La historia de los Reinos Cristianos peninsulares en la Edad Media se puede considerar como la otra cara de la Historia de Al Andalus y, como ella, se puede dividir en dos etapas:
Primera Etapa (siglos VIII-X): Origen de los Núcleos de Resistencia. Estos primitivos núcleos cristianos viven a la sombra de Al Andalus, supeditados políticamente a él y con una economía cerrada y estancada.
Segunda Etapa (siglos XI-XIII): Expansión de los Reinos Cristianos a costa de los territorios musulmanes, repoblación, expansión urbana y extensión del feudalismo.
En dicha expansión, a la que genéricamente denominamos Reconquista, se produce una convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos que justifica que hablemos de la España de las Tres Culturas. Esta se caracteriza por la tolerancia religiosa y el auge cultural, pues el contacto entre estas culturas permitiría al Occidente Cristiano conocer la sabiduría de la Antigüedad Clásica a través del “puente” islámico.
Los primeros núcleos de resistencia. El nacimiento de León y de Castilla
Los primeros núcleos de resistencia cristianos contra la expansión islámica nacen independientemente unos de otros en el norte de España, entre pueblos atrasados y poco romanizados (astures, vascones, etc.). Estos territorios tenían poco interés para los musulmanes por su pobreza, ruralización y economía cerrada.
El núcleo más temprano e importante fue el Reino Astur-Leonés. Este dio lugar al Reino de León y al Condado de Castilla.
El Reino de Asturias tiene su origen en la Batalla de Covadonga (722) en la que Pelayo (noble de origen presuntamente visigodo y primer rey de Asturias), derrota a los musulmanes. Este reino quedaría mucho más definido por las Campañas de Alfonso I (739-757), que repuebla con mozárabes del Valle del Duero el Reino de Asturias.
Alfonso II (781-842) funda la nueva capital de Oviedo y durante su reinado se produce la consolidación y visigotización del Reino. Asturias se convierte en el heredero del Antiguo Reino Visigótico y el hallazgo de la tumba de Santiago lo pone al frente de la lucha contra los musulmanes: los mitos de la Reconquista quedan establecidos.
Alfonso III (866-910) lleva la frontera hasta el Duero y traslada la capital a León, a partir de este momento hablamos del Reino de León.
Durante la segunda mitad del siglo X se produce la crisis interna del Reino de León, esto favorece la independencia de su frontera oriental: el Condado de Castilla. En este actúa el conde Fernán González (927-970) como soberano prácticamente independiente.
En la zona oriental de la Península nacen los núcleos pirenaicos en el siglo IX.
El Reino de Pamplona
El Reino de Pamplona surge en torno a los vascones en el siglo IX. Durante el siglo X está gobernado por la Dinastía Jimena que se expande por La Rioja y Aragón. A principios del siglo XI Sancho el Mayor (1000-1035) se convierte en el monarca hegemónico de los reinos cristianos al dominar los antiguos reinos de Pamplona, Condado de Aragón y el Condado de Castilla.
El Condado de Aragón
El Condado de Aragón surge en el siglo IX en torno a Jaca pero en 970 entra en la órbita de los reyes de Pamplona.
Los Condados Catalanes
Los Condados Catalanes surgen tras la conquista del Pirineo Oriental por los ejércitos de Carlomagno en torno a 800. Carlomagno intenta convertir este territorio en la Marca Hispánica, la frontera defensiva del Imperio carolingio. Pronto los condados serán gobernados por condes catalanes dependientes del Imperio carolingio. Vifredo el Velloso (874-898) consigue la unificación de casi todos los condados bajo su mando y Borrell II (947-992) independiza los condados catalanes frente a los carolingios.
Principales etapas de la Reconquista
Entendemos por “Reconquista” el período histórico en el que los reinos cristianos del norte de la Península conquistaron el territorio de Al Andalus. Aunque se suele decir que dura entre 722-1492, el período más activo de la Reconquista fue el comprendido entre los siglos XI, XII y XIII. En realidad se trató de una conquista, pero el Reino de Asturias y sus herederos (Reinos de León y Castilla) justificaron dichas conquistas presentándolas como la restauración de la Monarquía Visigoda y como una cruzada contra los infieles.
La Reconquista no fue un proceso continuo sino que tuvo continuos altibajos. Por lo que respecta a los reinos cristianos, estos estuvieron condicionados por la minoridad de los reyes y la concepción patrimonialista de los reinos que provocaba la constante fragmentación entre los herederos y la unión de dichos reinos por matrimonio.
Etapas: Siglos VIII-X
El Reino de Asturias-León conquista el Valle del Duero, territorio de escasa población y no defendido por los musulmanes. Por el contrario, los núcleos pirenaicos apenas pueden avanzar por el Valle del Ebro donde los musulmanes están sólidamente afincados.
Siglo XI- mediados del siglo XII (reconquista de Toledo y Aragón)
Sancho el Mayor mantuvo su hegemonía sobre los reinos cristianos hasta 1034, pero a su muerte, sus reinos se dividieron entre sus hijos que se enfrentaron entre sí. Finalmente, uno de sus nietos, Alfonso VI (1065-1109) reunificó los reinos de Castilla y León, exigió parias a los Reinos de Taifas y conquistó Toledo en 1085.
La llegada de los almorávides (Batalla de Zalacas 1086) y la Guerra Civil en Castilla, frenaron la expansión castellana, sin embargo, los almorávides no pudieron impedir las conquistas de Alfonso I el Batallador (rey de Aragón y Navarra) en el Valle del Ebro (Zaragoza, 1118).
Segunda mitad del siglo XII (paralización de la reconquista)
En 1147 se produjo la unión catalano-aragonesa por el matrimonio del Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV (1137-1162) con la heredera de Aragón. Esta unión será definitiva, aunque los dos territorios: Cataluña y Aragón, mantendrán sus leyes, cortes y organismos de gobierno separados.
Alfonso VII de Castilla (1126-1157) se convierte a mediados del siglo XII en el Emperador de las Españas. Aragón y Castilla se reparten sus áreas de influencia en la Península en el Tratado de Tudillén (1151). A la muerte de Alfonso VII (1157) la reconquista se vuelve a paralizar, Castilla y León se vuelven a separar mientras los almohades invaden Al Andalus y derrotan repetidamente a los cristianos (Batalla de Consuegra, Uclés). La defensa de los territorios de La Mancha y Extremadura frente a los almohades queda en manos de las Ordenes Militares (Santiago, Alcántara, Calatrava).
Siglo XIII (reconquista de Andalucía, Valencia, Mallorca y Murcia)
A principios del siglo XIII el rey de Castilla, Alfonso VIII (1158-1214) dirige una cruzada los principales reyes cristianos contra los almohades y les vence en la decisiva batalla de las Navas de Tolosa (1212).
En 1230 Fernando III (1217-1230) recupera la unidad de Castilla y León, y conquista el Valle del Guadalquivir: Córdoba, Sevilla y Jaén. En 1248 Muhammad I, rey de Granada se declara su vasallo.
Por su parte, Jaime I (1213-1276), rey de Aragón conquista Mallorca y Valencia. Nuevamente, Valencia queda como reino jurídicamente independiente junto a Aragón y Cataluña.