Los principales núcleos de resistencia
Encontramos focos en dos zonas geográficas: la zona occidental (que lucha contra el Islam en solitario) y la zona oriental (que lucha contra el Islam con ayuda de los francos). Dentro de la zona occidental encontramos el núcleo asturiano: uno de los nobles visigodos que se refugian en la zona cantábrica, Pelayo, obtuvo una primera victoria en Covadonga. Este hecho ha sido considerado como el inicio de la Reconquista. Los sucesores de Pelayo, Alfonso I y Alfonso II (S. VIII y primera mitad del S. IX) crearon un reino alrededor de Oviedo, el Reino de Asturias, que se extendió hacia el oeste llegando a ocupar Galicia. En la segunda mitad del S. IX Alfonso III ocupó parte de la Meseta estableciendo como frontera natural el río Duero. Para controlar mejor las nuevas tierras, uno de sus sucesores trasladó la capital a León (914) convirtiéndose con el tiempo en el Reino de León. La zona este de la Meseta recibió el nombre de Condado de Castilla, los condes dependían del rey de León hasta que uno de ellos, Fernán González, aprovechó la debilidad de los reyes leoneses y se proclamó independiente.
Dentro de la zona oriental encontramos tres focos: Aragón, Navarra y Cataluña. Para entender la formación de estos focos debemos tener en cuenta que Carlomagno, emperador de los francos, a finales del S. VIII realizó expediciones contra los musulmanes al sur de los Pirineos, controlando ciudades como Jaca, Barcelona, Girona o Pamplona, aunque fracasó en su intento de llegar al río Ebro. Los francos, ante la necesidad de proteger su frontera sur, formaron una franja protectora que dividieron en condados, gobernados por condes dependientes del emperador, esta franja recibe el nombre de Marca Hispánica.
En la primera mitad del S. IX los hispanos de Jaca expulsaron a los francos y crearon el Condado de Aragón. En la misma época una familia de nobles, los Arista, expulsaron a los francos de Pamplona y se titulan reyes formando el Reino de Pamplona que más tarde pasará a llamarse Reino de Navarra. Por último, nos encontramos los condados catalanes que lograron su independencia a finales del S. X, el paso lo dio Borrel II, conde de Barcelona, que se negó a renovar el juramento de fidelidad a los francos.
Principales etapas de la Reconquista
Podemos distinguir tres etapas:
1ª Ocupación de los valles del Tajo y del Ebro (S. XI – primera mitad S. XII)
El avance más decisivo tuvo lugar por parte de Alfonso VI que conquista Toledo (1085), con la ocupación de Toledo la línea fronteriza se establecía en el Tajo. Este avance alarmó a los musulmanes que pidieron ayuda a los imperios norteafricanos. En la zona oriental Alfonso I de Aragón conquistó Zaragoza (1118) y Ramón Berenguer IV (conde de Barcelona) conquistó Tortosa (1148) y Lérida (1149), quedando así bajo dominio cristiano el valle del Ebro. En esta fase Portugal se convierte en un reino independiente.
2ª Ocupación de los cursos altos del Turia, Júcar y Guadiana (Segunda mitad S. XII)
En esta fase se produce un importante freno en la Reconquista por la ayuda procedente del exterior. Alfonso VIII de Castilla es frenado en Alarcos (1195), Portugal conquista Lisboa y los reyes de Aragón se apoderan de Albarracín y Teruel.
3ª Dominio del Valle del Guadalquivir, Valencia, Murcia y Mallorca (S. XIII)
Alfonso VIII consigue una victoria importantísima contra los almohades en las Navas de Tolosa (1212) que le permitió el paso al valle del Guadalquivir. Tras esta victoria la Reconquista pasa a depender de los reinos más poderosos. Portugal completó su avance hacia el sur hasta conquistar el Algarve (1232), Castilla con Fernando III emprendió la conquista de Andalucía y Aragón, con Jaime I, conquistó Mallorca, el Reino de Valencia y el de Murcia, este último pasó a Castilla.
Tras las conquistas del S. XIII solo quedará el Reino de Granada hasta su anexión al Reino de Castilla en 1492.
Las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y organización social
Tras la conquista se procedió a la repoblación de los territorios ocupados, se aplicaron distintos sistemas en función de los efectivos de población disponibles y la densidad de población islámica. Estas diferencias dieron lugar a la estructura de la propiedad que pervive en la actualidad, con el Tajo como divisoria del sistema latifundista del sur y de medianos y pequeños propietarios al norte.
Los modelos de repoblación fueron:
- La presura (S. VIII-X): este sistema se aplica al norte del Duero y al sur de los Pirineos (zonas muy despobladas), es un tipo de repoblación libre que consiste en la ocupación de tierras por iniciativa de campesinos, nobles y eclesiásticos, dando lugar a medianos y pequeños propietarios.
- Repoblación concejil: Aplicada a los territorios entre el Duero y los Montes de Toledo y en la zona oriental hasta el Ebro. En este tipo de repoblación actúan activamente los reyes. El concejo estaba formado por una ciudad o villa principal y un amplio territorio agrícola (alfoz) al que el rey otorgaba un fuero determinando los derechos y privilegios de sus moradores con el fin de atraer población.
En el S. XIII se utilizaron dos sistemas de repoblación:
- Sistema de encomiendas: Zonas extensas y poco pobladas (zonas peligrosas fronterizas con Al-Ándalus) se entregaban a un caballero de la Orden Militar, creándose grandes latifundios. Este tipo de repoblación se utiliza en Extremadura, la Mancha, Teruel y Castellón.
- Repartimientos: Efectuados por el monarca entre los participantes de la conquista, nobleza, Iglesia, Órdenes Militares, la zona en la que se efectúa este tipo de repoblación es el valle del Guadalquivir y litoral levantino. Los musulmanes no huirán de estas zonas y muchos de ellos se convertirán al cristianismo (moriscos) y otros seguirán siendo musulmanes (mudéjares).
La organización social de los reinos cristianos responde a las características de la sociedad estamental, determinada por el nacimiento e inmovilidad social. Existían dos grupos privilegiados (alta y baja nobleza y alto y bajo clero) y no privilegiados (burguesía, campesinado y marginados sociales, entre los que se encontraban las minorías religiosas).