmente poblados en el pirineo central. Nacido bajo la influencia primero de los carolingios, el condado de Aragón pasó a depender más tarde de los navarros hasta su constitución en reino con Ramiro I en 1035. Escasos avances en la reconquista ante el potente núcleo musulmán en torno al valle del Ebro.El núcleo catalán. En la zona del norte de la actual Cataluña, el reino franco carolingio estableció laMarca Hispánicatras la conquista de Barcelona (801). Organizado en condados (Rosellón, Cerdaña, Besalú…), pronto el Condado de Barcelona predominó sobre los demás. Vifredo el Velloso (879-898), conde de Barcelona, reconquista algunos territorios e inicia un proceso de independencia respecto al debilitado reino franco legando sus dominios a sus hijos. Ya en el siglo X, los sucesores de Vifredo el Velloso dejaron de prestar el homenaje feudal debido al monarca francés. El condado de Barcelona pasó a ser un ente político independiente de facto desde entonces