El 1 de enero de 1875 se pronunciaba en Sagunto el general Martínez Campos, concluyendo así con el Sexenio. El artífice del regreso de los Borbones, Cánovas del Castillo, rechazaba la intervención militar y buscaba una coronación por clamor popular. Aunque esto no fue posible, sí tenía el favor de la sociedad cuando Alfonso XII subió al trono. Cánovas también pensó un sistema de estabilidad política mediante la reinstauración de un régimen oligárquico basado en un pacto en torno a la ley y el orden para garantizar la propiedad privada y la unidad nacional. Para conseguir esto propuso 7 pilares:
- Monarquía (soberanía compartida)
- Iglesia (papel central)
- Centralismo
- Ejército (sometido al poder civil, no pronunciamientos)
- Respeto a los privilegios vasco-navarros
- Clientelismo
- Bipartidismo (Cánovas quería que hubiese un mínimo de disputa política)
Cánovas formó el Partido Conservador y más tarde Sagasta el Progresista. Con los dos partidos dinásticos en marcha, el turno entró en funcionamiento.
El Turno de Partidos
El turno es la alternancia en el poder siguiendo unas normas básicas y respetando las leyes aprobadas del otro partido. Este turno funcionaba de la siguiente forma:
- Una crisis de gobierno finaliza la legislatura.
- El rey nombraba jefe de gobierno al jefe del otro partido y disolvía las Cortes.
- Finalmente, el nuevo jefe de gobierno amañaba las elecciones, saliendo lo que él deseaba.
A pesar de que en los 90 se permite el sufragio universal masculino, las elecciones siguen amañadas. Esto es porque las clases medias y bajas necesitaban del favor de las clases altas, y esto se pagaba con subordinación política.
La Constitución de 1876
La Constitución del 76 es el marco legal de la Restauración. A caballo de las dos anteriores, recoge la idea de que la monarquía y las Cortes son fundamentales en España. En cuanto a la monarquía, Cánovas le dio bastante poder pero pretendía que se limitara a reinar y velar por el cambio de turno. Alfonso XIII no respetó esto aumentando la inestabilidad. Pero vayamos por pasos…
El Partido Liberal de Sagasta inició el turno aplicando leyes menos autoritarias. Sin embargo, la muerte de Alfonso XII supuso una amenaza para el sistema. Cánovas la atenuó consiguiendo el Pacto del Pardo, sellando el turno y compartiendo el poder. Cánovas renuncia al poder a favor de Sagasta, para que este lleve a la práctica su programa de gobierno. El turno funcionará correctamente hasta el 98. Pero, ¿qué pasa en el 98 para que empiece a fallar? Pues para explicarlo tenemos que remontarnos un poco en el tiempo.
La Crisis del 98 y el Fin del Turno
En la década de los 90 la sociedad se va industrializando, convirtiéndose en urbana y de masas. Sin embargo, no hay un cambio similar en el régimen político. Se acrecentaron los desequilibrios sociales y proliferaron nuevos proyectos económicos. Así, el turno fue rompiéndose en las grandes ciudades, pero el sistema daba más peso al campo, con lo que no se adaptó al cambio. La Restauración acabó desbordada por las alternativas en una época de gran riqueza capitalista. Las alternativas iban desde una democracia capitalista y republicana hasta el desarrollo del socialismo revolucionario que buscaba implantar una sociedad sin clases. Este socialismo se dividió en marxismo y anarquismo. Esta división les restó bastante fuerza.
El Desastre (la pérdida del imperio colonial) supuso una crisis para la oligarquía (las clases bajas respiraron aliviadas: la guerra tenía un gran coste en vidas y dinero). Sin embargo, el Desastre no transformó las estructuras políticas. Es decir, hubo dos intentos por parte de Maura y Canalejas de reformarlo, pero no tuvieron éxito. Las muertes de Sagasta y Cánovas provocaron una crisis de liderazgo que dio el poder a Canalejas y Maura respectivamente.
Intentos de Reforma: Maura y Canalejas
Primero Maura intentó crear un partido de masas en torno a lo católico para intentar romper con el caciquismo. Intentó tímidamente paliar las desigualdades. Sin embargo, su reforma se vería truncada por el Rif. El Rif es un protectorado que la comunidad internacional pone a manos de España. Su población autóctona provocó que estuviese mucho tiempo en guerra. La protesta durante el embarque de los soldados provocó una oleada de disturbios. El gobierno reprimió duramente estos disturbios en la llamada Semana Trágica provocando la caída de Maura.
A Maura lo sustituye Canalejas en el poder, que buscó un partido de masas anticlerical. Canalejas desarrolla una política social muy ambiciosa. Sin embargo, un atentado acaba con su vida, enterrando la posibilidad de adaptación de la Restauración.
La Primera Guerra Mundial y el Golpe de Estado de Primo de Rivera
La Primera Guerra Mundial trajo muchas consecuencias para el país, aunque se mantuviese neutral. La posibilidad de vencer fácilmente fuera provocó la entrada de mucho capital mal repartido y un aumento de la inflación, provocando una pérdida de la calidad de vida de los asalariados. Esto provocó que en 1917 estallase una crisis general con 3 focos: las Juntas Militares, una huelga general revolucionaria y una asamblea de parlamentarios. Las Juntas Militares eran una especie de sindicatos que consiguieron una mejora en sus condiciones. La asamblea de parlamentarios convocada por la Lliga promovieron la reforma a fondo de la vida política y la huelga general, que buscaba directamente derrocar al sistema. La respuesta contra los últimos fue durísima y los sindicatos solo aguantaron una semana. Todo esto, aunque directamente no tuvo grandes consecuencias, puso de manifiesto la descomposición total del régimen, “obligando” a los militares a dar un golpe de estado.
Conclusión
La Restauración fue la respuesta oligárquica a la crisis del Sexenio. Con control social y político, trajo estabilidad y crecimiento económico. El lento cambio social y económico hicieron el sistema canovista inviable, y este no pudo adaptarse. Además de su inviabilidad, el régimen se mostró incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos, cosa que pagaron los españoles del siglo XX. Primo de Rivera, el 11 de septiembre de 1923, ponía fin al sistema parlamentario estableciendo un régimen político basado en la fuerza que décadas más tarde se estancó sin solucionar así los problemas estructurales que la evolución socioeconómica del país había generado. La Segunda República intentaría llevar a cabo las reformas que el país necesitaba en un clima demasiado polarizado y violento.